jueves, 15 de septiembre de 2022

Uruguay y el Mercosur del narcotráfico

 

 


Nicolás Centurión
9 septiembre 2022 

 

El caso del narcotraficante Sebastián Marset sigue dando que hablar en Uruguay, pero lo que parecía ser “el gerente” de la Hidrovía Paraná-Paraguay, hoy parece ser una figura más desdibujada en un puzzle de miles de piezas con ribetes regionales más peligrosos. Empecemos por el pequeño Uruguay. 

Algo huele mal
 

 Todo lo que pasa cerca de Marset huele mal y termina peor. Recientemente se suicidó uno de sus socios, el empresario Pedro Invernizzi, estando preso. Hacía pocos días que su defensa había solicitado ser trasladado a otra dependencia carcelaria y realizar un juicio abreviado. 


 

Si seguimos por el hilo Invernizzi, su abogada Silvia Cuello es una expolicía y abogada también de “Papacho” Cartes que fue apresado en Uruguay al pilotear una avioneta propiedad de su sobrino, el ex presidente de Paraguay, Horacio Cartes. Dicha avioneta iba repleta de droga y tenía como destinatario a Sebastián Marset.

Silvia Cuello y Diego Durand
 

A su vez Silvia Cuello es la expareja de Diego Durand, abogado del narco sumamente conocido en Uruguay, “Betito” Suarez y paralelamente asesor del entonces senador Luis Lacalle Pou, hoy presidente de la República. Actualmente es Vicepresidente de la estatal petrolera Ancap y está siendo investigado por la Administración Tributaria de Suiza por evasión fiscal.


Estos nombres apuntan a los laderos del narcotráfico autóctono. Al gobierno uruguayo le sirve que se le baje el perfil, ya que fue el mismo gobierno el facilitador para que Marset obtuviera su pasaporte y pudiera quedar libre en Dubai. Hoy se encuentra prófugo y por un video que él mismo envió, se encuentra en Sudáfrica, pero fuentes paraguayas indican que podría estar en Mozambique.

Marset no es el punto nodal, por más que suscite morbo y atención de los medios de comunicación, además de destapar conexiones locales de bandas narco. Es un emergente de una situación más compleja y una trama más turbia que tiene como protagonistas a actores uruguayos y paraguayos. Es un fusible en el tablero del esquema narco que está sufriendo presiones en tierras guaraníes sobre el costado del ex presidente Horacio Cartes y que tiene como horizonte mediato, las elecciones de 2023.

La interna paraguaya

Abdo y Velazquez

Hay una disputa intestina en el Partido Colorado entre Mario Abdo, actual presidente, y Cartes. Más aún cuando el progresismo en Paraguay llega debilitado a las elecciones del año próximo.

El Partido Colorado se prepara para las elecciones internas del 18 de diciembre. Hasta el momento, las dos líneas que se expresaban en la disputa electoral eran el vicepresidente, Hugo Velázquez, que responde al presidente Mario Abdo, y el ex ministro de Hacienda, Santiago Peña, delfín del ex presidente Horacio Cartes. Según analistas, el que se quede con la interna del Partido Colorado será el futuro presidente del Paraguay.

Pero Velázquez renunció de la vicepresidencia y se bajó de la interna colorada tras ser acusado de «corrupción significativa» por las autoridades en Estados Unidos. Además de haber sido contactado por la mafia de Marset para poder liberarlo de la prisión en Dubai (cosa a la que no accedió), tarea que terminó de realizar el gobierno uruguayo a través de su cancillería. La Casa Blanca acusa al precandidato presidencial de ofrecer un millón de dólares para obstruir una investigación en su contra por lavado de activos.

En el marco del operativo antinarcóticos A Ultranza Py fue identificada una propiedad en la ciudad de Altos, en el exclusivo condominio Aqua Village, que terminó en manos de una organización criminal, pero que inicialmente compró Erico Galeano, el diputado perteneciente al Movimiento Político Honor Colorado y probable candidato del cartismo a la gobernación del Departamento Central para las elecciones de 2023.

Erico Galeano es además dueño del Club Capiatá, donde Sebestián Marset, uno de los jefes del esquema desmantelado por el operativo A ultranza Py, jugó al fútbol y pagó 10 mil dólares para portar la casaca número 10.

El cártel uruguayo

Existen controversias sobre Marset y el Primer Cártel Uruguayo (PCU). Algunos periodistas lo dan como cierto y otros plantean que no existe una organización como tal, o al menos, que no reviste las características de un cartel, por más que ya estén operando en un esquema de narcotráfico y lavado de activos.

Se nombró a Marset como “el gerente de la hidrovía”, como el líder del PCU. Lo que está claro es cómo operaba a nivel nacional y regional y sus vínculos con las élites paraguayas y uruguayas; y el Clan Cartes. Otro punto aún más claro por lo turbio, que ha emergido a la superficie, es la porosidad de Uruguay en cuánto al narcotráfico y el crimen organizado.

Marset estando preso empezó a tender conexiones con el Primer Comando Capital (PCC), la mayor organización de narcotráfico en Brasil. Los viajes de Marset pos prisión, suponen el trazado de rutas para el tráfico de drogas. En 2019 la justicia uruguaya, a través de la Operación Magnesio, desbarató lo que quiso ser la primera célula del PCC en Uruguay.  Recientemente se detuvo en Paraguay una avioneta que transportaba 440 kilogramos de cocaína con destino Uruguay. La estancia donde aterrizó de nombre “Tacuarembó” tiene como dueños a uruguayos. 

La montaña de cocaína ha parido al ratón Marset. Mientras en Uruguay se sigue viviendo bajo el espejismo de la tranquilidad aldeana.

Una aldea con mucho campo, sin radares funcionando, donde se ha quitado la obligatoriedad de los GPS en los camiones de transporte, fronteras secas sin control, corrupción policial, cárceles como cultivo de criminalidad, un Ministerio del Interior sin un plan para combatir el narcotráfico y un puerto en manos de privados europeos por 60 años donde aún se desconocen las verdaderas razones del acuerdo.

Hasta el momento Uruguay ha sido usado como trampolín, puerto y vía de entrada y salida de cargamentos de droga por las mafias criminales y plaza para el lavado de activos. ¿Qué pasará cuando estas mafias quieran hacer base en el país?

 

* Licenciado en Psicología, Universidad de la República, Uruguay. Miembro de la Red Internacional de Cátedras, Instituciones y Personalidades sobre el estudio de la Deuda Pública (RICDP). Analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)

Horacio Cartes y sus vínculos con Uruguay, en base a un informe que la secretaría antilavado de Paraguay presentó en mayo ante el Ministerio Público de ese país

Por Lucas Silva 

El documento concluye que la estructura logística que Cartes utilizó durante años para el contrabando de cigarrillos es la misma que utilizan actualmente el PCC de Brasil y el Primer Cartel Uruguayo (Marset) para el tráfico de drogas.

 La Seprelad señala a Uruguay como punto estratégico para los negocios de Cartes. El contrabando de cigarros salía desde el puerto de Montevideo rumbo a “almacenes del puerto libre” en Aruba, Curazao, Belice y Surinam, para luego ingresar a Venezuela, Colombia, México y EEUU.

Un informe del Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos reveló más detalles sobre cómo el negocio tabacalero de Cartes mutó al narcotráfico. A lo "Fariña", pero con un expresidente "significativamente corrupto", según EEUU. 

Otro punto sobre Uruguay: antes de llegar a la presidencia, Cartes usó el Aeropuerto de Carrasco para negocios vinculados al Banco Amambay (luego BASA, propiedad de la familia), con remesas de dinero que se enviaban a España y Estados Unidos.

La singular operativa (avionetas que venían desde la Triple Frontera cargadas con bolsas llenas de dólares) estuvo en la mira del Juzgado de Primera Instancia de Ciudad de la Costa (primero Jorge Díaz, luego Mariana Mota).

También lo investigaron la Secretaría Antilavados y la Unidad de Información y Análisis Financiero del Banco Central del Uruguay. El colega Walter Pernas escribió sobre este tema en Brecha en mayo de 2013, un mes después de la elección que ganó Cartes. brecha.com.uy/las-sacas-del- 

Las autoridades uruguayas no pudieron avanzar mucho: los remitentes del dinero eran instituciones financieras supervisadas por las autoridades paraguayas, y los receptores eran instituciones financieras estadounidenses o españolas.

De todas maneras, dejaron plasmadas sus preocupaciones ante la operativa, según un documento que Gil Iribarne y Daniel Espinosa le enviaron a la jueza Mota en febrero de 2009  


Si los directores de la serie española Fariña quisieran hacer algo con esas características por estas latitudes deberían prestar atención a la figura del paraguayo Horacio Cartes. En la historia de este poderoso clan familiar y empresarial paraguayo hay muchos elementos narrativos comunes a lo que sucedió en las costas de Galicia en la década del 80.

Por ejemplo, la existencia de una red delictiva vinculada con el contrabando de cigarrillos que en determinado momento aprovecha una estructura que se consolidó durante años para incursionar en un negocio más lucrativo: el tráfico de drogas.

En ambos casos las historias se entrecruzan con lavado de activos, compra de bienes suntuosos, inversiones en clubes de fútbol, vínculos con la política y, finalmente, las investigaciones policiales y judiciales que procuran la caída del entramado delictivo. Las dos peripecias tienen, además, un mismo sujeto omitido: las narices de los millones de consumidores de cocaína en Estados Unidos y Europa.

El caso de Cartes tiene ingredientes adicionales, ya que llegó a ser presidente de su país entre 2013 y 2018 –en ese período su patrimonio pasó de 360 a 1.000 millones de dólares– y en julio de este año fue declarado “significativamente corrupto” por el gobierno de Estados Unidos, que ahora podría avanzar con un pedido de extradición para investigar sus vínculos con el narcotráfico y el lavado de activos.

Las investigaciones judiciales sobre los negocios de Cartes son noticia diaria en la prensa paraguaya, que también sigue con especial atención sus múltiples vínculos con el narcotraficante uruguayo Sebastián Marset. En febrero de 2022, cuando Marset ya estaba prófugo tras recibir el pasaporte uruguayo en Dubái, se llevó a cabo “A Ultranza PY”, el mayor operativo contra el crimen organizado y lavado de dinero en la historia de Paraguay. 

Pocas semanas después de ese procedimiento a cargo de la Secretaría Nacional Antidrogas del Paraguay (Senad), la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad) paraguaya elaboró un informe de 43 páginas sobre el clan Cartes, al que accedió la diaria.

El informe concluye, en primer lugar, que las vías de transporte que utilizó durante años la empresa Tabacalera del Este (Tabesa, propiedad de Cartes) para el contrabando de cigarrillos es “la misma” que utilizan en la actualidad “para tráfico de drogas, armas y personas” grupos criminales como el “Primer Comando Capital de Brasil y el Primer Comando Uruguayo, en complicidad con funcionarios públicos corruptos”.

La Seprelad también detalla cómo las empresas del grupo Cartes fueron cambiando de dueño, cuáles fueron las estrategias de “simulación de ventas” que aplicaron y el papel clave que jugó en todo ese proceso Sarah Cartes, hermana del expresidente y durante muchos años esposa del uruguayo Juan Martín Bordaberry.

El documento menciona cuál es la ruta del contrabando de cigarrillos: salen desde Paraguay, “pasan por puertos de Uruguay” con destino a los “almacenes del puerto libre de Aruba, Curasao, Belice, Surinam y toda la cuenca del Caribe”, para luego ingresar a Venezuela, Colombia, Ecuador y México, países en los que “el impuesto al tabaco es muy elevado, y las ganancias son importantes para el contrabandista”.

Las operaciones bancarias “llamativas” de Tabesa

La Seprelad dedica un capítulo de su “informe de inteligencia” a las operaciones bancarias sospechosas de las empresas de Cartes y ahí la participación uruguaya también es significativa.

Entre 2014 y 2016, Tabesa realizó transferencias al exterior para “pago a proveedores” con diferentes bancos de plaza paraguayos, pero partir de 2018 operó exclusivamente con Basa (banco que pertenece al grupo) y 98% de sus remesas las realizó por medio del estatal Banco Nacional de Fomento (BNF).

La Seprelad incluyó a Uruguay entre los cinco países a los que Tabesa transfirió más dinero entre 2014 y 2021, junto a Brasil, México, las islas Caimán y Argentina. Según el listado del organismo, en ese período se transfirieron 64,8 millones de dólares a las islas Caimán (el informe lo define, sin más, como “paraíso fiscal”) mientras que a Uruguay ingresaron por esta misma modalidad bancaria 42,8 millones de dólares provenientes de las empresas de Cartes.

“Son igualmente llamativas las transferencias al exterior a destinos como Bahamas, Bonaire, San Eustaquio y Saba, Curazao, Finlandia, Indonesia, Luxemburgo, Polonia, Singapur, entre otras”, agrega el documento.

Por otra parte, el informe de la Seprelad menciona el papel de Darío Messer, conocido como el Doleiro dos doleiros (un doleiro es un cambista que opera fuera del mercado legal), que ha sido investigado por sus negocios en Uruguay y por sus vínculos con Cartes y la operación Lava Jato. Messer, repasa el informe, montó una red de cambios paralelos primero en Brasil y luego en Uruguay, a partir de 2003. Fundó primero el Cambio Amambay y después el banco Amambay (que luego se llamaría Basa), cuyo principal accionista es el padre de Cartes, Ramón Telmo Cartes, a quien el informe define como un piloto de aviación que estuvo vinculado con el narcotráfico en los años 80. El padre de Horacio, además, durante muchos años tuvo la representación en Paraguay de los aviones Cessna.

La Seprelad menciona un informe del Ministerio Público Federal de Brasil, realizado con base en delaciones, que muestra el papel que jugó el Cambio Yrendague de Ciudad del Este en el esquema de lavado de dinero de Messer y Cartes.

Uno de los testimonios es el de Cláudio Fernando Barboza, arrestado en Uruguay en marzo de 2017 y extraditado a Brasil, que en una declaración de febrero de 2018 menciona a Lucas Mereles como el propietario de Cambios Yrendague. Mereles, por su parte, confirmó en su testimonio que una de las operaciones que realizó desde el cambio para Messer fue el envío de 70.000 dólares para el estudio del abogado uruguayo Óscar Algorta, una operación que se llevó a cabo en mayo de 2014.

Las valijas a Europa y Estados Unidos

Hay otras conexiones de Cartes y sus empresas con Uruguay. En 2008, el Juzgado de Primera Instancia de Ciudad de la Costa recibió una denuncia del entonces diputado Julio Lara porque al Aeropuerto de Carrasco llegaban avionetas procedentes de Paraguay con cuantiosas remesas de dinero, sobre todo en dólares y en moneda paraguaya. Estos sacos literalmente llenos de billetes ingresaban a Uruguay y luego partían rumbo a España y a Estados Unidos.

La denuncia la atendió el juez Jorge Díaz y luego Mariana Mota, y finalmente fue archivada, ya que el dinero en realidad era declarado en Paraguay y eso no incumplía ninguna de las normas uruguayas de aquel momento. Los funcionarios uruguayos, según contaron a la diaria fuentes vinculadas a esa causa, llegaron a abrir algunos de los sacos llenos de billetes para constatar que los montos coincidían con lo declarado en el país de origen. Según estas fuentes, una de estas avionetas acondicionadas para el transporte de “plata viva” sufrió un robo antes de salir hacia Montevideo y otra sufrió un accidente en Brasil.

Se estima que varios millones de dólares “picaron” en Uruguay bajo esta modalidad, con bolsas que se trasladaban desde las avionetas a bodegas de mayor porte, de aviones que partían rumbo a Nueva York y España.

En el marco de esta investigación, la Secretaría Nacional Antilavados de Activos uruguaya, a cargo en aquel momento de Ricardo Gil Iribarne, envió un documento al juzgado de Ciudad de la Costa para constatar que la operativa estaba ajustada a derecho y también para advertir, como por si acaso, que había “incertidumbre” sobre el origen de esos fondos y que no se podría descartar “alguna vinculación con actividades ilícitas” en Paraguay. Finalmente se supo que la operativa tenía el sello del banco Amambay, que pertenece a la familia Cartes.

Unos años después, en 2013, una investigación del periodista Walter Pernas para Brecha mostró cómo funcionaba esta operativa aérea de Cartes en Uruguay y también constató la participación de la empresa Prosegur, que en algún caso guardó dinero en sus arcas por 24 horas antes de que partiera con destino a cuentas bancarias en Estados Unidos y Europa.

 

 

 

 

 

 

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