domingo, 28 de marzo de 2010

Carta del Che Cacho

El Bicho en funciones

AL SEÑOR PRESIDENTE
DE LA REPUBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY
JOSE MUJICA


Hace tiempo que quiero decirte algo. De hombre a hombre. Fuí educado con valores que no me permitían faltar al respeto a nadie, presidente o bichicome. Todos son seres humanos aunque a veces uno tiene que forzar muchísimo la imaginación para ver a los presidentes como miembros plenos de la especie.
Hace un tiempo que vengo observando todas tus piruetas de saltimbanqui político. A veces con lástima, pero casi siempre con dolor y bronca.
Con lástima porque fuiste uno de los que se comió el garrón de la cárcel, la tortura y casi seguro del lavado del cerebro, (que eso forma parte también de los métodos de los genocidas).
Con dolor y bronca por la forma en que te cagaste y te estás cagando en el recuerdo y la sangre de los que, participantes del mismo garrón, no claudicaron. Te perdonaría incluso el haberte quebrado si así fué. Nadie puede asegurar a priori como reaccionará ante una situación extrema. Y la cárcel y la tortura sistemática lo son sin duda.
Pero cuando ese cagarse en todo y en todos pasa a ser política de estado, la cosa cambia. Ya la persona no cuenta y cuenta su investidura y el rol que desempeña en la comunidad.
Ahora sos el Estado, el Estado burgués que todos odiamos y combatimos con lo poquito o lo mucho que tenemos. El mismo estado que se llevó por delante no sólo a tus ahora ex-compañeros sino a muchos de los de a pie, que también nos comimos el garrón de por lo menos tener que salir rajando a buscar otros horizontes para poder sobrevivir, porque tus amigos de ahora, a quienes propinás largas y profundas lambetadas en el culo, nos empujaron y nos hicieron dejar el terruño, deshaciendo familias enteras por la separación, quebrando afectos y vivencias que era el único capital que teníamos.
Y formamos en las filas del segundo éxodo oriental.
Pero con una diferencia sustancial. El primero fué una muestra de dignidad colectiva de un pueblo que decidió seguir a un líder que los representaba en cuerpo y alma. El segundo fué una desbandada donde la consigna fué ¡salvese quien pueda!. En el primero, la posibilidad de volver en masa estaba latente.
Sólo hacía falta resistir y esperar. En el segundo la cosa era, y sigue siendo, sobrevivir y la posibilidad de volver apenas una esperanza a veces muy detrás del horizonte. Muchos de nosotros, achacados por los golpes y los años, ya casi ni vemos el horizonte y se nos hace cada vez más cierto el hecho de que dejaremos nuestros huesos en tierras extrañas.
También somos viejos, como esos amigotes que tenés ahora a quienes queres dejar libres como premio por haber torturado y asesinado a otros orientales, como fruto de una magnanimidad malentendida y para cumplir con un pacto hecho a espaldas y sin ningún conocimiento del pueblo.
Por eso hoy la bronca y el dolor me desbordaron y no tengo manera de pararlas. Por eso hoy, ya por una pa salir, voy a pasar por encima de los valores en los que fui educado.
Pido perdón a mis ancestros por ello. Pensaba decirte lo que pienso de vos con todas las letras, pero algún prurito me queda, y si lo pusiera por escrito estaría faltándole el respeto a tu santa madre, que nada tiene que ver en este asunto.
Pero vos lo entendes igual ¿ta?





CHE CACHO

CI. 946066

CC BDB 25001

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