lunes, 9 de diciembre de 2019

La dictadura de Piñera







Sergio Sommaruga

¿Cuántos canales de televisión harán falta para que el gobierno de Chile sea considerado una dictadura?
En las imágenes, capturadas de videos caseros, se ven manifestantes atropellados por una patrulla de carabineros y por dos motos de la policía militar.
En Venezuela, a fines de abril de este año una tanqueta atropellaba a un manifestante.




En la ocasión hubo una maratón mediática. Cientos de minutos dedicados a darle cobertura a una imagen que se repetía una y otra vez, en nuestro país y el mundo entero.
Aquí, hasta se llegó a condenar desde el acto del 1 de mayo.
Era la imagen que el relato necesitaba. La imagen que consagraba la prepotencia militar, el abuso de poder, la tiranía del régimen.
¿Qué hay de distinto en aquella imagen de la tanqueta en Venezuela y estas imágenes del terrorismo de Estado en Chile? Nada.
Pero en Chile, hay democracia.
Y también hay más de 220 personas con pérdida de la visión por la acción deliberada de las fuerzas represivas, bajo las órdenes del gobierno de Piñera.



>>> Dolores de crecimiento

Y no.
Los lobos nunca son vegetarianos.
En Chile, según cifras oficiales, el terrorismo de Estado impulsado por Sebastián Piñera viene dejando un saldo de 23 asesinatos, 4316 detenciones políticas, 1500 personas heridas, 132 denuncias por torturas, varias mujeres desaparecidas y 18 denuncias de violación perpetradas por las fuerzas represivas.
Para Sanguinetti, sin embargo, lo que está aconteciendo en Chile, son “dolores del crecimiento” y es consecuencia de la “impaciencia” de la gente.
Esta caracterización que hace Sanguinetti sobre la coyuntura chilena, es éticamente nefasta, políticamente indolente y conceptualmente violenta.
Pero, tiene de bueno que deja ver detrás del velo.
¿Y qué hay detrás del velo?
La demostración palmaria de lo que es capaz de hacer la conveniencia ideológica para ocultar con palabras el peso tremendo de la realidad.
La mirada de Sanguinetti esta imbuida de ideología.
Solo de ese modo se puede entender que opine de esa forma sobre Chile y de otra, diametralmente opuesta, sobre Nicaragua.
¿Por qué hace esto Sanguinetti?
Por su conciencia de clase.
La mirada de Sanguinetti es la de un defensor de un statu quo capitalista.
Pelea con uñas y dientes por una interpretación del mundo favorable a sus intereses. Y no titubea.
La derecha nunca titubea.
Da la batalla ideológica siempre.
Para justificar lo injustificable.
Para honrar la desvergüenza.
Para maquillar la fealdad.
La derecha nunca dejó de dar la batalla ideológica.
La izquierda, sin embargo, se convenció y convenció a cientos de miles, que el lobo era vegetariano. Y no.
Los lobos nunca son vegetarianos.












1 comentario:

  1. Que buen articulo, debemos convertirnos en fieros perros defensores de la majada y de nosotros mismos. Los perros pueden con los lobos

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