este empresario es realmente todo un profesiona
Dourado
presiona, encarcela y sigue provocando desde el “cuarto poder”
“(…) en
el arte de no decir la verdad, este empresario
es realmente todo
un profesional (…)”.
En la vertiginosa realidad de la era post dictaduras
latinoamericanas, se ha impuesto en todo el continente una poderosísima e “inexpugnable”
fuerza “subliminal” que antes de los golpes de estado era llamada con cierto
desdén liberal, “el cuarto poder”:
La prensa burguesa, verdadera y multimillonaria
fábrica monopólica de la mentira y el engaño de los chupasangre organizados en
el Estado capitalista, cuyo rol en el período de fascismo extremo, no sería
precisamente el de sirvienta del “proceso”, sino de auténtica y repugnante “docente”
en materia de estigmatización y persecución del movimiento popular uruguayo, “justificando”
y facilitando la labor coercitivo-represiva de una dictadura votada con las
cuatro patas por “animales políticos” del parlamento vernáculo de 1972, entre
los cuales varios eran, precisamente, manufactura de baja estofa producida en
los talleres de propaganda y promoción “democrático-burguesa” de los partidos
políticos tradicionales de la derecha oligárquico-imperialista; o sea, en los “medios
de la gran prensa” del sistema…
A saber: los diarios “El País”, “La mañana”, “El
Diario”, “El Día”, “Acción”, “El Plata”; las radios “Montecarlo”, “Carve”, “El
Espectador”, “Rural”, “Ariel”, “Sarandí”, etc., etc., colaterales de los cuatro
canales de TV abierta (incluido el 5, el canal “oficial”) igualmente pro-fascistas,
todos juntos y unidos con genuina conciencia de clase en la defensa del país
regalado a las multinacionales y sometido obsecuentemente a los designios político-militares
de los EE.UU. de Norteamérica y la miserable caterva chupasangre internacional desparramada
impunemente por el mundo entero, culpable de cuanta atrocidad genocida se les
ocurra en nombre del “antiterrorismo”.
Disfrazados con nombres distintos y anexos
fantasmales y truchos para confundir y para eludir obligaciones legales y tributarias,
la mayor parte de estos medios sobrevive cómoda y plácidamente al amparo –entre
otros amparos- de la cultura de la impunidad y de subterfugios jurídicos dispuestos
para que los autores intelectuales de la masacre popular 1968/1985 queden eximidos
de cárcel y condenas por coautorías o complicidades en asquerosos delitos de
lesa humanidad por los que, por ahora, únicamente están a la relativa sombra de
las “suites especiales” de las FF.AA., unos pocos militares y policías y no más
de un par de civiles torturadores y asesinos contumaces.
Hoy, la tarea de los medios no es
aparentemente tan grosa como lo fue en aquellos tiempos nada lejanos, pero sí
muy parecida –idéntica, en realidad- a la de los tiempos que precedieron a la institucionalización
del fascismo el 27 de junio de 1973:
Adobada con inocentes y atractivas
presentaciones digitalizadas; adornada con trivialidades nada casuales; “modernizada”
con movidas pseudo culturales y hasta cínicos alardes de “progresismo”, la
fábrica de la mentira y el engaño no solamente no se ha retraído, sino que en
la actualidad y en esta realidad ultraneoliberalizada y solapadamente gorila,
actúa con más eficacia y efectividad de la que podrían exhibir tropas de ocupación
imperial auxiliadas por tropas locales de ocupación permanente protegiendo los
intereses de la explotación y la opresión.
Hasta lo que parece ser inofensivo e inocuo
como los “reality” musicalizados tipo “Soñando por cantar”, son parte del
bombardeo mediático que responde a las demandas populares de un consumismo “cultural”
creado planificada y prolijamente por los mismos ingenieros del mal llamado “cuarto
poder republicano”.
En este panorama, destaca por estos días lo
ocurrido con Oscar Dourado, dirigente patronal del taxímetro, que durante
una semana –del martes 1° de Mayo al martes 8- no descansó exigiendo a través
de la “gran prensa”, la detención y procesamiento de “alguien” a quien hacérsele
responsable de los pinchazos de neumáticos de unidades puestas en circulación
el “Día
Internacional de los Trabajadores” y enviados expresamente al cruce de
18 de Julio y Ejido, en Montevideo, mientras se desarrollaba un importante acto
clasista con motivo de la sentida conmemoración proletaria.
Con carneros que, desdichadamente, se
prestaron a la evidente operación anti-Primero de Mayo, en pleno centro de la capital,
Dourado y sus cómplices, después de aparecer este sujeto todos los días en la
prensa oral, escrita y televisada, reclamando la captura de algún obrero del
taxi, lograron finalmente ver concretados sus repugnantes objetivos, al ser
procesado y puesto en prisión un joven trabajador (David Lamarthe) que
permanece recluido en Cárcel Central de la Jefatura de Policía de Montevideo y al
que Dourado, simultáneamente, descalificó públicamente atribuyéndole “cualidades
morales” aberrantes a él y al SUATT, sindicato de los trabajadores del
taxímetro en pié de lucha en la defensa del obrero encarcelado y en la
reivindicación del Primero de Mayo no como “día de fiesta” –como dice rostrudamente
Dourado luego de elogiar el otro acto “central” de ese día-, sino como jornada
de homenaje a los mártires de Chicago y de lucha obrera, en el que toda la
clase trabajadora detiene sus tareas laborales, amparada, además, por disposiciones
legales que han declarado justificadamente este día como jornada no laborable y
paga.
Insistiendo en su actitud de franca y
patotera provocación, la misma noche del procesamiento de Lamarthe, Oscar
Dourado salió en todos los informativos de la TV abierta “anunciando” que en la
siguiente madrugada, el SUATT atacaría más unidades del taxi, y clamando para
que intervinieran los “poderes públicos con mayor energía”… contra “estos
inadaptados”.
Ya habrá oportunidades para desnudar más públicamente
los “atributos morales” de Dourado, cuyo prontuario empresarial –construido “desde
abajo”, cuando era poco menos que un peón del taxi- no tiene ni un ápice de dignidad
o respeto por la “sagrada propiedad privada” de otros, por cierto, y no se limita
a su actitud de desprecio y burla de los trabajadores. Ahora, lo importante es
destacar tres aspectos centrales de la situación planteada:
1).- Cómo esta patronal y la prensa amarilla
logran cristalizar sus propósitos en criminalización de la lucha y la protesta
social, sin disimular en lo más mínimo la provocación permanente e impune, sin
que intervenga ninguno de los “poderes públicos” al menos frenándola y
neutralizando la posibilidad de una “espiral de violencia” buscada y alentada
con evidente premeditación por personajes y organizaciones que no ocultan para
nada sus intenciones fascistoides y anti populares;
2).- Cómo se procesa y encarcela a un
trabajador sindicalizado invocando la “sagrada propiedad privada” supuestamente
custodiada por miserables carneros, mientras se hace la vista gorda con magníficas
y escandalosas manipulaciones delictivas que involucran a exponentes notorios
de la clase dominante y las patronales privadas y públicas, a tal punto que en
su defensa y protección hasta se llega a trasladar o destituir a magistrados
dispuestos a actuar en función de aquello de que “todos somos iguales ante la
ley”…
3).- Los hechos del Primero de Mayo
denunciados, revelan tácticas político-ideológicas para nada aisladas y que no
se limitan a la persecución especial de algún sindicato u organización en
particular en un solo día al año, sino que forman parte de una auténtica
estrategia reaccionaria y retrógrada comandada por “el cuarto poder” onda “Soñando
por Cantar”, visualizada como anticipado escudo ante nada improbables tensiones
sociales a las que necesariamente se llegará de resultas de políticas empresariales
de súper explotación y súper antisindicalismo, desarrolladas al estímulo de
políticas estatales dirigidas a que, una vez más, sean los trabajadores los que
financien los desacomodos de una economía sin terapia posible en el
capitalismo, y que en nuestro caso supone que hasta una devaluación brasilera,
termine en aquelarre nacional, debido a la congénita y crónica dependencia
económico-financiera-monetaria del país respecto a los países de mayor
desarrollo productivo.
Lo que se puede agregar por ahora respecto al
“guapito Dourado”, es el concepto que tiene de él un ex asesor letrado de su propia
organización patronal, que lo escrachó en el “gremio” luego de que Dourado intentara
sin suerte convertirse en el capanga y dictador vitalicio de su sector
empresarial, manipulando asquerosamente, pero en vano, una asamblea de socios.
Dice de él el ex abogado de la patronal del
taxi:
“(…) en el arte de no decir la verdad, este
empresario es realmente todo un profesional (…)”.
Gabriel
Carbajales, Montevideo, 13 de Mayo de 2012.-
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