LA AUTOMATIZACIÓN DEL TRABAJO EN URUGUAY
La carrera contra los robots
La velocidad de los avances tecnológicos obligan a crear estrategias para defender el empleo y al trabajador en el mercado laboral del futuro. Estudios miden la temperatura y proponen estrategias para afrontar el problema.
FERNANDA KOSAK15 jul 2017
Si los problemas económicos que afronta por
estos días Tienda Inglesa tuvieran lugar dentro de 50 años, es posible
que las negociaciones con sus empleados fueran diferentes. Tal vez no
habría reclamos, no habría enojos, quizá ni siquiera negociaciones.
Porque los robots no negocian.
Los 1.000 empleados de la cadena de supermercados que
sintieron amenazada su fuente laboral por distintas causas, hoy respiran
más tranquilos porque están cerca de un acuerdo. Sin embargo, a largo
plazo su pronóstico no es tan favorable. Estudios nacionales e
internacionales prevén que debido al avance tecnológico, gran parte de
los puestos de trabajo en nuestro país tienen fecha de vencimiento.
El año pasado, un estudio de la IEEM (Instituto de
Estudios Empresariales de Montevideo) reveló que más de la mitad de los
puestos laborales en Uruguay está bajo amenaza de "automatización" en
los próximos 10 a 20 años. En el rubro comercio, casi un 70% (unos
182.000) de los puestos peligran. Hace unos días, el tema volvió al
tapete con la presentación de un estudio del Instituto Cuesta Duarte,
del Pit-Cnt, que propone tomar medidas ante esta realidad inevitable.
No es el fin.
Aunque la automatización del trabajo es un problema
desde que se inventó el alambrado y se despidió al campesino que
vigilaba el ganado, el decano del IEEM, el contador Pablo Regent, dice
que es especialmente dramático ahora porque las máquinas avanzan "a una
velocidad nunca vista". Explicó que "la vertiginosidad de los nuevos
descubrimientos" no da el tiempo que daba antes para que el mercado
laboral se reacomode. Regent dice que la cantidad de puestos de trabajo
no se reducirá, pero sí que se crearán más puestos especializados y se
destruirán los no calificados, dejando en aprietos a aquellos sin
formación.
Este es un tema en el que la academia y los
sindicatos parecen estar de acuerdo: el mercado laboral actual no está
estructurado para sobrevivir a los cambios que se están viviendo en todo
el mundo. Si en algo coinciden Regent y el presidente del Pit-Cnt,
Fernando Pereira, es que este es un problema que debe encararse cuanto
antes y pensarse a largo plazo.
Pereira pone el énfasis en la imposibilidad de
divorciar trabajo de educación. Insiste en que es urgente un presupuesto
que permita transformar la educación de modo que los que serán
trabajadores mañana tengan chance de insertarse a ese mercado laboral
especializado.
De acuerdo al estudio del IEEM, quienes tienen un
nivel educativo más elevado están ocupados en empleos con menor riesgo
de quedar obsoletos o de ser reemplazados por una máquina. Pero que el
desempleo sea inversamente proporcional al nivel educativo no es un
problema del futuro: incluso hoy, el 68% de los desempleados tiene un
nivel educativo menor a los 12 años de escolarización, según el estudio
del Cuesta Duarte.
Estrategias.
Un instrumento que ataca el problema a corto plazo
es Inefop, el instituto nacional de empleo y formación profesional,
encargado de administrar el fondo de reconversión laboral que sale de
los aportes personales y patronales. Inefop ofrece capacitaciones
laborales a trabajadores, desempleados y "especialmente a las
poblaciones con mayor vulnerabilidad frente al desempleo" —como
discapacitados, jóvenes y mujeres—, según anuncia la misión del
organismo. Los cursos más solicitados son los de administración,
informática, gastronomía, electrónica y manejo de maquinaria.
Jorge Mesa, director nacional de Trabajo, destacó la
tarea de Inefop y agregó que la capacitación ha surgido como necesidad
en las negociaciones colectivas. Mesa reconoció también que desde la
dependencia que dirige han atendido varios casos de empresas que se han
planteado la automatización de ciertas funciones.
Para Regent, la educación es necesaria pero no
suficiente. Propone "repensar las normas laborales para ver si se
adaptan a estos nuevos desafíos". "Podrán decir que no quieren perder
conquistas, pero conquistas para gente desocupada no interesan a nadie".
Tanto él como Milton Castellano, director del Cuesta
Duarte, se preocupan por la "matriz productiva". Para Castellano, lo
que producimos "es lo mismo que hace 50 años" y, según Regent "tiene
poco valor agregado". Puso la nueva planta de UPM como ejemplo: "Ojalá
venga, pero en verdad lo que se hace es muy poco sofisticado". "El
Estado tiene que dar beneficios, no necesariamente impositivos, para que
sea atractivo crear algo sofisticado en Uruguay", subrayó Regent.
En el Ministerio de Industria se apunta a la
sofisticación de las industrias con la incorporación de tecnologías.
Iniciativas como el proyecto de internalización de la especialización
productiva y el Centro de Automatización Industrial y Mecatrónica,
apuntan a eso. Algunos programas incluyen entrenamiento en el uso de
tecnología para los empleados de la industria.
Por su parte, la Oficina de Planeamiento y
Presupuesto observa el problema con una mirada más global y a largo
plazo. El director de Planificación, Fernando Isabella, anunció que en
agosto se presentará un informe al respecto.
"Vamos a tener que dedicar buena parte de nuestros
recursos a formar al trabajador integral", consideró Pereira, del
Pit-Cnt. "Hay que ofrecer formación permanente para afrontar los cambios
que se producen día a día en el mundo del trabajo", agregó. También
opinó que cada vez más la capacitación será una moneda de cambio en las
negociaciones intra empresa: ya no se peleará solamente por
salario y condiciones laborales. "Para nosotros sería fácil quedarnos
con lo que venimos haciendo hasta ahora, pero tenemos que preparar la
actividad sindical para los cambios que se vienen en el mercado
laboral del futuro", sentenció Pereira.
El debate en torno a los puestos de trabajo
"obsoletos" se retomó días atrás luego de que el intendente de
Montevideo, Daniel Martínez, propusiera eliminar esa función en siete
años mediante retiros incentivados. Martínez se encontró con una feroz
resistencia del sindicato de trabajadores del transporte. Se calcula que
hay unos 1.800 guardas.
Tanto Pereira como Regent coinciden en que "el
primer instinto" de cualquier persona o país es aferrarse a un empleo.
Sin embargo, creen que "no hay que defender puestos de trabajo", sino
"el trabajo" —según Regent— y "el trabajador" —según Pereira. Más allá
del matiz, ambos entienden que una de las claves está en que los
trabajadores cuyas tareas se vean afectadas por la rutina tengan la
posibilidad de formarse para realizar otras.
"No es cuestión de decir no hay más puestos (como el
del guarda) a partir de hoy. Pero no sigamos fomentando que entre gente
a esos lugares. No sigamos reproduciendo el problema", reclamó Regent.
Cajas sin personas: la tendencia que llega al país.
El primer supermercado sin empleados surgió hace más
de un año en Suecia. El supermercado está abierto las 24 horas y todo
el proceso de la compra es realizado por el propio cliente y su smartphone.
Ahora, otra iniciativa similar está siendo testeada
en Estados Unidos: Amazon Go, perteneciente al gigante de las compras
online, Amazon. Bajándose una app y a través de múltiples
sensores en la tienda uno podría, en teoría, tomar lo que quisiera e
irse, sin hacer filas ni interactuar con humanos. El costo de la compra
se cobra a la tarjeta automáticamente. En el sitio web de Amazon se
informa que el local ya se está construyendo y abrirá sus puertas muy
pronto.
En Devoto de Punta del Este ya se están probando las
cajas sin cajeros donde uno se cobra y paga solo, que funcionan hace
años en otros países. Según Miguel Penengo, encargado de la comunicación
del Grupo Casino (dueño de Devoto, Disco y Géant), su uso es "para
descongestionar las filas" y no implicará reducción de personal. El
grupo Casino emplea a unas 6.500 personas. Tienda Inglesa, a unas 3.800.
La función de atender el teléfono para tomar pedidos
ya está siendo automatizada en algunos supermercados como Tienda
Inglesa, Devoto y Kinko, que tienen aplicaciones propias en las que se
permite elegir la compra desde el teléfono, sin tener que hablar con un
empleado.
Tienda Inglesa, que ha apostado siempre a
diferenciarse por un trato personalizado con los clientes, atraviesa una
fase de reestructura por balances negativos desde 2012. En ese marco,
se analizó la posibilidad de prescindir de unos 1.000 empleados. En las
últimas negociaciones, sin embargo, acordaron mantener todos los puestos
de trabajo.
Dos estudios que analizan el futuro del empleo.
El Instituto Cuesta Duarte concluye en un estudio
que "los temas de empleo y desempleo deben encararse con una mirada de
mediano y largo plazo, apuntando a resolver algunos problemas
estructurales que presenta el mercado laboral uruguayo en cuanto a la
generación de puestos de trabajo de calidad". Plantea como uno de los
caminos a seguir la "diversificación de la matriz productiva actual,
sumamente primarizada y concentrada en unos pocos productos".
El informe que realizó el IEEM sostiene que todavía
hay habilidades muy difíciles de robotizar y que no requieren de tanta
formación: la percepción y manipulación, la originalidad para generar
nuevas ideas, el desarrollo de maneras creativas de solucionar
problemas, la habilidad para producir sensaciones nuevas a través del
arte, la interacción y la inteligencia social, la percepción para ser
consciente de las reacciones de los otros, la persuasión para influir en
otras personas para cambiar su pensamiento o comportamiento, la
negociación para alcanzar acuerdos ante diferencias y la asistencia para
proveer atención médica y apoyo emocional.
"El trabajo en Uruguay. Presente y futuro"
Buen articulo, es bueno informarse más sobre este asunto y lograr un Trabajo y calidad de vida más equitativo para todos. La digitalización puede ser buena si se usa de forma efectiva.
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