La columna de Carlos Peláez en Rompkbzas 810
La Suprema Corte de Justicia resolvió “ascender” al juez penal de 10º turno de Maldonado, Marcelo Souto, quien desde la próxima semana pasará a desempeñarse como juez letrado suplente en Montevideo.
Se trata de una de las resoluciones más desatinadas del Poder Judicial en los últimos tiempos que afecta no sólo al doctor Souto sino el mismo prestigio de la Justicia.
Es cierto que entre sus potestades la SCJ puede disponer los lugares en que se desempeñarán los magistrados. Se supone que con resolución fundada para que no se considere un acto arbitrario. Pero es difícil explicar el movimiento sobre uno de los jueces más nuevos de Maldonado quién justo tenía en sus manos la mayor causa de corrupción descubierta en este departamento.
El 2 de abril, a solicitud del fiscal Rodrigo Morosoli, el juez Souto procesó con prisión al propietario de Cambio Nelson, Francisco Sanabria y a dos de sus jerarcas Nelson Calvete y Soledad Ubilla, además de decretar prisión domiciliaria para una contadora. Pero en la misma instancia solicitó una pericia sobre la gestión del contador Humberto Capote, ex presidente del Banco Central (BCU) y contador externo del referido Cambio, dejándolo en libertad sin perjuicio.
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En 1998 Capote (Foro Batllista –PC) fue quien en su condición de jerarca del BCU, autorizó al entonces senador Wilson Sanabria (también Forista) la apertura de Cambio Nelson. Cuando Wilson falleció en el 2015, el contador fue quién le aseguró a sus sucesores el funcionamiento según consta en las declaraciones judiciales. Como lo afirmó el fiscal Morosoli “con el concurso consciente y deliberado de Humberto Capote, Sanabria pudo desviar los dineros confiados por terceros, para destinarlos a otras actividades empresariales, en su provecho”. Lapidario. Capote fue el personaje que permitió el multimillonario fraude de Cambio Nelson, o sea, es la figura más importante en el esquema de corrupción instaurado por Wilson Sanabria y que terminó con su hijo en la cárcel.
Capote sigue libre y el juez que lo mantiene en tal situación fue ascendido. Todo se puede justificar, pero el mensaje no podía ser peor en un momento donde la exigencia de transparencia en los poderes del Estado es cada día mayor.
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Francisco Sanabria Barrios fue procesado con prisión por librar
cheques sin fondos, por apropiación indebida y por falsificación
ideológica en reiteración real, en el caso Cambio Nelson. Nelson
Calvete, gerente general de la empresa, fue procesado por un delito
reiterado de apropiación indebida, mientras que la contadora Soledad
Ubilla fue inculpada de un delito continuado de apropiación indebida en
reiteración real con un delito de falsificación ideológica. Beatriz
Silva, la otra contadora de Cambio Nelson, fue procesada sin prisión. La
decisión del juez de Maldonado Marcelo Souto se conoció la noche del
sábado. En un primer momento los implicados fueron recluidos en
Montevideo, pero en la mañana de ayer se determinó el traslado de los
tres a distintos centros del interior del país. Sanabria fue destinado a
la cárcel de Campanero, en Lavalleja; Calvete a Piedra de los Indios,
en el departamento de Colonia, y Soledad Ubilla será recluida en la
cárcel de mujeres Conventos, en Cerro Largo.
Según el documento publicado por la Fiscalía, de la investigación surgió que “además de la operativa natural de una casa de cambio, esta recibía fondos de clientes, los que eran mantenidos en la institución para ser posteriormente aplicados en el pago de gastos de los depositantes, funcionando como una suerte de ‘cuenta corriente’, en contravención con la reglamentación vigente para las casas de cambio”. Se comprobó que Cambio Nelson pagaba un interés superior al de las casa financieras a las personas que depositaban altas sumas de dinero, una actividad que se desarrollaba desde finales de los años 90.
Los clientes eran captados por Wilson Sanabria, fallecido dirigente del Partido Colorado (PC) y padre de Francisco, y por Nelson Calvete, gerente de la empresa y quien dio el nombre al cambio. Wilson Sanabria fue diputado y senador por el PC, pero murió en 2015. El fiscal Rodrigo Morosoli solicitó, además, la prisión del contador Humberto Capote por la presunta comisión de “un delito continuado de apropiación indebida en calidad de coautor”. Capote fue director del Banco Central del Uruguay durante el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti y fue quien firmó la habilitación del Cambio Nelson. Después de retirarse de la actividad pública Capote prestó funciones como contador externo y asesor de Wilson Sanabria.
“No estamos ante el accionar de un contador bisoño, sino ante un profesional de extensa trayectoria y que supo ocupar cargos de máxima jerarquía en el sistema financiero”, dice el texto sobre Capote. El juez Souto lo dejó en libertad pero emplazado y con cierre de fronteras, y pidió una serie de pericias.
Según el texto publicado por la Fiscalía quedó comprobado que Sanabria Barrios “mantenía un tren de vida fastuoso”; la investigación demostró que empleó el cambio “como un medio para captar capital a través de los depósitos de su clientela, el que posteriormente era desviado hacia las cuentas de sus sociedades comerciales”. El dinero no era reembolsado al cambio.
La papa caliente
En los careos que hizo la Justicia, Sanabria Barrios, Capote, Calvete, Ubilla y Silva se echaron la culpa entre ellos. Capote dijo que Sanabria Barrios era el responsable del negocio y quien le daba la información para hacer los balances, en tanto Sanabria Barrios aseguró que nunca entendió los documentos ni participó en la elaboración de ellos. La Fiscalía asegura que quien conocía el “corazón” del negocio era Capote. Sanabria Barrios aseguró ante la Justicia: “Nunca hubiera aceptado la responsabilidad de seguir con la empresa si no hubiera tenido la seguridad de que ellos [Capote y Calvete] estaban ahí, que me hubieran explicado lo que me explicaron”.
Por su parte, Ubilla, quien, el sábado, participó en un careo con Sanabria, dijo que actuó bajo las órdenes de este. Cuando le tocó a la contadora Beatriz Silva enfrentar al ex titular del cambio se descompuso, pero en declaraciones realizadas el viernes había dicho que Sanabria era un “mafioso con mucho poder”. Silva era la encargada de realizar los trámites del cambio ante los distintos organismos financieros.
Sobre Ubilla la Justicia señala que fue una “contadora interna de la empresa, calificada por los testigos como ‘mano derecha’ de Sanabria Barrios [...] También asistía diariamente al cambio, participando activamente de la operativa cambiaria”.
En la conclusión, la Fiscalía señala: “Entiende este Ministerio que en esta causa se han relevado además indicios suficientes que ameritan iniciar una investigación judicial por hechos presuntamente delictivos, cuyo juzgamiento corresponde de manera exclusiva a la Sede Letrada de Primera Instancia en Materia Penal con especialización en Crimen Organizado”.
Según el documento publicado por la Fiscalía, de la investigación surgió que “además de la operativa natural de una casa de cambio, esta recibía fondos de clientes, los que eran mantenidos en la institución para ser posteriormente aplicados en el pago de gastos de los depositantes, funcionando como una suerte de ‘cuenta corriente’, en contravención con la reglamentación vigente para las casas de cambio”. Se comprobó que Cambio Nelson pagaba un interés superior al de las casa financieras a las personas que depositaban altas sumas de dinero, una actividad que se desarrollaba desde finales de los años 90.
Los clientes eran captados por Wilson Sanabria, fallecido dirigente del Partido Colorado (PC) y padre de Francisco, y por Nelson Calvete, gerente de la empresa y quien dio el nombre al cambio. Wilson Sanabria fue diputado y senador por el PC, pero murió en 2015. El fiscal Rodrigo Morosoli solicitó, además, la prisión del contador Humberto Capote por la presunta comisión de “un delito continuado de apropiación indebida en calidad de coautor”. Capote fue director del Banco Central del Uruguay durante el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti y fue quien firmó la habilitación del Cambio Nelson. Después de retirarse de la actividad pública Capote prestó funciones como contador externo y asesor de Wilson Sanabria.
“No estamos ante el accionar de un contador bisoño, sino ante un profesional de extensa trayectoria y que supo ocupar cargos de máxima jerarquía en el sistema financiero”, dice el texto sobre Capote. El juez Souto lo dejó en libertad pero emplazado y con cierre de fronteras, y pidió una serie de pericias.
Según el texto publicado por la Fiscalía quedó comprobado que Sanabria Barrios “mantenía un tren de vida fastuoso”; la investigación demostró que empleó el cambio “como un medio para captar capital a través de los depósitos de su clientela, el que posteriormente era desviado hacia las cuentas de sus sociedades comerciales”. El dinero no era reembolsado al cambio.
La papa caliente
En los careos que hizo la Justicia, Sanabria Barrios, Capote, Calvete, Ubilla y Silva se echaron la culpa entre ellos. Capote dijo que Sanabria Barrios era el responsable del negocio y quien le daba la información para hacer los balances, en tanto Sanabria Barrios aseguró que nunca entendió los documentos ni participó en la elaboración de ellos. La Fiscalía asegura que quien conocía el “corazón” del negocio era Capote. Sanabria Barrios aseguró ante la Justicia: “Nunca hubiera aceptado la responsabilidad de seguir con la empresa si no hubiera tenido la seguridad de que ellos [Capote y Calvete] estaban ahí, que me hubieran explicado lo que me explicaron”.
Por su parte, Ubilla, quien, el sábado, participó en un careo con Sanabria, dijo que actuó bajo las órdenes de este. Cuando le tocó a la contadora Beatriz Silva enfrentar al ex titular del cambio se descompuso, pero en declaraciones realizadas el viernes había dicho que Sanabria era un “mafioso con mucho poder”. Silva era la encargada de realizar los trámites del cambio ante los distintos organismos financieros.
Sobre Ubilla la Justicia señala que fue una “contadora interna de la empresa, calificada por los testigos como ‘mano derecha’ de Sanabria Barrios [...] También asistía diariamente al cambio, participando activamente de la operativa cambiaria”.
En la conclusión, la Fiscalía señala: “Entiende este Ministerio que en esta causa se han relevado además indicios suficientes que ameritan iniciar una investigación judicial por hechos presuntamente delictivos, cuyo juzgamiento corresponde de manera exclusiva a la Sede Letrada de Primera Instancia en Materia Penal con especialización en Crimen Organizado”.