Con Lorena Lavecchio
Por este medio queremos informar lo sucedido en nuestro sindicato (AEBU) respecto al paro de mujeres del 8 de marzo.
Las compañeras de las comisiones de género del BROU y del BSE reunimos más de 1.400 firmas, entre ellas 600 firmas del BSE y 608 firmas del BROU, firmando también compañeros y compañeras del BHU, ANV, Anda, Itaú y Créditos de la Casa, las que fueron presentadas ante el Consejo Central de Aebu. Esta solicitud no buscaba que se definiera un paro de 24 horas para las mujeres sino que, simplemente, se diera amparo a las compañeras que quisieran adherir 24 horas al PIM, en el marco de una medida gremial reconocida por el Sindicato.
El 26 de febrero en sesión del Consejo Central de AEBU se votó por mayoría (8 votos en 11) no respaldar a las mujeres afiliadas a este sindicato que quisieran parar 24 horas este 8 de Marzo, adhiriendo al Paro Internacional de Mujeres.
Explicaciones vacuas, argumentos fútiles y absurdas excusas, fueron el tenor del discurso de una mayoría sindical, mayoritariamente hombres, que continúa imponiendo el poder, por el poder en sí.
La lucha de las compañeras del sistema financiero es una lucha más en la historia de las mujeres por conquistar sus derechos, por la igualdad en la diferencia, por el acceso a la educación, a la salud, a la vivienda, por libertad de nuestras mentes y nuestros cuerpos. Por la deconstrucción de las premisas culturales impuestas, creadas por grupos de poder que se han naturalizado, tanto en hombres como en mujeres.
El Paro Internacional de Mujeres (PIM) es un movimiento llevado adelante por mujeres de diferentes partes del mundo. Un total de 54 países adhirieron en 2018 como una forma de visibilizar y denunciar la violencia machista a la que están expuestas las mujeres en todas sus formas y expresiones: sexual, social, cultural, política y económica. El PIM es un movimiento social que surge de la necesidad de realizar transformaciones sociales y culturales que garanticen a las mujeres del mundo que sus derechos no sean violentados. Lamentablemente, nuestro país está sufriendo un alto grado de violencia hacia la mujer, reflejado en cifras alarmantes de feminicidios en los últimos años.
En 2017 algunas compañeras del BSE decidimos adherir al PIM, debido a los oídos sordos de nuestra organización sindical, lo único que pudimos hacer fue faltar con aviso.
En 2018 buscamos que más compañeras pudieran adherirse a dicho movimiento, y para eso requerimos nuevamente el respaldo sindical. Mantuvimos reuniones con consejeros y miembros de distintas agrupaciones, sin resultados. Finalmente, la Representativa del BSE decidió darnos el respaldo para que nuestro paro pudiera enmarcarse como medida gremial y más de 250 mujeres decidieron unirse. La Representativa del Brou, por su parte, consiguió en esa oportunidad amparar a las compañeras, pero bajo falta con aviso. Ese año los integrantes de la Representativa del BSE que nos apoyaron, fueron sancionados por el Consejo Central por “incumplimiento de medidas gremiales”.
Al ser nuestro interés trabajar en la temática de género y llevarla a todos los espacios, se crearon comisiones de género en BROU y BSE, respaldadas por las respectivas representativas. En los últimos meses de 2018 comenzamos a coordinar ambas comisiones para poder, en este año 2019, ser respaldadas en nuestra voluntad de parar durante 24 horas el 8 de Marzo para poder visibilizar nuestro rol en la sociedad, en lo público y en lo privado, en nuestros trabajos remunerados y no remunerados.
Con el fin de demostrar que nuestros compañeros y compañeras nos apoyan en este Paro, y visto que el Consejo Central de Aebu no realizó consulta alguna al gremio, decidimos juntar firmas de afiliados y afiliadas para presentar ante el Consejo Central de AEBU. Logramos llevar la discusión a todos nuestros espacios de trabajo, coordinando además con compañeras de ANV y BHU.
También mantuvimos dos reuniones con la comisión de género central de AEBU, quien declinó tomar posición sobre el planteo.
Si aceptáramos la negativa de un conjunto de machistas patriarcales, que sólo se representan a sí mismos, deshonraríamos la lucha de todas las mujeres que antes de nosotras, y con nosotras, dieron su vida por una sociedad distinta.
EL 8 DE MARZO, LAS MUJERES PARAMOS 24 HORAS
COMISIÓN DE GÉNERO BSE
COMISIÓN DE GÉNERO BROU – COMISIÓN REPRESENTATIVA BROU
COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS ANV Y BHU
>>> Convocatoria
En el local sindical del SUINAU la actividad "Las mujeres en el movimiento sindical". Exponen compañeras del secretariado ejecutivo del PIT-CNT, Laura Alberti (SUNCA), Valeria Ripoll (ADEOM) y Abigail Puig (FUECYS).
Nuevamente las mujeres tomaron las calles en su día
Una multitud en Montevideo e importantes movilizaciones en varias ciudades del país. Las mujeres del Uruguay se sumaron al Paro Internacional y a las manifestaciones mundiales por el Día Internacional de la Mujer.
>>> Los machos también quieren parar
Joselo López: "Hacer un paro solo de mujeres excluiría al resto de trabajadores varones"
Para el integrante del PITCNT, hacer solo un paro de mujeres podría dejar a algunos varones "operando como rompehuelgas". El 8 de marzo habrá paro general, sin distinción de sexos.
La Mesa Representativa del PIT-CNT rechazó la propuesta de hacer un paro solo de mujeres para el 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer.
Según informó El País, la idea había nacido en las comisiones de género de los sindicatos del Banco República y Banco de Seguros, y se presentó con el apoyo de unas 1.700 sindicalistas. Desde redes sociales varias integrantes de organizaciones feministas insistían con esta idea desde hace varios días, con el objetivo de que se notara más la ausencia de las mujeres en ese día y de que no se les quitara el protagonismo a sus reclamos.
La Mesa Representativa de la central obrera no accedió al pedido y determinó un paro a partir de las 16 horas sin distinción de sexos, a fin de que trabajadores y trabajadoras puedan acudir a la marcha que se realiza el 8 de marzo.
Joselo López, integrante de la directiva del PIT CNT y de la Mesa Representativa, dijo a Montevideo Portal que la decisión fue prácticamente unánime, quitando alguna abstención (la Mesa tiene 85 integrantes, 17 de ellos mujeres).
"Hubo varios argumentos para tomar la decisión, que nosotros compartimos. El argumento de más peso es que cuando estamos en un día tan particular, y la pelea ha sido por la igualdad de derechos en materia de género, hacer solo un paro de mujeres deja excluido al resto de los trabajadores varones, que pueden llegar a quedar medio expuestos", dijo. ¿Por qué? "Porque si están sin hacer paro en sus puestos de trabajo y los jefes los mandan a cubrir los cargos de las mujeres, tienen que hacerlo, si no hay ninguna medida tomada. Quedarían operando como rompehuelgas. Ese es el fin por el cual hay que acompañar el paro a nivel general, porque la igualdad de derechos tiene que ver con eso", afirmó.
El PIT CNT negó que haya cambiado su postura ante el paro de mujeres
Desde AFFUR habían señalado que el gremio presentó una moción para que se apoye el paro de mujeres y que esto había sido aprobado.
El PIT CNT desmintió que se haya modificado la resolucion de la mesa representativa en donde se rechazaba la propuesta de hacer un paro exclusivamente de mujeres.
Este mediodía, fuentes de AFFUR señalaron que el PIT CNT aprobó por unanimidad apoyar el paro de mujeres durante 24 horas para este viernes, en celebración del Día Internacional de la Mujer.
Así lo confirmó a Montevideo Portal la secretaria de organización de la Agremiación Federal de Funcionarios de la Universidad de la República (AFFUR), Carla Couto, gremio que presentó una moción luego de que el PIT CNT rechazara el paro exclusivamente de mujeres.
Sin embargo, dos fuentes del PIT CNT señalaron que esta versión no es correcta y que la mesa representativa no modificará su postura.
>>> Conclusiones
8M: El debate sobre el paro de mujeres
El PIT-CNT decretó un paro parcial que generó reacciones de feministas que esperaban que la central sindical promoviera un paro general.
El Paro Internacional de Mujeres surgió en 2016 en Polonia,
donde se declaró una huelga de mujeres de 24 horas conocida como “lunes
negro”, el 3 de octubre, en respuesta a los intentos de penalizar el
aborto. Dos semanas después, ante una ola de femicidios y tras la
represión policial desatada en la marcha del Encuentro Nacional de
Mujeres en Argentina, mediante una convocatoria en las redes sociales
que contó con el apoyo de las organizaciones feministas, se convocó un
paro de una hora y movilizaciones masivas en todo el país. Varios países
de América Latina y el Caribe replicaron la experiencia.
Luego de un nuevo paro en Polonia, esta vez “contra la violencia y la ignorancia frente a las problemáticas de las mujeres”, a fines de octubre de 2016 las polacas organizaron una cruzada de organización mundial. Entre países de todo el mundo se generó el movimiento Paro Internacional de Mujeres, cuya primera expresión conjunta fue el 8 de marzo de 2017 con un paro de 24 horas. El paro se repitió en 2018 y está convocado para el viernes 8 de marzo. Las reivindicaciones son varias y se basan fundamentalmente en la desigualdad y la violencia hacia las mujeres. Se propone un paro del trabajo remunerado y no remunerado con el fin de visibilizar el impacto de la fuerza de trabajo femenina.
Al igual que el año pasado, el PIT-CNT decretó un paro general parcial. Será desde las 16.00 hasta el final de la jornada, con libertad de acción a los sindicatos que decidan tomar otras medidas. La correlación de fuerzas en la central no permitió plantear un paro general de 24 horas de mujeres, y las propuestas que lo reivindicaban naufragaron. Una de esas propuestas era la de decretar un paro parcial y dar libertad para que las mujeres pudieran parar la jornada completa, amparadas por esta medida. Hay libertad de acción para que cada sindicato modifique la medida y extienda el horario.
Por otra parte, se tomó en cuenta que los sindicatos de transporte adhieren a los paros generales de 24 horas. La disminución de la oferta de transporte podría alterar la movilización a consecuencia de las dificultades que podrían encontrar las mujeres que viven lejos del centro de Montevideo para participar en la marcha que recorrerá 18 de Julio. La decisión del PIT-CNT encendió un debate que generó múltiples reacciones, entre ellas una juntada de 1.700 firmas de mujeres, que fue entregada a la central sindical.
Las mujeres cumplimos doble jornada laboral, históricamente hemos sido el eslabón que soporta la generación de riquezas del capitalismo patriarcal. Cuando logramos ingresar al mercado laboral, no dejamos de cumplir con las tareas de cuidados y domésticas ni con las responsabilidades asociadas a las estructuras sociales y familiares. Insistimos en que esta es una jornada de reflexión, debate y lucha que debe abarcar a la vida pública y privada.
El objetivo del paro de mujeres es visibilizar la magnitud del trabajo que hacemos y cómo ha sido subestimado. En lugares donde el trabajo está feminizado y la medida se acata, el efecto del paro general es realmente impactante. También queda en evidencia el techo de cristal en espacios en los que los altos cargos de decisión y responsabilidad están ocupados por varones.
El paro pone en evidencia la importancia del trabajo no remunerado
que hacemos en hogares y circuitos personales, y que no es considerado
como tal. ¿Cuántas mujeres podrán dejar de hacer por un día el trabajo
de cuidados y tareas domésticas? No tenemos formas organizadas de dar
garantías a las mujeres para parar en sus trabajos no remunerados, pero
sí en los remunerados, por medio de los sindicatos.
Las mujeres participamos en todas las luchas sociales como parte activa de la clase trabajadora. Sin embargo, en el Día de la Mujer Trabajadora muchas compañeras no podrán parar porque desde el movimiento obrero organizado no se tiene un real compromiso con las reivindicaciones feministas contra la opresión patriarcal. Las garantías para hacer un paro de 24 horas son fundamentales. El paro de mujeres no es exclusivamente para asistir a la marcha: es una jornada de carácter político en la que nos apropiamos de nuestro tiempo para provocar una toma de conciencia real de las desigualdades y abusos a los que históricamente hemos sido sometidas. La decisión de un paro parcial mixto tiene un sesgo sexista que no toma en serio nuestra lucha.
Frente al avance del neoliberalismo conservador que reproduce las injusticias funcionales a la hegemonía del poder, las mujeres resistimos en unidad y luchamos por una sociedad más justa en la que no nos maten, ni abusen, ni violenten, ni subestimen por ser mujeres.
Aunque está planteado como un paro laboral que se ve condicionado por
el apoyo de la central obrera, nosotras también apostamos a la
inclusión de las mujeres desempleadas, parando las labores que realizan
en sus hogares, las tareas domésticas y de cuidados. No obstante,
entendemos que las represalias pueden ser severas, por lo que instamos a
que se sumen en la medida de sus posibilidades.
Hacemos hincapié en el carácter de clase del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Consideramos fundamental hacer énfasis en que el Salario Mínimo Nacional debe alcanzar a la media canasta familiar, en que el gobierno debe promover planes y cooperativas de vivienda para mujeres, en que el Estado debe generar puestos de trabajo para mujeres jefas de hogar, porque la falta de independencia económica es lo que ata a las mujeres a seguir viviendo situaciones de violencia por parte de sus parejas, es lo que las expone a ser víctimas de redes de trata y a verse acorraladas en la prostitución como único ingreso; allí no podemos hablar de libre elección.
Por tercer año consecutivo vamos a parar. Esto es producto de una gran lucha histórica de las feministas y de las mujeres en todos los rincones del mundo, que reivindicamos nuestros derechos y denunciamos la discriminación y la violencia a la que somos sometidas.
Al pertenecer a una organización unitaria, que es la única central de trabajadoras y trabajadores en nuestro país, entendemos que no todos los procesos se saldan de la manera en que nosotras –como feministas y trabajadoras– quisiéramos. Pero queremos dejar algo claro: lo que peleamos en la interna es lo mismo que reivindican todas aquellas mujeres que hoy, sin encontrarse dentro de la organización, reclaman que se haga.
Es por esto que estamos convencidas de que no se trata de enfrentarnos entre mujeres –y compañeras–, sino de seguir empujando juntas por las transformaciones que tanto queremos y necesitamos; porque al patriarcado lo vamos a tirar entre todas.
La discusión no termina este 8M. Las mujeres debemos seguir formando parte de los sindicatos para hacer llegar nuestros reclamos, porque los sindicatos también son espacios en disputa.
El paro que se resolvió no es suficiente, no nos conforma. Pero, por ahora, este es el funcionamiento que la organización que integramos –y de la que estamos orgullosas– ha elegido democráticamente. Por eso respetamos lo resuelto, que no inhibe que en nuestros sindicatos o federaciones logremos otras correlaciones de fuerzas para poder tomar otras posturas.
Integramos un espacio de articulación, que es la Intersocial Feminista, donde respetamos a cada una de las organizaciones y a su diversidad, y tratamos, juntas, de ser cada vez más poderosas. Ante el fascismo, nos necesitamos todas juntas. Tal como dice nuestra consigna: se precisa más feminismo, más unidad y más lucha.
Parar es algo que debemos construir y defender. Por eso a las muchas mujeres trabajadoras que estamos sindicalizadas y defendemos la construcción colectiva apostando a la herramienta sindical como una forma de lucha cotidiana nos toca la responsabilidad de ejercer este paro por todas las que no lo pueden hacer.
No milito en el sindicato al que estoy afiliada, milito en una organización social desde mi identidad de lesbiana feminista. Elijo construir y transformar la realidad desde ahí. Pero en mi sindicato no hubo llamado a asamblea por este tema, y no pudimos dar la lucha desde adentro. Capaz que si militara en esa organización me habría enterado de por qué esto no pasó. Capaz que si las cientos de feministas que trabajamos ahí nos hubiéramos organizado esto no habría sucedido.
Pero sé que muchas sí están sindicalizadas y militan en su sindicato. No dejemos solas a las compañeras: defendamos la herramienta, defendámosla hasta de sí misma. Entendamos que esto trasciende al movimiento sindical pero lo incluye, y esto implica poder alzar nuestra voz en todos los ámbitos, sabiendo que es posible transformar esta realidad.
Este es el tercer año en el que discutimos cómo hacer el paro de mujeres. Ha habido algunos avances: hay sindicatos que resolvieron que pararan sólo las mujeres; no hay nada que lo impida salvo el insistente protagonismo que algunos varones –muy poderosos ellos– no quieren dejar de tener. Somos nosotras las que tenemos que dejar de pedir permiso, seguir organizándonos cada vez más y lograr parar en nuestros términos, mostrándoles a nuestros compañeros de qué hablamos cuando hablamos de revolución feminista.
De haber decidido un paro de 24 horas sólo para mujeres, lo que habríamos hecho sería poner a los hombres en un papel de rompehuelgas. Además, hay gremios en los que pueden parar las mujeres porque así lo definieron. No podíamos hacernos una trampa al solitario. Hay gremios que son mayoritariamente de mujeres, como los de la educación, en los que quedarían sólo algunos maestros dando clase, por lo que no sería posible. Lo mismo ocurre en la salud, sector en el que 80% son mujeres; en ese caso, sí o sí era necesario dejar guardias gremiales, ya que no habría alcanzado con los hombres para cubrirnos en el caso de convocar a un paro masivo de mujeres.
No es verdad que podría haber un paro masivo de mujeres; no podría ser porque no podemos dejar ciertos servicios que hacen a la vida de la gente. Por eso resolvimos este paro parcial a esa hora, porque queremos facilitar a todas las mujeres trabajadoras, también acompañadas por los compañeros, a concurrir a la reivindicación en las calles.
Este tema lo resolvió el PIT-CNT, pero el gremio que entienda que tiene que hacer un paro de 24 horas puede hacerlo, porque lo que resuelve la central sindical es genérico y luego hay que bajarlo a la realidad. A veces, incluso, el paro puede hacerse en Montevideo, mientras que en el interior hay otras realidades. Los gremios tienen carta blanca para resolver a nivel de las bases si las condiciones están dadas para llevar adelante el paro que pretenden, de 24 horas, ya sea de mujeres o de hombres y mujeres.
Luego de un nuevo paro en Polonia, esta vez “contra la violencia y la ignorancia frente a las problemáticas de las mujeres”, a fines de octubre de 2016 las polacas organizaron una cruzada de organización mundial. Entre países de todo el mundo se generó el movimiento Paro Internacional de Mujeres, cuya primera expresión conjunta fue el 8 de marzo de 2017 con un paro de 24 horas. El paro se repitió en 2018 y está convocado para el viernes 8 de marzo. Las reivindicaciones son varias y se basan fundamentalmente en la desigualdad y la violencia hacia las mujeres. Se propone un paro del trabajo remunerado y no remunerado con el fin de visibilizar el impacto de la fuerza de trabajo femenina.
Al igual que el año pasado, el PIT-CNT decretó un paro general parcial. Será desde las 16.00 hasta el final de la jornada, con libertad de acción a los sindicatos que decidan tomar otras medidas. La correlación de fuerzas en la central no permitió plantear un paro general de 24 horas de mujeres, y las propuestas que lo reivindicaban naufragaron. Una de esas propuestas era la de decretar un paro parcial y dar libertad para que las mujeres pudieran parar la jornada completa, amparadas por esta medida. Hay libertad de acción para que cada sindicato modifique la medida y extienda el horario.
Por otra parte, se tomó en cuenta que los sindicatos de transporte adhieren a los paros generales de 24 horas. La disminución de la oferta de transporte podría alterar la movilización a consecuencia de las dificultades que podrían encontrar las mujeres que viven lejos del centro de Montevideo para participar en la marcha que recorrerá 18 de Julio. La decisión del PIT-CNT encendió un debate que generó múltiples reacciones, entre ellas una juntada de 1.700 firmas de mujeres, que fue entregada a la central sindical.
Integrantes de organizaciones sociales y de la central sindical comparten sus posturas acerca del debate sobre el paro de mujeres, la medida adoptada por la central sindical y la correlación de fuerzas a nivel de base.
Gabriela Mathieu - Romina Machado | Encuentro de Feministas Diversas (EFD)
Cada previa al 8M nos enfrentamos a la agotadora discusión sobre el apoyo y las garantías que la central sindical puede darnos para realizar un paro nacional de mujeres. El PIT-CNT sigue sin responder satisfactoriamente al reclamo de un paro de 24 horas para las mujeres.Las mujeres cumplimos doble jornada laboral, históricamente hemos sido el eslabón que soporta la generación de riquezas del capitalismo patriarcal. Cuando logramos ingresar al mercado laboral, no dejamos de cumplir con las tareas de cuidados y domésticas ni con las responsabilidades asociadas a las estructuras sociales y familiares. Insistimos en que esta es una jornada de reflexión, debate y lucha que debe abarcar a la vida pública y privada.
El objetivo del paro de mujeres es visibilizar la magnitud del trabajo que hacemos y cómo ha sido subestimado. En lugares donde el trabajo está feminizado y la medida se acata, el efecto del paro general es realmente impactante. También queda en evidencia el techo de cristal en espacios en los que los altos cargos de decisión y responsabilidad están ocupados por varones.
Las mujeres participamos en todas las luchas sociales como parte activa de la clase trabajadora. Sin embargo, en el Día de la Mujer Trabajadora muchas compañeras no podrán parar porque desde el movimiento obrero organizado no se tiene un real compromiso con las reivindicaciones feministas contra la opresión patriarcal. Las garantías para hacer un paro de 24 horas son fundamentales. El paro de mujeres no es exclusivamente para asistir a la marcha: es una jornada de carácter político en la que nos apropiamos de nuestro tiempo para provocar una toma de conciencia real de las desigualdades y abusos a los que históricamente hemos sido sometidas. La decisión de un paro parcial mixto tiene un sesgo sexista que no toma en serio nuestra lucha.
Frente al avance del neoliberalismo conservador que reproduce las injusticias funcionales a la hegemonía del poder, las mujeres resistimos en unidad y luchamos por una sociedad más justa en la que no nos maten, ni abusen, ni violenten, ni subestimen por ser mujeres.
Karina Ansolabhere y Florencia Negreira | Paro Internacional de Mujeres
Dentro de Paro Internacional de Mujeres algunas compañeras consideran que el paro debe ser exclusivo de mujeres para que se visibilice nuestra injerencia en los distintos sectores de la sociedad, mientras que otras consideramos que el objetivo debe ser golpear a las clases dominantes y por eso marcamos una diferencia de clase con mujeres explotadoras con las que no nos une la lucha. En lo que estamos de acuerdo todas es en que debe ser de 24 horas y en que no es sólo para acompañar la marcha. Hace años que se le reclama esto al PIT-CNT; sin embargo, se siguen desoyendo las voces de las organizaciones de mujeres. Si bien permiten la participación en la marcha, esto no se traduce en un apoyo a las organizaciones sociales que llevan a cabo actividades vinculadas a problemáticas que afectan directamente a las mujeres: UPM, la trata con fines de explotación sexual, el sistema carcelario, etcétera. Tampoco demuestran un compromiso real para llevar adelante una medida de lucha por medio de la cual se le exija al gobierno una plataforma reivindicativa concreta.Hacemos hincapié en el carácter de clase del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Consideramos fundamental hacer énfasis en que el Salario Mínimo Nacional debe alcanzar a la media canasta familiar, en que el gobierno debe promover planes y cooperativas de vivienda para mujeres, en que el Estado debe generar puestos de trabajo para mujeres jefas de hogar, porque la falta de independencia económica es lo que ata a las mujeres a seguir viviendo situaciones de violencia por parte de sus parejas, es lo que las expone a ser víctimas de redes de trata y a verse acorraladas en la prostitución como único ingreso; allí no podemos hablar de libre elección.
Tatiana Antúnez | Ex integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT / Intersocial Feminista
Como mujer trabajadora y sindicalista siento la necesidad de compartir lo que nos pasa de cara a un 8M al ser parte de una organización como el PIT-CNT. Hace tres años iniciamos en la central sindical la discusión sobre el paro del 8M. Cada paro que la central determina se discute y se salda en una reunión de la Mesa Representativa, que oficia como órgano de resolución.Por tercer año consecutivo vamos a parar. Esto es producto de una gran lucha histórica de las feministas y de las mujeres en todos los rincones del mundo, que reivindicamos nuestros derechos y denunciamos la discriminación y la violencia a la que somos sometidas.
Al pertenecer a una organización unitaria, que es la única central de trabajadoras y trabajadores en nuestro país, entendemos que no todos los procesos se saldan de la manera en que nosotras –como feministas y trabajadoras– quisiéramos. Pero queremos dejar algo claro: lo que peleamos en la interna es lo mismo que reivindican todas aquellas mujeres que hoy, sin encontrarse dentro de la organización, reclaman que se haga.
Es por esto que estamos convencidas de que no se trata de enfrentarnos entre mujeres –y compañeras–, sino de seguir empujando juntas por las transformaciones que tanto queremos y necesitamos; porque al patriarcado lo vamos a tirar entre todas.
La discusión no termina este 8M. Las mujeres debemos seguir formando parte de los sindicatos para hacer llegar nuestros reclamos, porque los sindicatos también son espacios en disputa.
El paro que se resolvió no es suficiente, no nos conforma. Pero, por ahora, este es el funcionamiento que la organización que integramos –y de la que estamos orgullosas– ha elegido democráticamente. Por eso respetamos lo resuelto, que no inhibe que en nuestros sindicatos o federaciones logremos otras correlaciones de fuerzas para poder tomar otras posturas.
Integramos un espacio de articulación, que es la Intersocial Feminista, donde respetamos a cada una de las organizaciones y a su diversidad, y tratamos, juntas, de ser cada vez más poderosas. Ante el fascismo, nos necesitamos todas juntas. Tal como dice nuestra consigna: se precisa más feminismo, más unidad y más lucha.
Magdalena Bessonart | Colectivo Ovejas Negras / Intersocial Feminista
Un paro de mujeres debería ser para que podamos parar nuestras tareas, todas. En particular, lo que la enorme mayoría hacemos: trabajo no remunerado en forma de cuidados y tareas domésticas, y trabajos precarizados o en condiciones de semiesclavitud.Parar es algo que debemos construir y defender. Por eso a las muchas mujeres trabajadoras que estamos sindicalizadas y defendemos la construcción colectiva apostando a la herramienta sindical como una forma de lucha cotidiana nos toca la responsabilidad de ejercer este paro por todas las que no lo pueden hacer.
No milito en el sindicato al que estoy afiliada, milito en una organización social desde mi identidad de lesbiana feminista. Elijo construir y transformar la realidad desde ahí. Pero en mi sindicato no hubo llamado a asamblea por este tema, y no pudimos dar la lucha desde adentro. Capaz que si militara en esa organización me habría enterado de por qué esto no pasó. Capaz que si las cientos de feministas que trabajamos ahí nos hubiéramos organizado esto no habría sucedido.
Pero sé que muchas sí están sindicalizadas y militan en su sindicato. No dejemos solas a las compañeras: defendamos la herramienta, defendámosla hasta de sí misma. Entendamos que esto trasciende al movimiento sindical pero lo incluye, y esto implica poder alzar nuestra voz en todos los ámbitos, sabiendo que es posible transformar esta realidad.
Este es el tercer año en el que discutimos cómo hacer el paro de mujeres. Ha habido algunos avances: hay sindicatos que resolvieron que pararan sólo las mujeres; no hay nada que lo impida salvo el insistente protagonismo que algunos varones –muy poderosos ellos– no quieren dejar de tener. Somos nosotras las que tenemos que dejar de pedir permiso, seguir organizándonos cada vez más y lograr parar en nuestros términos, mostrándoles a nuestros compañeros de qué hablamos cuando hablamos de revolución feminista.
Soraya Larrosa | Vicepresidenta del PIT-CNT
Encontramos varios argumentos para haber resuelto la situación de esta forma, partiendo de lo que significa desde su génesis el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Entendemos que si bien tenemos reivindicaciones propias, porque somos diferentes y socialmente hemos tenido que luchar por nuestros derechos en un mundo en el que el hombre creó la legislación y las normas, y que hizo para sí mismo. También entendemos que necesitamos del conjunto de la clase trabajadora para obtener nuestras reivindicaciones. El movimiento sindical es uno solo: ni la mujer ni el hombre van adelante, sino que vamos mancomunados.De haber decidido un paro de 24 horas sólo para mujeres, lo que habríamos hecho sería poner a los hombres en un papel de rompehuelgas. Además, hay gremios en los que pueden parar las mujeres porque así lo definieron. No podíamos hacernos una trampa al solitario. Hay gremios que son mayoritariamente de mujeres, como los de la educación, en los que quedarían sólo algunos maestros dando clase, por lo que no sería posible. Lo mismo ocurre en la salud, sector en el que 80% son mujeres; en ese caso, sí o sí era necesario dejar guardias gremiales, ya que no habría alcanzado con los hombres para cubrirnos en el caso de convocar a un paro masivo de mujeres.
No es verdad que podría haber un paro masivo de mujeres; no podría ser porque no podemos dejar ciertos servicios que hacen a la vida de la gente. Por eso resolvimos este paro parcial a esa hora, porque queremos facilitar a todas las mujeres trabajadoras, también acompañadas por los compañeros, a concurrir a la reivindicación en las calles.
Este tema lo resolvió el PIT-CNT, pero el gremio que entienda que tiene que hacer un paro de 24 horas puede hacerlo, porque lo que resuelve la central sindical es genérico y luego hay que bajarlo a la realidad. A veces, incluso, el paro puede hacerse en Montevideo, mientras que en el interior hay otras realidades. Los gremios tienen carta blanca para resolver a nivel de las bases si las condiciones están dadas para llevar adelante el paro que pretenden, de 24 horas, ya sea de mujeres o de hombres y mujeres.
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