>>> La imagen del congreso del PIT-CNT!
Alrededor de 1080 delegados representaron la voz y el sentir de miles de trabajadores afiliados a los sindicatos!
Cuantos de estos leyeron los documentos del congreso?
Y cuantos de estos discutieron los temas con los trabajadores de a pie en asambleas?
En nuestra FFSP al rededor de 80 delegados representaron a los casi 16.000 afiliados de salud pública.
Estos digitados a dedo ya que no se participó a las comisiones internas ni se bajaron los documentos a las bases para que los delegados lleven postura de asamblea!
Cuantos de estos compañeros realmente se los ve militando y haciendo mesa gremial en su centro dando la cara en los hospitales todos los dias?
Cuantos de estos compañeros son elegidos y son legítimos representantes de los trabajadores??
Congreso del PIT-CNT en donde otros sindicatos también se manifestaron por designaciones poco transparentes de las delegaciones o a los gremios más críticos no se les dio la cantidad de congresales que correspondían.
Congreso del Pit-Cnt que expresa hacia fuera arengando un ámbito democrático y de unidad que no se traga nadie de los trabajadores de a pie!
La burocracia Manifestando a boca de jarro una mayoría mentirosa dentro de un congreso que fuera de él no es representativo!
La repartija de cargos y caras repetidas en la directiva de cadetes del gobierno y trepadores de partidos políticos que utilizan nuestra herramienta siguen al frente de nuestra central!
A seguir peleando y a la hora de votar en tu sindicato acordarte que el cambio esta ahí!
Militando! Participando y votando propuestas y métodos diferentes!
Hay que saludar a los sindicatos que han sido recuperados y lograron tener representantes clasistas e independientes y apesar de ser minoría tuvieron una actuación digna en el congreso!
Representando en su discurso a los trabajadores que la sufren día a día y juntan las monedas para llegar a fín de mes sin intereses personales ni banderas políticas!
Alrededor de 1080 delegados representaron la voz y el sentir de miles de trabajadores afiliados a los sindicatos!
Cuantos de estos leyeron los documentos del congreso?
Y cuantos de estos discutieron los temas con los trabajadores de a pie en asambleas?
En nuestra FFSP al rededor de 80 delegados representaron a los casi 16.000 afiliados de salud pública.
Estos digitados a dedo ya que no se participó a las comisiones internas ni se bajaron los documentos a las bases para que los delegados lleven postura de asamblea!
Cuantos de estos compañeros realmente se los ve militando y haciendo mesa gremial en su centro dando la cara en los hospitales todos los dias?
Cuantos de estos compañeros son elegidos y son legítimos representantes de los trabajadores??
Congreso del PIT-CNT en donde otros sindicatos también se manifestaron por designaciones poco transparentes de las delegaciones o a los gremios más críticos no se les dio la cantidad de congresales que correspondían.
Congreso del Pit-Cnt que expresa hacia fuera arengando un ámbito democrático y de unidad que no se traga nadie de los trabajadores de a pie!
La burocracia Manifestando a boca de jarro una mayoría mentirosa dentro de un congreso que fuera de él no es representativo!
La repartija de cargos y caras repetidas en la directiva de cadetes del gobierno y trepadores de partidos políticos que utilizan nuestra herramienta siguen al frente de nuestra central!
A seguir peleando y a la hora de votar en tu sindicato acordarte que el cambio esta ahí!
Militando! Participando y votando propuestas y métodos diferentes!
Hay que saludar a los sindicatos que han sido recuperados y lograron tener representantes clasistas e independientes y apesar de ser minoría tuvieron una actuación digna en el congreso!
Representando en su discurso a los trabajadores que la sufren día a día y juntan las monedas para llegar a fín de mes sin intereses personales ni banderas políticas!
Por su parte, Mariano Pouso y Sergio Sommaruga, secretario general de la Unión Ferroviaria y secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza Privada respectivamente, propusieron “democratizar al movimiento sindical” para preservar la unidad. Dirigentes de la Agrupación 5005 y el Frente León Duarte también dieron a conocer las propuestas que presentarían en el congreso para renovar la central y cuidar su unidad.
Mariano Pouso y Sergio Sommaruga proponen “democratizar al movimiento sindical” para preservar la unidad
Luis Rómboli
Un grupo de sindicatos presentó un documento crítico que reclama “independencia de clase”
Previo al XIII Congreso del PIT-CNT, que se llevará a cabo los días 24, 25 y 26 de mayo, la diaria
entrevistó a Sergio Sommaruga, profesor de Filosofía y secretario
general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Enseñanza Privada, y
a Mariano Pouso, ferroviario y secretario general de la Unión
Ferroviaria. Estos dos sindicatos y la Asociación de Funcionarios
Postales del Uruguay, el Sindicato Único Gastronómico y Hotelero del
Uruguay, la Asociación de Funcionarios de la UTE, el Sindicato de Artes
Gráficas, la Agremiación Federal de Funcionarios de la Universidad de la
República y la Unión de Funcionarios del Consejo Directivo Central de
la Administración Nacional de Educación Pública presentaron un documento
en el que hacen aportes para la discusión.
Mariano Pouso (MP): Hay que apuntar a que el horizonte sea un mundo sin explotados ni explotadores. Cuando hubo para repartir la torta, la torta fue más grande y por eso los pedazos fueron más grandes, pero no ha habido un cambio profundo. Al contrario, vemos que se ha destruido el valor de la solidaridad, que era propio de nuestro pueblo y ha sido absorbido por el patrón de consumo. ¿Qué es lo que va a pasar cuando la torta se achique? ¿Y si nuestra herramienta no está preparada? No solamente desde el punto de vista organizativo, sino en cuanto al respaldo social. Si se liga a un gobierno, va a caer junto con ese gobierno. La herramienta sindical tiene que volver a lo que la hizo fuerte como convención de trabajadores: a los estatutos, donde no estamos ligados a un gobierno en particular. Nuestro objetivo es liberar a la clase trabajadora del yugo de sus patrones. Eso no está a la vuelta de la esquina, no se están dando pasos en esa dirección.
MP: El planteo de esos dos modelos tiene como fin pedirle el voto a la gente. El pueblo está pidiendo mayor independencia de clase y que no pase que un compañero hoy está contigo y mañana está en el directorio de una empresa pública y se transforma en tu patrón. Además, piden el voto ejerciendo una suerte de terrorismo: “Miren que si no votan esto va a volver lo que estaba antes”. Hay un montón de elementos, que se pueden enumerar, que muestran que cuando se achica la torta, las decisiones que se toman van en el sentido de profundizar el modelo capitalista. En el caso de las empresas públicas es dramático lo que está pasando con las privatizaciones y las tercerizaciones, y va todo en la línea de una mayor eficiencia o maximización de la ganancia. El eje del movimiento sindical no puede ser pedirles el voto a los trabajadores.
En el documento que presentaron hacen una caracterización de la etapa y hablan del agotamiento del modelo de redistribución amortiguadora.
Sergio Sommaruga (SS): Lo que planteamos es que en el período progresista hay elementos medibles, comprobables, que dan cuenta de una redistribución funcional del ingreso. Pero esa redistribución tiene como ancla que la limita y la enmarca el patrón de acumulación capitalista, es decir, cómo se distribuye la riqueza, que es lo que está por debajo, el aspecto pesado de la economía y de las relaciones sociales en Uruguay. ¿Cómo explicar que sin la modificación sustantiva del patrón de acumulación hubo una redistribución funcional del ingreso? Se explica a partir de la apropiación de la renta extraordinaria que impulsó el precio de las oleaginosas y de los commodities. En el mismo período, por una necesidad del capital central de buscar valorizarse por fuera del esquema financiero, que estaba generando poca devolución, eso se tradujo en inversión extranjera directa voluminosa, de la más alta en la historia de Uruguay. En el período 2006-2012 el Producto Interno Bruto creció más del doble de lo que había crecido históricamente: 6%. ¿Se modificó la matriz productiva? ¿Hubo un incremento de la capacidad de producción? ¿Incorporamos nuevas formas de valor? No. Lo que explica ese crecimiento son esos dos motores, que quedan gripados; al quedar así, el factor que hizo posible la redistribución funcional del ingreso se tiene que ajustar, porque la alternativa es ir contra el patrón de acumulación, algo que no está planteado como voluntad política de la fuerza gobernante. Ni siquiera es parte de su programa. En consecuencia, lo que se va a venir es un ajuste que va a ser matizado y no de shock. No va a ser al estilo neoliberalismo recargado, como lo expresa la derecha más dura y pura, como en Brasil con [Michel] Temer o en Argentina con [Mauricio] Macri. Ese ajuste, que ya empezó parcialmente en 2017, se va a resolver en términos de clase. Lo que decimos es que, desde esa perspectiva, el movimiento sindical tiene que velar por los intereses de su clase y tiene que pensar su rol y su función en esa disputa por el excedente en el marco del ajuste, mirándose como clase, pensando en qué es lo que les sirve más a los trabajadores. ¿Cómo posicionarse? En función de los problemas de la estructura económica, de la estructura social, de las relaciones sociales de producción, de la distribución de la riqueza o en función de lecturas político-partidarias que no tienen que ver directamente con los trabajadores. Porque el movimiento sindical no le pregunta a un trabajador de qué partido es. Vos estás en un sindicato por tu condición de clase, no por tu condición de votante de un partido u otro. Tenemos que recuperar esa esencia de la autonomía política del movimiento sindical. Aplaudimos cuando un gobierno hace las cosas bien. Aplaudimos el crecimiento del salario real. ¿Cómo no vamos a aplaudir eso? El problema es que hoy el que cobra el salario mínimo nacional está por debajo de la línea de pobreza. El salario real creció en el sector privado 68% desde 2005 hasta 2017, pero hay 400.000 trabajadores en negro y 800.000 que ganan menos de 20.000 pesos. El tema es cómo posicionamos al movimiento sindical ante esa encrucijada.Mariano Pouso (MP): Hay que apuntar a que el horizonte sea un mundo sin explotados ni explotadores. Cuando hubo para repartir la torta, la torta fue más grande y por eso los pedazos fueron más grandes, pero no ha habido un cambio profundo. Al contrario, vemos que se ha destruido el valor de la solidaridad, que era propio de nuestro pueblo y ha sido absorbido por el patrón de consumo. ¿Qué es lo que va a pasar cuando la torta se achique? ¿Y si nuestra herramienta no está preparada? No solamente desde el punto de vista organizativo, sino en cuanto al respaldo social. Si se liga a un gobierno, va a caer junto con ese gobierno. La herramienta sindical tiene que volver a lo que la hizo fuerte como convención de trabajadores: a los estatutos, donde no estamos ligados a un gobierno en particular. Nuestro objetivo es liberar a la clase trabajadora del yugo de sus patrones. Eso no está a la vuelta de la esquina, no se están dando pasos en esa dirección.
¿No comparten la idea de que hay dos modelos de país que se enfrentan?
SS: Hay dos temas con respecto a esa tesis: está el nivel de cómo se discute y el de cómo se usa políticamente el hecho de tener diferencias con esa tesis. Estamos en la perspectiva de que no hay dos modelos de país. Cuando discute en esos términos, el movimiento sindical se entrampa porque se partidiza por la vía de los hechos y porque se queda sin estrategia propia, porque su estrategia va a estar subordinada a un bloque social de los cambios que no sabemos ni siquiera quién lo integra, pero seguro que el movimiento sindical no dirige. La estrategia propia es la que determina la táctica, y la táctica las decisiones. En todo caso, si el corolario de ese bloque es el Frente Amplio [FA] y, en consecuencia, el gobierno, todo lo que sea criticar al gobierno significa hacerle el juego a la derecha, o te colocan como antifrenteamplista o antigobierno. En nuestros sindicatos la mayoría de los compañeros son votantes del FA. Discrepar con la tesis de los dos modelos de país no significa ni ser antifrenteamplista ni hacerle el juego a la derecha, significa ejercer mental y políticamente la independencia de clase.MP: El planteo de esos dos modelos tiene como fin pedirle el voto a la gente. El pueblo está pidiendo mayor independencia de clase y que no pase que un compañero hoy está contigo y mañana está en el directorio de una empresa pública y se transforma en tu patrón. Además, piden el voto ejerciendo una suerte de terrorismo: “Miren que si no votan esto va a volver lo que estaba antes”. Hay un montón de elementos, que se pueden enumerar, que muestran que cuando se achica la torta, las decisiones que se toman van en el sentido de profundizar el modelo capitalista. En el caso de las empresas públicas es dramático lo que está pasando con las privatizaciones y las tercerizaciones, y va todo en la línea de una mayor eficiencia o maximización de la ganancia. El eje del movimiento sindical no puede ser pedirles el voto a los trabajadores.
Ustedes tienen una plataforma, pero además proponen cambios en ciertas prácticas.
SS: La plataforma incluye elementos de orientación general en un proceso de acumulación de fuerzas. Que hablemos de la necesidad de determinados cambios en la formación social o de la configuración de las relaciones de producción o de la propiedad de determinados bienes comunes como puede ser el suelo, la tierra, y pensar una forma distinta de explotar el recurso, mediante una reforma agraria, no significa que hoy contemos con las condiciones inmediatas para hacerlo. No hay que confundir los términos. Si toda estrategia o plataforma se discute en función de posibilismos, evidentemente no tenés estrategia; a lo sumo, tenés una táctica. Pero lo más importante es el proceso. El movimiento sindical uruguayo es la unidad en la diversidad, y es unidad de acción. La CNT es convención y no central, y tiene un estatuto que es una síntesis política que hizo posible esa unidad y te garantiza la unidad de acción, que tiene un valor estratégico porque el movimiento sindical está inscripto en una lucha de clases y necesita tener la mayor fuerza posible para oponerse a las fuerzas de la otra clase. Si la unidad tiene un valor estratégico, hay que cuidar las condiciones que la posibilitaron. Eso se pone en tela de juicio con acciones cuando se intenta continentar la diversidad por arriba, excluyendo sindicatos de la Mesa Representativa, dándole más poder en los hechos al Secretariado Ejecutivo, haciendo sobrerrepresentación política del PIT-CNT cuando se sale a hacer declaraciones. El estatuto habla de democratización de la información en materia de finanzas, por ejemplo, en materia de la representación política que tiene en el Banco de Previsión Social, en la Junta Nacional de Salud, en los organismos de la educación. ¿Dónde están los planes, las rendiciones de cuentas? ¿En función de qué están tomando decisiones esos compañeros? No pongo en tela de juicio la probidad, la honestidad y la entrega de ninguno de ellos, pero orgánicamente, como espacio colectivo, ¿quién es la dirección de la central? No es el Secretariado Ejecutivo, es la Mesa Representativa, que es la que cobija la unidad en la diversidad. Querer sacar sindicatos de la Mesa Representativa para asegurarte una correlación de fuerzas transitoria es pan para hoy y hambre para mañana. Es muy peligroso caminar por ese pretil. Por otra parte, se habla de que hay sindicatos chicos y de que un sindicato grande debe tener más representatividad que uno chico. 66,6% de los sindicatos que mandan delegados al congreso tienen menos de diez delegados. Con la lógica de que los sindicatos grandes tienen que tener más poder, tendríamos un movimiento sindical de seis sindicatos. Pero además podés ser un sindicato pequeño en cantidad de afiliados pero tener un control estratégico sobre el comercio, la economía y la producción, y tener mucho más poder que un sindicato numeroso. Defendemos la unidad sin exclusiones y el mandato histórico de “un sindicato, un voto”. El debate se gana con militancia, con ideas, convenciendo y no excluyendo. Es fundamental que en este congreso haya unidad sin exclusiones, con una Mesa Representativa fuerte, representativa de verdad, que recupere lo que el estatuto le dio, que es el control político del movimiento sindical. Queremos democratizar el movimiento sindical porque esa es la única manera de preservar la unidad, sobre todo en un momento en el que se va a complicar. Cuanta más complicación, más debate y no más centralismo; más abrazo, más inclusión, más unidad en la diversidad. De lo contrario, esto se parte, y partir el movimiento sindical es un error estratégico. Necesitamos independencia de clase en la práctica y más democracia en lo interno.Entrevista a Sergio Sommaruga
“El
cerno estratégico de la actualidad pasa por comprender que si baja la
generación de riqueza y se mantiene el patrón de acumulación, el precio
del ajuste lo pagan los de abajo.” Responde a nuestro cuestionario Sergio Sommaruga, Secretario de Asuntos Laborales del SINTEP(1).
Hemisferio
Izquierdo (HI)- Son varias las señales que indican que estamos llegando
a un nuevo escenario pautado por el fin de las premisas materiales que
permitieron el “pacto distributivo” de los últimos 10 años. ¿Cómo lo
encuentra al movimiento sindical?
Sergio
Sommaruga (SS) - En su decurso como gobierno, el Frente Amplio desplegó
un conjunto de políticas sociales que configuraron lo que podemos
llamar un modelo estabilizador del conflicto social. Con bases
materiales coyunturales, este modelo pretendió construir un “pacto
distributivo”, propiciado por un crecimiento notable del PBI. En más de
una década tuvimos una tasa de comportamiento económico que, en términos
promedio, duplicó el nivel histórico.
En
general se vivenció una mejora de los niveles de empleo y crecimiento
del salario real. Sin embargo se mantuvo el patrón de acumulación
capitalista.
El
crecimiento relativo de los márgenes redistributivos fue más por el
ascenso del PBI que como consecuencia de un avance socializante sobre el
capital. Es claro que con un gobierno de derecha ese margen hubiese
sido mucho menor, pero no menos cierto es que con el progresismo los
asalariados no logramos equiparar la participación de la masa salarial
sobre el PBI que había a fines de los 90s. En ese sentido, la política
económica del FA se caracterizó por el crecimiento con el mantenimiento
de la desigualdad estructural.
Uno de los principales problemas que se avecina, con botas de siete leguas, es el agotamiento de esa lógica de redistribución.
Los
dos grandes motores que permitieron sostener esa política hoy están
gripados. El precio de las oleaginosas en el mercado internacional y el
flujo financiero buscando su reproducción en la periferia ante la crisis
bursátil de las economías centrales.
El
cerno estratégico de la actualidad pasa por comprender que si baja la
generación de riqueza y se mantiene el patrón de acumulación, el precio
del ajuste lo pagan los de abajo.
Bajo
estas coordenadas, creo que las dos grandes tareas que se imponen a
nivel sindical son aprestar la resistencia al proceso de desinversión en
los derechos públicos y a la desvalorización de la fuerza de trabajo,
expresado básicamente en la desindexación salarial, la precarización de
las condiciones de trabajo y la destrucción de fuentes de trabajo. Ya
que será en la combinación de estas modalidades que las clases
dominantes procurarán, tendencialmente, mantener su participación en la
"masa de ganancias". En esa clave, los lineamientos del poder ejecutivo
para esta ronda de consejo de salarios, así como la actitud de las
patronales, son un relevo de prueba más que elocuente.
La
otra gran tarea pasa por la recomposición de la perspectiva
táctico-estratégica para pasar a la ofensiva, que tiene un componente
programático y otro en el plano de la praxis sindical, en la acción
concreta para intervenir en la lucha de clases. En ese marco es clave
dar batalla en el campo de la subjetividad y en la construcción de
legitimidad social, algo que el movimiento sindical solo no puede hacer,
pero en lo que debe colaborar. Ambas tareas requieren un desarrollo
militante hacia adentro y hacia afuera de los sindicatos.
HI- ¿Hay que repensar el movimiento obrero uruguayo? ¿En qué dirección?
SS-
Repensar hay que hacerlo siempre. La pereza mental es la entrada al
precipicio de las derrotas. Bien sabemos que dentro de las
organizaciones, muchas veces se instituyen dinámicas que juegan una
función regresiva política y organizativamente. Pero repensar no puede
significar tirar al niño con el agua sucia de la bañera.
Nuestro movimiento sindical tiene tres pilares fundamentales en su forja como organización colectiva:
-La
acumulación histórica en el proceso social uruguayo. El movimiento
sindical es la principal organización de masas del país. Fuera de la
partidocracia, es quien tiene más capacidad de generación de hechos
políticos en el aliento largo y eso hay que cuidarlo como la vida misma.
-Su condición de convención, que permite sintetizar la unidad en la diversidad.
-El
carácter anticapitalista de sus fines. La lucha por una sociedad sin
explotados ni explotadores es un cerno de identidad que esta latiendo en
los estatutos del PIT-CNT. El problema no está en los fines, y no es
menor, porque si bien no solo de palabras se hacen las cosas, sin
palabras no se hace nada. El problema creo que lo tenemos en el
“trecho”, es decir en la mediación entre fines y medios. A ese problema
hay que meterle mucha militancia.
Sobre
la base irrestricta de esas premisas creo que es imprescindible encarar
un proceso de fortalecimiento de los sindicatos en dos planos
concomitantes: el sindicato como herramienta de lucha y el sindicato
como escuela de democracia radical.
HI
- En un registro político-estratégico, que contemple problemas como la
disputa por el poder, la acumulación de fuerzas y las formas de
organización económica y apropiación del excedente, ¿qué papel tiene
para jugar el PIT-CNT?
SS- Si
nuestro objetivo estratégico es el socialismo hay que hacer política en
arreglo a ese fin y en esa construcción de condiciones, los
trabajadores organizados son fuerza motriz de los cambios. Pero los
trabajadores no son solo los sindicatos, es el movimiento popular. Una
cuestión que me parece clave es potenciar el rol articulador del
movimiento sindical hacia adentro del movimiento popular para construir
estrategia común.
Para
llenar de contenido esa estrategia común creo imprescindible centrarse
más en el cambio de matriz de las relaciones de producción que en la
matriz productiva. No son antagónicas, pero primero va el buey y luego
la carreta.
(1) Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza Privada
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