Número 780, de "El Bocón",publicado el 10 de febrero de este año, con una entrevista al tal Agosto
CARTA ABIERTA DIRIGIDA A LA CONCIENCIA DE LOS QUE DUDAN SOBRE LA NECESIDAD DE ANULAR LA LEY DE IMPUNIDAD Y A LA DE ALGÚN JUEZ O FISCAL DISPUESTO A HONRARSE A SÍ MISMO Y A “LA JUSTICIA”, INTERVINIENDO DE OFICIO E INTERROGANDO AL CORONEL AGOSTO
Gabriel Carbajales, Montevideo, 18 de mayo de 2011.-
Aunque tardíamente y con el ostensible propósito del enchastre
generalizado de torturadas y torturados del “proceso cívico-militar”
como parte de la campaña de defensa de la Ley de Impunidad, un
torturador contumaz como el coronel (r) Luis María Agosto Bessonart,
realiza públicamente por estos días una “denuncia” que es en sí misma
-muy a su pesar- la admisión lisa, llana y autocondenatoria de la
aberración cobarde, inmoral y antihumana de la tortura, aún impúdica e
hipócritamente asumida como él lo hace, confesando de hecho, en
definitiva, su responsabilidad en delitos de lesa humanidad con los
que hizo “méritos” para ascender en su carrera de verdugo y para poder
obtener la denigrante jubilación privilegiada de la que hoy goza, al
amparo precisamente de la Ley de Impunidad y sus “buenas migas”
político-empresariales.
En un libro de reciente aparición, Agosto acusa -sin dar nombres ni
apellidos- a algunos integrantes del MLN detenidos y torturados por él
mismo en 1972, como co-partícipes en torturas e interrogatorios a
otros detenidos en la unidad militar de artillería en la que prestaba
“servicios” cuando las FF.AA. asumieron oficialmente la salvaje
cacería humana iniciada a fines de los ´60 por el “escuadrón de la
muerte” organizado por Dan Anthony Mitrione y Armando Acosta y Lara,
entre otros y otras que hoy comparten con Agosto la tarea de tratar de
aterrorizar nuevamente al pueblo, para que la impunidad siga siendo
algo consagrado “legalmente” y que los crímenes de lesa humanidad
prescriban a fines de año como fruto de la acción mediática –por
ahora- de un terrorismo de Estado que mantiene el “secreto” sobre el
destino de los desaparecidos como prolongación de técnicas terroristas
que ellos mismos califican de “guerra psicopolítica” contra el
movimiento popular y su justo anhelo de Verdad y Justi-cia y de Juicio
y Castigo.
Le correspondería, obviamente, a un fiscal o a un juez que actuara de
oficio, reclamarle a Agosto detalles sobre su innominada
acusación-confesión pública, y más allá de que la historia universal
registra, desdichadamente, casos verdaderamente patéticos acerca de
víctimas patológicamente seducidas por las prácticas bestiales de sus
mismos victimarios en campos de concentración nazis de ayer y de hoy
-que nadie en su sano juicio puede pretender justificar aun siendo más
la excepción que la regla-, estaría bueno que este mismo torturador
abundara también en detalles sobre todas las atrocidades criminales
ocurridas en el cuartel de “La Paloma” –sin descontar lo que él mismo
refiere acerca de algunos detenidos- durante la dictadura, que
incluyen hechos más graves aún que la tortura y cuyo conocimiento
permitiría seguramente dar con los restos de más de un desaparecido y
con la identificación clara de sus culpables directos, indirectos e
intelectuales.
Pero, independientemente de la eventual intervención de una “Justicia”
a la que no deberíamos estarle reclamando administrar justicia en el
cumplimiento de su deber, las declaraciones públicas de Agosto bastan
para que seamos los ciudadanos sin títulos profesionales los que
juzguemos y condenemos con el odio eterno a quienes hoy tratan de
descalificar indiscriminadamente a todos los perseguidos políticos de
la dictadura como argumento para entorpecer la anulación de la
desvergonzada Ley de Impunidad, ASIMILÁNDOLOS MASIVAMENTE A LA
INMORALIDAD DE LOS VERGUGOS FASCISTAS, AL PUNTO DE QUE PARA
DESCALIFICARLOS, SE DESLIZA LA RETORCIDA Y REPUGNANTE INSINUACIÓN DE QUE FUE COMÚN QUE LOS PRISIONEROS POLÍTICOS PRACTICARAN TAMBIÉN LA TORTURA O COSAS SEMEJANTES.
¡JAMÁS SE OYÓ TAMAÑA CONFESIÓN DE PARTES, COMO ÉSTA!. ¡JAMÁS TANTA INSANÍA SIN VALOR Y SIN HONOR!. ¡JAMÁS TANTA “SINCERIDAD” FASCISTA!!!.
¡LOS TORTURADORES DESCALIFICANDO A SUS VÍCTIMAS BAJO LA ACUSACIÓN DE SER COMO ELLOS!. ¡LOS VERDUGOS DEL MOVIMIENTO POPULAR ADMITIENDO INVOLUNTARIAMENTE QUE NO HAY PEOR MISERIA MORAL HUMANA QUE LA DE LA TORTURA Y LOS TORTURADORES!. ¡LOS CRIMINALES DE LESA HUMANIDAD DICIÉNDOLE A TODO EL MUNDO QUE LO PEOR QUE HAY ES PARECERSE A ELLOS MISMOS!.
Si no fuera porque atrás de este sujeto, está toda la podredumbre
–militar y civil- de los que temen que sin Ley de Impunidad vayan
todos en cana, daría para agradecerle tanta sinceridad auto
condenatoria y tener la esperanza de que a partir de estos
sinceramientos, empezaran a confesar todo lo que no han confesado
hasta hoy:
QUIÉNES ASESINARON A QUIÉNES, QUIÉNES SABEN CÓMO FUERON
DESAPARECIDOS LOS DESAPARECIDOS, DÓNDE ESTÁN O DÓNDE ESTÁN SUS RESTOS PARA QUE RECIBAN LA SEPULTURA DE SUS DEUDOS, QUÉ FUE DE TODOS LOS NIÑOS SECUESTRADOS, QUIÉNES LOS SECUESTRARON Y CÓMO LOS TRAFICARON…
Nos evitaríamos, así, mucho dolor aún y se evitarían a sí mismos, los
criminales, tal vez, al menos el callado desprecio de hasta sus
propias familias, que andan por el mundo ocultando o disfrazando sus
indeseados parentescos con alcahuetes y vulgares mercenarios del poder
que hoy hasta se dan el lujo de querer contrabandearnos “testimonios
literarios”.
Pero, no será así. Seguirán ocultando para ocultarse y para hacer lo
único que saben hacer: tratar de meter pavura; utilizar la impunidad
para intentar seguir haciendo daño y amedrentando impunemente; querer
hacernos creer que son inexpugnables y que siempre caerán parados por
llevar un fierro en la cintura que no está fabricado para disparar
solamente sobre luchadores sociales. Seguirán ejercitando neciamente y
subestimándonos, el terrorismo de Estado aún estando privilegiadamente
jubilados y viviendo en cómodas suites de barrios residenciales llenas
de rejas culpables, como lo hace el mismo Luis Agosto (hoy devenido en
militante de Lacalle, Larrañaga y Pedro Bordaberry; docente esporádico
de jóvenes cadetes; escribiente cibernético del falangismo fascista
internacional vinculado a extraños “movimientos de recuperación
nacionalista”, e, incluso, al parecer, representante de una
multinacional localizada en Centroamérica, que gestiona con la IMM la
explotación privada de la basura montevideana para producir energía
“barata”).
Seguirán, seguros de que nadie los secuestrará para sacarles mediante
torturas, la verdad, nada más que la verdad. Seguros de la “seguridad”
cobarde de quienes hoy confían en su “guerra psicopolítica” como ayer
confiaron en su guerra sin enemigos armados contra el indefenso
movimiento popular que no olvida, que no perdona y que pronto ha ido
aprendiendo a no desmoralizarse frente a sus amenazas ni dejarse
enredar y dividir con baladronadas injuriosas de los que con ley
impune o sin ella, siempre sabrán del desprecio popular como principal
acto de justicia de un pueblo podrido de “miliqueadas”, que jamás les
dará la espalda, les creerá una palabra, ni se arredrará frente a sus
matoneadas, sean del tipo que sean y tengan el padrinazgo que tengan.
Finalmente, cabría agregar el siguiente comentario: así como
prácticamente la totalidad de la oficialidad que revistaba junto a
Agosto en “artillería uno” en 1972/73 torturaba a mansalva con la más
absoluta crueldad y esencialmente como castigo, destrucción moral y
enloquecimiento de los prisioneros, hubo entre toda ella, según
parece, un solo capitán de apellido Ronchera que se negó a torturar y
que, aparentemente, fue dado de baja a consecuencia de ello. Este caso
es el paradigma a la inversa de lo que trata de demostrar Agosto
respecto a los detenidos: es decir, en decenas y decenas de oficiales
de ese cuartel, uno solo sería el que podría hablar del “honor” y al
que un buen juez o fiscal podría solicitarle información mínimamente
confiable sobre todas las prácticas de lesa humanidad del cuartel de
“La Paloma”, incluídas las del coronel jubilado que se descalifica a
sí mismo pretendiendo hacerlo con sus víctimas, como es el caso de
Agosto.
Siempre y cuando el locuaz y confeso torturador no se adelante y nos
diga también públicamente qué fue de la vida del emblemático capitán
Ronchera; si vive, si no fue ejecutado y tapado con cemento Pórtland,
o si no está internado en una clínica psiquiátrica gracias al
hostigamiento de sus “honorables camaradas de armas”; en fin, vaya uno
a saber, Agosto sabrá (como sabrá además de qué modo murió el capitán
Botti, torturador también, que en el año 1973 o 1974, cayó abatido por
balas que no eran precisamente tupamaras, en un supuesto
“enfrentamiento” callejero, por lo comentado por la tropa de entonces
en el tenebroso cuartel oesteño de Gabazzo, Silveira y Agosto)…
Bien dicen que para muestra basta un botón.
Que hagan cuentas los defensores de la Ley de Impunidad, los que
sabotearon la rosada en octubre del ´10, los que no levantarán la mano
para anular este adefesio “jurídico” y los que reciben un salario para
ejercer el oficio con el que se juramentan bajo el precepto de que
“todos somos iguales ante la ley”, sin ejercerlo…
Y que se pongan la mano en el corazón sobre todo las trabajadoras y
los trabajadores que siguen sufriendo las consecuencias de una
dictadura al servicio de opresores cuya “democracia” de hoy sigue
produciendo cantegriles, asentamientos tugurizados, miseria,
drogadicción y delincuencia para los más jóvenes, como único horizonte
de una vida amputada por impunes de guante blanco que manejan como
títeres a los impunes de uniforme y que, todos ellos, son protegidos
por esta Ley de Impunidad que ya debió ser definitivamente ANULADA y
no simplemente DEROGADA
Que recuerden y no perdonen, las humildes y laboriosas familias
orientales sojuzgadas y secuestradas durante doce años del lado de
afuera de los campos de concentración de los Bordaberry y de la
embajada de los EE.UU.
¡Que todos los AGOSTO y todos los GABAZZO, SEAN REPUDIADOS EN EL
CLAMOR POPULAR DE ANULACIÓN TOTAL E INMEDIATA DE LA LEY DE
IMPUNIDAD!!!.
Serví en el Grupo de Artillería N° 1 en los años referidos.
ResponderEliminarNo sólo Ronchera se negó a torturar, hubo otros.
No se torturaba a mansalva.
Nunca supe que Agosto torturara.
Roberto Gomensoro murió por torturas de Gavazzo (escondidas) en ese cuartel, su cuerpo fue llevado y arrojado en Rincon del Bonete; sin embargo la "Justicia" condenó por ello a un Coronel que servía en el departamento de Tacuarembó !!!!!, a nunos trecientos kilómetros de distancia !!!!!!
Cuidado con el ódio generalizado