viernes, 7 de septiembre de 2018

La risa de Gavazzo





>>> La llegada sonriente del represor



Teresita fue torturada y violada por el represor. Lo vio este viernes, le gritó y luego comenzó a temblar de la rabia y la impotencia.




Unas diez personas esperaban la llegada del torturador José Nino Gavazzo, de 78 años, la mayoría víctimas de la última dictadura cívico-militar del país. Comentaban sorprendidos el hecho de que no hubiese vallas y pensaban que, una vez más, no iría a declarar. Pero tal como había sido pactado llegó sobre las 13 horas en una camioneta. Se bajó con su sonrisa estoica que no ha cambiado a pesar de los años. De esa misma forma, recuerda Teresita Almada que sonreía cuando la torturó y la violó en 1972 con 21 años, mientras estaba presa en Tacuarembó.

Teresita lo describió como "una asesino serial" porque "festejaba" con esa misma cara cuando la torturaba a ella y a sus compañeras. "Él tiene una sonrisa petrificada en su rostro", dijo. "Actuó siempre a cara descubierta, no se tapaba y era muy sádico", afirmó.

Gavazzo fue integrante del Servicio de Información y Defensa (SID) en el Ejército, donde llegó al grado de teniente coronel. Actualmente está cumpliendo prisión domiciliaria por violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura.

El represor caminó hacia la sede judicial ubicada en la calle San José 1132 a paso lento y poco seguro, acompañado de su bastón. Un periodista le preguntó si se arrepentía de algo, volvió a sonreír y se mantuvo en silencio. A su alrededor varias personas le gritaron "asesino", "torturador" e "hijo de puta".

"Largá el bastón porque es falso eso", le gritó, por su parte, Teresita. Esa fue su primera reacción, luego empezó a temblar de la rabia y la impotencia. Dijo que verlo le produjo "una cosa en el estómago y taquicardia". "No es por lo que me hizo a mí, que no fue nada al lado de lo que le hizo a otros compañeros y compañeras en el transcurso del tiempo", explicó. "Es impresionante verlo con la misma cara. Está más gordo, nada más, de pasarla bien", añadió.

Irma Leites, líder de la organización Plenaria, Memoria y Justicia, le preguntó dónde estaban "los niños que hizo desparecer y asesinó". Pero tampoco hubo respuesta.

Gavazzo fue citado por la denuncia realizada por Gloria Izquierdo Costa en 2012 por detención ilegítima, torturas y abuso sexual en Tacuarembó en 1972. A 389 kilómetros lo escuchaba el juez letrado de 1° Instancia en lo Penal de Tacuarembó, Diego Prieto. Gavazzo declaró en videoconferencia durante dos horas, pero estuvo dentro de la sede judicial por más de tres horas y media. En seis años, esta es la primera vez que efectivamente declara un militar indagado por las causas en ese departamento. Otros ya habían sido citados pero presentaban inconstitucionalidades o prescripciones.

Como la denuncia de Gloria también "hay otras causas vinculadas a la misma fecha y al mismo lugar que se están llevando adelante en otros expedientes", como la de Teresita, explicó a ECOS el abogado de la defensa, Cley Espinoza.

Teresita fue encarcelada junto a su esposo, Juan José, en junio de 1972 en Tacuarembó. Allí estaba Gavazzo por tres meses junto con "su equipo de tortura", recordó. Estuvo siete años presa pero cuando salió seguían allanando su casa y habitualmente la citaban al cuartel. Por ello, se fue exiliada junto a sus dos hijos, pero su compañero "Pepe" seguía en prisión. Primero estuvo seis meses en Río de Janeiro, Brasil, y después fue recibida en Suecia. " Me vine el 9 de marzo del 85 y mi esposo salió el 10", continuó. "Este año cumplimos 57 años de casados con mi compañero", dijo sonriendo. Tienen dos hijos, cuatro nietos y una bisnieta.

"No espero mucho (de la Justicia) porque como está en la casa haciéndose el enfermo, como otros, no sé si se logrará algo más", manifestó resignada. "Él torturó muchísimo, dejó compañeros y compañeras locas, hizo desaparecer y mató niños, además de compañeros y compañeras. Es violador de los derechos humanos", sostuvo.







A la salida esperaban jóvenes, adultos y ancianos, todos alrededor de la puerta del Juzgado, sobre las 16 horas llegó una camioneta donde bajaron al menos ocho policías con sus respectivas armas, escudos y cascos. Varios entraron y salieron varias veces. Se formaron dejando un corredor vacío para que pasara Gavazzo. En los costados estaban los manifestantes, los más jóvenes molestos por la presencia policial. "Yo sabía que a los asesinos los cuidaba la policía", cantaban mientras esperaban por la salida del represor. "No son obreros, no son trabajadores, son los milicos cuidando torturadores", fue otro de los cánticos que se escucharon.

"Estas personas están acá porque alguien las mandó, porque son policías pero también son trabajadores, acá hay un Estado que se tiene que hacer cargo de eso", gritó Verónica Mato, hija de Miguel, desaparecido el 29 de enero de 1982.

Por más de media hora hubo un desfile de policías en la puerta de la sede judicial, entraban y salían constantemente. Finalmente, Gavazzo salió rodeado de policías que lograron llevarlo a la camioneta en cuestión de segundos, se prendió una sirena y arrancó velozmente. En la calle permanecieron los manifestantes que, nuevamente, le gritaron: "asesino", "torturador" e "hijo de puta. También quedaron allí los funcionarios policiales que fueron fuertemente criticados por los presentes por ser "cómplices de torturadores y violadores".





La Diaria  Gavazzo declaró como indagado por torturas en causa de Tacuarembó

El abogado de la denunciante dijo que respondió preguntas sobre la causa y la “misión” que llevó a cabo en el departamento

Gavazzo declaró ayer como indagado en el Juzgado de Montevideo, ubicado en San José 1132, por delitos de tortura cometidos en 1972, en el Regimiento de Caballería N° 5 de Tacuarembó. La audiencia se hizo por videoconferencia ante el juez de 1º Turno de Tacuarembó, Diego Prieto, donde radica la denuncia.
El abogado patrocinante, Cley Espinosa, explicó a la diaria que la denunciante estuvo detenida en 1972, en el marco de una operación de represión contra integrantes del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN), aunque ella solamente era militante frenteamplista. Según informó la diaria a fines del año pasado, la denunciante fue secuestrada mientras trabajaba y permaneció 110 días encerrada en el regimiento. La denuncia fue presentada en marzo de 2012 en el Juzgado Letrado de Primera Instancia de Tacuarembó. En paralelo, ese mismo año se presentaron otras 36 denuncias en el departamento. Luego de que Gavazzo presentara distintos recursos, el caso llegó a la Suprema Corte de Justicia. En setiembre de 2017, la mayoría de los magistrados declaró inconstitucional los artículos 2 y 3 de la Ley 18.831, que determinan la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad.
Según el abogado, de un “montón de causas de 2012” que patrocina, esta es la primera vez que un militar indagado efectivamente declara. Espinosa señala que se llegó a este punto porque Gavazzo “agotó todas las chicanas posibles y hubo una actuación diligente de la Fiscalía Especializada en Derechos Humanos”. La audiencia duró un par de horas y al ser por videoconferencia, señaló el abogado, se perciben los “gestos” y también las “inconsistencias”. Gavazzo respondió preguntas sobre la causa concreta y su desempeño en Tacuarembó, que duró un mes, en el marco de una “misión”.






>>> Se le borró la risa














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