A redoblar

La Diaria, 26 de octubre 2009



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La mañana del día después de la noche de la vergüenza

Lo que siento es una mezcla de vergüenza y asco.

Un sentimiento de desazón y desesperanza.

Una reacción visceral de náusea.

En el día de ayer los uruguayos tuvimos la oportunidad de enmendar el pasado. De re-escribir la historia. De hacer justicia. De borrar de una vez y para siempre la ignominia de una ley perversa.

Y no tuvimos el coraje. Nos faltaron agallas. Nos ganó la indiferencia.

Hoy nos miramos al espejo y lo que vemos es apenas un reflejo perverso de lo que podíamos haber sido. De lo que no nos animamos a ser.

De la insolvencia moral que nos afecta.

Hubiese querido poder escribir esta mañana que la noche había acabado.

Que habíamos acabado con la impunidad y que nos disponíamos a hacer efectiva la pretensión punitiva del estado.

Que no es sed de venganza, ni la prueba de que tenemos los ojos en la nuca.

Que nace de la convicción de que la impunidad sólo es capaz de generar más terrorismo de estado. Más desaparecedores y más desaparecidos.

Me avergüenza y me duele hasta en el alma que no hayamos sido capaces de mostrar más empatía.

Que la indiferencia nos haya ganado la partida.

Jorge

La mala conciencia. El país de la cola de paja



Jorge Majfud (especial para ARGENPRESS.info)

Que en unas elecciones gane un partido o el otro es parte del juego democrático. Una opción puede ser mejor, mucho mejor o aun peor que la otra. La dignidad de un pueblo no se mide por opciones ideológicas sino por decisiones morales. Lamento que la oportunidad de mostrar y demostrar que la justicia no negocia ni anda mendigando a los poderes que amenazan en nombre de la paz, esa, ha sido repetidamente defraudada. Y si los pueblos no se avergüenzan con más frecuencia de las que deberían es simplemente por su mala conciencia que no les permite imponerse a si mismo lo que le reclaman a otros ni otorgan a otros los derechos de los que gozan quienes tiene el poder de decidir.

En 1989 el pueblo uruguayo confirmó la ley de Caducidad, por la cual se perdonaba a los autores de secuestros, torturas, desapariciones y muertes organizadas desde el Estado. Casi una generación después, en el referéndum de 2009, aunque por estrecho margen, se confirma la misma ignominia.

Desde que nuestros países del sur nacieron como republicas independientes que desesperadamente querían inventarse como naciones, tuvieron virtudes y errores. El primero de todos los errores, el error que ha persistido a lo largo de todas sus historias ha sido el de la impunidad. La única forma que han encontrado a este error que por repetido y por histórico no merece llamarse error sino debilidad del carácter, ha sido mirar para otro lado o quejarse. Quejarse, siempre quejarse y nunca mirar la realidad de frente y la conciencia de los crímenes propios directamente a los ojos.

Nunca se puede renunciar a la justicia. Renunciar a la justicia es un acto de cobardía. Cuando se renuncia a la justicia en nombre de la paz se está legitimando la impunidad de la fuerza. Cuando después de una generación esa fuerza ya es un saco de podredumbres, la renuncia es la herencia de una tara histórica, porque a veces los golpes enseñan y cuando son demasiado fuertes dejan incapacidades de por vida. Cuando quien renuncia no es la victima que clama por verdad y justicia, sino otros compatriotas que descansan satisfechos confortables en sus casas, entonces no sólo es un acto de cobardía sino, peor, un profundo acto de egoísmo aromatizado con la podredumbre de todas las justificaciones y las pseudo autorizaciones morales.

Si perdonar es divino, dejemos que Dios perdone. Si perdonar también es una virtud humana, perdonemos a quienes se han arrepentido y han colaborado con la justicia. No es posible perdonar a quien nunca ha sido juzgado ni condenado y a quienes hay que rogar infructuosamente que digan dónde están los huesitos de la hija o de la madre de algún desaparecido. Cuando ni siquiera se ha juzgado a los violadores, perdonar es solo el premio que una victima masoquista entrega al sadismo y a la impunidad y un crédito a largo plazo para nuevos abusos y nuevas humillaciones.

Digo todas estas palabras duras, sin edulcorantes ni demagógicas complacencias no porque me crea mejor que nadie sino porque alguien debe atreverse a decirlo de una vez por todas: querido pueblo, no tienes vergüenza. Lo digo aun sabiendo que muchos de mis queridos familiares y amigos han sido participes de este error histórico. Asumo que lo han hecho con la mejor intención. Pero también lo han hecho con la peor conciencia histórica, esa vieja tradición que nació con nuestros países, ya desde los celebrados genocidios indígenas. Por no entrar en otros desagradables detalles a la hora del té.

Uruguay: Grandes traidores, grandes perdedores...

Escrito por Fernando Silva Ansuas (Tinku 25/10/09)

Octubre 26, 2009

El voto rosado ha perdido en las elecciones de Uruguay hoy, esto significa que triunfa otra vez la impunidad... Empezó el escrutinio en las eleccciones presidenciales y parlamentarias uruguayas, en las elecciones donde se jugaba como fundamental la opción entre la IMPUNIDAD y la JUSTICIA. Los números cuentan que la IMPUNIDAD ganó otra vez. La gestión ambigua, tramposa, canallesca del partido gobernante, supuestamente de izquierda, definió este resultado. Y lo digo así, en caliente, con bronca, con el dolor de los 172 desaparecidos gritando desde las sombras de no se sabe donde, que reclaman ser encontrados, que demandan justicia de una puta buena vez, principalmente desde sus supuestos compañeros de lucha. Entonces tenemos un fracasado ex-guerrillero gordo, maquillado y aburguesado teniendo piedad supuesta de unos "viejitos" (asesinos viejos) que debieran ya estar en cana, tenemos un demasiado ñato para oler cuanta mierda jiede los torturadores y que los defiende atacando de todas las formas posibles la anulación de la ley, tenemos un aspirante a vicepresidente que nos lleno de nuevos impuestos al trabajo y protege a los grandes capitales con la bendición del norte y finalmente, tenemos un esfuerzo descomunal de los ciudadanos de a pie para que el último intento de reivindicación prospere. Y se puede decir mucho y mejor que esto, pero no se debe dejar de decir que el llamado Frente Amplio acaba de dar la última patada a la justicia y a nuestros desaparecidos. Buena parte de los votos frentistas no acompañaron el SI a la anulación de la "Ley de Caducidad de la Pretención Punitiva del Estado". Ejemplo único en el mundo, un pueblo plebiscitó dos veces el olvido y el hacerse el distraido frente a la violencia de estado, al terrorismo de estado. Han hecho todo cuanto han podido para evitar la justicia y favorecer la impunidad. Contaron con la mayoría parlamentaria absoluta que les permitía anular y/o derogar una ley arrancada a la fuerza y convalidada tramposamente. El Frente Amplio no lo hizo, se distrajo, tuvo excusas de toda índole. Mintió y se boludeó. Como decía una cosa decía lo contrario y nos obligó a juntar firmas para forzar un nuevo plesbicito. Propagandeó pescado podrido señalando supuestos lugares de cuerpos encontrados que aún están ausentes y lo único que se encontró fue el fracaso y la desazón de los que esperamos verdad y justicia. Mintieron y mintieron sobre cuanta cosa se haya prometido y jurado. Trampearon a todo el programa elaborado durante 36 años. No se cansaron de darse vuelta en cuanto postulado sagrado pudieran encontrar. Son realmente una banda de canallas que abusaron de la lucha de un pueblo. Que estafaron y engañaron y que hoy, ahora con caras patéticas, tratan de explicar que ganaron pero perdieron aunque ganaron y blablabla... Mentirosos y canallas indignos. Aún hoy, mañana mismo pueden convocar al parlamento y anular la ley pero no lo van a hacer porqué no lo quieren hacer, están atados a pactos y oscuras razones que ocultan y sostienen desde las sombras poderes siniestros. Desactivar los comités de base donde se discutía y se trazaba la línea ideológica, una reforma agraria al revés donde hemos regalado medio país, la bendición para cuanta mierda pastera quiera invadirnos, la extranjerización de una tierra rica que genera ganancias sin dejar regalías, la pauperización de la población, los jubilados ganando en su gran mayoría apenas el 10% de la canasta familiar, la entrega a los dictados del FMI, el pago por adelantado de una deuda externa que iba a ser revisada y que es ilegítima y sin embargo se paga, la prepotencia y soberbia cesarista que veta una ley sobre los derechos femeninos sobre el aborto, la adhesión al TIFA y el casi ALCA, la sustitución de los congresos educativos por el negociado de las "computadoras" de juguete para cada chico en edad escolar, la vigencia de los negocios de las AFAP y el consiguiente desfinanciamiento del estado en materia jubilatoria, el crecimiento de los carritos de cartoneo (eso sí ahora contabilizados), el crecimiento de la violencia y la desesperación, el paco y las drogas, la mendicidad y la inmigración de los jóvenes, los servicios más caros de latinoamérica (agua, electricidad, gas, teléfonos, etc...) malos pero caros... ahora con esas caras "caraduras" cuasi dramáticas, explican y explican con argumentos pedorros que ganaron pero perdieron y los grandes ganadores somos los que nos dimos cuenta que había que empezar de nuevo, que hay que refundar la izquierda que este monstruo que alimentamos con nuestro crédulo voto, se comió en cuatro años. Habrá que revisar y cuestionarse mucho por supuesto. Habrá que hacerse cargo de algunas cuantas cosas. Habrá que ver también con claridad que la izquierda, el pensamiento de izquierda tendrá que recrearse, deberemos como lo hicimos ahora desde la Asambla Popular, seguir sembrando y trabajando para contagiar la alegria de "ser y sentir de izquierda" y diferenciarnos de estos patéticos burgueses que explican y estupidizan a las masas cómodas, las que sienten haberle ganado al cuqui que fue el "gran cuco" para votar sin convición a los que sienten los han traicionado pero... "hay que seguir dándoles tiempo". Pues es así. Nos traicionaron y estafaron. Nos mintieron hasta cagarse de risa en nuestra cara y ahora con cara de circunstancias, con bronca contenida, con la verguenza que les significa, deben decirnos y que le creamos, que la justicia no llega, como no llegó el país productivo, como no llegó el bienestar del país, como no llegó la gestión honesta sin acomodos ni repartijas, la derogación de la ley de IMPUNIDAD no llegó por nuestra culpa y no por la de ellos. Por suerte la careta se les ha terminado de caer, el que quiera creerles que les crea. Las diferencias ya no existen, son iguales a los que combatían, han hecho casi lo mismo que criticaron a los tradicionales "blancos y colorados". Peor aún, casi terminan con la izquierda. Pero no han podido, estamos cansados y viejos pero no vencidos y tenemos una convicción profunda que no debemos explicar con mentiras, se nos sale de la cara. He acompañado en estos días a viejos compañeros viejos. A fundadores del Frente, a luchadores que aun hoy ponen sus pocas fuerzas y dan ejemplo de lucha y no a payasos que hablan hasta por los codos para seguir tratando de engañar. Han perdido aunque aparentemente sigan compitiendo entre lo malo y lo peor. Han perdido y no son más creibles. Ellos lo saben y también saben que nosotros lo sabemos.