La UNASUR al borde del abismo
Por Atilio Borón
Este
Miércoles se conoció que la reunión de cancilleres de la UNASUR
programada para el día siguiente en Montevideo había sido postergada y
que la misma recién tendría lugar el próximo 23 del corriente.
Afortunadamente, el presidente Rafael Correa decidió enmendar tamaña
insensatez y convocar a una reunión extraordinaria de cancilleres en la
sede de la UNASUR, en Quito, mañana Sábado. La postergación de ese
cónclave en medio de una crisis de gran magnitud no sólo fue
sorprendente sino extremadamente preocupante. Quiere decir que los
gobiernos sudamericanos o bien no han percibido la gravedad de la
amenaza contenida en la orden ejecutiva de Barack Obama o, peor aún, lo
percibieron pero no tienen voluntad política de perturbar con sus
escrúpulos morales o políticos (si los tuvieran) los designios
imperiales. Y esto pese a que Washington ha optado por escalar los
ataques al gobierno bolivariano embarcándose en un curso de acción que
viola por enésima vez la legalidad internacional agrediendo a un país
que -como todos los de Nuestra América- no tiene posibilidad alguna de
quebrantar la seguridad nacional de Estados Unidos.
¿Qué
esperan para actuar los gobiernos de la UNASUR que aún permanecen en
silencio o limitándose a expresar un casi inaudible reproche? ¿Se
aplicaría aquí aquel aforismo que dice que “quien calla otorga”? ¿Cómo
no reaccionan de manera inmediata –tal como para su dignidad lo hicieron
Quito y La Paz- ante la durísima amenaza proferida por el insólito
Premio Nobel de la Paz 2009? Está muy bien que los cancilleres se reúnan
este Sábado pero, ¿para cuándo citaría la UNASUR la cumbre de
presidentes de la región, única instancia que haría resonar con fuerza
la voz de Sudamérica en Washington? ¿O es que algún gobernante acaricia
la ilusión de resolver esta crisis en la Cumbre de las Américas que
debería tener lugar en Panamá entre el 8 y el 10 de Abril del corriente
año, cuando para ese entonces tal vez Estados Unidos haya bloqueado los
puertos venezolanos, establecido una zona de exclusión aérea o desatado
una ola de atentados terroristas en Venezuela, apelando a los métodos
utilizados antes en países como Cuba, Chile, Nicaragua y Granada, para
citar sino algunos pocos casos que se nos vienen de inmediato a la
memoria?
Insistimos en eso que “debería tener lugar en Panamá” porque, de persistir esta amenaza o en caso de concretarse un ataque en contra de Venezuela no tendría ningún sentido que nuestros presidentes acudieran a esa cita para brindar por la paz y la seguridad de las Américas mientras el emperador está empeñado en destruir a un pueblo hermano.
Insistimos en eso que “debería tener lugar en Panamá” porque, de persistir esta amenaza o en caso de concretarse un ataque en contra de Venezuela no tendría ningún sentido que nuestros presidentes acudieran a esa cita para brindar por la paz y la seguridad de las Américas mientras el emperador está empeñado en destruir a un pueblo hermano.
Retomando el hilo de nuestra argumentación recordemos que si en 2008 y en 2010 las intentonas golpistas en contra
de Evo Morales y Rafael Correa fueron desbaratadas se debió a que ante
tales amenazas los presidentes sudamericanos fueron convocados y se
reunieron en cuestión de horas en Santiago y Buenos Aires, declarando
que no admitirían ni convalidarían gobierno alguno surgido de un proceso
de desestabilización, tipo “golpe blando”, al margen de la normativa
legal y constitucional vigentes en Bolivia y Ecuador. Pero ahora, cuando
la región se enfrenta a un ultimátum norteamericano –pues no de otra
cosa se trata la orden ejecutiva de Obama- la respuesta de la mayoría de
los gobiernos del área ha sido vacilante y dilatoria. Cabe preguntarse
por las razones de esta conducta suicida. Algunos aducirán que dado que
no parece haber consenso dentro de la UNASUR es mejor esperar. ¿Esperar
qué cosa? ¿Que el imperio haga su próxima movida en el ajedrez
geopolítico regional, que seguramente no será solamente verbal, luego de
lo cual podría ver la luz un acuerdo para lamentar los daños causados y
las vidas perdidas por la prepotencia imperial? ¿O es que piensan que
en este fatídico ajedrez de la guerra los poderes reales de Estados
Unidos, esos que nadie elige ni que a nadie rinden cuenta, no han
pensado ya las sucesivas movidas que harán en el tablero regional?
En
términos políticos la pasividad de la UNASUR significa que los
“caballos de Troya” que medran en este organismo para neutralizar su
accionar se saldrán con la suya, imponiendo gracias a la regla de la
unanimidad y su capacidad de veto la indiferencia o el mutismo ante la
más seria amenaza proferida por la Casa Blanca en contra de un país de
América Latina y el Caribe en décadas. De ser así los “proxis” de
Estados Unidos dentro de la UNASUR le ocasionarían una parálisis que
progresivamente la conduciría a su inexorable defunción institucional.
Si ese llegase a ser el curso de acción los gobiernos que dicen ser
solidarios con Venezuela se enfrentarían a dos alternativas: quedarse en
el Lecho de Procusto tendido por los peones del imperio en la región y,
de ese modo, legitimar con el silencio de la UNASUR la embestida de la
Casa Blanca; o dar un paso al frente sin más demoras, para no convalidar
con el quietismo de la organización la agresión norteamericana que,
huelga decirlo, no es sólo contra el gobierno bolivariano. Que nadie se
engañe: el derrocamiento de Nicolás Maduro se enmarca en un plan mucho
más general con el que Washington intentará redibujar el mapa
sociopolítico de América Latina y el Caribe. La agresión a Venezuela
desencadenaría un “efecto dominó” que, más pronto que tarde, arrasaría
con todos los gobiernos de izquierda y progresistas de la región. Si no
se lograra un consenso en la UNASUR para repudiar y rechazar los
designios de la Casa Blanca entonces la crisis iluminará con potentes
luces la escena política regional y permitirá discernir cuáles son los
gobiernos que de verdad apoyan al proceso bolivariano en Venezuela -y,
por extensión, a las luchas emancipatorias de toda Nuestra América- y
cuáles lo hacen de la boca para afuera, mientras el imperio no emita una
orden en contrario. Los primeros salvarán su honor como patriotas
latinoamericanos; los otros, por su indiferencia, silencio o cobardía,
se hundirán para siempre en la deshonra. En pocos días sabremos quienes
están en uno u otro lado.
http://www.lr21.com.uy/politica/1221235-suspenden-cumbre-unasur-montevideo-venezuela
El presidente Correa llamó a reunión urgente
Vayanse al carajo Yankees de Mierda!
. Estará enterado Sendiquito?
'Tranquilo, Nicolás, que el mundo está lleno de cobardes'. Cuando por allá salió un cobarde, a tratar de ganar indulgencia con los gringos”
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-268017-2015-03-13.html
En Uruguay no estan enterados
Ejercicio militar de EEUU en Puerto Rico despierta alarmas
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