viernes, 15 de enero de 2010

Llamado a la reconstrucción de Haití




"Haití" (tierra alta) en idioma taíno, en vez de usar el francés o el castellano para autonombrarse, es la cuna de la primera rebelión antiesclavista del planeta que tuvo éxito... pero también es el país que hasta hoy paga el precio de ese atrevimiento y de esa victoria. Con una mano en el pecho debemos reconocer que los que ayer abrieron puertas para nuestra independencia y que lucharon en nombre del Nuevo Mundo (y no de Europa o de África), en nuestros días no son considerados latinoamericanos. Para el pueblo llano de América Latina y el Caribe, Haití tal vez nos pertenezca sólo en el mapa y nada más.

Lo que Haití necesita de nosotros es más que una "solidaridad" en la emergencia. Nosotros, latinoamericanos y caribeños tenemos una deuda con ese pueblo hermano y debemos pagarla. Ha llegado el momento. Texto Gustavo RIOFRÍO – Perú

Como primera medida convocamos a personas e instituciones a sumar esfuerzos para la organización de una COORDINADORA DE APOYO AL PUEBLO HAITIANO el próximo lunes 18 de enero a las 19:00 hs en Institución Vida y Educación Blanes 879 Esq. Lauro Muller (Parque Rodó)

Como acción urgente y para prestar ayuda efectiva solicitamos la donación de los siguientes productos

PAQUETES DE ALGODÓN

PAQUETES DE TOALLAS FEMENINAS

PAQUETES DE PAÑALES

CREMAS HIDRATANTES PARA LA PIEL

JABON EN BARRA “TIPO BULL-DOG”

ENLATADOS Y COMIDA DESHIDRATADA

Las Donaciones se reciben a partir del LUNES 18 DE ENERO en la Institución Vida y Educación Blanes 879 Esq. Lauro Muller (Parque Rodó) de 9 a 12 y de 17 A 21 hs.

Las Personas e Instituciones que quieran coordinar estos y otros esfuerzos agradecemos se comuniquen a los teléfonos:

O99922131 094885544 097303 298 099248 857

Correo electrónico prohaitiuruguay@gmail.com

Agradecemos colaborar solamente con los productos solicitados.

Convocan: MUJERES AFROURUGUAYAS

INICIATIVA Pro- Coordinadora de Apoyo al Pueblo haitiano




Sin AYUDA (donde mierda estan las tropas uruguayas, y brasileras?







No solo el terremoto, la pobreza mata!

Cómo puede pasar esto? aún no se sabe cuantos muertos hay, ni los que van a haber, 50.000? y 3 millones a la intemperie, heridos sin atención. Las imágenes son aterradoras.
Se diría que a Haití es lo último que le faltaba.

Pero no es solo un terremoto el que mata, un terremoto con una magnitud de 7 en San Francisco, o en Japón no causa tantos muertos.
Puerto Príncipe apenas estaba preparado contra los huracanes, pero no esperaban un terremoto. Se pueden construir edificaciones antisísmicas. En un país rico, un terremoto de esta magnitud causaría daños, y muertes, pero no tantas!

Y que se te caiga encima un bloque de hormigón, las probabilidades de sobrevivir no son muchas. Pero si por milagro te salvas, te vienen a socorrer, con maquinarias, gruas, levantan los bloques de cemento.

Pero en Haití, no hay ni gruas ni maquinarias, son los mismos vecinos que rascan con las uñas las piedras de cemento.

Y si te sacan, no hay ambulancias para llevarte a un hospital, ni tampoco hay hospital (todos colapsados) y los pocos médicos por habitante no dan a basto.

el noventa y nueve por ciento de las muertes no es el terremoto, es la pobreza.


Y por qué Haití es tan pobre?

La historia comienza en 1910, cuando el Departamento de Estado de EE.UU. National City Bank of New York (hoy Citibank) compró el Banco Nacional de Haití - único banco comercial y su tesoro nacional - en efecto, la transferencia de las deudas de Haití a la estadounidenses. Cinco años más tarde, el presidente Woodrow Wilson ordenó a las tropas americanas a ocupar el país de Haití con el fin de vigilar "la inversión".

De 1915 a 1934, los Marines de EE.UU. impusieron una cruel ocupación militar, asesinó a los haitianos patriotas y se desvió el 40 por ciento del producto interno bruto de Haití a los banqueros de EE.UU..A Los haitianos se prohibió los empleos en el g gobierno. Los haitianos mas ambiciosos fueron destacados en el ejército títere, preparando el escenario para un medio siglo de dictadura militar.

Los EE.UU. mantuvieron el control de las finanzas de Haití hasta 1947.

Hasta 1957 Haití fue desangrado, entonces la CIA instaló al presidente de por vida
François "Papa Doc" Duvalier.
Papa Doc puso en marcha escuadrones de la muerte, que asesinaron a mas de 30.000 haitianos, y otros miles que huyeron al exilio

Tras la muerte de Papa Doc, en 1971, el poder pasó a su hijo de 19 años,el playboy gordito Jean-Claude "Baby Doc" Duvalier que sigió el camino dictatorial y siniestro de su padre
Los EE.UU. le sirvió de armas y entrenó a su ejército como un baluarte contra la supuesta-comunista contra la Cuba de Castro, Baby Doc robó algo asi de $ 300 a $ 800 millones del Tesoro Nacional, según Transparencia Internacional. El dinero fue colocado en cuentas personales en Suiza y en otros lugares.

Bajo la influencia de EE.UU., Baby Doc prácticamente eliminó los aranceles de importación para las mercancías de los EE.UU.. Pronto las importaciones agrícolas de Haití estaba inundado depredadores objeto de dumping por parte de empresas estadounidenses. Los productores de arroz nacional se declararon en quiebra. Una nación que había sido la agricultura autosuficiente derrumbó. Las granjas estaban abandonadas. Cientos de miles de campesinos emigraron a las favelas de Port-au-Prince.

La época de Duvalier, de 29 años en total, llegó a su fin en 1986 cuando el presidente Ronald Reagan ordenó a las fuerzas de EE.UU.mandar a Baby Doc al exilio en Francia, le salvandolo de un levantamiento popular.

Derrocada la dictadura es elegido democráticamente el presidente Jean-Bertrand Aristide.Fue dos veces derrocado
La segunda vez, en 2004, se le dio un vuelo gratis a la República Centroafricana! (Se dice que la CIA lo secuestraron, pero lo que sea.) desde entonces hay un gobierno títere en un pais totalemte devastado, vaciado, y colapasado. Haití es el pais mas pobre de LA.

Para colmos ahora en medio de la linea de una falla sísmica.





Eduardo Galeano -

Los pecados de Haití


La democracia haitiana nació hace un ratito. En su breve tiempo de vida, esta criatura hambrienta y enferma no ha recibido más que bofetadas. Estaba recién nacida, en los días de fiesta de 1991, cuando fue asesinada por el cuartelazo del general Raoul Cedras. Tres años más tarde, resucitó. Después de haber puesto y sacado a tantos dictadores militares, Estados Unidos sacó y puso al presidente Jean-Bertrand Aristide, que había sido el primer gobernante electo por voto popular en toda la historia de Haití y que había tenido la loca ocurrencia de querer un país menos injusto.
El voto y el veto

Para borrar las huellas de la participación estadounidense en la dictadura carnicera del general Cedras, los infantes de marina se llevaron 160 mil páginas de los archivos secretos. Aristide regresó encadenado. Le dieron permiso para recuperar el gobierno, pero le prohibieron el poder. Su sucesor, René Préval, obtuvo casi el 90 por ciento de los votos, pero más poder que Préval tiene cualquier mandón de cuarta categoría del Fondo Monetario o del Banco Mundial, aunque el pueblo haitiano no lo haya elegido ni con un voto siquiera.

Más que el voto, puede el veto. Veto a las reformas: cada vez que Préval, o alguno de sus ministros, pide créditos internacionales para dar pan a los hambrientos, letras a los analfabetos o tierra a los campesinos, no recibe respuesta, o le contestan ordenándole:

-Recite la lección. Y como el gobierno haitiano no termina de aprender que hay que desmantelar los pocos servicios públicos que quedan, últimos pobres amparos para uno de los pueblos más desamparados del mundo, los profesores dan por perdido el examen.
La coartada demográfica

A fines del año pasado cuatro diputados alemanes visitaron Haití. No bien llegaron, la miseria del pueblo les golpeó los ojos. Entonces el embajador de Alemania les explicó, en Port-au-Prince, cuál es el problema:

-Este es un país superpoblado -dijo-. La mujer haitiana siempre quiere, y el hombre haitiano siempre puede.

Y se rió. Los diputados callaron. Esa noche, uno de ellos, Winfried Wolf, consultó las cifras. Y comprobó que Haití es, con El Salvador, el país más superpoblado de las Américas, pero está tan superpoblado como Alemania: tiene casi la misma cantidad de habitantes por quilómetro cuadrado.

En sus días en Haití, el diputado Wolf no sólo fue golpeado por la miseria: también fue deslumbrado por la capacidad de belleza de los pintores populares. Y llegó a la conclusión de que Haití está superpoblado... de artistas.

En realidad, la coartada demográfica es más o menos reciente. Hasta hace algunos años, las potencias occidentales hablaban más claro.
La tradición racista

Estados Unidos invadió Haití en 1915 y gobernó el país hasta 1934. Se retiró cuando logró sus dos objetivos: cobrar las deudas del City Bank y derogar el artículo constitucional que prohibía vender plantaciones a los extranjeros. Entonces Robert Lansing, secretario de Estado, justificó la larga y feroz ocupación militar explicando que la raza negra es incapaz de gobernarse a sí misma, que tiene "una tendencia inherente a la vida salvaje y una incapacidad física de civilización". Uno de los responsables de la invasión, William Philips, había incubado tiempo antes la sagaz idea: "Este es un pueblo inferior, incapaz de conservar la civilización que habían dejado los franceses".

Haití había sido la perla de la corona, la colonia más rica de Francia: una gran plantación de azúcar, con mano de obra esclava. En El espíritu de las leyes, Montesquieu lo había explicado sin pelos en la lengua: "El azúcar sería demasiado caro si no trabajaran los esclavos en su producción. Dichos esclavos son negros desde los pies hasta la cabeza y tienen la nariz tan aplastada que es casi imposible tenerles lástima. Resulta impensable que Dios, que es un ser muy sabio, haya puesto un alma, y sobre todo un alma buena, en un cuerpo enteramente negro".

En cambio, Dios había puesto un látigo en la mano del mayoral. Los esclavos no se distinguían por su voluntad de trabajo. Los negros eran esclavos por naturaleza y vagos también por naturaleza, y la naturaleza, cómplice del orden social, era obra de Dios: el esclavo debía servir al amo y el amo debía castigar al esclavo, que no mostraba el menor entusiasmo a la hora de cumplir con el designio divino. Karl von Linneo, contemporáneo de Montesquieu, había retratado al negro con precisión científica: "Vagabundo, perezoso, negligente, indolente y de costumbres disolutas". Más generosamente, otro contemporáneo, David Hume, había comprobado que el negro "puede desarrollar ciertas habilidades humanas, como el loro que habla algunas palabras".
La humillación imperdonable

En 1803 los negros de Haití propinaron tremenda paliza a las tropas de Napoleón Bonaparte, y Europa no perdonó jamás esta humillación infligida a la raza blanca. Haití fue el primer país libre de las Américas. Estados Unidos había conquistado antes su independencia, pero tenía medio millón de esclavos trabajando en las plantaciones de algodón y de tabaco. Jefferson, que era dueño de esclavos, decía que todos los hombres son iguales, pero también decía que los negros han sido, son y serán inferiores.

La bandera de los libres se alzó sobre las ruinas. La tierra haitiana había sido devastada por el monocultivo del azúcar y arrasada por las calamidades de la guerra contra Francia, y una tercera parte de la población había caído en el combate. Entonces empezó el bloqueo. La nación recién nacida fue condenada a la soledad. Nadie le compraba, nadie le vendía, nadie la reconocía.
El delito de la dignidad

Ni siquiera Simón Bolívar, que tan valiente supo ser, tuvo el coraje de firmar el reconocimiento diplomático del país negro. Bolívar había podido reiniciar su lucha por la independencia americana, cuando ya España lo había derrotado, gracias al apoyo de Haití. El gobierno haitiano le había entregado siete naves y muchas armas y soldados, con la única condición de que Bolívar liberara a los esclavos, una idea que al Libertador no se le había ocurrido. Bolívar cumplió con este compromiso, pero después de su victoria, cuando ya gobernaba la Gran Colombia, dio la espalda al país que lo había salvado. Y cuando convocó a las naciones americanas a la reunión de Panamá, no invitó a Haití pero invitó a Inglaterra.

Estados Unidos reconoció a Haití recién sesenta años después del fin de la guerra de independencia, mientras Etienne Serres, un genio francés de la anatomía, descubría en París que los negros son primitivos porque tienen poca distancia entre el ombligo y el pene. Para entonces, Haití ya estaba en manos de carniceras dictaduras militares, que destinaban los famélicos recursos del país al pago de la deuda francesa: Europa había impuesto a Haití la obligación de pagar a Francia una indemnización gigantesca, a modo de perdón por haber cometido el delito de la dignidad.

La historia del acoso contra Haití, que en nuestros días tiene dimensiones de tragedia, es también una historia del racismo en la civilización occidental.




Tomado de:
Brecha



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