Oleo Ernesto de la Cárcova: sin pan y sin trabajo
Por Sergio Sommarruga
Recientemente se publicó el índice de desempleo, y está cercano al 9%.
El desempleo y la destrucción de fuentes de trabajo es uno de los
mecanismos que tiene la economía de mercado para aplicar directamente el
ajuste económico contra el trabajo.
Este comportamiento,
profundamente anti-social del capitalismo (echar la gente a la calle),
se puede constatar claramente en toda la región.
Más de dos millones de desocupados en Argentina, más de 13 millones de desocupados en Brasil.
En el amado Chile de Talvi, 1 de cada 3 trabajadores no cuenta con
seguridad social, ni aguinaldos, ni salario vacacional. Están en la mas
completa informalidad.
En nuestro país desde hace más de un año que
el desempleo viene girando en torno al 9%, golpeando con más fuerza en
Montevideo y a las mujeres.
Según la propia OIT, en Latinoamérica
hay más de 25 millones de desocupados y 140 millones que apenas
sobreviven en la precariedad del trabajo informal.
El desempleo es una forma de expulsión social y constituye una de las cunas siniestras del deterioro del tejido social.
No hay ninguna posibilidad de tener una sociedad sana y vital en el
marco de la desigualdad social, el desempleo y el empobrecimiento
cultural.
Esos tres son los grandes enemigos de la sociedad.
Pero combatir el desempleo y la desigualdad social requiere coraje,
determinación política y lucidez. No alcanza con jingles ni candidatos
rejuvenecidos en los carteles.
Esperar que sea la propia economía
capitalista la que genere trabajo para todos, es tan errado como
enojarse con el espejo por la imagen que refleja.
El capitalista
nunca busca generar trabajo. Es mas, genera el mínimo indispensable,
porque lo que busca es aumentar indefinidamente su ganancia. Esa es su
naturaleza. Todos sabemos que así funciona.
Para combatir el
desempleo y generar trabajo decoroso para todos, hay que agarrar el toro
por las guampas. Y esto no es más ni menos que ir contra los
privilegios y los privilegiados.
Porque hay una verdad que es clara:
Hay muchísimo trabajo necesario para mejorar nuestra sociedad que está
esperando por falta de financiamiento. Y hay muchísimos laburantes
esperando esos trabajos.
La principal lucha del momento tiene que
ser por trabajo decente para todos. Y para eso no hay otra fórmula que
poner el ojo sobre el 1% más rico…ese que concentra la misma cantidad de
riquezas que el 40% más pobre.
https://ladiaria.com.uy/articulo/2017/1/en-uruguay-la-mitad-de-la-poblacion-no-posee-riqueza/
Una sociedad mas igualitaria no es compatible con una minoría tan privilegiada.
martes, 9 de julio de 2019
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