El culebrón de las candidaturas del Frente Amplio

Prendidos a la teta






De: Bistrus


CULMINA SEMANA TERRIBE PARA LA (seudo)IZQUIERDA

- Pocas instancias han sido tan duras para la izquierda como las vividas esta semana. Desde que llegó al gobierno, ninguna de esta magnitud. Mientras dirigentes y bases del Frente Amplio debatían el programa y la fórmula presidencial para las próximas elecciones, vieron como el movimiento reeleccionista que propone la continuidad del Pte. Tabaré Vázquez, seguía viento en popa con su campaña al margen de la orgánica y la democracia interna de la coalición y movimiento gobernante. Lo que fue un tímido y desilachado comienzo de recolección de firmas para una reforma constitucional (en el Uruguay la reelección está prohibida si es en mandatos consecutivos), se transformó en una fuerte señal política cuando ministros del gobierno se sumaron a la campaña.

Si la definición de formula y compromisos electorales ya era complicada, la operación reeleccionista sumió en un total desconcierto a la izquierda. Sobre todo teniendo en cuenta que el propio Vázquez había anunciado públicamente que no aceptaría ser reelecto. Si él no quería, porqué permitía que la campaña siguiera adelante? A nadie escapa que sin su visto bueno, sus ministros no se habrían sumado al reeleccionismo. La primera exteriorización de la crisis surgió cuando el diputado Víctor Semproni indicó que consultaría al Tribunal de Conducta Política del FA sobre la legitimidad de quienes, por fuera de los estatutos de la fuerza, se sumaron a esta movida.

Fue el propio presidente quien le contestó calificando de vergonzosa su propuesta y defendiendo a sus potenciales reelectores. Con un rostro enojado, como pocas veces exhibe, Vázquez dijo que si ello ocurre, lo pusieran a él también a examen del Tribunal. Además, frente a la pregunta de si había cambiado de opinión, formuló un extraño comentario que se resumía en tres letras: pps, es decir, un profundo y prolongado silencio. Lejos de calmar las aguas, el mandatario desató un verdadero torbellino de declaraciones y especulaciones. Según coinciden todos los analistas y politólogos, el objetivo de Vázquez es impedir que el candidato a la presidencia por la izquierda sea el ex guerrillero, ex ministro y actual senador José Mujica (MLN, MPP, ESPACIO 609).

Ya el mandatario se había pronunciado públicamente apoyando la candidatura del ex ministro de economía Danilo Astori (Asamblea Uruguay - AU). Y, confirmando una tendencia histórica, los candidatos digitados desde el gobierno no suelen tener buena suerte. El dirigente tupamaro aparece nítidamente como el candidato más popular dentro y fuera del Frente Amplio. El tema no es menor. Mujica y Astori, siendo ambos frenteamplistas, representan inflexiones distintas en torno al proyecto de país. El primero se muestra preocupado por el tema de la tierra (extranjerización, latifundización y erosión por mal uso o abuso)y apuesta a una real y profunda integración latinoamericana, entre otro items.

Su aspecto desaliñado, nada acartonado, su lenguaje sencillo y su poder de comunicación en términos ajenos a la política tradicional, lo ha llevado a una fuerte identificación con los sectores mayoritarios, en especial los más pobres y también los más jóvenes del país. El segundo, Astori, se maneja dentro de otras coordenadas. Lejos de apostar a la integración regional, fue promotor de la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos, lo cual habría sido trágico para el Uruguay, de concretarse. No apuesta a emprendimientos latinoamericanos y, por el contrario, opta por el diálogo con los tradicionales organismos financieros imperialistas como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamicano de Desarrollo (BID).

Es partidario de una economía abierta a la inversión extranjera sin condicionamiento alguno, y ofreciéndoles todo tipo de beneficios. Como ministro no le ha ido mal. Los logros obtenidos no son pocos, el crecimiento del país tampoco. Pero, y aquí está uno de sus grandes debes, si bien la torta es más grande, se reparte de manera más desigual. Es decir, bajo el gobierno de izquierda se ha ampliado fuertemente la brecha entre pobres y ricos. Ordenado, con un sólido equipo de trabajo en su entorno, con formación académica y sentido docente, el estilo de Astori y su pensamiento es otro. También es una de las figuras con mayor apoyo en la población, pero no alcanza a opacar el peso y popularidad de Mujica.

Al optar por Astori, el presidente Vázquez opta por un modelo de país. ¿Es por ello que resiste que sea el senador Mujica quien lo suceda en el gobierno? Es una pregunta que ha rondado durante toda la semana. ¿O es simplemente una cuestión de "poder", como afirmaron otros analistas?. La semana pues, hizo públicas despiadadamente estas contradicciones dentro de la izquierda. La situación generó el desánimo en sus militantes en el peor momento; cuando estos deben incidir, discutir y movilizarse más que nunca. Por primera vez, la posibilidad remota de que el Frente pierda las próximas elecciones se transformó en una posibilidad concreta. Está haciendo todo para perderlas. La derecha sonríe satisfecha.

En las últimas horas, el mandatario reiteró a un diputado del Espacio 609, que lidera Mujica, que no cambió de opinión y que no aceptará la reelección. Sin embargo la campaña reeleccionista sigue en lo que parece una película surrealista. Si pero no. No pero si. Una campaña que está dañando gravemente al Frente Amplio y que, aunque no lo perciba claramente, en primer lugar está erosionando la figura del propio Presidente que contaba con un 67% de aprobación en la población, una cifra récord en Uruguay. Las heridas producidas esta semana por los gestos, las declaraciones, serán difíciles de superar. Pero, tal vez, sea una crisis de sinceramiento: dos proyectos de país disputan su liderazgo dentro del Frente Amplio.


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