En el marco del llamado a la solidaridad internacional en apoyo a Jihad Diyab, en huelga de hambre desde hace un mes, convocamos a una jornada de difusión y a una vigilia en la plaza Libertad y en el edificio de Cancillería este próximo viernes 16 de setiembre.
Ante la gravedad de la situación, apelamos a la solidaridad del pueblo uruguayo. Más allá de credos y posturas políticas, las razones humanitarias que rodean el caso de Jihad pueden ser comprendidas por todos y todas. Basta recordar nuestro pasado reciente para entender la justicia del reclamo hecho por este refugiado —quien fue rehén en el centro de torturas de Guantánamo durante 12 años—, al pedir la reunificación con su familia en otro país en la que este derecho sea viable y sostenible.
Por todo esto, exigimos a los gobiernos de Estados Unidos y de Uruguay
que cumplan con las gestiones necesarias para la reunificación familiar
de Jihad allí donde esta sea posible, y que se acabe con la persecución
política contra este refugiado.
Inicio de la jornada de difusión, con carteles, volanteada y audio: Plaza Libertad, 17.30 h
Vigilia, con velas y carteles: Edificio de la Cancillería (Ministerio de RREE: Avda. 18 de Julio y Cuareim), 19 h*
* Al cierre, una comitiva se dirigirá a la embajada de Estados Unidos para dejar carteles de difusión y protesta, como símbolo de la gran responsabilidad que tiene ese país en la tragedia que han vivido hasta ahora Jihad y su familia, y como recordatorio de la persecución política constante que sufren debido a las denuncias de tortura y violaciones a los DDHH que han hecho contra el gobierno estadounidense.
UN LUGAR EN EL MUNDO PARA JIHAD Y SU FAMILIA.
NO DEJEN MORIR A JIHAD.
Inicio de la jornada de difusión, con carteles, volanteada y audio: Plaza Libertad, 17.30 h
Vigilia, con velas y carteles: Edificio de la Cancillería (Ministerio de RREE: Avda. 18 de Julio y Cuareim), 19 h*
* Al cierre, una comitiva se dirigirá a la embajada de Estados Unidos para dejar carteles de difusión y protesta, como símbolo de la gran responsabilidad que tiene ese país en la tragedia que han vivido hasta ahora Jihad y su familia, y como recordatorio de la persecución política constante que sufren debido a las denuncias de tortura y violaciones a los DDHH que han hecho contra el gobierno estadounidense.
UN LUGAR EN EL MUNDO PARA JIHAD Y SU FAMILIA.
NO DEJEN MORIR A JIHAD.
EL País JUAN PABLO CORREA16 sep 2016
El juez penal Carlos García Guariglia decidirá
hoy sobre la situación del refugiado sirio Jihad Diyab (que realiza una
prolongada huelga de hambre y está al borde de la muerte), y la
posibilidad de que sea alimentado.
Sobre las 19 horas de ayer García Guariglia recibió la
opinión de la fiscal letrada de Séptimo Turno, Jacqueline Castelli, dijo
el propio magistrado a El País, pero no quiso adelantar el contenido de
la opinión de la representante del Ministerio Público. Explicó que está
de turno y, por lo tanto, tiene otros varios asuntos a estudio, por lo
que no podía expedirse ayer mismo.
Diyab entró el miércoles en coma como consecuencia de
que hace un mes, aproximadamente, que está en huelga de hambre y que
hace al menos una semana que no ingiere líquidos. Se lo hidrató el
miércoles con suero, pero ayer pidió dejar de recibirlo y firmó un
documento dejando en claro que esa es su voluntad. De todas formas, ayer
estuvo lúcido aunque de forma intermitente.
Ayer García Guariglia tomó cartas en el asunto y pidió
que tres médicos forenses (Guillermo López, Zully Domínguez y Beatriz
Balbela) elaboraran un informe sobre el estado de salud del sirio, algo
que hicieron tras visitarlo en las primeras horas de la tarde. La
decisión judicial se tomó luego de que un escrito presentado por el
asesor letrado del Ministerio de Salud, Gúmer Pérez, señalara que Diyab
se encuentra en "estado grave". Los forenses concurrieron acompañados de
policías que se retiraron cuando los médicos lo hicieron, aunque un
agente se quedó en la vereda durante la tarde. García Guariglia recibió
al caer la tarde el informe de los forenses.
Balbela confirmó a El País la entrega del informe, pero no quiso detallar su contenido.
En un comunicado, el Poder Judicial informó que los
resultados del informe médico "aconsejarán al magistrado interviniente
sobre el tratamiento a seguir para preservar la integridad del ciudadano
sirio".
El miércoles integrantes de la comisión de Derechos
Humanos del Sindicato Médico del Uruguay hidrataron con suero a Diyab
luego de que este entrara en coma. Sin embargo, el gremio decidió dejar
de atenderlo una vez que el sirio pidió que se le retirase el suero.
Julia Galzerano, una de las integrantes de la
comisión, explicó que "nos retiramos porque no podemos seguir el
protocolo que tenemos que seguir y es que al menos tome líquido (...) El
paciente se puede negar al tratamiento y eso es un pilar de la parte
legal nuestra. Le pudimos explicar eso, lo entendió, nos agradeció la
atención, pero nos dijo que entendiéramos cuál era su situación", señaló
Galzerano.
Los activistas que están en el apartamento de Diyab
advirtieron que no hablarán con la prensa y que la información la darán a
través de la página de Facebook "Vigilia por Diyab". Así lo dejó claro
una activista llamada Alejandra.
La organización "Vigilia por Diyab" realizó otra
concentración frente al apartamento de Diyab ayer de noche. El
sindicalista Andrés Olivetti, que pasó la tarde allí, dijo que Diyab
hablaba por lapsos breves pero luego se adormecía. El grupo se
concentrará hoy sobre las 17:30 en la Plaza Libertad con velas y
carteles, y desde allí marchará a la Cancillería y a la embajada de
Estados Unidos pidiendo una solución para el excautivo de Guantánamo.
Hoy el entorno de Diyab está conformado por su
traductor de árabe, el activista Andrés Conteris que vino de EE.UU. a
acompañarlo y que ahora prefiere que hable la militante llamada
Alejandra, el sindicalista Olivetti, la referente de Plenaria Memoria y
Justicia, Irma Leites, y otro grupo reducido de personas. No lo han
visitado los restantes cinco refugiados que llegaron de Guantánamo. A
Conteris se lo puede ver con su computadora en el balcón del
apartamento. El activista se comunica en inglés con Diyab que no habla
español.
Ningún país hasta ahora acepta recibir al sirio.
Abogado dice que tiene "aversión a firmar".
El abogado de Diyab, Jon Eisenberg, sigue desde
Estados Unidos casi minuto a minuto lo que está sucediendo, y comentó
que le consta que en el grupo que rodea al sirio existían discrepancias
respecto a si debía dejar clara su voluntad de no recibir atención
médica ni ser alimentado, por escrito.
"Tiene mucha aversión a firmar cosas", señaló
Eisenberg, que ayer estudiaba el alcance de la normativa uruguaya con
respecto a las prerrogativas que tienen los pacientes de negarse a
recibir asistencia.
El senador Luis Lacalle Pou recordó que elevó un
pedido de informes respecto a si Uruguay y EE.UU. habían firmado algún
documento cuando la administración del expresidente José Mujica asumió
el compromiso en 2014 de recibir a seis excautivos de la cárcel de
Guantánamo, y que la respuesta fue que "no se firmó absolutamente nada".
"No parece lógico que un Estado asuma obligaciones con otro sin tener
nada acordado formalmente", dijo.
Mientras tanto, el canciller Rodolfo Nin Novoa
gestiona en Estados Unidos que algún país aliado de la administración
Obama, si es posible árabe, acepte recibir al sirio de 45 años que
estuvo detenido en Guantánamo desde 2002 a 2014.
La Cámara Baja de Estados Unidos aprobó ayer por 244
a 177 votos una iniciativa de la oposición republicana para suspender
por lo que queda del año las transferencias al extranjero de presos de
Guantánamo.
Cómo explicar a Diyab, cómo entender una medida tan radical sin reducirla a un piadoso “quedó muy mal ese muchacho” después de Guantánamo; cómo se contrarresta la indiferencia, la falta de empatía y solidaridad de esa porción nada desdeñable de la sociedad que lo señala como “malagradecido”. A vuelta de correo, Henry Engler dejó su respuesta.
La situación de Jihad Ahmad Diyab me parece sumamente difícil.
Sobrevivir a las condiciones a las que fue sometido en Guantánamo es una tarea casi sobrehumana. Si le agregas que no se le ha comprobado delito, o sea, que lo metieron allí y no lo han compensado de ninguna manera, la arbitrariedad se hace realmente insoportable. No es posible mantener un equilibrio objetivo.
La cárcel es un castigo difícil de sobrellevar, pero el aislamiento y los vejámenes continuos te alteran todo.
Y después de largos años de tratar de adaptarte a esas condiciones degradantes, tienes de pronto que adaptarte a una vida “normal” en una libertad que, aunque puedes orinar y defecar cuando te parece, no puede sacarte las cadenas con que los años de prisión te han maniatado el cerebro.
La “libertad” para algunos de nuestros compañeros presos fue demasiado. Y algunos se suicidaron. Era más difícil –después de tanto sufrimiento para poder soportar las rejas– volver a sufrir, meses, quizás años, para readaptarse. Porque ¿cómo buscar a alguien que ya no existe dentro de ti mismo? Adentro tienes un enorme agujero. ¿Y cómo llenas el agujero que te ha quedado después de años y años de no existencia? Después estás obligado no sólo a existir sino, además, a ser “normal”. Resulta que si no haces las cosas como se espera que hagas, sos un tarado desagradecido. Es bravo eso. Te meten en un centro ilegal de tortura, sin juicio. No pueden comprobar tu culpa. Entonces te dejan en la jaula, por años. Después te mandan a un país extranjero. Nadie pide disculpas por haber destruido tu vida. El responsable no es juzgado, sino que se lava las manos: “A ver, muchachos, aquí les mando un conflictivo. Y no lo dejen salir, porque, aunque no es peligroso, nunca se sabe”. ¡Y ojo que no estoy hablando de Trump!
Ninguno de nosotros salió de la cárcel “normal”. Yo no daba pie con bola. Y mis compañeros tampoco. Algún psiquiatra trató de ayudarme, pero yo no creía en psiquiatras. Se esperaba que yo me hiciera cargo de mi familia, y yo no podía hacerme cargo de mí mismo. No sabía con quién quería estar, ni dónde quería vivir, ni qué quería hacer.
Uno no empieza huelgas de hambre a menos que esté dispuesto a morir. Porque lo que el mundo ofrece no es lo que uno está esperando.
Yo no conozco a Jihad, pero siento que su cariño por la vida no es mucho, dado que le falta lo que más necesita: su familia. Y quizás no solucione sus problemas estando con ella, pero en este momento creo que no puede ver más lejos que esa única meta. Ojalá que Jihad no se sienta como víctima, aunque en realidad lo es. Digo, porque no sentirse víctima es el primer paso para salir de la cárcel de las tenazas del cerebro.
Y nosotros tenemos que pensar que no somos tan buenos por haberlo recibido, como nos parece que somos. Y que Dios lo bendiga y ayude, y no deje que lo mismo le pase a los que le han hecho tanto daño.
Sobrevivir a las condiciones a las que fue sometido en Guantánamo es una tarea casi sobrehumana. Si le agregas que no se le ha comprobado delito, o sea, que lo metieron allí y no lo han compensado de ninguna manera, la arbitrariedad se hace realmente insoportable. No es posible mantener un equilibrio objetivo.
La cárcel es un castigo difícil de sobrellevar, pero el aislamiento y los vejámenes continuos te alteran todo.
Y después de largos años de tratar de adaptarte a esas condiciones degradantes, tienes de pronto que adaptarte a una vida “normal” en una libertad que, aunque puedes orinar y defecar cuando te parece, no puede sacarte las cadenas con que los años de prisión te han maniatado el cerebro.
La “libertad” para algunos de nuestros compañeros presos fue demasiado. Y algunos se suicidaron. Era más difícil –después de tanto sufrimiento para poder soportar las rejas– volver a sufrir, meses, quizás años, para readaptarse. Porque ¿cómo buscar a alguien que ya no existe dentro de ti mismo? Adentro tienes un enorme agujero. ¿Y cómo llenas el agujero que te ha quedado después de años y años de no existencia? Después estás obligado no sólo a existir sino, además, a ser “normal”. Resulta que si no haces las cosas como se espera que hagas, sos un tarado desagradecido. Es bravo eso. Te meten en un centro ilegal de tortura, sin juicio. No pueden comprobar tu culpa. Entonces te dejan en la jaula, por años. Después te mandan a un país extranjero. Nadie pide disculpas por haber destruido tu vida. El responsable no es juzgado, sino que se lava las manos: “A ver, muchachos, aquí les mando un conflictivo. Y no lo dejen salir, porque, aunque no es peligroso, nunca se sabe”. ¡Y ojo que no estoy hablando de Trump!
Ninguno de nosotros salió de la cárcel “normal”. Yo no daba pie con bola. Y mis compañeros tampoco. Algún psiquiatra trató de ayudarme, pero yo no creía en psiquiatras. Se esperaba que yo me hiciera cargo de mi familia, y yo no podía hacerme cargo de mí mismo. No sabía con quién quería estar, ni dónde quería vivir, ni qué quería hacer.
Uno no empieza huelgas de hambre a menos que esté dispuesto a morir. Porque lo que el mundo ofrece no es lo que uno está esperando.
Yo no conozco a Jihad, pero siento que su cariño por la vida no es mucho, dado que le falta lo que más necesita: su familia. Y quizás no solucione sus problemas estando con ella, pero en este momento creo que no puede ver más lejos que esa única meta. Ojalá que Jihad no se sienta como víctima, aunque en realidad lo es. Digo, porque no sentirse víctima es el primer paso para salir de la cárcel de las tenazas del cerebro.
Y nosotros tenemos que pensar que no somos tan buenos por haberlo recibido, como nos parece que somos. Y que Dios lo bendiga y ayude, y no deje que lo mismo le pase a los que le han hecho tanto daño.
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Henry exonera de culpa a todos salvo a Diyab
ResponderEliminarY creo que ni se da cuenta. Se olvida del ni guneo...chantaje..
Manipulacion...mentiras...robos por parte de wuien dijo ayudarlo..
Manoseo...falta de respeto ...todo culpa del gobierno y lad organizacioned. Diyab hizo mas de lo posible. Y no era du obligación. Se olvida de la barrera del idioma casi intraducible...se olvida de que este no es du país. Y no se da cuenta. Pero esa incomprensión es agresión también. Sunwue no se fe cuenta