FFOSE prepara recurso de inconstitucionalidad sobre Ley de
Riego ante SCJ, porque “deteriorará aun más la calidad del agua”
Después de la aprobación “de urgencia” de la Ley de Riego con
Destino Agrario, el 19 de octubre, las repercusiones fueron diversas. La
Federación de Funcionarios de OSE (FFOSE), que desde un principio se
mostró contraria a una ley de este tipo, anunció que promoverá un
recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia (SCJ) y
que, de ser necesario, convocará a la población a votar un referéndum.
La solicitud de intervención de la Justicia obedece a que la federación considera que la ley contradice el artículo 47 de la Constitución. “Este artículo dice que el agua es un derecho esencial para la vida, un recurso público que se debe gestionar por el Estado, y principalmente apunta a que ningún agente privado pueda tener manejo sobre esta”, explicó el presidente de FFOSE, Gustavo Ricci.
Además, la ley establece la posibilidad de formar asociaciones agrarias y habilita la participación de privados en estas asociaciones para la acumulación del agua y su futura distribución bajo el concepto multipredial, lo que para los funcionarios de la empresa estatal implica “la creación de un mercado paralelo que les da lugar a los privados a comercializarla, algo que está expresamente prohibido en la Constitución”, enfatizó Ricci.
Por otro lado, el sindicalista sostuvo que hay “otras cuestiones más científicas” que incitan a la federación a manifestarse en contra de la ley; por ejemplo, el hecho de que habilita la realización de represas a grandes escalas para acumular el agua, lo que “favorece el deterioro de la calidad del agua”. Según explicó, este sistema “acumula el caudal de agua y no permite su flujo normal, lo que genera un aumento de la temperatura en embalse y dificulta la oxigenación, generando las condiciones ideales para que se produzcan algas y cianobacterias, que son las especies que contaminan los cauces en el país”. Además, sostuvo que si bien esas represas tienen previsto un control, se establece que será para aquello que quede después del riego, y que lo que se utilice con este último fin –sin controles– irá a parar finalmente a los cauces, “estropeando aun más las fuentes que usa OSE para potabilizar”.
El presidente de FFOSE también sostuvo que si bien la ley establece controles por parte del Estado, “ni la Dinama [Dirección Nacional de Medio Ambiente] ni la Dinagua [Dirección Nacional de Aguas], escasísimas de recursos humanos, tienen el personal suficiente para controlar las superficies a grandes escalas que permite la ley”.
“Ya tenemos los principales ríos del país en un estado grave de contaminación, producto de las actividades agropecuarias y de los escasos controles del Estado sobre estas. Hoy es claro que la cuenca del río Santa Lucía tiene importantes niveles de contaminación, y es una realidad que OSE incrementó sustancialmente sus costos para potabilizar el agua; esta ley viene a entorpecer aun más este proceso”, afirmó el funcionario.
La solicitud de intervención de la Justicia obedece a que la federación considera que la ley contradice el artículo 47 de la Constitución. “Este artículo dice que el agua es un derecho esencial para la vida, un recurso público que se debe gestionar por el Estado, y principalmente apunta a que ningún agente privado pueda tener manejo sobre esta”, explicó el presidente de FFOSE, Gustavo Ricci.
Además, la ley establece la posibilidad de formar asociaciones agrarias y habilita la participación de privados en estas asociaciones para la acumulación del agua y su futura distribución bajo el concepto multipredial, lo que para los funcionarios de la empresa estatal implica “la creación de un mercado paralelo que les da lugar a los privados a comercializarla, algo que está expresamente prohibido en la Constitución”, enfatizó Ricci.
Por otro lado, el sindicalista sostuvo que hay “otras cuestiones más científicas” que incitan a la federación a manifestarse en contra de la ley; por ejemplo, el hecho de que habilita la realización de represas a grandes escalas para acumular el agua, lo que “favorece el deterioro de la calidad del agua”. Según explicó, este sistema “acumula el caudal de agua y no permite su flujo normal, lo que genera un aumento de la temperatura en embalse y dificulta la oxigenación, generando las condiciones ideales para que se produzcan algas y cianobacterias, que son las especies que contaminan los cauces en el país”. Además, sostuvo que si bien esas represas tienen previsto un control, se establece que será para aquello que quede después del riego, y que lo que se utilice con este último fin –sin controles– irá a parar finalmente a los cauces, “estropeando aun más las fuentes que usa OSE para potabilizar”.
El presidente de FFOSE también sostuvo que si bien la ley establece controles por parte del Estado, “ni la Dinama [Dirección Nacional de Medio Ambiente] ni la Dinagua [Dirección Nacional de Aguas], escasísimas de recursos humanos, tienen el personal suficiente para controlar las superficies a grandes escalas que permite la ley”.
“Ya tenemos los principales ríos del país en un estado grave de contaminación, producto de las actividades agropecuarias y de los escasos controles del Estado sobre estas. Hoy es claro que la cuenca del río Santa Lucía tiene importantes niveles de contaminación, y es una realidad que OSE incrementó sustancialmente sus costos para potabilizar el agua; esta ley viene a entorpecer aun más este proceso”, afirmó el funcionario.
Preguntas para responder
El Instituto Sudamericano para Estudios sobre Resiliencia y Sostenibilidad (SARAS, por sus siglas en inglés), centro de investigación interdisciplinario en el que participa la Universidad de la República, comenzó a hacer una serie de aportes para contribuir al análisis de las modificaciones a la Ley de Riego y a su reglamentación y ayer publicó la primera entrega. En ella se advierte que “la gestión de los cuerpos de agua corrientes no se restringe, por tanto, únicamente a los cauces superficiales y a la cantidad de agua que circula en los mismos”, y que gestionar los componentes de manera independiente o fragmentada puede generar “múltiples limitaciones y fallas”. Se agrega que las obras de canalización y las represas “representan perturbaciones” que afectan el régimen de caudales y los componentes del sistema. El texto aporta definiciones para evaluar la afectación de los cursos de agua, como el régimen de caudales y el “caudal ecológico o ambiental”. Aclara que “los ríos y arroyos no son simplemente sistemas de transporte de agua hacia el océano”, sino que conforman servicios ecosistémicos y que, para que no sean afectados por las modificaciones a la Ley de Riego, se requiere una gestión basada en el conocimiento detallado del régimen de caudales y su impacto en la estructura y funcionamiento de los sistemas naturales. Según los autores, se cuenta con “un conocimiento aceptable de los regímenes de caudales en los ríos y arroyos de Uruguay”, pero faltan estudios que permitan “determinar cuáles son las características fundamentales del régimen de caudales a ser preservadas”. “Por lo tanto, se debe pensar en regulaciones y sistemas de gestión que permitan modificaciones de acuerdo con la información generada y la experiencia acumulada, evitando caer en sistemas no flexibles sin capacidad de ajuste y corrección de errores”, agregan. Para futuras entregas proponen responder qué capacidades de monitoreo, control y fiscalización tiene el Estado uruguayo.“Hacen una ley, establecen un control y ellos mismos saben que no lo pueden cumplir”
Tras la promulgación > de la Ley de Riego presentarán referéndum y recurso de inconstitucionalidad
El presidente de la Federación de Funcionarios de
OSE (FFOSE), Gustavo Ricci, aseguró a CRÓNICAS que existen intereses
particulares en el gobierno detrás de la aprobación de la Ley de Riego.
“El sector agropecuario tiene mucha incidencia en la política nacional”,
indicó el dirigente que recordó que el actual ministro y empresario
arrocero, Tabaré Aguerre, además de impulsar esta normativa ya había
estado en contra de la reforma constitucional del agua en el año 2004. A
su vez indicó que el gobierno es incapaz de establecer controles de
impacto ambiental a nivel nacional: “El Poder Ejecutivo tomó medidas
para mitigar el impacto ambiental en el Río Santa Lucía, ninguna de esas
medidas ha tenido efecto”, subrayó.
Por María Noel Durán | @MNoelDuran
-¿Cuáles son las implicancias negativas que tiene la Ley de Riego, según el sindicato?
-La mayoría de las disposiciones de la ley contradicen
claramente el plebiscito que impulsó FFOSE y otras agrupaciones sociales
hace 13 años. En el 2004 impulsamos la reforma constitucional del agua y
el plebiscito fue aprobado por un 64.7% de la ciudadanía, y claramente
la Constitución dice que el agua es un derecho humano esencial para la
vida, que para su gestión hay que darle participación a la sociedad
civil y que la explotación para el consumo de agua potable y saneamiento
tiene que estar en manos del Estado.
Esta Ley de Riego permite, a través de lo que denomina
como asociaciones agrarias, a inversores privados tanto a nivel
individual como a empresas, a participar en la construcción de represas.
Son represas a gran escala que cumplen la función de almacenamiento de
agua, están obligados a distribuirlas y al drenaje luego de su uso para
el riego. El tema es que para utilizar esa agua los pequeños y medianos
productores vana tener que pagarle a los privados el uso del agua.
Para nosotros esto es crear un mercado paralelo del agua y establecer una figura de inversores y agentes privados que está expresamente prohibida por la Constitución de la República.
Algunos dicen que la Constitución solo establece el
saneamiento y el consumo de agua potable, para el consumo OSE toma el
agua de las cuencas donde las empresas van a construir sus represas y
embalses entonces directamente están incidiendo en la calidad del agua
para el consumo.
-Desde ese punto de vista, el de la contaminación, el diputado por el Partido Nacional, Remo Monzeglio aseguró a CRÓNICAS y denunció ante el Parlamento que el estado de la cuenca del río Santa Lucía es preocupante…
-Una de las cosas que nos dicen los legisladores del
partido de gobierno que votaron la ley es que en la ley hay mecanismos
de control para asegurar que el impacto ambiental sea el mínimo posible.
Nosotros les pusimos exactamente ese ejemplo, la cuenca del Santa Lucía
fue considerada por el presidente de la República, Tabaré Vázquez, en
cadena nacional, como una cuestión prioritaria. El Poder Ejecutivo tomó
medidas para mitigar el impacto ambiental en el Río Santa Lucía, ninguna
de esas medidas ha tenido efecto y, lo que es peor, nadie las ha salido
a controlar porque ni la Dinama ni la Dinara tienen los recursos
humanos ni financieros como para estar entablando un control a gran
escala como necesita la cuenca del Santa Lucía y como van a
necesitar las innumerables represas que se construyan en el territorio
nacional. Hacen una ley, establecen un control y ellos mismos saben que
no lo pueden cumplir. La cuenca del Santa Lucía está en igual o peores
condiciones que hace un par de años.
-¿Se pierde la soberanía del agua?
-Sin dudas. Además con esto del cambio climático es
incierto lo que pueda pasar. Es muy factible que en algún momento
Uruguay vuelva a sufrir una sequía importante, el embalse de agua en ese
momento va a estar en manos de privados, y OSE no va a poder acceder al
agua, a no ser que se la compre a los privados.
-¿Qué piensa de que la normativa haya sido apoyada por todos los partidos?
-Me da la sensación de que hay un desconocimiento general.
Además hay muchos intereses porque el sector agropecuario tiene mucha
incidencia en la política nacional. En el caso de algunos legisladores,
la disciplina partidaria les hizo votar sin estar muy convencidos. La
presión del sector agropecuario es importante. Hay una voluntad expresa
del ministro Aguerre de tener una ley de estas características. En el
año 2004 el ministro estuvo en contra de la reforma constitucional del
agua, y hoy que está en el gobierno, al frente de un Ministerio
importante que impulsa esta ley que para nosotros es una ley de
privatización del agua, no una ley de riego. Hay muchos intereses en el
medio.
-¿Cree que el ministro, como empresario arrocero, tiene intereses particulares en que se apruebe la ley?
-Es de público conocimiento que es un importante
empresario arrocero, en las cosechas de arroz lo que más necesitan es un
caudal de agua importante. Lo que sí sé a ciencia cierta es que el hoy
ministro Aguerre se manifestó en contra de la reforma del 2004, eso es
comprobable, todo lo demás queda dentro de las suspicacias.
-¿Qué medidas llevará a cabo FFOSE?
-Tenemos resueltas dos medidas. Una es presentar un
recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia, para
eso precisamos que el Poder Ejecutivo promulgue la ley, cuando esto
pase, nosotros vamos a tener más en detalle las características de este
recurso. A su vez vamos a recorrer el camino de convocar a la ciudadanía
con el recurso del referéndum previsto en la Constitución para derogar
la ley. Para esto también tenemos que esperar a la promulgación de la
ley para ponernos en campaña con la recolección de firmas, pero vamos a
apelar a la ciudadanía como en el 2004.
-¿Cuentan con el apoyo del PIT -CNT?
-Ayer se reunió la mesa sindical coordinadora de entes, se
apoyó totalmente la iniciativa. En los próximos días se estará haciendo
el planteo en la mesa representativa del PIT-CNT. Hoy en FFOSE
recibimos el apoyo de otras organizaciones y colectivos integrantes de
la Comisión Nacional en Defensa del Agua y de la Vida. La idea es
ampliar la base social y gremial para que la gente tenga en claro que no
es lisa y llanamente una Ley de Riego sino que va a permitir privatizar
los recursos hídricos del país.
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