Sus actividades: tres veces diputado, vicepresidente del Club Nacional de Fútbol, presidente de la B del fútbol uruguayo, presidente de Welcome, síndico del Banco de Crédito, administrador general de la Asociación Española, director del Radisson Victoria Plaza, presidente de la Comisión Honoraria de Lucha contra el Cáncer, presidente de la Federación Uruguaya de Boxeo, integrante de la Comisión Fiscal del Automóvil Club del Uruguay, de la Sociedad Filantrópica Cristóbal Colón, de la Cámara de Comercio Uruguayo – Paraguaya, copropietario de Club de Pesca Armonía, asesor del Directorio de la Empresa Polo y del diario Últimas Noticias y podríamos seguir…
Masón, amigo de la Secta Moon, de la dictadura y de la izquierda, de la policía y de la barra brava de Cerro.
El cumpleaños de Oscar
Guldenzoph, los Romay, Enrique «Cachete» Espert, Óscar Moglia, jefes médicos y directivos de la Española, gerentes de todos los laboratorios, proveedores de esta institución, empresarios de distintas ramas, gente del fútbol, del básquetbol, de la política y de los negocios asistían religiosamente los 2 de marzo de cada año al cumpleaños del «Óscar».
Lejos de ser una fecha familiar o de festejo íntimo constituía un momento ideal año tras año para demostrar fortaleza, recibir importantes regalos y de paso ejercitar la cadena de «amigos» que proveían de todo lo necesario para que fuera un gran festejo. Ninguno de los invitados osaba faltar a esta cita, se cumplía casi como una típica regla castrense:«La invitación de un superior, es una orden».
Para Magurno el Uruguay es el «país de la gauchada» y lo reivindica: «El día que se termine la gauchada en Uruguay se termina el Uruguay».
Oscar con Pacheco
En la Asociación Española deja tirados a los viejos que ya no son rentables ... dan muchos gastos ... mejor dejarlos morir ... esa es la realidad
Glamorosa aristocracia
Magurno nunca dudó en utilizar sus contactos empresariales y políticos en pos de sus proyectos personales: Welcome, Nacional, el Capitán Miranda o la campaña electoral. El ingreso de personal a la Española fue moneda corriente en su vida y él lo justifica: Yo hago entrar gente a la institución al igual que otros dirigentes. Yo tengo gente que tengo que entrar, pero cuando la Española necesita algo el que va a pedir es Óscar; si hay que ir a pedir a un ministerio, es Óscar; si hay que ir a varios lados, es Óscar; si hay que tramitar un préstamo, es Óscar. Y yo tengo que estar a la recíproca si alguien viene y me pide algo. La vida no es solo pedir, también es dar. »Juan Carlos Bugallo —ex funcionario y varias veces directivo de la Española— es contundente: «El gordo (por Magurno) nunca sacó de su bolsillo nada. ¿Sabés cómo armaba el cuadro de Welcome o la campaña política? Le decía al carpintero de la Española: “Llevame 50 mil para Welcome”, al de los Hospi Saunders “20 mil para tal cosa”, y a otro proveedor “30 mil para tal” Y, sin dudas, los laboratorios.
El ex director comercial de uno de los más importantes laboratorios de nuestro país —que prefirió mantener el anonimato—, en entrevista para este libro, contó con lujo de detalles la operativa comercial que montó Magurno. «Se llegaba a los pedidos de la siguiente manera: lo pasaba a buscar por la Española e íbamos a almorzar a Morini, los dos éramos amigos del dueño. Nos tomábamos cinco whiskies cada uno y mientras comíamos le planteaba los negocios que yo precisaba hacer y él me planteaba lo que precisaba para sus actividades. A veces lo llamaba yo, a veces me llamaba él. Él manejaba muy bien el timing. Te trancaba cosas para que destrancarlas te saliera más favores personales. Y no tenías escape, porque del trámite más ínfimo hasta la compra de aparatos de 150 mil dólares, todo tenía que salir con la firma de él. Entonces, para que te saliera el negocio siempre tenías que decir sí a algunos de los pedidos que tenía, que podían ser para el fútbol, para la política o para Welcome. Yo, por ejemplo, le sacaba el cuerpo a los pedidos de básquetbol, pero tengo un amigo que estaba en Abbott que se prestó hasta para ser presidente de Welcome. Porque Óscar también comprometía a sus amigos para después hacer negocios.
leer mas El País 20.04.2008.
Oscar y Tabaré
En un clima informal y con bromas de por medio —ante un auditorio compuesto por médicos, directivos y periodistas—, el entonces presidente Tabaré Vázquez dijo sentirse «orgulloso» de pertenecer a la Española y agradecido por las constantes muestras de cariño de parte de los funcionarios de la empresa. El ya gerente general, Óscar Magurno, aclaró que el oncólogo no firmaba la tarjeta cada martes cuando tenía consulta en la institución por el revuelo que ello causaría. Lo hace «por el bien de la institución. Y como yo no soy menos que él, tampoco firmo», bromeó Magurno, quien admitió que era la primera vez en su vida que se convertía en jefe de un presidente de la República.
Con la presencia del presidente Tabaré Vázquez, y varios miembros del gabinete, se inauguró ayer el Centro de Rehabilitación, Terapia Física y Medicina Deportiva de la Asociación Española. La delegación oficial, acompañada por el presidente de la institución, José Cancela, y el gerente general, Óscar Magurno, recorrió las nuevas instalaciones […]
Tabaré Vázquez destacó en su discurso: Quiero agradecer al presidente y al gerente general, Óscar Magurno, pilar de todas estas obras. Ha hecho de la Española una de las primeras instituciones no solo en Uruguay sino también en la región. […]
Agradecemos a esta institución porque nos permitió ejercer plenamente nuestra profesión con total libertad. Jamás tuvimos un rechazo de la institución en la
aplicación de un procedimiento de diagnóstico o un procedimiento terapéutico […] Uruguay, por este camino, sin dudas va a llegar a ser un país desarrollado no solo por su crecimiento económico, sino desde el punto de vista humano.
«Un lunes me llama Óscar y me cuenta: “Estuve en Punta del Este el fin de semana, Tabaré organizó una comida en la casa presidencial de Punta del Este el sábado. Pero sabés que tuve unos quintitos de fiebre y Tabaré no me dejó irme para casa. Me dio unos medicamentos y me obligó a quedarme con él en la residencia, ahora ya me siento mucho mejor”», recuerda Olga Souto —primera esposa de Magurno— en entrevista para este trabajo, «a mucha gente se la hacía difícil entender la relación que Óscar tenía con Tabaré. Eran íntimos y a algunos les molestaba eso».
Mientras tanto, el propio Magurno señalaba en un reportaje: Soy muy amigo, voy a la casa, me ha invitado a cenar muchísimas veces. Yo le he dicho: «Doctor, si el proletariado ve la casa que usted tiene aquí lo matan; ¡mire si viene Zabalza!».
Recuerdo que todos charlaban y Tabaré me dijo una cosa que luego me repitió muchas veces más: «El día que yo sea presidente de la República, Magurno, usted es mi ministro de Salud Pública ». Y yo siempre le he dicho: «Mire, no quiero ser ministro para que usted no sea presidente».
Al doctor Vázquez le hice el mejor servicio de oncología de Sudamérica. Lo inauguramos hace quince días. Lo hice nombrar director a pesar de lo que me decía la gente. Hace 32 años que es médico en la institución y merecía el cargo solo por la antigüedad, y si a eso le agregamos su capacidad, sus estudios y su formación en el
exterior… Y si él es presidente, me nombra ministro y yo puedo hacer algo por mi país…, porque creo que a mi país le tengo que devolver algo de lo que me dio.
Magurno y Vázquez fueron forjando una amistad que nunca imaginaron hasta dónde llegaría. A pesar de su fantástica intuición, Óscar seguramente nunca vaticinó que
su compañero de trabajo «Tabaré» fuera a llegar tan lejos. Lo que comenzó con una relación de compañerismo en la Española lentamente se fue transformando en una relación de mucho respeto y cariño recíproco. De interés, también. Nunca se tutearon pero siempre se apoyaron mutuamente. Da la impresión de que ninguno de los dos era capaz de tener un «no» de respuesta a algo que le pidiera el otro. No
solo compartían la Española: son hermanos masones, estuvieron vinculados al fútbol, se ayudaron en política, tenían amigos en común, y ambos provenían de un hogar humilde y habían podido ascender socialmente a través del trabajo.
Quizá ese origen común pueda ser la explicación de la mística de su relación.
La secta Moon
«Óscar fue un tipo muy abierto, nunca negó su vinculación con nosotros, por el contrario, llegó a decir públicamente: “Ojalá el Uruguay tuviera muchos más reverendos Moon”», comenzó recordando en entrevisa para este trabajo Jorge Guldenzoph, uno de los dirigentes más notorios de la secta Moon en Uruguay.
Al mismo tiempo que no se olvida de la generosidad de Óscar Magurno con los emprendimientos del movimiento. «Cuando yo estuve más vinculado al diario
Últimas Noticias, el diario andaba muy mal económicamente, estaba totalmente desfinanciado. Y ahí Magurno fue fundamental. Óscar metió 250 mil dólares en efectivo y sin cobrar intereses. El diario estuvo más de dos años y medio para
poder devolverle el dinero».
«Por supuesto que nosotros lo ayudamos; lo ayudamos cuando los amigos decidieron hacerle una colecta para comprarle un apartamento, allí pusimos dinero; lo ayudamos con su Welcome también; cuando precisaba algo para la Asociación Española también lo ayudamos; y claro, cuando llegaba la campaña electoral y bueno…, nos pedía ayuda, pero siempre dentro de los cánones normales. Es decir,
no era un tipo que te hacía un favor y ya te lo estaba cobrando.»
Consultado sobre la cifras exactas, Guldenzoph precisó: «Por ejemplo, en la elección de 1999, recuerdo que fueron entre 65 mil y 70 mil dólares que le dimos para la campaña.
¿Cómo logró ser recibida por Tabaré Vázquez una delegación de la secta Moon integrada entre otros por Jorge Guldenzoph, es decir, una de las personas más descalificadas por la dirigencia frentista que recuerda su pasado en la Unión de Juventudes Comunistas y luego su conversión a trabajar en inteligencia para los
militares? En Óscar Magurno se asienta en buena medida esa relación.
Consultado sobre cómo lograron acceder al presidente Tabaré Vázquez, Guldenzoph fue contundente: «El relacionamiento con el presidente Vázquez lo hizo Magurno.
Es decir, Óscar fue clave en el acercamiento nuestro con Tabaré. Vázquez confía mucho en él, lo valora y le tiene un gran aprecio a Magurno».
El rey de las gauchadas
Para Óscar Magurno hay pocas cosas más importantes que tener buenas relaciones con los periodistas y con los dueños de los medios de prensa. Magurno ha construido estas relaciones a lo largo de los años, gestionando personalmente
los avisos publicitarios de la Asociación Española y por tanto negociando permanentemente con los dueños de los medios de comunicación.
Para este trabajo, uno de los periodistas más influyentes del país señaló sin titubear: «¿Sabés por qué tiene esa llegada Magurno a los medios? Por una razón muy sencilla: te salva a un periodista de una enfermedad grave o de un accidente. Ese favor ¿cómo no te va a condicionar luego cuando vas a escribir sobre el tipo?».
En tanto, el director del diario La República, 1410 AM Libre y TV Libre, Federico Fasano, entrevistado para este libro, es contundente con sus palabras: «Y bueno… ¿cómo no iba a ser querido Magurno? ¡Si era el rey de las gauchadas! Porque la verdad yo he tenido trabajadores aquí en el diario con problemas de enfermedad y era simplemente levantar el teléfono y decirle: “Mirá, tengo un empleado que está con problemas pero no es socio”. Magurno no te dejaba terminar la frase y te decía: “Traémelo”. Es decir, nunca decía que no a esos gestos humanos. En ese
sentido es un gran humanista».
El director de la revista Caras y Caretas, Alberto Grille, contó para este trabajo que: «Una vez la suegra del hijo de Fasano, que es mexicana, vino al Uruguay y justo
tuvo un problema de salud. No tenía ninguna cobertura asistencial y yo fui a hablar con Magurno y cuando le conté la situación me dijo: “Andá tranquilo, yo le pago las primeras tres cuotas y la atendemos”. Llamó a la persona de afiliaciones, pagó delante de mí las tres cuotas y la mujer se pudo atender. Es decir, es una persona dispuesta a ayudar en todas las situaciones».
Según Facello, Magurno le tiene un «gran respeto» al semanario Búsqueda. «Óscar siempre dice que es un semanario serio» y agrega: «Con Danilo Arbilla tenía una
muy buena relación. También la tenía con Washington Beltrán de El País, con los De Feo de canal 10, con Pablo Fontaina Minelli de radio Carve. Todos lo llamaban para pedirle cosas: “que mi madre está internada” o “¿qué medico puedo ver?”. Hugo Romay, de canal 4, también era muy amigo de Óscar, cuando se tenía que hacer un examen iba por el despacho de Óscar en la Española. Mandaba buscar
el mejor enfermero y le hacía sacar sangre ahí mismo».
El doctor Homero Bagnulo no duda en afirmar que Magurno «tiene una muy buena relación con los medios de prensa». Con algo de indignación, apunta: «Una cosa insólita es la relación Fasano-Magurno. Magurno le pagaba propaganda y Fasano jamás publicaba nada que fuera contra la Asociación Española o Magurno. Recuerdo cuando un periodista en La República intentó publicar algunas de las cartas que llegaban al diario resaltando algún aspecto negativo de Magurno y Fasano lo mandó llamar y le dijo que La República no sacaba nada contra Magurno».
Diputado part time
Su compañero de bancada, el doctor Alejo Fernández Chaves, en entrevista para este libro describe a Magurno en la cámara: «Óscar siempre estaba a primera hora, a las 16 y a las 18 se iba, salvo que hubiera necesidad de que estuviese. En cámara no era de hablar, era muy sagaz en los comentarios de hombre de pueblo. Era bien como el hincha del fútbol llevado a la cámara. Era un hombre de ocurrencias y jocoso: no era de hablar fuerte pero decía cosas de los otros legisladores que te hacían reír».
En una entrevista realizada por Sergio Berrutti para El País, Magurno confiesa:
No voy tanto como debería ir a las comisiones. Yo trato de ser un hombre ejecutivo y a veces, quiere que le diga la verdad, a veces me aburre no ser ejecutivo.
[...] Muchas veces no es solo lo que se trabaja en el Parlamento. Yo, por ejemplo, sé que no soy un gran parlamentario, pero mi voto siempre está y quizá para el país trabaje más fuera de la cámara que dentro de ella. Tengo vocación de servicio, pero no de ir a la cámara horas y horas cuando sabemos en qué va a terminar.
A la hora de muchas instancias sabemos cuál va a ser la votación, pero hay gente a la que le gusta hablar y va a polemizar.
El rey de la Española
«A la Española le habían puesto “el castillo de la suerte de Cacho de la Cruz”, porque no se sabía por qué puerta iba a aparecer el chancho», recuerda su amigo Guillermo Facello entre risas y agrega: «A veces a las 6.15 o 6.30 ya estaba en la institución y recorría temprano todo el sanatorio.
También muchas veces cuando salía de alguna fiesta o reunión social se aparecía a las 2 o 3 de la mañana sigilosamente y recorría. ¡Pumba! Así agarró a médicos durmiendo, a funcionarios… él no se casaba con nadie y sancionaba…y la cosa funcionaba bien. Aquello de que el ojo del amo engorda el ganado es absolutamente
cierto».
En el trato con el personal de la Española, Magurno era un hombre difícil, tanto que incluso sus defensores más acérrimos lo señalan: «Es verdad… venía un médico y por más renombre que tuviera le decía: “¿Qué carajo hizo? Si lo tiene internado hace días, ¿por qué no hizo tal cosa?, ¿por qué no le pone tal otra?”. O “¡Usted no sabe nada, usted es un burro!”, y a jerarcas de la Española: “Vos no servís para nada, porque no te vas a la mierda”. Y los tipos se quedaban en el molde. La verdad es que era bravo cuando se enojaba. Había gente que no quería ir a limpiar el pasillo cuando los mandaban por primera vez… ¡pensaban que les iba a pegar!».
Un ex funcionario de la institución recuerda aquello con menos humor, por cierto: «Con Magurno no se podía hablar. A Magurno solamente se lo escuchaba. Él solo decía: “¡Hay que hacer esto!, ¡hay que hacer lo otro!”. Y si le decías: “Pero mire que tal cosa…”, él te miraba serio y te ladraba: “¿Yo qué dije?”. Era un autoritario y un histérico. Destrataba a las personas».
Cada mañana temprano, cuando Magurno llegaba a la institución recibía un detallado informe de todo lo que había sucedido en su ausencia. Un cirujano reconoció para este trabajo: «Magurno hasta dentro del block quirúrgico tenía gente de su confianza y al otro día le pasaban todos los datos de lo que había sucedido. Un sistema de delación infernal».
Dominaba la Española «como la palma de su mano», señalaron algunos de sus adversarios. El poder era total: manejaba a piacere al personal, era el único referente de la institución hacia afuera y tenía el exclusivo control de las finanzas, negocios, convenios y de la caja de la Española. Manejaba todos los hilos del complejo títere mutual de bulevar Artigas. No era médico pero usaba túnica blanca, no había terminado la escuela pero era el monarca de ese reino.
Desde una perspectiva más crítica, el doctor Homero Bagnulo exclama: «¡Tenía un grupo de gente que era insólito! Porque había gente en todos lados dentro de la Española que respondía a él. Tenía un sistema de control de todo, aprovechando esa gente que le era absolutamente leal a él y a nadie más, que era increíble». No duda al afirmar que: «Había tejido todo un entramado humano para tener el control. El predominio de Magurno en la Española está basado en ese entretejido mafioso que va desde los delatores hasta hacer entrar gente incondicional a él y, por supuesto,
de beneficiar a algunos personajes claves que consideraba importantes».
«Usted me puede decir cómo puede ser que este hombre (Magurno) haya llegado a este poder irrestricto que tiene. ¿Cómo puede ser que un analfabeto haya llegado
adonde llegó Magurno?», me preguntó un prestigioso cirujano que prefirió la reserva y se autorrespondió: «Yo conviví 12 años con él y la explicación es la siguiente: él usó siempre la Española con gran habilidad. No es un hombre inteligente, es un hombre intuitivo, tiene rasgos que no son de ninguna inteligencia. Él armaba todo el Consejo Directivo, la Comisión Fiscal y hasta las listas a la Asamblea Representativa con personas que eran obsecuentes con él porque le debían favores especiales o cargos. Al extinto (José) Cancela (ex presidente de la Asociación Española), por ejemplo, le acomodó una hija de más de 50 años en la Española y se lo metió en el bolsillo. […] Ahí está el poder de él, ahí la viveza. La cantidad de gente que se atendió en la Española sin ser socia, por ejemplo. Yo operé en muchas
ocasiones personas que no eran socias y él me pedía que las operara. Entre otras, la señora del ministro del Interior de Paraguay. Después lo nombraron doctor honoris causadel Paraguay… ¡Increíble! ¿Te das cuenta? ¡Un individuo que no sabe escribir nombrado honoris causa de una universidad! Es brutal.»
Masón
Gente cercana a Magurno señaló para este libro: «No paraba de recibir pedidos de la masonería o de masones. Era una cosa diaria. Por eso obviamente era un tipo muy
apreciado en la masonería. Cuando colgaba el teléfono y era un pedido de un masón decía siempre: “Llamaron los hermanos, ¡ay hermanitos! Que este no es socio, lo tuve que hacer socio, que la madre del otro, que la esposa de aquel…”».
Óscar Magurno tuvo su «apogeo masónico» durante las décadas de los setenta y ochenta para luego transformarse en un masón activo desde la vida profana (civil)
ayudando a la institución y practicando la fraternidad para con sus hermanos y con la propia institución. Asistía sí a tenidas grandes o importantes, como cuando concurría alguna autoridad a la sede la Gran Logia o se iniciaba algún amigo.
Por eso en 2004 asistió a la tenida de iniciación de Álvaro Vázquez, hijo del entonces candidato a presidente Tabaré Vázquez. Tabaré también asistió a dicha ceremonia, situación que generó algunas molestias internas porque hacía mucho tiempo que Vázquez no iba a una tenida y justo esta se celebró en año electoral, cerca de los comicios. Para algunos fue una asistencia «oportunista», para otros
fue una visita legítima, por la relación padre-hijo. Lo cierto es que, en 2004, Magurno asistió a la iniciación del hijo de su amigo Tabaré Vázquez en la logia Ariel, dentro de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay.
El conflicto y plebiscito del 86
En la Asociación Española y en sus alrededores había movimiento. Dentro de la institución se notaba en los rostros de los funcionarios cierta expectativa, cierta ansiedad. La tensión iba en aumento. Se iba a llevar a cabo el plebiscito a los efectos de ratificar o no la propuesta realizada por la patronal. Junto con ello, se jugaba el apoyo a los actuales jerarcas de la institución. Especialmente a Óscar Magurno, que había desplegado toda su estrategia durante el conflicto sindical. Al mismo tiempo los funcionarios de ATAE estaban reunidos en asamblea.
En la esquina de la Española se reunieron Óscar Magurno, Raumar Jude, Guillermo Facello y otros pachequistas. Raumar los había convocado para darle una mano «al gordo», como él le decía a Magurno. Mientras conversaban aparece Enrique «Cachete» Espert, presidente de DAECPU (Directores Asociados Espectáculos
Carnavalescos Populares del Uruguay), empresario del turf y de la distribución de diarios y revistas, acompañado por unas quince personas. Facello recuerda: «Cae el Cachete con veinte monos y le dice a Magurno: “Óscar, acá tenemos los muchachos para lo que sea”. Fue muy gracioso. Óscar dice: “Bueno, a la hora del escrutinio”. Me agarra a mí y me instruye: “Vos sabés donde quedan las calderas, escondelos ahí y si hay lío en el escrutinio yo te aviso y que vengan y que rompan todo”. Al final no fue necesario. Pero los amigos fueron a darle una mano aquel día».
Luego de la ratificación del plebiscito todo se fue calmando en la interna de la Española. El sindicato se fracturó internamente debido a diferencias de opinión en cuanto a las estrategias llevadas a cabo durante el conflicto por los trabajadores. Magurno le quebró la mano al sindicato y muchos funcionarios lo respaldaron. De ahí en más, Óscar no tuvo quien se animara a ponérsele enfrente. Realizó cambios en las distintas jefaturas y áreas, y fue colocando personal de su confianza en los puestos claves en el funcionamiento de la institución.
Goyo
La primera esposa de Magurno, Olga Souto, con quien estuvo casado más de 30 años y de quien se divorció reciénen 1993, dice claramente en entrevista para este trabajo:
«Con Óscar teníamos relación con la señora del Goyo (Álvarez), todavía tenemos buenas relaciones. Cuando le mataron al hermano (coronel Artigas Álvarez) delante del hijo, que hoy es coronel, nosotros éramos íntimos amigos de todos ellos. Éramos también muy amigos del general Trinidad y de una cantidad de militares. Óscar llevó muy bien esas relaciones, muy paralelamente». El general Yamandú Trinidad al que hace referencia Olga Souto fue un militar con mucho poder en la dictadura, que apoyó a Gregorio Álvarez para que este alcanzara la Presidencia, y fue ministro del Interior del régimen de facto.
Plebiscito de 1980
Faltaban alrededor de 15 días para el plebiscito de 1980. En él los uruguayos definirían si apoyaban o no la reforma constitucional propuesta por el régimen militar. El doctor Jorge Batlle se había encontrado frente a la Asociación
Española con Ovidio Cabal —hijo de uno de los prohombres de la institución cuyo nombre lleva el edificio central de bulevar Artigas—, vinculado a la mutualista toda
su vida, cercano a Magurno desde su adolescencia y actualmente al frente del laboratorio Biocare.
Esa tarde de noviembre hablaban con brutal ansiedad sobre qué pasaría en el plebiscito, cuando aparece Magurno, los saluda y pregunta: «¿En qué andan?». Ambos responden que estaban charlando de la parada histórica que el Uruguay se jugaba en pocos días. Magurno preguntó inocentemente:
«¿Qué hay dentro de 15 días?». Batlle le contestó, ya algo molesto: «El plebiscito contra los militares».
Magurno los miró y apuntó: «Déjense de embromar con esas cosas, hay que trabajar, y los enemigos son los comunistas ». Y se fue rumbo a la Española mientras Jorge Batlle le decía que era un intolerante y un fascista.
Esta anécdota pinta lo que era Magurno en lo ideológico. A Óscar le importaba poco si se estaba en dictadura o democracia, para él lo importante era poder seguir haciendo sus cosas.
Los orígenes
El doctor Homero Bagnulo aporta —para esta investigación— una visión complementaria de los comienzos de Magurno en la Española: «La historia de la Española empieza con un grupo de gente dentro del cual un hombre fundamental
—que fue el que llevó a Magurno a la Española—fue un señor llamado Penedo, que era un auxiliar de enfermería de urología. Era un excepcional enfermero que
sondaba a todo el mundo, sobre todo en aquella época que había muchas estrecheces uretrales. Llevaba la sonda en el bolsillo, la sacaba en cualquier situación y sondaba a los pacientes en un instante, yo lo vi hacerlo un montón de veces. Era un hombre muy original que había estado en Cuba cuando la guerra de los españoles y después la de los americanos contra Cuba. Un hombre que era visto como un mito. Y era el dueño del comité de la lista 1 de la Española.
Penedo tenía un nivel de vida increíble. Tomaba mucho whisky con mi abuelo, y del escocés, que en aquella época era mucho más caro que ahora. Me acuerdo como si fuera hoy, movía el vaso y decía “yo tomo bueno”, esa era su frase. Muchos años después supe que él alquilaba las camas de la Española. Un mecanismo que se usó mucho tiempo y hasta incluso en el hospital de Clínicas se realizaba
[…] Este hombre, junto a otros, hacían unas comidas en avenida Italia casi saliendo de Montevideo, cuando aún no estaba asfaltada. El lugar era donde se encuentra hoy el Centro Gallego, y yo teniendo 6 o 7 años supe ir. Era una barra en la que estaba el doctor Ruben Ardao, San Julián, mi abuelo Pascual Bagnulo (el primero que empezó con la fábrica de calzado). Penedo, que las organizaba, llevó —todavía de pantalón corto— a los 16 años a Óscar Magurno y lo ingresa a ese grupo de poder. Entra de portero, como él se ha encargado de decir y repetir a todo el mundo, y hace una carrera meteórica, pero ¿por qué? Porque entra al grupo de poder donde estaban el director técnico de la Española, Ardao y uno de los prohombres de la lista 1 que era Ubidio Cabal, un republicano. La Española era el núcleo republicano frente a Casa de Galicia que era el núcleo franquista, falangista […] Penedo era muy amigo de mi abuelo y tenían una barra integrada por varios médicos que eran los que manejaban la Española».
Fragmentos del libro Oscar Magurno "El Padrino" de Fernando Amado
PROLOGO—¡Usted no es amigo mío!
—Es verdad, no lo soy.
—Usted habló muy mal de mí en su libro de la masonería.
—Esa es su opinión, yo creo haber relatado hechos de la realidad, simplemente. Pero si desea lo hablamos con gusto en otro momento.
—No, no. ¿Qué quiere?
—Es que tengo la moción que postula a la Intendencia Municipal de Montevideo al doctor Ney Castillo y quería saber si usted la iba a firmar.
—A ver, déjeme verla… ¿Quiénes son los suplentes? Porque nosotros no lo sabemos.
—Esta es la nómina que el doctor Castillo nos acercó esta tarde.
La miró atentamente y disparó:
—Nosotros no la vamos a firmar. No estamos de acuerdo con dos nombres que allí aparecen. No son amigos míos.
—Muy bien. Le agradezco.
Así finalizaba mi primer diálogo —si se le puede dar ese nombre— con Óscar Magurno. Fue el 3 de febrero de 2010, serían alrededor de las 19 horas. Se dio a la entrada del patio interno, prácticamente al pasar la puerta de la vieja casa del Partido Colorado, cuando don Óscar arribó junto con su grupo de colaboradores. Alrededor de diez personas lo acompañaban y observaron petrificadas este diálogo. No fueron los únicos: era la tardecita en la que la Convención Departamental elegiría los candidatos a la Intendencia Municipal de Montevideo por el Partido Colorado y, por
ello mismo, la casa partidaria estaba repleta de gente. Había un gran bullicio, que se vio interrumpido durante nuestro intercambio bajo la atención sigilosa de los presentes. Debo y quiero ser sincero: no era ninguna novedad que don Óscar no simpatizara conmigo.
Fuente:
Faltaría agregar que por la época de 1961 la farmacia que estaba en la esquina de la Española pertenecía a Magurno. Las recetas de los medicamentos que no se encontraban en el vademécum de dicha mutualista o de los cuales circunstancialmente no había existencia en farmacia, podían ser retirados, previa autorización, en la farmacia de Magurno...
ResponderEliminarTambién debemos recordar que esta historia tiene continuidad ahora se juntan los capitales de CUTSA, de la ESPAÑOLA, etc., etc. en el Nuevo Shopping. Como diría el dicho, dios los cría y ellos se juntan.
Montevideo tiene el trasporte público más caro de América del Sur. Sin embargo la Intendencia de Montevideo subvenciona el trasporte con los impuestos que pagamos todos los montevideanos. Son tan grandes y evidentes las enormes ganancias de las empresas del trasporte como CUTSA que sus dirigentes aprovechan de esa situación para invertir multimillonarios capitales en la creación del Nuevo Shopping. Y si la Española es parte del proyecto, es más que evidente que Magurno se encuentra junto a Salgado entre los inversionistas de este nuevo "negocio". La salud de la población, al igual que la enseñanza, la vivienda, y un largo etcétera, están en la lona. El gobierno se niega a dar aumento de salarios por encima de la inflación a los empleados públicos y la burguesía no afloja ni un peso en los consejos de salarios en previsión de malos momentos para el futuro cercano de este país, pero los negocios de la burguesía, como es caso del Nuevo Shopping, siguen siendo florecientes inversiones.