Se ha iniciado una Campaña de Solidaridad humanitaria con Haití.
Lo recaudado irá directamente a Organizaciones Sociales haitianas, mediante las cuales se podrá auxiliar a miles de damnificados.
El
pueblo haitiano sufre terribles penurias a raíz del Huracán Matthew;
cientos de muertes, destrucción de cosechas y viviendas, fuerte
hambruna, falta de agua potable, saneamiento, servicios de Salud, y la
mayor epidemia de cólera introducida por la Ocupación Militar.
La responsabilidad del pueblo uruguayo es apoyar solidaria, fraterna y respetuosamente al pueblo de Haití .
A tales efectos se abrió en todos los Abitab del país la Cuenta
“SOLIDARIDAD CON HAITÍ “ No. 70288 en pesos y dólares-.
>>> Dra. Mirtha Guianze y Sra Beatriz Benzano
>>> Sra. Belela Herrera ex Subsecretaria de RREE
>>>Graciela Stolowicz denuncia
Todos los uruguayos a colabora! Difundir a todos los que puedan! Ayudemos al pueblo haitiano! Los Orientales SABREMOS CUMPLIR!
ResponderEliminarTodos los uruguayos a colabora! Difundir a todos los que puedan! Ayudemos al pueblo haitiano! Los Orientales SABREMOS CUMPLIR!
ResponderEliminarpensar que el f.a perdio a una figura como chifflett por no estar de acuerdo con las tropas uruguayas en haiti ,quiso ser coherente con lo que siempre penso
ResponderEliminarSi señores, renunció Chifflet
ResponderEliminarLa dignidad se va, otra vez pisoteada, se va, la dignidad humillada e insultada se va. Se va como niña chica de la mano de Chifflet, ahí se va, dejando el parlamento uruguayo. Se va llorando, se va aplaudida entre las risas burlonas de quienes históricamente la han mancillado, la dignidad se
va, en medio del silencio cómplice de quienes siempre han jurado defenderla. La dignidad se va del parlamento uruguayo para no ser partícipe, para no contaminarse, para no ser como todos. Se va, para poder seguir creyendo en
la utopía. Quiero estar tranquilo con mi conciencia, dice Chifflet antes de
irse. Chifflet, el socialista terco, renuncia a su banca, por defender hasta el fin, su derecho a ser coherente consigo mismo, defiende hasta las últimas su voto contrario al envío de más tropas de ocupación a Haití. Y el diputado habla como siempre, sereno, catégorico, tajante, con la firmeza de quienes argumentan con la verdad. Por supuesto que los obsecuentes lo acusan de "fracturar la unidad del gobierno", de quebrar la
"unidad de la izquierda", sin percatarse que tal vez, en realidad, la fractura mas seria está ocurriendo con la gente, con el pueblo, con la credibilidad de un proyecto popular. Y mientras Chifflet habla, muchos, pero muchos en el parlamento, miran al
piso, miran como queriendo encontrar allí abajo alguna justificación posible a tanta entrega, a tanta incoherencia.
Y el viejo Chiflett habló, y como siempre, eligió no traicionarse, no desdecirse, no capitular, y se fué, se fué caminando despacito, entre lágrimas y tristezas, pero digno, entero, coherente hasta el fin. Dicen los que estaban, que se lo vió salir casi flotando en el aire, flotando en medio de tanto arrastrado.