sábado, 9 de julio de 2011

Tenemos algo que contar



No fue negociación sin claudicación

La Dirección de los Tupamaros presos en 1972,

no Negoció sino que Claudicó


Hemos tratado de juntar algunos testimonios de compañeras y compañeros a nuestra propia experiencia para explicar un poco más esta tesis y dar a conocer un conjunto de hechos que sistemáticamente se han ocultado detrás de la palabra negociación.
 Es increíble que lo que entonces conocieron cientos de presos hoy sigue oculto y que incluso quienes quieren denunciar la complicidad de Huidobro y sus secuaces con los militares torturadores, conozcan tan parcialmente los hechos.
El Bebe negoció, no claudicó, pero la negociación se le impuso como parte de una correlación de fuerzas. 
Se le pedía que se entregase él y la infraestructura, él no sólo no lo aceptó, sino que desde esa fecha dándole largas a una negociación que no tenía salida, intentó reorganizar las fuerzas que habían sido descalabradas por la entrega.
Creemos que es aceptar parte de la mentira de la historia oficial de Huidobro, el reprocharle a estos dirigentes (Huidobro, Marenales, Wassen, Mujica…) el haber negociado con los militares, cuando lo que realmente hicieron fue claudicar.
 Escribimos estas líneas para dejar claramente establecido que lo que hicieron estos sujetos, que hoy están en el gobierno, no fue negociar, sino que por el contrario, cambiaron abiertamente de bando y  fueron decisivos en la destrucción de la militancia revolucionaria.
Esperemos que eso permita para dejar más claro que lo que la política que hoy llevan adelante, no es más que la continuidad con aquella claudicación general.
Empecemos por dar a conocer hechos.
Mientras seguían torturando en los cuarteles y hasta asesinaban en la tortura a compañeros (por ejemplo el asesinato del compañero Juan Facchinelli se produce en plenas “conversaciones”) , Huidobro y otros dirigentes tupamaros  sostenían que habían “convencido” a varios oficiales del ejército de luchar con ellos “contra la oligarquía y el imperialismo”, que poco a poco impondrían dicha política en todo el ejército y a tales efectos anunciaron y trataron de imponer en las presas y presos, que poblaban los cuarteles del país, la siguiente línea política:
1)     Que había que colaborar con la lucha por los ilícitos económicos, hacer operaciones conjuntas, utilizar locales e infraestructura de la Orga, y ante la sorpresa de muchos compañeros, sostenían la necesidad de hacer “comandos conjuntos” (expresión textual de Huidobro en mayo/agosto del 1972) para llevar a cabo esta tarea….
Como se sabe esta directiva de la Orga tuvo como resultado la persecución, los allanamientos, la tortura y la prisión de diferentes personas y participaron en ellas diversos presos. No tenemos información de hasta que punto esos presos seguían directivas cotidianas de la dirección o lo hacían dentro de esa línea general diseñada por Huidobro y defendida con ahínco por casi todos los cuadros de dirección detenido.
Lo que si sabemos es que al mismo tiempo los dirigentes nos contaban en los cuarteles que estaban preparando operaciones más importantes y en algunos cuarteles, nos consta que se planificaron conjuntamente detalles y se prepararon armas y logística, de lo que serían directamente “operaciones revolucionarias” como la prisión de grandes políticos estafadores como era el caso de Jorge Batlle o la apertura y expropiación de todos los COFRES FORT de los bancos del país.
 Lo que también sabemos es que, como en toda vuelta de timón autoritaria, dicha política fue acompañada de una descalificación sistemática de los compañeros que rechazaron dicha posición, fueran todavía tupamaros o que militaban en otras organizaciones.
 La política unitaria de torturadores y claudicantes se impuso en base a la fuerza y aislando a los resistentes.
2)     Decían además que más allá de la tregua en curso por la cual ellos habían “logrado el cese de torturas en algunos cuarteles” (¡lo que era muy relativo porque, como dijimos, se seguía torturando en otras partes!), Huidobro y sus secuaces, sostenían que estaban logrando un acuerdo general por el cual se lograría la amnistía general.
Que la condición era evidentemente el fin de la resistencia, a entrega de armas y locales, lo que implícitamente planteaba la entrega o convencer a los compañeros de afuera de entregarse y entregar la Infra de la Orga.
 Que los militares daban prioridad a la caída del Bebe, pero que ese punto todavía no estaba claro.

Que para cuando eso estuviese arreglado (¡claro que ante tanta entrega el Bebe seguía molestando a la dirección entreguista!) y se hubiese terminado totalmente la guerra, se había convenido una amnistía general de “todos los presos políticos, tupas y no tupas”… en donde saldrían todos en menos de 2 años.
Ante la incredulidad de muchos, Huidobro y los otros entreguistas explicaban que el preso que estaría más tiempo sería el gallego Mas Mas que sólo pasaría dos años y que se había convenido que todos los demás salieran a prorrata de los cargos que tenían en función de ese ejemplo.
Este argumento tan optimista tenía una potencia enorme en compañeros más o menos quebrados, lo que permitía descalificar más todavía a los incrédulos.
3)     Además sostuvieron que dado esos acuerdos no se podía seguir operando en el exterior de la cárcel y mucho menos intentar fugarse. En base a ello no sólo prohibieron a todo aquel que dependía de su disciplina toda tentativa de fuga, sino que desaprobaron formal y explícitamente las tentativas de presos que no respondían a sus directivas, buscando por todos los medios que las mismas no se llevaran a cabo.
4)     Explicaban que estaban trabajando en un plan general para el desarrollo del país para lo cual se había tomado como base algunos proyectos económicos elaborados con anterioridad.

Concretamente se habían tomado como base dos proyectos principales uno era el proyecto de reforma agraria que se había realizado principalmente en Punta Carretas y el otro el del puerto oceánico que se presentaba como una alternativa a la “boya petrolera”.
A tales efectos se publicaron documentos y se dieron cursos a oficiales y a presos sobre ambos temas.
La ilusión de que por esta vía se estaba avanzando en la “lucha contra la oligarquía y el imperialismo” era tan grande que al extenso documento que servía como presentación del tema de la Reforma Agraria se le había agregado un POSTFACIO cuyo contenido no recordamos, pero que los presentadores llamaban POSTFACHO porque había sido escrito para el período “postfascista” que ya estaba en curso en las Fuerzas Conjuntas, gracias a la genial maniobra de los dirigentes Tupamaros que ahora se habían puesto a la cabeza de los “oficiales progresistas”…
5)     Evidentemente el gran modelo era el Perú de Velasco Alvarado, adonde también los militares habían logrado la colaboración de los EX GUERRILLEROS.
 Para apoyar tremenda tesis de que se estaba conquistando al ejército desde las cárceles, gracias a la capacidad de maniobra de la Dirección Tupamara, se hacía correr la bola de que tal discurso en la Escuela de Oficiales que había leído tal o cual oficial en realidad “lo redactó el Ñato”…mito que llegó a su apogeo con la supuesta “redacción conjunta” de los comunicados de los oficiales y en particular de, los luego famosos, comunicados 4 y 7.
Además claro está se hacía correr la bola que tal oficial “es de los nuestros”, que tal otro “está con los viejos carcamanes” y que la figura providencial será tal Mayor o Teniente Coronel, pero que por sobretodo las cosas hay alguien que ya está planificando sacarle la fuerza a los “viejos” Zubía y Cristi…, que hay un General progresista por excelencia…, que no hay que decirlo mucho,…pero que ese hombre SI, es seguro es de los nuestros y participa en los acuerdos…ese hombre providencial…” del que no hay que hablar mucho”…
”es un tal…que le dicen …Goyo”. Si, ni más ni menos que el Goyo Álvarez era entonces el hombre clave en la estrategia del Ñato Huidobro!

Todo esto que hoy se mantiene en secreto fue voz populi al interior de los cuarteles, era “la posición oficial la orga” y fue expuesta por todos los dirigentes oficiales aunque alguno de ellos marcara tal o cual diferencia con “la posición del Ñato”.
Hay cientos de testigos directos de todos esto, dado que efectivamente en muchos cuarteles se hablaba abiertamente de todo eso y se autorizaron cursos en los que mientras los presos oficialista exponían esas tesis, otros daban cursos sobre temas más globales como “el peruanismo”, “historia del movimiento obrero”, “comunismo”, “economía política”, “física”.
Hubo también compañeros a los que se les obligó a colaborar y obtuvieron el beneficio de salir a “hacer operativos”.
Concretamente como preso te llevaban a las “conversaciones”. Sin siquiera consultarte te llevaban a tal cuartel o a tal reunión, te sacaban la venda o la capucha y te encontrabas con oficiales importantes y con “compañeros” dirigentes (como Huidobro o Marenales) que decían a los oficiales “este puede ayudarnos porque sabe…”.
Es decir de buenas a primeras ¡te cantaban lo que vos habías negado en la máquina!: que te conocían, que tenías responsabilidad, que sabías tal o cual información, que además eras especialista en tal o tal cosa. ¡Te reescrachaban!
Esto lo hicieron tanto con gente que aún estaba sometido a la orgánica Tupa, pero además con gente que no pertenecía más a esa organización o que había roto cuando la caída, o anteriormente. Ahora bien, si seguías asumiendo la disciplina orgánica te autorizaban a salir para “colaborar con los ilícitos” y la lucha “contra la oligarquía y el imperialismo”, si por el contrario no respondías a esos dirigentes, no te autorizaban a salir.
Del Florida no salían uno o dos dirigentes sino muchos compañeros que de una u otra forma participaban en las investigaciones sobre ilícitos o aportaban contribuciones sobre los planes para el país.
 Sin embargo a discrepantes históricos o “microfraccionalistas” se les negaba la salida. Incluso hubo algún preso que manifestó su deseo de salir para contribuir a esa lucha, pero los “militares progresistas” consultaron a sus colegas de la “dirección tupamara” que le respondió “nosotros no podemos garantizar que este vuelva”.
Resultado: les tuvieron confianza a quienes habían capitulado, no a los otros y a quien se había propuesto para ir a investigar sobre ilícitos, no lo autorizaron a salir.
Ellos saben que todo lo que aquí se dice es verdad, que han ocultado, hay cientos de testigos que pueden confirmar lo que aquí se afirma.
 Dada la casa de brujas y la persecución existente, sobre todos los que fuimos testigos de esta verdad, no podemos aquí publicar nombres de quienes podrían testimoniar y aportar muchos más detalles acerca de esta realidad.
Volveremos a estas páginas con elementos complementarios y algunas conclusiones políticas que se imponen.


CLAUDIA y JOAQUÍN -
postaporteñ@ nº 583 - 2011-07-08

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