miércoles, 27 de enero de 2010
El torturador se quedó en silencio
Cordero se negó a hablar en la audiencia con Oyarbide
Llegó en avión, la PFA lo llevó a Tribunales y luego al nosocomio. Una organización de DDHH advirtió su temor sobre un intento de fuga. El juez le leyó las acusaciones y el torturador se quedó en silencio. Después de los exámenes médicos iría a la cárcel de Marcos Paz.
Roger Rodriguez | rogerrodriguez@adinet.com.uy
El coronel Manuel Cordero fue trasladado ayer en avión al Aeroparque de Buenos Aires y tras un chequeo médico llevado a comparecer ante el juez federal Norberto Oyarbide, quien le leyó los cargos por los que fue extraditado desde Brasil y, aunque el militar se negó a declarar, lo internó en el Hospital Militar Central de la capital argentina.
El torturador uruguayo, requerido por múltiples crímenes de lesa humanidad, viajó en un vuelo de línea desde Corrientes a Buenos Aires, donde lo aguardaba un grupo médico de la Policía Federal Argentina (PFA), cuyos agentes se encargaron de conducirlo hasta los Tribunales de la Avenida Comodoro Py.
En el Juzgado Federal Nº 7, secretaría 14, Cordero fue recibido con extremas medidas de seguridad y llevado a la audiencia con el juez Oyarbide, quien le informó del expediente de la causa Cóndor en la que el militar está implicado en casos de tortura, secuestro de niños y la desaparición de 10 uruguayos y una argentina.
A Tribunales asistieron representantes de la Comisión de Derechos Humanos de Uruguayos en Argentina, quienes plantearon su preocupación por las medidas de seguridad que se le debían aplicar a Cordero ya que tiene antecedentes de haber fugado a Brasil para evitar una causa judicial.
Cordero huyó de Uruguay en 2004 y permaneció prófugo hasta su detención en febrero de 2007, cuando fue ubicado en Santana do Livramento por el activista por los derechos humanos Jair Krischke. Desde entonces se sustanció un largo proceso de extradición que admitió la solicitud de la Justicia argentina en agosto de 2008.
Sin embargo, el militar que había obtenido la prisión domiciliaria en Livramento- logró posponer su extradición hasta el sábado último, cuando fue llevado en una ambulancia a la frontera de Uruguayana-Paso de los Libres y se mantuvo en un hospital en territorio argentino, desde donde lo llevaron ayer a Buenos Aires.
Manuel Cordero se negó a declarar en la audiencia con Oyarbide, quien en cumplimento de su compromiso ante las autoridades brasileñas de cuidar la salud del reo, ordenó su internación en el Hospital Militar Central de Buenos Aires.
"Está lúcido pero se lo ve como un hombre muy mayor y el juez decidió hospitalizarlo hasta que los exámenes cardiológicos ordenados permitan saber su verdadera condición de salud y determinar mejor dónde permanecerá detenido", dijo una fuente del juzgado a la agencia Telam. El futuro alojamiento de Cordero será decidido por el Servicio Penitenciario Federal, que ha ordenado que la mayoría de los criminales de lesa humanidad sean internados en el Centro Penitenciario II de la localidad de Marcos Paz, según confirmaron ayer fuentes de esa administración carcelaria a LA REPUBLICA. En el CP II se encuentran presos la mayoría de los militares y policías procesados por violaciones a los derechos humanos en el marco del "Plan Cóndor". Cordero tiene allí a varios ex socios del "pozo" Automotores Orletti.
La República
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