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Sin inteligencia militar
Búsqueda 11.11.2010
Ocho meses después de haber provisto el cargo, el presidente José Mujica llegó a la conclusión de que "es imposible llevar adelante la función" del coordinador de los Servicios dé Inteligencia del Estado, porque no cuenta con la "colaboración" de los distintos organismos que realizan esas tareas, los cuales, según el mandatario, padecen la "enfermedad" de ser "muy celosos" de su trabajo.Por eso Mujica "considera" la posibilidad de "relevar" de su puesto al actual coordinador, el ex guerrillero Augusto Gregori, y "eventualmente suprimir ese cargo", según dijo a Búsqueda un allegado al presidente, quien "aún no tomó la decisión" pero la "está valorando".Las fuentes agregaron que el jefe de Estado aseguró a sus colaboradores que no se trata "de ninguna manera" de "un problema personal" ni del "desempeño" de Gregori."
Estos problemas de celo, esta enfermedad de los aparatos de inteligencia no son un problema exclusivo del Uruguay sino que es algo que ocurre en el mundo entero", dijo Mujica a miembros de su círculo más cercano, según confiaron los informantes.El cargo -que es de "particular confianza"- fue creado por la ley de Presupuesto del 2005, depende directamente del presidente y su objetivo es servir de "enlace" entre las distintas dependencias que llevan adelante servicios de inteligencia.Las dos principales son la Dirección Nacional de Información del Estado (Dinacie) -que depende del Ministerio de Defensa y se encarga de la inteligencia estratégica a nivel nacional- y la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII)-a cargo del Ministerio del Interior, servicio policial especializado que obtiene, analiza y procesa información para prevenir y reprimir hechos que atenten contra la seguridad pública.
También están sujetos a la coordinación los departamentos de inteligencia de los estados mayores de las Fuerzas Armadas, la Dirección General de Asuntos Políticos de la Cancillería, la Unidad de Información y Análisis Financiero del Banco Central, la Dirección Nacional de Aduanas y "cualquier otra dependencia dentro de la estructura del Estado que realice tareas de inteligencia", según la reglamentación decretada por Mujica en julio.De acuerdo al texto esos organismos "deberán proveer los apoyos y toda la información disponible, en la forma señalada, sin perjuicio de su dependencia orgánica y de sus deberes, procurando que el relacionamiento con el coordinador de los Servicios de Inteligencia del Estado se realice en base a la cooperación mutua".
El objetivo de esa coordinación es "optimizar, regular, revisar y evaluar el flujo e intercambio de información e inteligencia y de facilitar la cooperado, mutua".El decreto establece que el coordinador "deberá adoptar las medidas conducentes para prevenir y evitar todo abuso o exceso en el ejercicio de las atribuciones y facultades" que se le otorgan. Según la reglamentación, el coordinador puede disponer de toda la información que requiera de los servicios de Inteligencia del Estado, los cuales están "especialmente obligados" a proveerla.Durante su administración, Tabaré Vázquez no pudo llenar el cargo pese a que lo ofreció al general Hebert Fígoli y al ex subsecretario del Interior Juan Faroppa. Ambos declinaron la propuesta. También se manejaron los nombres del militar Jorge Semblat y del actual gerente del Instituto Técnico de Rehabilitación Juvenil, Jorge Jouroff. Sin embargo, el puesto quedó vacante hasta la asunción del nuevo gobierno.El coordinador. En marzo, Mujica nombró coordinador a Gregori, un ex guerrillero tupamaro que todavía se reconoce como tal pese a que ya no integra la orgánica del Movimiento de Liberación Nacional.Gregori participó de la "toma de Pando" -una serie de copamientos a dependencias públicas y privadas de esa ciudad- el de octubre de 1969. Como consecuencia de esa operación cayó detenido el mismo año.
En 1971, Gregori participó de la fuga de más de un centenar de tupamaros del penal de Punta Carretas y fue detenido de nuevo al año siguiente tras varios meses en la clandestinidad. Permaneció recluido hasta el retorno de la democracia, cuando fue liberado gracias a la ley de amnistía aprobada por el Parlamento. Al salir se dedicó al oficio de modelismo naval.El ex guerrillero trabajó entre 1990 y 1995 como secretario de la División Servicios Generales de la Intendencia de Montevideo, gobernada en aquel período por Vázquez. Luego, cuando el Frente Amplio accedió al gobierno nacional, Gregori fue asesor de la ministra de Defensa Azucena Berrutti y luego del director nacional de Aduanas Ricardo Prato. Cuando trabajó con Berrutti, Gregori fue una de las personas encargadas de revisar unos tres millones de páginas de documentos elaborados por el Ejército durante la dictadura, con registros de escuchas clandestinas, interrogatorios a detenidos, datos sobre la vida privada de ciudadanos y la clasificación de ciudadanos uruguayos en categorías A, B y C, según el grado de identificación que tu vieran con el régimen.Su trabajo como coordinador de Inteligencia lo realiza en una oficina en la Torre Ejecutiva, donde cuenta con la colaboración dé un coronel dé Infantería paracaidista en actividad, un coronel retirado especializado en inteligencia, y un Informático civil.Cuestionamientos.
La principal preocupación de la oposición política respecto del nuevo jerarca radica en los controles para evitar los abusos desde su función de coordinador de Inteligencia, la reglamentación le otorga a él mismo esa potestad.El diputado colorado José Amy presentó ante la Comisión de Defensa de esa Cámara un proyecto de ley para crear una comisión bicameral que controle la actividad de los servicios de inteligencia, y en especial del coordinador. Además propuso que el coordinador informe mensualmente al Parlamento sobre los "productos de inteligencia" que se elaboren desde su oficina."La actividad de inteligencia es esencial para cualquier país y muy sensible a la desviación de sus métodos y a su utilización con fines espurios", dice el proyecto en su exposición, de motivos. El oficialismo no acompaña la iniciativa de la oposición" sino que espera por el proyecto de ley de inteligencia que el Poder Ejecutivo discute en la actualidad.En junio, el senador Eleuterio Fernández Huidobro afirmó que no está de acuerdo en impulsar una norma que "emparche o ate con alambre fino" los problemas de inteligencia, sirio que es necesario promover "un gran debate acerca de qué inteligencia se necesita para los próximos 30 años".
Opinó que los servicios uruguayos "no son modernos" y además dijo que adolecen de "serios y graves problemas". En agosto, los ministros Luis Rosadilla (Defensa) y Eduardo Bonomi (Interior)
concurrieron al Parlamento para exponer sobre el coordinador y responder a las inquietudes de la oposición acerca del control que se va a ejercer sobre él.Bonomi puntualizó que Gregori puede requerir información pero no "solicitar posas que no correspondan", aunque no aclaró a cuáles se refería, y también sostuvo que "una actividad de este tipo necesita imperiosamente la existencia de una ley de inteligencia" que la "regule".Rosadilla, por su parte, dijo que su Ministerio no fue consultado sobre el decreto dictado por el Poder Ejecutivo reglamentando la función y señaló que está "absolutamente convencido de que los temas de inteligencia y la vinculación de la inteligencia del Estado con la sociedad tienen que ser fuertemente marcados por garantías y por respeto a los derechos".El diputado y ex ministro de Defensa José Bayardi opinó que debe haber "un marco legal" para las tareas del coordinador y agregó: "El peligró más grande que hay en el ejercicio de la actividad de inteligencia es pasarse de la raya; la tendencia siempre es a pasarse"
Los logros son muy pocos y van a seguir siendo pocos
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