viernes, 20 de diciembre de 2019

Vergüenza celeste

Valientes soldados uruguayos, en Puerto Príncipe, Haití.







  Tropas uruguayas en Haití señaladas en investigación que denuncia prostitución, embarazo y abuso infantil






De los 265 casos de embarazos atribuibles a cascos azules consignados por The Conversation, 28,3% responde a efectivos uruguayos. 



Un informe publicado este miércoles por el medio The Conversation y replicado este jueves por el Washington Post indica que cascos azules de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas (Minustah) en Haití embarazaron a mujeres y niñas en Haití y luego fueron repatriados por sus países cuando se sabía que iban a ser padres.
La investigación, realizada por Sabina Lee, profesora de la Universidad de Birmingham, y Susan Bartels, científica de la Universidad de Queen en Ontario, encuestó a 2.500 haitianos sobre las experiencias de mujeres y niñas en las localidades donde se estableció la Minustah. De ese grupo, consigna The Washington Post, se registraron unas 265 historias acerca de niños concebidos por los cascos azules de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en una “mezcla preocupante de coerción y abuso que dejó a niñas de tan sólo 11 años para criar a sus hijos en condiciones de pobreza extrema”.
Si bien algunos de los encuestados señalaron casos de violación o violencia sexual, lo que ocurría con más frecuencia era la prostitución o el abuso sexual: el “patrón común” es que las mujeres recibían pequeñas cantidades de dinero o alimentos a cambio de sexo.



En el artículo de The Washington Post se sostiene que durante la investigación no se preguntó directamente sobre las relaciones sexuales con las fuerzas de paz o acerca de los niños nacidos producto de esas relaciones, sino que el tema salió espontáneamente. Entre ellas, una mujer describe que una serie de niñas de entre 12 y 13 años fueron embarazadas por personal de la Minustah, dejándolas “en la miseria y con los bebés en sus manos”.
Según el informe, en 28,3% de las 265 historias de embarazos producidas por cascos azules hubo personal uruguayo involucrado, y en 21,9% personal brasileño. “Si bien eran las dos tropas más numerosas, como la tropa de Brasil era más grande, se podría pensar que la proporción era al revés”, sostiene la investigación, que agrega que los soldados fueron enviados nuevamente a su país de origen cuando se conoció que habían provocado un embarazo, dejando a las madres sin asistencia.


La política uruguaya " ne comprend pas"



El Departamento de Operaciones de Mantenimiento de Paz de la ONU respondió este informe mediante un comunicado y dijo que tomaba en serio las denuncias. “Lamentablemente, hemos visto casos relacionados con el personal de mantenimiento de la paz de la Minustah en los últimos años, aunque las acusaciones generalmente han disminuido desde 2013”, respondió, según consignó The Washington Post. Según este medio, la ONU ha recibido 116 denuncias de explotación y abuso sexual desde 2007, todas referentes al personal de la Minustah.
Consultado por la diaria, el ministro de Defensa Nacional, José Bayardi, dijo que no tenía la información exacta de la investigación, pero sostuvo que en algunas misiones de paz habían ocurrido embarazos producidos por cascos azules uruguayos. “En muchos de los casos tengo entendido que se hicieron responsables”, acotó.
El diputado frenteamplista Gerardo Núñez opinó que la publicación genera “vergüenza e indignación”, y dijo que enviará una carta a la oficina de la ONU responsable del área para solicitar información sobre las denuncias y “eventualmente evaluar si amerita algún tipo de acción legislativa o ejecutiva, o corresponde una investigación”. El legislador agregó además de que estaba al tanto de denuncias que llegaron al Ministerio de Defensa por el desempeño de cascos azules en la Minustah, que derivaron en “sanciones e incluso bajas”.

Antecedentes

En 2011 se viralizó un video de dos efectivos uruguayos que retenían a un joven haitiano con sus pantalones bajos mientras un tercero se arrodillaba a sus espaldas, riéndose. En setiembre de 2012, el juez penal de 20º turno, Alejandro Guido, terminó procesando sin prisión por el delito de violencia privada a esos tres efectivos, que eran de la Armada Nacional, y al que filmaba.
Uruguay proporcionó efectivos para la Minustah entre 2004 y 2017, pero la misión siempre fue un tema polémico y cargado de polémica cada vez que debió ser votada la extensión de la permanencia de las tropas uruguayas en Haití. Incluso, el debate provocó la renuncia del diputado socialista Guillermo Chifflet en 2005 y del ex emepepista Esteban Pérez en 2013.





>>> 250 "uruguayitos" abandonados en Port Salut con la tez mas clara





 Embrazada a los 16 años en 2011
Niños con la tez mas clara en Port Salut donde hay una base uruguaya


Soldados de paz son acusados de abusos sexuales durante misión de Naciones Unidas en Haití
 

Por Debora Alatriste 19 de Diciembre de 2019


Un estudio recientemente publicado reveló abusos y relaciones sexuales del personal de paz de Naciones Unidas a mujeres y niñas de Haiti durante la misión de 2004 a 2017.



The Conversation publicó este 17 de diciembre un estudio realizado por Sabine Lee, profesora de Historia Moderna en la Universidad de Birmingham, y Susan Bartels, Clínica-Científica de Universidad de Queen en Ontario, en el cual se reveló que 265 haitianos contaron historias de niños engendrados por el personal de la ONU.
En el verano de 2017, el equipo de investigación entrevistó a 2500 haitianos sobre “las experiencias de las mujeres y niñas locales que viven en comunidades que albergan operaciones de apoyo a la paz”.
Niñas de tan solo 11 años fueron abusadas sexualmente y embarazadas para después tener que criar a sus hijos solas, pues los padres fueron repatriados por las Naciones Unidas una vez que se conocía el embarazo, señala el informe.




La mayoría de los soldados de paz involucrados en las 265 historias son originarios de Uruguay y Brasil.
En su estudio, las autoras señalaron que si bien algunos encuentros sexuales eran descritos como violencia sexual, los datos que recabaron mostraron que el “el sexo transaccional con el personal de la ONU” era un problema “muchos más generalizado”.
En algunas historias las mujeres recibían pequeñas cantidades de dinero a cambio de sexo, mientras que en otras solo recibían alimentos, “lo que pone de relieve la extrema pobreza que contribuye a estos encuentros sexuales”.
Un hombre de la comunidad de Port Salut dijo que “Tuvieron relaciones sexuales con las chicas ni siquiera por dinero, es solo por comida, por una comida”.
Por otra parte, la investigación también arrojo el tema de las relaciones sexuales consensuales entre el personal de paz con mujeres locales, las cuales resultaban la mayoría de veces en embarazos, sin embargo, los soldados no se hicieron responsables en cuanto fueron repatriados, lo que representa una problemática para estas mujeres que se encuentran situaciones de extrema pobreza y muchas de ellas no cuentan con el apoyo de sus familias.
“Empecé a hablar con él, luego me dijo que me amaba y acepté salir con él. Tres meses después, estaba embarazada, y en septiembre lo enviaron a su país… El niño está creciendo, y somos yo y mi familia los que estamos luchando con él. Ahora tengo que enviarlo a la escuela. Lo han expulsado porque no puedo pagarlo”, dijo una entrevistada de Port Salut.
“En esencia, la política [de tolerancia cero] prohíbe casi todas las relaciones sexuales entre las fuerzas de mantenimiento de la paz y las mujeres locales”, señala la investigación.
Un hombre entrevistado dijo: “Los soldados destruyen el futuro de estas jóvenes dejándolas embarazadas con un par de bebés y abandonándolas. Básicamente, estas acciones de los soldados pueden tener un impacto negativo en la sociedad y en el país en general porque estas jóvenes podrían haber sido abogadas, médicas o cualquier cosa que hubiera ayudado a Haití mañana… Ahora algunas de ellas están caminando en la calle, o en el mercado de pulgas y otros lugares con una canasta sobre su cabeza vendiendo naranjas, pimientos y otros bienes para criar a los niños que tienen con los soldados de la MINUSTAH”.
De acuerdo con las autoras, la MINUSTAH “es una de las misiones de la ONU más controvertidas de la historia. Ha sido objeto de numerosas acusaciones de explotación y abuso sexual. Un número escandaloso de personal de mantenimiento de la paz uniformado y no uniformado ha sido vinculado a abusos de los derechos humanos, incluyendo explotación sexual, violaciones e incluso muertes ilegales”.




Son 24 las denuncias de abuso sexual y paternidad por parte de cascos azules uruguayos en Haití 


Cuatro de los casos de paternidad se comprobaron mediante estudios de ADN.


El Sistema Nacional de Apoyo a las Operaciones para el Mantenimiento de la Paz le presentó al Ministerio de Defensa un informe sobre denuncias de abusos sexuales cometidos en Haití por cascos azules uruguayos. La cartera lo había solicitado después de que se difundiera un informe al respecto elaborado por The Conversation y publicado también por The Washington Post.
El documento que se presentó al ministerio menciona que fueron más de 47.500 los militares uruguayos desplegados en misiones de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde 1992, y señala que hubo 36 denuncias por abusos sexuales contra ellos, 24 en Haití. Agrega que 9% de esas denuncias fueron comprobadas. Sin embargo, el texto aclara que “los casos que son remitidos al país son solamente aquellos que” tienen “cierta veracidad” según el Sistema de Conducta y Disciplina de la ONU, que los evalúa.
Tanto el ministerio como el Ejército difundieron ayer el informe. Allí se afirma que casi todos los casos (99%) fueron “clasificados en la categoría de explotación por el relacionamiento entre el efectivo uruguayo y la local”, y agrega que “no constituyen abuso pues no implicaron violencia física”.
Sin embargo, The Conversation registró 265 historias sobre niños que son hijos biológicos de madre haitiana –en algunos casos niñas– y padre de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas (Minustah) que fueron enviados de regreso a su país. Señala que esos hijos fueron concebidos en el marco de una “mezcla preocupante de coerción y abuso que dejó a niñas de tan sólo 11 años criando a sus hijos en condiciones de pobreza extrema”. Las mujeres recibieron en muchos casos pequeñas cantidades de dinero o comida de parte de los militares.
El Sistema Nacional de Apoyo a las Operaciones para el Mantenimiento de la Paz afirma en su respuesta al ministerio que los casos de abuso sexual “son en gran medida una nefasta consecuencia de una devastadora realidad social y coyuntural de los escenarios de despliegue”. Agrega que “su prevención y erradicación no se limita al elemento represivo, centrado en las sanciones a los infractores sino que incluye una dimensión social”, y por eso se ha trabajado con los cascos azules en “actividades que permitan fortalecer los vínculos en la sociedad, con especial atención a los grupos más vulnerables”.
El documento, titulado “Actuación del Estado uruguayo ante casos de abuso y explotación sexual en Misiones Operativas de Paz”, afirma que entre las 24 denuncias correspondientes a Haití, hay 11 por supuesta paternidad”, que en cuatro casos se comprobó mediante un examen de ADN. “Un caso pasa a retención judicial”, mientras que los otros tres “están en proceso” bajo la órbita del Punto Focal de Asistencia a los Hijos, del Ministerio de Relaciones Exteriores, agrega.
Según el documento, “el Estado ha asumido la investigación” de todas las denuncias que le llegaron, y en las que fueron comprobadas “se han adoptado las medidas disciplinarias correspondientes, que van desde sanciones de arresto a rigor, desafectación de la Fuerza o pase a la Justicia Militar”. También se aplicaron otras medidas como la de “acompañamiento al efectivo uruguayo para el reconocimiento voluntario (incluye la toma de muestras voluntarias de ADN)”, y la colaboración con tribunales en el país de origen y en ámbitos de la ONU para investigar estas situaciones. Si bien “para el Estado Uruguayo no existen” casos de este tipo “pendientes de resolución”, todavía falta “que la ONU los considere cerrados”.
Después de la difusión del informe periodístico, que la diaria publicó el jueves, el diputado frenteamplista Gerardo Núñez dirigió una carta a la coordinadora residente de la ONU en Uruguay, Mireia Villar, en la que le solicitó información sobre la participación de cascos azules de la Minustah en “situaciones gravísimas vinculadas a casos de abuso y violación de mujeres, especialmente niñas, valiéndose de su pobreza extrema”.





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