PAULA BARQUET20 nov 2016
El portón de la empresa Meteoro hoy es un
altar. Las familias y los amigos de los cuatro jóvenes fallecidos casi
un mes atrás descargaron allí sus más tiernas palabras de despedida. "Mi
hijo del alma, siempre estarás presente en nuestros corazones"; "Mi
chiquito lindo, mi ángel adorado"; "Esto no es una despedida, es un
hasta la vuelta"; "Siempre recordando tu sonrisa"; "Por el descanso de
los cuatro ángeles que se ganó el cielo". Forraron los carteles con
nailon para que las lluvias no corran la tinta, y engancharon a los
barrotes de hierro algunas flores de plástico y otras que hoy están
secas.
Lo que se lee allí es una parte del sentimiento de los
deudos: el respetuoso homenaje, el cariño, la tristeza. La otra cara, la
que ha empezado a verse en las últimas semanas, no tiene nada de
apaciguada. Es de rabia, impotencia, incredulidad. Quiere justicia.
Busca un culpable.
Desde el portón de Meteoro, a unos pocos kilómetros de
la localidad canaria de Toledo, se alcanzan a ver cuatro depósitos. El
que se incendió el 25 de octubre a media tarde apenas se distingue de
los otros tres galpones por unas mínimas abolladuras en el techo de
chapa. Nada revela la dimensión de la tragedia que ocurrió ahí adentro.
Es como si los ladrillos perfectamente en pie se hubieran empecinado en
guardar el secreto de qué fue lo que desencadenó el fuego. La Dirección
Nacional de Bomberos hizo una pericia y prepara un informe que los
familiares esperan para la semana entrante, pero algunos ya están
alertados: posiblemente nunca se sepa cuál fue la causa.
La muerte de los cuatro jóvenes de Toledo hizo que
varios de los organismos a los que de alguna forma u otra se los puede
señalar como responsables, pusieran a su gente a buscar respuestas. Pero
todavía siguen sin aclarar lo sucedido y la presión social que durante
los primeros días se hizo sentir, ha ido cediendo con el paso de las
semanas. Incluso en Toledo ya casi nadie habla del tema.
Es curioso, porque en esa pequeña ciudad de 40 mil
habitantes, donde el trabajo es poco —granjas, criaderos de pollos y
servicios, básicamente— existen otros depósitos de fuegos artificiales
como Meteoro. Cada uno tiene entre 10 y 12 empleados, y se agregan otros
tantos para la zafra que va de noviembre a febrero.
Desde el Servicio de Material y Armamento (SMA) del
Ejército —encargados de autorizar y controlar la actividad de estas
empresas—, informaron a El País que en la zona de Toledo tienen
depósitos de fuegos artificiales precisamente cuatro de las siete
empresas mayoristas registradas a nivel nacional. Además de Meteoro
(Trick Ltda), las otras empresas son Júpiter (Distrisega Uruguaya SA),
Monster (Suchina SA) y Rojao SRL.
Ninguna de las cuatro cuenta hoy con la habilitación
comercial que concede la Intendencia de Canelones porque tampoco tienen
al día la habilitación de Bomberos. La directora de Arquitectura de la
IMC, Natalia Brener, confirmó esta información y, de hecho, luego de la
consulta de El País, Brener manifestó que se les dio cese de actividades
a tres de los emprendimientos "hasta tanto no culminen estos
procedimientos". Meteoro ya no estaba en funcionamiento por disposición
del Ministerio de Trabajo, debido al incendio.
"Trampa mortal".
Los huesos de Johon Rodríguez (22), Damián Fagián
(20) y Víctor Méndez (27) quedaron apilados contra la puerta principal
del galpón. A Adrián Yianibelli (27) lo sacaron con vida otros dos
trabajadores de la empresa, que según declararon debieron romper la
puerta con una columna de hormigón. A Michael Yianibelli, el único
hermano de Adrián, le contaron que primero le apagaron las llamas, luego
le sacaron lo que pudieron de lo que tenía pegado al cuerpo, y tras
insistir consiguieron que un móvil policial lo trasladara en la caja de
una camioneta ("como una bolsa de papas") hasta la mutualista de la
zona, Cudam. Allí le hicieron los primeros auxilios y finalmente una
ambulancia lo llevó al Centro Nacional de Quemados, en Montevideo.
Adrián murió dos días después.
Michael busca dentro suyo la fortaleza para relatar
los hechos sin quebrarse, y lo consigue. Reconoce que está devastado,
certificado, y que no deja de pensar en su sobrino de un año al que
ahora, dice, criará como a un hijo más. Pero Michael está demasiado
enfocado en transmitir su objetivo. "Lo que nosotros queremos es que si
hubo un culpable de que los chiquilines murieran, que se haga cargo. Sea
quien sea. Queremos llegar al responsable. No queremos plata", dice a
El País.
"Esto fue un accidente. Por más que haya sido culpa
de ellos, ¿se pudo haber prevenido? Sí, se pudo haber prevenido. Pero no
deja de ser un accidente. Y pueden haber sido ellos los que lo
provocaron. Mi hermano, por ejemplo, era gran fumador. Yo imagino que no
era tan nabo de fumar ahí, pero ponele que la causa haya sido culpa de
ellos. Igual pudo haber prevención", sostiene Michael.
Enseguida del incendio, el jefe de Bomberos, Leandro
Palomeque, informó que el local no tenía las medidas de protección
contra incendios que exige ese organismo para otorgar la habilitación.
En un comunicado, la empresa Meteoro expresó su dolor por el hecho y,
entre otras cosas, aseguró que desde 2012 estaba en trámite la
renovación de la habilitación. "Se pueden decir todos los tal vez que
quieran, pero no la tenían, y punto", expresó Palomeque para este
informe.
A su vez, la Intendencia de Canelones está haciendo
una investigación administrativa pero ya reconoció que si bien la
empresa estaba en funcionamiento, no estaba habilitada a nivel
comercial, justamente por no contar con el visto bueno de Bomberos.
También inició una investigación el Ministerio de Trabajo, que anunció
que reuniría documentación de la empresa en materia de seguridad social,
salud y seguridad en el trabajo.
Desde el SMA del Ejército, en tanto, dijeron a El
País que en los últimos años no se detectaron irregularidades en los
depósitos de pirotecnia en general, salvo en cuatro casos en los que
había más mercadería de la autorizada y por eso debió ser incautada.
Daniel Farías, jefe de la división Registro Nacional
de Armas, dependiente del SMA, no se refirió al episodio puntual en
Meteoro pero quiso aclarar que "los depósitos de material pirotécnico
son, pese a la adopción de todas las medidas de seguridad que se
adopten, lugares propensos a explosiones en incendios en todo el mundo".
Según dijo, hubo casos así en Canadá (2013), España (2000), Argentina
(1999, 2004, 2012), Países Bajos (2000), Méjico (2007), China (2015),
Colombia (2015).
A contrapelo de la mesura expresada por los
distintos organismos estatales, en el Pit-Cnt elaboraron un folleto con
los rostros de los cuatro muertos en el que advierten que el depósito
"terminó siendo una trampa mortal" para estos trabajadores (ver imagen en esta página).
Tienen elementos para afirmarlo. Raúl Ferrando,
dirigente de Fuecys, contó que en 2011 se conformó un sindicato de base
en Meteoro. Aquellos empleados se movieron, según Ferrando, porque "las
condiciones de trabajo eran jodidas". Se creó una comisión bipartita con
una técnica prevencionista de la empresa y un promotor de salud
ocupacional de Fuecys y se hizo un "mapeo de riesgo". El delegado de
Fuecys, Miguel Garín, elaboró un informe al que accedió El País en el
que se señalaban varias irregularidades y se incluían recomendaciones
para mejorar.
El informe advierte que en el local había "algunos
extintores pero no libres de obstáculos". Ni los extintores ni las bocas
de incendio estaban señalizadas. Tampoco las salidas de emergencia o
vías de escape, una de las cuales estaba "obstruida por mercadería
almacenada". "Se consultó al encargado del local y nos informó que no
existe un plan de emergencia o evacuación", escribió Garín. "Ninguno de
los depósitos cuenta con sensores de humo o alarmas de incendio", agregó
(ver más en el recuadro con fotos).
Ferrando cuenta que tras esa instancia "mejoraron
algunas cosas, el relacionamiento sobre todo", pero no sabe mucho más
porque varios de los dirigentes cambiaron de trabajo y el incipiente
sindicato casi se desarmó, con lo que Fuecys prácticamente le perdió el
rastro.
Ahora, ese informe de 2012 cobra otra importancia.
"Para nosotros esto puede configurarse como una responsabilidad penal
del empresario clara porque las condiciones seguían iguales", dice
Ferrando, que se basa en el testimonio de uno de los trabajadores que
sacó a Adrián Yianibelli de entre las llamas y que hoy se encuentra en
un estado emocional delicado.
Yubert, un joven de Toledo que trabajó en Meteoro
durante dos zafras hace algún tiempo, dijo a El País que "las
condiciones de trabajo eran un desastre" y que los contratados en forma
temporal, como él, no habían hecho el curso de manipulación de fuego que
dicta Bomberos. "Los extintores no estaban bien señalizados.
Implementos de seguridad, cero. No había cascos ni indumentaria para los
zafrales", describió.
Al momento hay dos demandas penales por eventual
homicidio culposo y una civil por US$ 500.000 contra los dueños de
Meteoro. "Es obvio que, si la empresa ocupaba trabajadores en un lugar
con explosivos que no tenía habilitación de Bomberos, habría incurrido
en una conducta ilícita", fundamentó en su escrito Oscar López
Goldaracena, abogado de la familia Yianibelli.
El País intentó hablar con uno de los dueños de la
empresa, pero no quiso. El dolor también atraviesa a esa familia, que
siente que la sociedad ya los juzgó por lo que, a su juicio, fue "un
accidente que le pudo haber pasado a cualquiera".
Normas y controles.
Por una ley de 1943 el SMA del Ejército es el
organismo al que le compete otorgar los permisos de importación de
fuegos artificiales, registrar a las empresas y controlar las
condiciones de almacenamiento y de seguridad de los depósitos que los
almacenan.
En el decreto reglamentario del mismo año se
detallan cuáles son los criterios adecuados de ventilación e
iluminación, se advierte que deben tener pararrayos, se especifica cómo
deben ser las bocas de incendio y las salidas, entre otras cosas.
Sin embargo, el SMA tiene como referencia el boletín
técnico número 5, emitido por ellos en 2003, que da otros lineamientos
complementarios sobre cómo debe almacenarse la mercancía.
Cada año, dijo el vocero Farías, el SMA hace un
"relevamiento" de los depósitos para controlar las disposiciones de ese
boletín. "Esto se realiza de oficio, pero en caso de existir denuncias
se verificaría si existen amenazas a la seguridad", señaló. En el
relevamiento se evalúan "los materiales, las medidas de seguridad, el
estado de mantenimiento, la disposición de los edificios aledaños y las
condiciones de limpieza de los depósitos, así como también las
condiciones en las que la mercadería se encuentra almacenada", detalló.
Según Farías, el SMA no encontró ninguna infracción de este tipo en Meteoro ni en otros depósitos de pirotecnia.
Walter Migliónico, coordinador de salud ocupacional
del Pit-Cnt y prevencionista con 45 años en el tema, criticó que el tema
se rija por una ley "totalmente obsoleta" y que la potestad de hacerla
cumplir sea del SMA. "Una cosa es ser militar y manejar granadas y
fusiles. Otra es controlar establecimientos de pirotecnia. El Ministerio
de Trabajo debería tomar una acción mas decidida en esto, pero nadie
quiere discutir sobre las cosas que controla el Ministerio de Defensa".
Palomeque, de Bomberos, explicó que el decreto que
rige su accionar —promulgado en mayo de este año— establece que los
dueños de todo emprendimiento comercial son los que deben solicitar la
habilitación, que dura ocho años, y pedir la renovación luego. Deben
presentar un "proyecto" con las medidas de protección contra incendios
para el lugar, algo que Bomberos aprueba "automáticamente" y luego tiene
ocho años para verificar que lo declarado concuerde con la realidad.
"Bomberos no puede fiscalizar todo. No tiene sentido
ir apartamento por apartamento averiguando, por ejemplo, si hay un
estudio jurídico. Lo único que no precisa habilitación es la vivienda
con destino de residencia de núcleo familiar. Para todo lo demás la ley
es clara, y la responsabilidad siempre es del dueño", advirtió.
El edil colorado Alfredo Silva, allegado a la
familia de uno de los fallecidos, considera que los depósitos de Toledo
"son verdaderos polvorines" y trabaja en un proyecto de decreto para
Canelones que "unifique las normativas", ya que a su juicio tal como
están dan pie al descontrol.
Para Migliónico, del Pit-Cnt, la tragedia de Meteoro
dejó mal parados no solo al Ejército, a Bomberos y a la Intendencia de
Canelones, sino también al Ministerio de Trabajo, al de Salud, al Banco
de Previsión Social, al Banco de Seguros. "Todos ellos tienen
competencia en cuanto a las condiciones de trabajo. ¿Hicieron
inspecciones?", se preguntó. "Acá fallaron todos, y se están lavando las
manos".
UN DOCUMENTO CLAVE
En 2012, un informe del sindicato Fuecys advirtió
varias irregularidades en las condiciones de trabajo de los depósitos
de Meteoro en Toledo.
El sindicato Fuecys, al que pertenecía al menos uno
de los cuatro jóvenes fallecidos, tiene en su poder un informe de marzo
de 2012 en el que, a instancias de una comisión bipartita, se
identificaron varias irregularidades laborales. El autor del informe
señaló varios problemas y anunció que informaría al SMA para que
controlara las instalaciones, algo que no se sabe si efectivamente
ocurrió. En las imágenes que anexa el informe se ven fallas en la
señalización de extintores y puertas de salida, y bocas de incendio y
mangueras en mal estado. De acuerdo al registro fotográfico, las cajas
de mercancía llegaban a apilarse a varios metros de altura y en forma
desordenada, dificultando el pasaje y el acceso rápido de los
trabajadores. Además, según el informe no existía en esa fecha un plan
de emergencia o evacuación del lugar.
"Era evitable cumpliendo con la normativa".
"Cuando pasan estas cosas me dejan una frustración
importante. Uno trabaja justamente para todo lo contrario", se lamentó
Walter Migliónico, coordinador de Salud Laboral del Pit-Cnt y
prevencionista referente en Uruguay y en la región. "Decís ¿era
inevitable? No, nada inevitable. Era evitable cumpliendo la normativa.
Los accidentes no son un castigo divino, son consecuencia de las
decisiones que se toman cuando se organiza el trabajo. Si tengo fuegos
artificiales y no tengo habilitación de Bomberos... No era una fábrica
de bizcochos o de alfajores. ¡Estás trabajando con cosas que explotan!
Esto fue un asesinato y me hago cargo, con nombre y apellido", se
despachó Migliónico en diálogo con El País.
El sindicalista agregó que le duele oír a los que
hablar de la eventualidad de que los jóvenes estuvieran fumando. "Los
afectados no pueden opinar, y lo más fácil es echarles la culpa a ellos.
El error humano en un depósito de pirotecnia debe estar 100%
contemplado".
A Migliónico le consta que en la zona de Toledo
existen otros depósitos de empresas "en las que se trabaja en forma
irregular totalmente", aunque no sabe en qué medida porque en ninguna de
ellas hay organización sindical. De hecho, contó que tras la tragedia
en Meteoro fueron a visitar una de las empresas y los mismos
trabajadores les dieron la espalda, según él, "por miedo" a sus
patrones.
"Estamos tratando de conseguir información pero al
no haber sindicato estamos atados de pies y manos. Lo que pasó, pasó.
Vamos a tratar de que no se repita", concluyó el especialista.
QUE BUSQUEN TAMBIEN EN MUCHOS APARTAMENTOS SI TIENE EXTINTORES,SALIDAS
ResponderEliminarDE EMERGENCIA,MANGUERAS ,VIVO EN UN COMPLENO HABITACIONAL DE CUARTA DONDE NO EXISTEN,
INVESTIGUEN EN DONADE HAY MANGERAS ,EXTINTORES,SALIDAS DE EMERGENCIA,NO ESPEREN QUE SUCEDAN ESTAS DESGRACIAS ME ATERRORIZA SABER QUE EN ESTE COMPLEJO DE TRES PISOS POR ESCALRES NO TENEMOS MANGUERAS CON AGUA,NO SE SI LOS EXTINTORES FUNCIONAN DIRAN QUE LOS ADMINISTADORES CONTROLES ,PERO BOMBEROS Y EL GOBIERNO TIENE LA OBLIGACIN DE CONTROLAR ,YABASTANTE PAGAMOS AL BANCO HIPOTECARIO
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