domingo, 2 de mayo de 2010

Discurso del Bicho Bonomi por Sendic

29 de abril 2010


Compañeras, compañeros:

Hace 21 años, el 28 de abril de 1989, en París, moría Raúl Sendic. Entonces, distintos observadores políticos decretaron el fin del MLN-T.

Había muerto su figura más representativa y, según esos observadores, no quedaba lugar para la organización política de la que había sido fundador, luego de haber pertenecido durante mucho tiempo, al Partido Socialista, y después de haber trabajado largamente en la organización sindical de los trabajadores rurales del norte de nuestro país.

Ese mismo año, 1989, comenzó a dar sus primeros pasos el Movimiento de Participación Popular, y en las elecciones de noviembre, obtuvo dos diputados, algo bastante alejado de su representación actual.

El MPP, en esos tiempos, no había incorporado a su práctica el concepto Frente Grande, la idea fuerza aportada por Raúl Sendic, luego de haber salido de la cárcel, en 1985.

El MLN-T, menos de dos años antes, había definido tres elementos sustanciales de su estrategia: el trabajo en el FA, la creación de un nuevo grupo político dentro del FA, y el trabajo hacia la construcción de un verdadero Frente Grande…

El MPP, en su fundación, no tomó ese aspecto sustancial de la estrategia en la lucha por la liberación nacional y el socialismo.

Esa no es la situación de hoy: el MPP comenzó a cambiar a partir del Congreso que empezó en 1998 y terminó en 1999. En ese Congreso que trató, entre otros temas, la concepción del poder y la política de alianzas, ese Congreso que terminó con el alejamiento de Helios Sarthou y Jorge Zabalza, también resolvió incorporar el Concepto de Frente Grande. Y sobre esa base, posteriormente, se trabajó hacia el desarrollo del Espacio 609, y hacia el desarrollo de un nuevo concepto de país: un modelo de Nación, un proyecto de país.

Elección tras elección fue profundizando ese proyecto de país, ese modelo de Nación.

En 1999, el MPP casi llegó a triplicar la votación de 1994; en el 2004 casi que triplicó la de 1999, y en el 2009 aumentó sensiblemente la votación del 2004. Se ganó el gobierno, nuevamente con mayorías parlamentarias y con el Pepe Mujica como presidente de todos los uruguayos.

Precisamente el Pepe, que fue quién, después de la muerte de Raúl Sendic, mantuvo viva la llama del Frente Grande…

Hasta acá una somera revisión, más que esquemática, de la evolución del concepto Frente Grande y de los números alcanzados por el MPP o el Espacio 609 en sucesivas elecciones nacionales posteriores a la muerte de Raúl Sendic.

Obviamente esta evolución se produjo en medio de profundas discusiones políticas: algunas veces dentro de la izquierda, otras veces fueron discusiones con la derecha. Ello, seguramente, estuvo apoyado en el grado de progreso que tuvo el concepto Frente Grande y, sobre todo, estuvo determinado por el grado de acumulación política de la organización que defendía y sustentaba la necesidad de ese Frente Grande.

Pero nunca, como hasta las elecciones pasadas, estuvo presente con tanta fuerza el pasado en el debate político. El pasado, y sobre todo, la deformación del pasado estuvieron fuertemente presentes en el escenario electoral.

Fue uno de los principales –malos- argumentos que fueron usados por la derecha contra el Frente Amplio y contra la candidatura del Pepe Mujica…

Y no fue puesto el pasado arriba de la mesa, con el afán de esclarecer lo que ocurrió, sino como un intento de desprestigiar al candidato presidencial, a la fuerza política a la que perteneció durante tantos años, y a muchos de los candidatos del Espacio 609 al Parlamento Nacional.

Todos recordarán: luego de la aparición de un depósito que contenía armas modernas y otras armas que pudieron haber sido usadas por las fuerzas de Aparicio Saravia en 1904, se llegó a simular que se estaba ante un informativo, para lograr mayor verosimilitud y tratar de confundir a la opinión pública, entreverando las opiniones personales de Jorge Batlle con la realidad de los hechos. En ese intento, se involucró al Viejo Julio, en algo que nada tenía que ver con lo que había pasado, nada tenía que ver con nosotros y nada tenía que ver con ningún grupo de nuestra izquierda.

El tiro les salió por la culata. La gente no se asustó ante tanta mentira, el FA ganó las elecciones, el Pepe –el candidato de la extrema izquierda, que empuñó las armas en el pasado- se transformó en el presidente de todos los uruguayos, y el Espacio 609 –la lista que había encabezado en las elecciones del 2004- se transformó en la lista más votada en todo el país.

Este es un hecho político imposible de desmentir, nadie lo puede negar, y 38 años después de haber sido militarmente derrotado y de haber empezado a peregrinar por los cuarteles, el Pepe se transformó en el nuevo presidente de los orientales.

Esto tiene una importancia histórica demasiado grande como para no destacarlo en este acto de homenaje a Raúl Sendic.

Baste recordar que Luis Alberto de Herrera, recién pudo ver triunfador a su partido, el Partido Nacional, 54 años después de haber empuñado las armas en la guerra de 1904.

Yo sé que no gusta que uno haga estas comparaciones. No gusta que los hechos de las décadas del sesenta y los setenta sean analizados por los derrotados de aquella época. Al Partido Colorado no le gustaba, tampoco, que las revoluciones de 1897 y 1904 fueran contadas por los derrotados de entonces. Pero a lo largo y a lo ancho del país existen calles y avenidas dedicadas a Aparicio Saravia y a José Batlle y Ordoñez, así como también hay calles y avenidas dedicadas a Leandro Gómez y al General Flores.

Hoy, incluso, se le ha devuelto al Pepe una bandera utilizada por el MLN en la década del sesenta. Ello no quiere decir que se haya modificado las formas de pensar. Significa, nada más ni nada menos, que se establece una forma de convivencia, en la que se mantienen diferencias y se hacen todos los esfuerzos para encarar las tareas nacionales en común. Los viejos militares van a seguir pensando lo que piensan respecto a la interpretación del pasado. Las madres y familiares de presos y desaparecidos van a seguir reclamando conocer qué es lo que paso: van a seguir reclamando verdad y justicia. Y nosotros vamos a seguir pensando lo que pensamos sobre lo sucedido en los sesenta y los setenta, en los años posteriores y lo que tiene que pasar en los años por venir.

La convivencia y los trabajos tendientes a seguir construyendo un modelo de país, a pesar de las diferencias, con el eje de los trabajadores, los productores y los intelectuales, como venimos planteando hace tantos años… esa convivencia no impide el desarrollo del pensamiento independiente, el desarrollo de la conciencia y el desarrollo de la acción política.

Es absolutamente legítimo analizar lo que sucedió en los sesenta y los setenta como un producto de las contradicciones económicas, sociales y políticas de entonces. Es absolutamente legítimo considerar nuestra lucha como parte de la lucha del pueblo uruguayo por transformar sus condiciones de vida y construir una sociedad más justa, solidaria y soberana.

Si las guerras de 1897 y 1904 se libraron ante un gobierno, constitucionalmente elegido, para alcanzar la profundización democrática: voto secreto y representación proporcional, las luchas de los sesenta y los setenta se libraron claramente para obtener mayor justicia social.

Tenemos derecho a pensar, en el acierto o en el error, que la historia lo va recoger así. Tenemos derecho a pensar que, en el acierto o en el error, esta realidad de hoy es, también, producto de aquellas luchas de obreros y estudiantes, de las organizaciones políticas de la izquierda uruguaya, de la aparición y consolidación de movimientos progresistas adentro de los partidos tradicionales, y también, por qué no, de nuestra propia lucha política.

Digresión sobre el golpe de Estado del PN

Compañeras, compañeros: no estamos diciendo esto acá, para cobrar cuentas… Ninguna cuenta. Estamos tratando de analizar lo que pasó, no sólo hace 40 años, no sólo lo que sucedió en el pasado… Sino también lo qué pasó hace pocos meses, no más. En octubre y en noviembre de 2009. Cuando, claramente, se exorcizaron los demonios que, dos por tres, nos ponen arriba de la mesa para incidir en el presente. También, de alguna manera, se exorcizó la teoría de los dos demonios. Esa explicación, esa teoría tan simplista, realizada por quienes pretenden quedar al margen de los hechos, no da cuenta, no puede dar cuenta, de lo que realmente pasó…

Tampoco nos podemos engañar: el pronunciamiento de la gente, en octubre y noviembre de 2009, no fue en defensa del pasado: hubo opiniones de todo tipo, y las más amplias mayorías se pronunciaron, por sobre todas las cosas, por poder seguir mirando hacia adelante, y seguir construyendo en las actuales condiciones un país más justo, soberano y solidario.

También está muy claro que, de ahora en más, y haya sido cual haya sido la voluntad de los votantes, quién quiera hacer política en serio va a tener que poner arriba de la mesa mucho más que la intención de descalificar con el pasado. Va a tener que convencer sobre sus intenciones, sus ideas, su programa, su propuesta de gestión… Su proyecto de país.

No va más eso de hacer política apostando a la descalificación. La cosa es, va a ser, mucho más difícil…

Para nosotros también va a ser más difícil.

El Frente Grande está asociado, hoy, al gobierno progresista. Y muchos compañeros se preguntan qué relación puede existir entre gobierno progresista y gobierno de izquierda. Se preguntan si el gobierno progresista, al que no considera un gobierno de izquierda, puede devenir en un gobierno de izquierda…

La respuesta a esa interrogante es clave para analizar el futuro, la vigencia de nuestras organizaciones. Pues en realidad hay relación entre gobierno progresista, gobierno de izquierda, liberación nacional y lucha por el socialismo.

Pero el elemento unificador no es el gobierno en sí. El elemento unificador es la organización política y, sobre todas las cosas, el elemento unificador surge de la caracterización de la realidad que la organización política haga.

Eso es lo que quiere decir, como estampamos en muchos documentos, que la organización política es la responsable del futuro, de la utopía, de la estrategia. El gobierno es el responsable del día a día, la táctica, lo cotidiano….

Por lo tanto no hay gobierno progresista o gobierno de izquierda que, automáticamente, devenga en otra cosa, si no hay una organización política que esté trabajando por esa evolución, por ese desarrollo…

Yo parto de la base que la evolución y las tareas a realizar son producto del desarrollo histórico y de la situación de las clases sociales que caracterizan esa época.

Nosotros hemos analizado, una y otra vez, que en nuestro país no hay un empresariado fuerte, ni una burguesía nacional que tenga la fuerza y la capacidad suficiente como para ponerse al frente de un proceso de desarrollo nacional, con crecimiento y distribución más justa del ingreso y de las riquezas… El Pepe, citando al contador Damiani, ha dicho muchas veces en estos actos, que en el Uruguay no hay ricos, hay riquitos, no hay burgueses, hay burguesitos, ¿Recuerdan?

Pues bien, el crecimiento y el desarrollo que estamos alcanzando es y será producto de un Frente polideológico y policlasista como es el FA: No hay más que analizar cómo se han tratado de resolver las últimas crisis sufridas en nuestro país para darse cuenta de ello. Hay que recordar los intentos de salida a todas las crisis anteriores a la del 2008 para darse cuenta de lo que estamos diciendo.

En todas ellas se utilizó la receta de contención del gasto social, rebaja salarial, rebaja de la inversión en obra pública y rebaja de la capacidad de consumo de la gente. Lo cual, además de golpear fuertemente a los sectores más carenciados, e inversamente aliviar los que tenían que pagar salarios, era claramente recesivo.

No ayudaba a salir de la crisis, sino que beneficiaba a los sectores más privilegiados, pero aumentaba el período de duración de la crisis, estiraba en el tiempo la pérdida de trabajo y ayudaba al cierre de muchas empresas que no lograban recuperarse: esto tiene que estar muy fresco en la memoria de todos ustedes como para no tener que dedicarle más tiempo al tema.

En cambio, la salida a la crisis de 2008, se basó exactamente en un concepto absolutamente diferente: se basó en mantener sin cambios el gasto social, los aumentos salariales y la capacidad de consumo de la gente, se apoyó en tratar de aumentar la inversión en obra pública para que el empleo no cayera.

Y esto tenía que ver con la necesidad de tener en cuenta los problemas de la gente al tratar de resolver la crisis. Pero además se ha constatado, claramente, que fue la forma más efectiva de resolverla. Sin que pierda continuidad el proceso de desarrollo y redistribución de las riquezas.

No va a haber desarrollo económico y social sin que se siga manteniendo la izquierda en el gobierno, porque no hay otra fuerza que pueda encabezar ese proceso. Los Partidos tradicionales no han sido capaces de ello y han perdido la oportunidad.

Yo decía, hace un rato, que lo que se ha venido dando en el país ha transformado las tareas de las fuerzas de izquierda en algo más difícil. No sólo por el carácter económico de las mismas, sino, y sobre todo, por el trabajo que necesariamente hay que realizar hacia la acumulación de fuerzas imprescindible para relacionar gobierno progresista, gobierno de izquierda, liberación nacional y lucha por el socialismo…

Estamos en un acto de homenaje a Raúl Sendic, y en todos los actos que se han desarrollado durante estos últimos 20 años se ha recordado, destacado, el trabajo de Sendic entre los trabajadores rurales. Pero atrás de la anécdota está el verdadero contenido del hecho: los trabajadores rurales estaban absolutamente postergados desde todos los puntos de vista: económicos, sociales, políticos y organizativos: la reforma agraria era una definición política ciudadana, de alto contenido intelectual y poco desarrollo entre los interesados. Por lo tanto, la organización de los trabajadores rurales era una necesidad desde todo punto de vista. Por eso se destacó tanto el esfuerzo y el trabajo de Sendic. Ese trabajo, evidentemente, hay que mantenerlo, pero los trabajadores rurales, hoy, están en los Consejos de Salarios, están fortaleciendo su organización y están bien encaminados en ese sentido.

El gobierno progresista ha anunciado la necesidad de desarrollar el ferrocarril, construir nuevos puertos, desarrollar la industria naval, construir formas alternativas de generación de energía, seguir avanzando en informática, avanzar en el desarrollo de la industria minera, etcétera, etcétera, Lo cual, ciertamente, significará mayor consolidación de la soberanía nacional y mejor defensa de nuestros recursos naturales.

Ahora no se trata de añorar lo que hemos hecho, sino que se trata, sobre todas las cosas, de imponerse tareas nuevas, que permitan acompañar el crecimiento económico con el trabajo político y el nuevo trabajo social y sindical, que vaya mucho más allá de los aspectos meramente reivindicativos.

Si la izquierda logra hacer eso, sin estridencias, sin renunciamientos, estará asegurando la relación entre el gobierno progresista y la evolución posterior. Esta relación no es responsabilidad del gobierno progresista, sino de la fuerza política: en esta recaerán todas las dificultades y, por ello, tiene que prepararse para afrontar sus responsabilidades en una situación nueva y algo más complicada. Pero eso va a ser siempre así: cada paso adelante que se da trae nuevas tareas, nuevas responsabilidades y nuevas complicaciones.

Si algo hizo Sendic en toda su trayectoria ha sido dar respuestas creativas a las nuevas situaciones que se ponían por delante. Nuestro mejor homenaje, por lo tanto, será hacer exactamente lo mismo: responder con creatividad a las nuevas situaciones que tenemos planteadas, mantener la vigencia del MLN-T y seguir aportando nuestro esfuerzo en la construcción de un modelo de nación, un proyecto moderno de país.

Habrá Patria para Todos


"dar respuestas creativas a las nuevas situaciones que se ponían por delante".

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