>>> La gobernanza del FMI
Ningún estado "demokratico", ni ningún gobierno se libra de esta corporación global que "influye" para que los distintas políticas económicas sean manipuladas a partir de deudas impagables que los estados asumieron. De esta forma condicionan los titiriteros a que los gobiernos gestionen sus "recomendaciones".
Uruguay no escapa a la regla, 15 años de progresismo neoliberal se quizo zafar pero la trampa es mortal. Continuarán años siendo gestores. No hay escape a la morosidad como forma de neocolonialismo. Paises del primer y tercer mundo están sumergidos en la deuda. Condicionan los mercados las políticas cambiarias, las crisis económicas, el descalabro social, hay que pagar la deuda y los presupuestos estatales de "bienestar" son los objetivos. a nadie se le ocurre "ahorrar" presupuestos en defensa y policía que controlen los beneficios de las élites comerciales, y capitales inversores que financien los proyectos económicos.
El fin es integrarse al poder global de corporaciones que cocinan los planes en Wall Street y la política local lo gestiona. al BID, Banco Mundial, IIRSA,etc.
Anualmente se elaboran informes para cada país
Misión del FMI completó informe técnico sobre Uruguay y lo dio a conocer.
La Misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) dirigida por
Pelin Berkmen concluyó su consulta anual y presentó el informe sobre
Uruguay. En el documento, que puede ser consultado en el sitio web del
organismo financiero internacional, se constata que “Uruguay se
encuentra en una posición envidiable en muchos sentidos”, destacándose
“una democracia que funciona correctamente, estabilidad política,
solidez en su gobernanza e instituciones, y un elevado grado de cohesión
social”.
También se destaca que tras 15 años de “crecimiento robusto”, el país “goza de un elevado ingreso per cápita y bajas tasas de pobreza, desigualdad e informalidad”. Sin embargo, se advierte que han “surgido desequilibrios y la situación externa sigue siendo un obstáculo”. “El crecimiento, la inversión y la participación laboral se ubicaron en una tendencia decreciente en los últimos años, y se acumularon desequilibrios internos (mayor déficit fiscal, aumento del desempleo).
La deuda se incrementó y la inflación permanece fuera del rango meta. A su vez, la posición externa se ha mantenido robusta con el déficit en la cuenta corriente fluctuando alrededor de cero y con un colchón adecuado de reservas internacionales. En el pasado, Uruguay se benefició de unas condiciones internacionales benignas, como los altos precios de las materias primas y una demanda externa robusta. Sin embargo, esos vientos de cola desaparecieron y fueron reemplazados por un crecimiento mundial y regional lento, bajos precios de las materias primas, mayor incertidumbre, volatilidad en los flujos de capitales y episodios de turbulencias financieras en Argentina. No obstante, las bajas tasas de interés a nivel mundial ofrecen cierto respiro”, expresa el documento del FMI.
EL FMI agrega que el entorno político y económico interno de los próximos años “ofrece una oportunidad para abordar las dificultades económicas de Uruguay”, y que el gobierno que encabezará Luis Lacalle Pou gozará de un “impulso al crecimiento resultante de la construcción” de la nueva planta de celulosa de UPM y “de los proyectos de asociaciones público-privados venideros”.
Para el organismo internacional, el nuevo gobierno debería “utilizar esta oportunidad para revertir la acumulación de desequilibrios y emprender reformas para proteger logros y continuar la convergencia de ingresos”, reduciendo la deuda y llevando la inflación al punto medio del rango meta. “También deberían aprovechar las fortalezas institucionales del país para profundizar la mejora de los marcos de la política fiscal y de inflación objetivo y para implementar reformas estructurales. La recuperación del crecimiento de la productividad es indispensable para mantener la cobertura del estado de bienestar y asegurar la equidad intergeneracional. En este contexto, se necesitan acciones para mejorar los resultados en educación, el empleo juvenil, la inversión privada y la eficiencia de las empresas estatales, así como para asegurar la suficiencia de las pensiones de las generaciones futuras”, expresa el FMI.
El organismo estima que el crecimiento potencial de la economía a largo plazo es de aproximadamente 2 o 2,5%, teniendo en cuenta “el nivel bajo y decreciente de las inversiones y el deterioro de la participación laboral, lo que refleja en parte las tendencias demográficas”.
Los técnicos del FMI proyectan que el crecimiento se recuperará de 0,5% en 2019 a 2,1% en 2020 y a 2,5% en 2021, a medida que “los proyectos de inversión avancen, lo que permitiría contrarrestar los efectos de contagio provenientes de Argentina”. “El crecimiento se reduciría después de 2021, una vez finalizadas estas inversiones. Sin embargo, el nivel del Producto Interno Bruto [PIB] real registraría un aumento permanente de aproximadamente un 1%, gracias al impacto en la productividad. Se espera que la inflación se mantenga en torno al 8% el próximo año, y que luego se reduzca gradualmente hacia el límite superior del rango meta a medida que se desvanezca el efecto de factores temporales y los aumentos salariales sigan la trayectoria descendiente acordada en la última ronda de negociación salarial”, estima el organismo.
Para el FMI, si bien se espera una mejora en los saldos fiscales, se proyecta un incremento de la deuda, y si bien “las necesidades brutas de financiamiento son manejables, el espacio fiscal se está reduciendo”, por lo que es “necesario introducir un plan de ajuste creíble a partir de 2020 para ubicar la deuda en una trayectoria firmemente descendente”. “Dado el esperado impulso al crecimiento proveniente de los grandes proyectos de inversión, existe margen para adelantar el ajuste fiscal”. El FMI propone llevar el déficit primario del sector público no financiero “de su nivel actual de 1,7% del PIB a un superávit de 0,9% del PIB” para estabilizar la deuda en 2024. “Para bajar el endeudamiento es necesario un ajuste adicional. Con un ajuste promedio de ½ por ciento del PIB por año se reducirían 10 puntos porcentuales de la deuda en 10 años. De no registrarse shocks negativos y en la medida que el crecimiento aumente, las autoridades tendrán más margen para lograr un mayor ajuste en los próximos dos años. Eso ayudaría a reducir la deuda más rápido (en parte por la disminución de pagos de intereses futuros), aliviaría el impacto económico del ajuste y reduciría las futuras necesidades de ajuste”, recomienda el FMI.
El informe estima que “una estrategia transparente de información pública y comunicación ayudaría a generar consensos en torno a las medidas seleccionadas”. El FMI también plantea que “es una prioridad encarar los crecientes gastos previsionales”.
El informe completo se puede visualizar en https://ladiaria.com.uy/U0P.
También se destaca que tras 15 años de “crecimiento robusto”, el país “goza de un elevado ingreso per cápita y bajas tasas de pobreza, desigualdad e informalidad”. Sin embargo, se advierte que han “surgido desequilibrios y la situación externa sigue siendo un obstáculo”. “El crecimiento, la inversión y la participación laboral se ubicaron en una tendencia decreciente en los últimos años, y se acumularon desequilibrios internos (mayor déficit fiscal, aumento del desempleo).
La deuda se incrementó y la inflación permanece fuera del rango meta. A su vez, la posición externa se ha mantenido robusta con el déficit en la cuenta corriente fluctuando alrededor de cero y con un colchón adecuado de reservas internacionales. En el pasado, Uruguay se benefició de unas condiciones internacionales benignas, como los altos precios de las materias primas y una demanda externa robusta. Sin embargo, esos vientos de cola desaparecieron y fueron reemplazados por un crecimiento mundial y regional lento, bajos precios de las materias primas, mayor incertidumbre, volatilidad en los flujos de capitales y episodios de turbulencias financieras en Argentina. No obstante, las bajas tasas de interés a nivel mundial ofrecen cierto respiro”, expresa el documento del FMI.
EL FMI agrega que el entorno político y económico interno de los próximos años “ofrece una oportunidad para abordar las dificultades económicas de Uruguay”, y que el gobierno que encabezará Luis Lacalle Pou gozará de un “impulso al crecimiento resultante de la construcción” de la nueva planta de celulosa de UPM y “de los proyectos de asociaciones público-privados venideros”.
Para el organismo internacional, el nuevo gobierno debería “utilizar esta oportunidad para revertir la acumulación de desequilibrios y emprender reformas para proteger logros y continuar la convergencia de ingresos”, reduciendo la deuda y llevando la inflación al punto medio del rango meta. “También deberían aprovechar las fortalezas institucionales del país para profundizar la mejora de los marcos de la política fiscal y de inflación objetivo y para implementar reformas estructurales. La recuperación del crecimiento de la productividad es indispensable para mantener la cobertura del estado de bienestar y asegurar la equidad intergeneracional. En este contexto, se necesitan acciones para mejorar los resultados en educación, el empleo juvenil, la inversión privada y la eficiencia de las empresas estatales, así como para asegurar la suficiencia de las pensiones de las generaciones futuras”, expresa el FMI.
El organismo estima que el crecimiento potencial de la economía a largo plazo es de aproximadamente 2 o 2,5%, teniendo en cuenta “el nivel bajo y decreciente de las inversiones y el deterioro de la participación laboral, lo que refleja en parte las tendencias demográficas”.
Los técnicos del FMI proyectan que el crecimiento se recuperará de 0,5% en 2019 a 2,1% en 2020 y a 2,5% en 2021, a medida que “los proyectos de inversión avancen, lo que permitiría contrarrestar los efectos de contagio provenientes de Argentina”. “El crecimiento se reduciría después de 2021, una vez finalizadas estas inversiones. Sin embargo, el nivel del Producto Interno Bruto [PIB] real registraría un aumento permanente de aproximadamente un 1%, gracias al impacto en la productividad. Se espera que la inflación se mantenga en torno al 8% el próximo año, y que luego se reduzca gradualmente hacia el límite superior del rango meta a medida que se desvanezca el efecto de factores temporales y los aumentos salariales sigan la trayectoria descendiente acordada en la última ronda de negociación salarial”, estima el organismo.
Para el FMI, si bien se espera una mejora en los saldos fiscales, se proyecta un incremento de la deuda, y si bien “las necesidades brutas de financiamiento son manejables, el espacio fiscal se está reduciendo”, por lo que es “necesario introducir un plan de ajuste creíble a partir de 2020 para ubicar la deuda en una trayectoria firmemente descendente”. “Dado el esperado impulso al crecimiento proveniente de los grandes proyectos de inversión, existe margen para adelantar el ajuste fiscal”. El FMI propone llevar el déficit primario del sector público no financiero “de su nivel actual de 1,7% del PIB a un superávit de 0,9% del PIB” para estabilizar la deuda en 2024. “Para bajar el endeudamiento es necesario un ajuste adicional. Con un ajuste promedio de ½ por ciento del PIB por año se reducirían 10 puntos porcentuales de la deuda en 10 años. De no registrarse shocks negativos y en la medida que el crecimiento aumente, las autoridades tendrán más margen para lograr un mayor ajuste en los próximos dos años. Eso ayudaría a reducir la deuda más rápido (en parte por la disminución de pagos de intereses futuros), aliviaría el impacto económico del ajuste y reduciría las futuras necesidades de ajuste”, recomienda el FMI.
El informe estima que “una estrategia transparente de información pública y comunicación ayudaría a generar consensos en torno a las medidas seleccionadas”. El FMI también plantea que “es una prioridad encarar los crecientes gastos previsionales”.
El informe completo se puede visualizar en https://ladiaria.com.uy/U0P.
Diciembre, segunda quincena 2019.
MIRANDO AL 2020.
Los sectores
productivos de la economía uruguaya se encuentra prácticamente
estancados desde 2015. Aumento del desempleo, elevada deuda pública,
déficit fiscal, son algunos de los problemas que presenta la economía
uruguaya de cara al 2020.
El esquema de
apertura prácticamente sin restricciones al comercio, las finanzas y
grandes capitales del exterior, demuestra sus límites. Venta de tierras,
empresas, oportunidades rentables de extracción bienes naturales o agro
negocios para grandes capitales se fueron agotando, dejando una secuela
de extranjerización, concentración de riquezas y daño ambiental.
De todas maneras el
nuevo gobierno que asumirá en marzo del próximo año, no solamente
reafirma los lineamientos vigentes, sino que promete acentuarlos.
El camino ofrece
perspectivas negativas para los sectores populares. La historia de las
crisis precedentes y los ejemplos de los países vecinos, son claros. Los
sectores dominantes pretenderán continuar utilizando salario y empleo
como “variables de ajuste” para incrementar la rentabilidad del capital.
Durante 2019 los
incrementos de precios de productos de consumo generalizado ya superan
las pautas de ajuste salarial. Quedan pocas dudas de que organismos
internacionales, gobierno y capital intentan e intentarán profundizar el
descenso del poder de compra de los trabajadores. Los ajustes de
salarios nominales serán inferiores a la ascendente evolución de precios
en plena “dictadura del mercado” con enormes grados de concentración de
la oferta.
Durante la
transición y los primeros meses del 2020 posiblemente predominen
valoraciones políticas en el marco previo a las elecciones municipales.
Sin embargo en el transcurrir del año se irán implementando medidas
económicas que auguran recortes de gasto público social y de derechos
laborales.
El presupuesto para
la próxima administración será instancia clave. El ajuste en ciernes
implicará afectar negativamente la ocupación generada por el sector
público, disminución de salarios reales, deterioro en servicios de
salud, educación, vivienda, desarrollo social. En estas condiciones se
reducirá además la demanda interna.
La secuencia
inmediata que generarán las obras para UPM 2 agregan condimentos que a
la larga incrementarán deudas del Estado. Si bien los costos para la red
ferroviaria al servicio de UPM se postergan por 36 meses, funcionarán
como aumento de las obligaciones del sector público durante 15 años por
un monto global superior a los 2000 millones de dólares. Obras conexas
sumarán costos al sector público, más allá del relativo impacto positivo
sobre el mercado laboral durante un plazo muy corto.
La evolución del
mercado de divisas será otra variable clave. La relación entre oferta y
demanda de dólares tiende a impulsar el aumento de su cotización. La
mayor deuda pública, la venta de reservas que han incrementado la oferta
de moneda extranjera y frenado su ascenso tienen límites. La demanda
para transferir ganancias de capitales extranjeros a sus países de
origen continúa su tendencia creciente.
El ingreso de
divisas durante la zafra turística puede postergar el ajuste de la
cotización del dólar que tenderá a compatibilizar precios locales con la
región y el mundo. Después de marzo y durante todo 2020 es de prever
una tendencia alcista.
Contexto regional,
precios del petróleo, valor de las exportaciones constituyen variables
de difícil evaluación que también incidirán, sobre el dólar, los
precios, la producción.
De todas maneras el
pronóstico más probable es de estancamiento o retroceso de la actividad
económica, inflación, menor poder de compra de los salarios, elevado
desempleo. Espero equivocarme.
GOTITAS DE ECONOMÍA
-
El índice de volumen físico de la industria en Uruguay descendió en los diez primeros meses del año 1.9% en relación al mismo período de 2018. Sin considerar la refinería de petróleo de ANCAP, el descenso es de 0.9%. El índice de horas trabajadas cayó 5%.
-
El IPC oficial creció 0.42% en noviembre en relación a octubre. Dato curioso que es claramente inferior al sentir de los consumidores que cuando van a comprar carne se encuentran con aumentos superiores al 30%. En el año el registro oficial es de 8.82%.
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La tasa de empleo de octubre según el INE fue de 56.5.% un año atrás era de 57.4%. Empresas privadas como Deloitte registran que cerca del 20% de los uruguayos tiene problemas de insuficiencia de empleo. Además de 167000 desempleados, incluye 157000 subempleados y 19000 desalentados que dejaron de buscar trabajo.
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Uruguay se ubicó en el lugar 56 en el ranking de 2018 del índice de desarrollo humano que elabora el programa de naciones unidas para el desarrollo. A comienzo de los noventa ocupaba el lugar 38. El gobierno dice que todo está muy bien.
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En Argentina asumió el nuevo gobierno de Alberto Fernández sustituyendo a Mauricio Macri. El saldo que dejó el gobierno saliente sumiso al FMI, incluye entre otras perlas, 40% de pobreza y más de 50% en el ámbito infantil, galopante deuda externa, profunda crisis productiva y “ainda mais”.
-
El conjunto de los 19 países de la zona euro, registró un incremento del PBI de 0.2% en el tercer trimestre de 2019. En particular la economía alemana se encuentra prácticamente estancada.
Gobierne quien gobierne de turno el Uruguay sea el actual partido de gobierno Frente Amplio (típico partido político de la burguesía, son la nueva derecha) y/o el partido nacional y su coalición multicolor (otro típico partido de la burguesía de la derecha tradicional, más otros partidos políticos de derecha de la burguesía) seguirá la total programación económica del FMI en el MEF, BCU, y el resto del Estado. Además, seguirán estando en el país y operando el BID, BM/BIRF/CAF, UPM con su UPM2, etc., y etc. El partido nacional prometió hacer un ajuste fiscal de 900 millones de dólares de reducción de gasto público y además ya dijo que va a aumentar las tarifas pública para seguir usando a los Entes públicos para que aporten dinero a Rentas Generales del MEF como hoy en día hace Astori con el FA. El Frente Amplio con Mario Bergara -el que iba a ser el ministro de economía de Daniel Martínez- había dicho que el ajuste fiscal para arrancar el próximo gobierno debería ser de 1.000 millones de dólares (lo confesó antes de las elecciones de noviembre de 2019 en entrevista que le hizo diario El País, para el que lo quiera leer le paso el texto entero) Otra cosa que hay que tener en cuenta es que tanto el partido de gobierno FA como el nuevo partido de gobierno del partido nacional y su coalición multicolor están todos totalmente de acuerdo en UPM2, y en reformar la seguridad social del BPS como se los ordena sus patrones del FMI. También todos están de acuerdo en seguir endeudandonos con la soberana deuda pública, en síntesis seguir administrando el capitalismo desde el Estado burgués. Por eso no nos equivocamos cuando afirmamos que, ganara quien ganara las elecciones perdía el pueblo, perdía la clase obrera y demás clases populares.
PM
FMI dice que limitar suba del gasto es prioritario
El Pais (Uruguay)19 Dec 2019
—¿Cuáles
son las medidas que debería tomar el gobierno para mejorar el
crecimiento potencial que el FMI estima entre 2% y 2,5% y dice que es
bajo?
—Sí, es bajo. Un par de puntos.
Esperamos que los proyectos de PPP aumenten el PIB en 1%, pero esto
tiene que ser complementado con otras cosas. Lo primero son políticas
macro creíbles y resilientes, un marco fiscal de mediano plazo,
adicionalmente pensamos que los problemas en el empleo juvenil y la
educación deberían resolverse juntos y deben estar entre las prioridades
para mejorar los resultados de la educación y del mercado laboral. Las
empresas públicas son importantes, hay que mantenerlas eficientes. Todo
eso junto va a ayudar a volver a crecer lo que hemos visto en la última
década. En el pasado Uruguay se benefició de las condiciones globales
benignas y ese beneficio no va a estar nuevamente, no va a ser tan alto.
—¿Cuál diría que es el principal riesgo para la economía uruguaya?
—Hay
una diferencia entre el corto y el largo plazo. En el corto plazo son
los desarrollos económicos en Argentina que siguen siendo un riesgo muy
importante. Una demora en las reformas estructurales o un ajuste fiscal
insuficiente afectarían las posibilidades de crecimiento de largo plazo y
luego tenemos una serie de riesgos que provienen de la economía
mundial, una economía global más lenta, los problemas comerciales que
pueden afectar a Uruguay como a cualquier país.
—¿Cómo
cree que las nuevas medidas del gobierno argentino van a afectar al
turismo en Uruguay ya que los argentinos son claves en este sector?
—Para
subrayar esto, la correlación del crecimiento de Uruguay con Argentina
se ha reducido sustancialmente en los últimos años. Pero como usted
menciona sigue habiendo temas como el turismo, los shocks del tipo de
cambio y sus implicancias —cuando la moneda (argentina) se deprecia— que
tienen un efecto más amplio en la economía uruguaya. A diferencia del
pasado, los vínculos con el sector financiero ya no están presentes y
eso es una gran ayuda. El incremento en el impuesto a gastos en el
exterior van a afectar los ingresos por turismo y es parte de por qué no
vemos un gran impulso al crecimiento.
—El gobierno electo tiene un plan para reducir el gasto en US$ 900 millones, ¿qué piensa al respecto, es realizable?
—No
conocemos los detalles del plan, así que vamos a hacer una evaluación
cuando lo anuncie el nuevo gobierno. Tampoco el tamaño y la composición
del ajuste. Lo que hicimos fue incluir (en nuestras estimaciones) las
medidas de ajuste de 0,9% del PIB que sería el mínimo requerido y
creemos que cualquiera fuera el gobierno sería implementado. Pero, los
detalles, la composición, no la hemos visto.
—Pero ¿no discutieron este plan cuando se reunieron con el nuevo gobierno?
—Nos
reunimos con ellos la semana pasada y están empezando a tener
información del gobierno actual, todavía no tienen todos los datos
completos. Lo que nos dijeron es que van a pasar algunas semanas hasta
que el equipo (económico del gobierno electo) pueda examinar los datos y
vamos a volver para tener los detalles más precisos que a esta altura
no los tenemos.
—¿Está prevista una visita
más temprana o eso va a ser en la próxima misión por artículo 4° (que
corresponde a cada país miembro del FMI una vez al año)?
—Vamos
a volver antes de la próxima consulta por artículo 4° para obtener
información, recabar datos, cuando haya más certeza sobre el equipo
económico y los planes.
—¿Cree que no va a haber necesidad de aumentar impuestos para lograr el ajuste fiscal?
—Entendemos
que en el contexto uruguayo la prioridad está en limitar el aumento del
gasto. En la parte de los ingresos, lo que hemos destacado esta vez son
las exoneraciones impositivas y creemos que cualquier cambio en esas
exoneraciones va a ser un buen apoyo para el ajuste.
—¿Se refiere a...?
—Por
ejemplo hay exoneraciones al IVA o para un sector particular hay algún
beneficio. Hay exoneraciones en la ley de Inversiones o en la Inclusión
Financiera. Es importante evaluar costos y beneficios en todo esto
porque algunos incentivos se hacen para lograr objetivos sociales y hay
que hacer un análisis para darse cuenta cuáles de ellos están
funcionando y cuáles no, cuáles fueron introducidos hace 10 o 15 años y
ya lograron sus objetivos y no hay necesidad que estén. El gasto
tributario (las exoneraciones impositivas) se estima que es un 7% del
PIB.
—En revisiones previas sobre el artículo 4° ustedes mencionaban la necesidad de reformas en las empresas públicas.
—Lo
que presentamos era una reforma de la gobernanza de las empresas
públicas. Hay aspectos en los que Uruguay ha seguido las mejores
prácticas internacionales, pero hay otros que pueden ser mejorados.
—¿Cuáles son los aspectos que Uruguay debe mejorar en sus empresas públicas?
—Vamos a recopilar información para hacer un análisis de cómo se puede mejorar en términos de gobernanza, estructura.
—¿Han tenido algún diálogo al respecto con el nuevo gobierno?
—En
las conversaciones con el nuevo gobierno no entramos en detalles de
ninguna cosa. Entonces, es parte de las conversaciones que tendremos más
adelante.
—En materia de inflación, el
gobierno no ha cumplido su meta en los últimos años y ustedes en el
comunicado mencionan la necesidad de mejorar ese aspecto. ¿Ven necesidad
de cambiar el instrumento de agregados monetarios a tasa de interés?
—Es
una conversación que vamos a tener con el nuevo gobierno. Lo que
nosotros sugerimos es una revisión completa de las estrategias, los
instrumentos, de las prácticas de comunicación. En esta oportunidad
hemos destacado la necesidad de comunicar de forma bien clara los
objetivos. El segundo paso sería cuáles son los instrumentos que ayudan a
lograrlo. Es más difícil comunicar con los agregados monetarios, pero
las autoridades actuales ven algunos beneficios en utilizarlos. Hay
diferentes formas de poner en práctica la política monetaria, hay que
ver cuál es la mejor combinación.
—¿Está de acuerdo con las autoridades del Banco Central en que los agregados monetarios son el mejor instrumento?
—El
punto clave respecto a la política monetaria es que la inflación y las
expectativas inflacionarias siguen estando por encima de la meta. Por
esa razón creemos que se hace necesario rever el marco de la política
monetaria. Lo que decimos es que más allá de centrarse en cuál es el
instrumento, deben tener una visión integral sobre cuál es la estrategia
y cómo se comunica mejor. Tiene que ser una combinación donde se
discuta todo.
—¿La política cambiaria puede ser utilizada como instrumento para alcanzar la meta de inflación?
—Uruguay
es un país pequeño y abierto, y nuestra experiencia muestra que tratar
de poner una meta para el tipo de cambio en este contexto es muy
difícil.
“Vamos a volver antes de la próxima consulta por artículo 4° para tener datos”.
“En el corto plazo los desarrollos en Argentina siguen como un riesgo”.
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