Desde su publicación, a fines de la semana pasada, el Decreto 34/021 del Poder Ejecutivo, que modifica los criterios que definen el exceso de sodio, azúcares, grasas totales y grasas saturadas en el etiquetado frontal de los alimentos, que desde hoy es obligatorio, fue blanco de críticas de la academia y la sociedad civil por la elevación de los valores que definen qué productos son abarcados por el rotulado, lo cual dejaría sin advertencia a algunos productos.

Los cuestionamientos desde el ámbito político tampoco se hicieron esperar, y legisladores del oficialismo y la oposición consideran que sería buena cosa que las autoridades nacionales concurrieran al Parlamento para explicar los fundamentos de las modificaciones, que fueron aprobadas por el presidente de la República actuando en Consejo de Ministros.

En el caso de los alimentos sólidos, esta disposición eleva el valor límite por cada 100 gramos de 400 a 500 miligramos de sodio, de diez a 13 gramos de azúcar, de nueve a 13 gramos de grasas totales, y de cuatro a seis gramos de grasas saturadas. Para los alimentos líquidos, se mantienen los valores límite cada 100 mililitros: 200 miligramos de sodio, cuatro gramos de grasas totales, tres gramos de grasas saturadas y tres gramos para el azúcar –con dos excepciones, que también vienen de antes: cinco gramos para productos “sin edulcorantes no nutritivos” y siete gramos para los que tengan un “máximo de hasta 80% de las calorías aportadas por azúcares o sin adición de edulcorantes no nutritivos”–.

El documento no contiene argumentos sobre el cambio en los criterios, y se limita a señalar que “se entiende pertinente en esta oportunidad, ajustar los criterios para definir exceso de sodio, azúcares, grasas y grasas saturadas, según la nueva base para el cálculo en gramos de nutriente cada 100 g de producto”.

La Sociedad Uruguaya de Cardiología (SUC) y la Escuela de Nutrición de la Universidad de la República (Udelar) son algunas de las instituciones académicas y gremiales que manifestaron su preocupación por la medida del gobierno nacional. La SUC advirtió que estos nuevos límites representan, en el caso de los alimentos sólidos, incrementos de 25% para el sodio, 30% para los azúcares, 44% para las grasas y 50% para las grasas saturadas sin “evidencia científica que justifique el beneficio de esta flexibilización”, mientras que “por el contrario, los valores anteriormente aprobados están avalados por las pautas internacionales y por nuestra comisión de acreditación de alimentos cardiosaludables”.

El Observatorio del Derecho a la Alimentación (ODA) de la Escuela de Nutrición recordó que la redacción del decreto original de etiquetado de alimentos (de 2018) contó con la intervención de la Udelar, entre otros actores, y que “esta última generó la evidencia científica que sustentó el decreto original”. “Desde el ODA manifestamos que la puesta en vigencia del decreto sobre etiquetado frontal de alimentos no admite más demoras ni modificaciones, la situación nutricional de la población es la evidencia más robusta con la que contamos y negarla implica comprometer la salud de todos y todas y en especial de niños, niñas y adolescentes”, afirmó en un comunicado.

En tanto, la Alianza de la Sociedad Civil para el control de las Enfermedades No Transmisibles (integrada por organizaciones como la Asociación Uruguaya de Dietistas y Nutricionistas, la Asociación Celíaca del Uruguay, la Sociedad Uruguaya de Nefrología y el Sindicato Médico del Uruguay) consideró que los niños y niñas serán los “principales destinatarios” de estos cambios, dado que muchos productos, como lácteos y postres, “dejarán de tener el etiquetado a pesar de seguir siendo igual de perjudiciales para su salud”.

Legisladores pedirán información

Senadores y diputados que integran las comisiones de salud de sus respectivas cámaras consideran que sería positivo que las autoridades del Poder Ejecutivo brindaran información al Parlamento sobre los fundamentos en los que se basaron para realizar estas modificaciones. El vicepresidente de la Comisión de Salud del Senado, Daniel Olesker, dijo a la diaria que la noticia generó sorpresa en el ámbito parlamentario y que “el Parlamento tiene que pedir explicaciones sobre las razones” de este cambio.

El senador frenteamplista sostuvo que el rotulado es un tema en el que “se trabajó mucho y costó mucho sacarlo, incluso en el propio período de gobierno frenteamplista”, por lo que las modificaciones en los criterios son “un error y un sometimiento de la salud a la economía”. “Informalmente habíamos escuchado sobre presiones de la industria, pero entendíamos que no se iban a someter, faltando tres días” para su entrada en vigencia, agregó el senador, y advirtió que esta medida “tiene un efecto importante negativo en la morbimortalidad uruguaya”.

Por su parte, la senadora colorada Carmen Sanguinetti, también integrante de la Comisión de Salud, comentó a la diaria que hoy se tratará el asunto en la bancada del Partido Colorado y, aunque no quiso manifestar su opinión personal, señaló que a su entender “el etiquetado es una cosa muy buena” y que “indudablemente” le “preocupan muchísimo los temas de salud y alimentación, y tenemos un problema en Uruguay con estos temas”. Sanguinetti coincidió con Olesker en que “es buena cosa” que las autoridades vayan al Parlamento a “dar explicaciones”, porque “deben de existir razones que nosotros no conocemos”. Respecto de las críticas vertidas por la academia, la legisladora afirmó que “cada uno tiene un rol que jugar y es una cosa buena que los expertos se pronuncien sobre los temas de actualidad” y que “es importante escuchar a todas las voces”.

En tanto, la diputada colorada Nibia Reisch dijo sentirse “sorprendida” por la noticia, de la cual se enteró por la prensa, y adelantó que posiblemente el tema se aborde en la sesión de la Comisión de Salud de la cámara baja –la cual integra– hoy. “Me parece pertinente invitar a las autoridades de Salud Pública para que informen sobre los motivos de este cambio, hoy no puedo decir si el gobierno actuó bien o actuó mal porque no tengo información sobre los fundamentos”, manifestó.

La Cámara Industrial de Alimentos estudia la normativa

El presidente de la Cámara Industrial de Alimentos, Fernando Pache, informó a la diaria que la cámara encomendó un trabajo a técnicos de los distintos sectores de la rama (lácteos, panificado, galletería, dulces) para tener un panorama comparativo sobre los tres decretos que regulan el etiquetado de alimentos: el 272/018, el 246/020 y el del 26 de enero. “La idea es tener una comparación exacta por sector: cuántos octógonos le corresponden al sector de yogures, cuántos al sector leches saborizadas y cuántos al sector lácteo en quesos; cuántos al sector panificados en pan de molde, cuántos al sector de panificados en galletería dulce y salada, y así sucesivamente”, explicó Pache. Luego de conocer esa información, la cámara dará a conocer su opinión. Por otra parte, Pache aclaró que, dado que el decreto se conoció recientemente, “es lógico que el lunes no va a tener un solo paquete impreso de acuerdo a la nueva reglamentación”.