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tesis al XXIX Congreso del PCU
La ceguera
Hay un mal que acecha a nuestro pueblo y es la ceguera.
Bien cierto es que no hay peor ciego que aquel que no quiere ver.
Sin ánimo de atacar a los frentistas de base, en especial aquellos abnegados militantes que siempre estuvieron en las luchas importantes de nuestro pueblo, vamos a señalar de todas formas, hechos políticos, éticos, sociales y de pensamiento que hoy rompen los ojos y que forman parte de la realidad uruguaya o de la actual ceguera.
Una realidad que contiene muchas y diversas realidades a la vez y que amerita se analice, se piense y se actúe.
De manera general se podría decir que, agotados los tiempos de gobiernos para los partidos conservadores de derecha, blancos y colorados, el pueblo finalmente vota por revertir esa situación cuando decide elegir al Frente Amplio como la herramienta necesaria para empezar una nueva era de cambios en nuestro país.
Al menos es así que lo pensaron la mayoría de quienes provenían de una matriz de izquierda en ese momento.
Hasta aquí vamos relatando lo que se sucede sin entrar en un análisis profundo de ¿cómo se elije un gobierno?, ¿quienes determinan el juego electoral?; así como el hecho de profundizar acerca de la Democracia como cosa perfecta, ideal de justicia y de participación jamás alcanzada por la humanidad.
Estos son temas que conviene estudiar a fin de formar un espíritu crítico que permita ver y pensar con cabeza propia y luego actuar de manera conciente, a los efectos de incidir en la realidad histórica que nos toque vivir. Pero en estas reflexiones de hoy, intentamos en un primer término, ir viendo algunos aspectos presentes en el discurso oficial de lo que hoy se da a llamar izquierda y acerca de lo que ello implica en el campo de las ideas, en la visión del mundo y en la escala de valores a la cuál se debería apuntar a fin de llegar a construir ese otro mundo más justo y más libre para los que son mayoría, es decir los de más abajo.
La fuerza política del FA a lo largo de su historia no fue evolucionando si no que fue mutando; dicho sea de paso del FA se pasa al Encuentro Progresista en un proceso gradual en donde en cada etapa se fue interiorizando en los militantes el discurso de los dirigentes, en el sentido de que una actualización ideológica era necesaria y que justamente esa actualización ideológica se cristaliza en la postura del fin de las ideologías, para resumirlo de alguna manera.
Este hecho es medular y explica todo lo que va a suceder posteriormente. Declarar el fin de las ideologías es algo que el sistema capitalista necesitaba inyectar de forma letal en toda la sociedad y que sus efectos alcanzaran a la izquierda, a fin de paralizar la conciencia y la resistencia para sus macabros objetivos de dominación.
A partir de esta etapa o ese momento las políticas de alianzas en los Frentes de Izquierdas se van abrir hasta llegar a incluir sectores sociales medio y medio altos, tan inclusivos van a ser que terminaran reduciendo a los sectores definidos como de izquierda tradicional o de clase, a minorías dentro de estas coaliciones.
Pero esto no sólo es un hecho cuantitativo, sino que se convierte en el modo con el cuál se cooptarán las cabezas hacia las ideas de los sectores dominantes de la coalición de izquierda, hasta perder su perfil ideológico histórico.
A ello se ha llegado y el resultado es lo que estamos viendo; una fuerza política que insiste en llamarse de izquierda porque ellos han decidido que ser de izquierda es justamente su negación.
Se impone el pensamiento único y por lo tanto toda persona o grupo que critique, se oponga o piense diferente es sencillamente aislado y criminalizado.
Antes de seguir podemos ilustrar con dos hechos concretos en que se traducen estos modos del pensar desde el poder hegemónico, el primero: al redactar esta nota el vicepresidente Danilo Astori decía que no hay que quedarse en abstracciones, aclarando que por eje. una abstracción es el anticapitalismo o el socialismo.
En este punto vamos a citar un pasaje del filósofo Deleuze contenido en le obra “En Medio de Espinoza”; acerca de la abstracción dice Deleuze: “solo se puede hablar de abstracción cuando se habla de una operación que consiste en separar a través del pensamiento lo que es inseparable en la representación”.
Así que vamos ¡señor Astori! a nombrar las cosas por su nombre: por ejemplo digamos que capitalismo es capitalismo y es explotación. Estas son cosas inseparables y por lo tanto no hay lugar para la abstracción.
El otro hecho que se impone es la criminalización de quienes luchan por sus derechos, de quienes protestan; llegando hasta generar una mentalidad anti-obrera o anti-trabajadora, dentro inclusive de las propias filas frentistas.
Claro, acá estamos también dejando para otra oportunidad el analizar los aspectos corporatistas del sindicalismo en Uruguay o para ser más claros, debemos decir que no existe en Uruguay un sindicalismo que apunte a la organización de los trabajadores para liberarse de la enajenación del trabajo asalariado. No hay ninguna propuesta de auto organización de los trabajadores con una visión anti capitalista.
En estos días otros hechos sacuden la sociedad uruguaya ¿o no? ¡Quien sabe! uno de ellos trata de la corrupción a nivel de la armada uruguaya, y otro es la implementación de políticas de seguridad totalmente reñidas con los derechos humanos fundamentales, en especial en los que tienen que ver con la niñez y la adolescencia.
En cuanto a la armada nacional resulta evidente que primero, la misma no sirve para nada a nuestro pueblo si no que el estado actual de corrupción de la misma está dentro de la continuidad con el proceso de la dictadura.
Lo peor en este tema es constatar que al final en lo que al presupuesto concierne para la misma, son las cúpulas intermedias militares que lograron imponer por presión el aumento reclamado para este presupuesto.
¿Qué hizo el poder político? Sencillamente ¡claudicó!, ¿cómo se llama esto? ¿Quien gobierna en realidad? ¿Ceguera una vez más?
Ceguera, es el término que se nos ocurre para definir uno de los peores males que aqueja a nuestra sociedad.
No ver lo que es, sus causas, no querer escuchar casi con una obstinación irracional.
Sí, estamos frente a este fenómeno y resulta muy complejo salir de él.
Esto no es un hecho fortuito, a esto se ha apuntado para lograr la paz social que permita a los sectores dominantes tanto desde dentro de nuestra sociedad como de afuera, imponer políticas que aseguran y perpetúan los beneficios de los sectores más privilegiados dentro del actual sistema económico imperante
Ceguera es también esa visión totalmente idealizada del país cuando la realidad es absolutamente otra. ¿Como no ver que las diferencias sociales se han profundizado? Que salvo en pocos sectores y en pocos barrios el panorama en su conjunto es desolador por donde se lo mire?
¿Como explican las causas que empujan a tantos jóvenes y niños, a la prostitución, a la droga y a la violencia? Pero lo que resulta aún más asombroso es que pretenden que sectores absolutamente marginados de la sociedad razonen como los que comen todos los días, los que no pasan frío, los que tienen un hogar, los que tienen un techo digno.
Esta realidad es tremenda, entonces muchos, pero muchos, han elegido no verla.
Asombra de manera escalofriante que los sectores sociales con alguna tradición de lucha, no se declaren en estado de alerta frente a esta realidad.
No, al contrario, este gobierno que se da a llamar de izquierda llama a la sociedad civil a colaborar con la represión.
Ceguera, la que no ve las escuelas que se caen a pedazos y en contrapartida el dinero que se le asigna en el presupuesto a la construcción de nuevas cárceles.
Parece que no se han enterado que ni siquiera en los países en donde hay pena de muerte como en los EEUU, no se han resuelto los problemas de seguridad, ni de pobreza, ni de corrupción, ni de nada.
No entendemos la ceguera de quienes no quieren ver que una sociedad que es violenta solo puede producir más violencia.
Ahora bien, ¿que podemos hacer frente a esta situación? ¿Como buscamos alternativas?
Pensamos en la actual fragmentación de nuestra sociedad en su conjunto y en particular de todos aquellos y aquellas que pretenden caminar hacia un cambio, lo primero será que todas las partes se junten motivadas por este deseo de cambio, antes de poder tan siquiera conversar acerca de cualquier tipo de estrategia milagrosa. Esta tal vez sea una forma, un modo de no contribuir a la ceguera general.
Luna
13 09 2010
Bien cierto es que no hay peor ciego que aquel que no quiere ver.
Sin ánimo de atacar a los frentistas de base, en especial aquellos abnegados militantes que siempre estuvieron en las luchas importantes de nuestro pueblo, vamos a señalar de todas formas, hechos políticos, éticos, sociales y de pensamiento que hoy rompen los ojos y que forman parte de la realidad uruguaya o de la actual ceguera.
Una realidad que contiene muchas y diversas realidades a la vez y que amerita se analice, se piense y se actúe.
De manera general se podría decir que, agotados los tiempos de gobiernos para los partidos conservadores de derecha, blancos y colorados, el pueblo finalmente vota por revertir esa situación cuando decide elegir al Frente Amplio como la herramienta necesaria para empezar una nueva era de cambios en nuestro país.
Al menos es así que lo pensaron la mayoría de quienes provenían de una matriz de izquierda en ese momento.
Hasta aquí vamos relatando lo que se sucede sin entrar en un análisis profundo de ¿cómo se elije un gobierno?, ¿quienes determinan el juego electoral?; así como el hecho de profundizar acerca de la Democracia como cosa perfecta, ideal de justicia y de participación jamás alcanzada por la humanidad.
Estos son temas que conviene estudiar a fin de formar un espíritu crítico que permita ver y pensar con cabeza propia y luego actuar de manera conciente, a los efectos de incidir en la realidad histórica que nos toque vivir. Pero en estas reflexiones de hoy, intentamos en un primer término, ir viendo algunos aspectos presentes en el discurso oficial de lo que hoy se da a llamar izquierda y acerca de lo que ello implica en el campo de las ideas, en la visión del mundo y en la escala de valores a la cuál se debería apuntar a fin de llegar a construir ese otro mundo más justo y más libre para los que son mayoría, es decir los de más abajo.
La fuerza política del FA a lo largo de su historia no fue evolucionando si no que fue mutando; dicho sea de paso del FA se pasa al Encuentro Progresista en un proceso gradual en donde en cada etapa se fue interiorizando en los militantes el discurso de los dirigentes, en el sentido de que una actualización ideológica era necesaria y que justamente esa actualización ideológica se cristaliza en la postura del fin de las ideologías, para resumirlo de alguna manera.
Este hecho es medular y explica todo lo que va a suceder posteriormente. Declarar el fin de las ideologías es algo que el sistema capitalista necesitaba inyectar de forma letal en toda la sociedad y que sus efectos alcanzaran a la izquierda, a fin de paralizar la conciencia y la resistencia para sus macabros objetivos de dominación.
A partir de esta etapa o ese momento las políticas de alianzas en los Frentes de Izquierdas se van abrir hasta llegar a incluir sectores sociales medio y medio altos, tan inclusivos van a ser que terminaran reduciendo a los sectores definidos como de izquierda tradicional o de clase, a minorías dentro de estas coaliciones.
Pero esto no sólo es un hecho cuantitativo, sino que se convierte en el modo con el cuál se cooptarán las cabezas hacia las ideas de los sectores dominantes de la coalición de izquierda, hasta perder su perfil ideológico histórico.
A ello se ha llegado y el resultado es lo que estamos viendo; una fuerza política que insiste en llamarse de izquierda porque ellos han decidido que ser de izquierda es justamente su negación.
Se impone el pensamiento único y por lo tanto toda persona o grupo que critique, se oponga o piense diferente es sencillamente aislado y criminalizado.
Antes de seguir podemos ilustrar con dos hechos concretos en que se traducen estos modos del pensar desde el poder hegemónico, el primero: al redactar esta nota el vicepresidente Danilo Astori decía que no hay que quedarse en abstracciones, aclarando que por eje. una abstracción es el anticapitalismo o el socialismo.
En este punto vamos a citar un pasaje del filósofo Deleuze contenido en le obra “En Medio de Espinoza”; acerca de la abstracción dice Deleuze: “solo se puede hablar de abstracción cuando se habla de una operación que consiste en separar a través del pensamiento lo que es inseparable en la representación”.
Así que vamos ¡señor Astori! a nombrar las cosas por su nombre: por ejemplo digamos que capitalismo es capitalismo y es explotación. Estas son cosas inseparables y por lo tanto no hay lugar para la abstracción.
El otro hecho que se impone es la criminalización de quienes luchan por sus derechos, de quienes protestan; llegando hasta generar una mentalidad anti-obrera o anti-trabajadora, dentro inclusive de las propias filas frentistas.
Claro, acá estamos también dejando para otra oportunidad el analizar los aspectos corporatistas del sindicalismo en Uruguay o para ser más claros, debemos decir que no existe en Uruguay un sindicalismo que apunte a la organización de los trabajadores para liberarse de la enajenación del trabajo asalariado. No hay ninguna propuesta de auto organización de los trabajadores con una visión anti capitalista.
En estos días otros hechos sacuden la sociedad uruguaya ¿o no? ¡Quien sabe! uno de ellos trata de la corrupción a nivel de la armada uruguaya, y otro es la implementación de políticas de seguridad totalmente reñidas con los derechos humanos fundamentales, en especial en los que tienen que ver con la niñez y la adolescencia.
En cuanto a la armada nacional resulta evidente que primero, la misma no sirve para nada a nuestro pueblo si no que el estado actual de corrupción de la misma está dentro de la continuidad con el proceso de la dictadura.
Lo peor en este tema es constatar que al final en lo que al presupuesto concierne para la misma, son las cúpulas intermedias militares que lograron imponer por presión el aumento reclamado para este presupuesto.
¿Qué hizo el poder político? Sencillamente ¡claudicó!, ¿cómo se llama esto? ¿Quien gobierna en realidad? ¿Ceguera una vez más?
Ceguera, es el término que se nos ocurre para definir uno de los peores males que aqueja a nuestra sociedad.
No ver lo que es, sus causas, no querer escuchar casi con una obstinación irracional.
Sí, estamos frente a este fenómeno y resulta muy complejo salir de él.
Esto no es un hecho fortuito, a esto se ha apuntado para lograr la paz social que permita a los sectores dominantes tanto desde dentro de nuestra sociedad como de afuera, imponer políticas que aseguran y perpetúan los beneficios de los sectores más privilegiados dentro del actual sistema económico imperante
Ceguera es también esa visión totalmente idealizada del país cuando la realidad es absolutamente otra. ¿Como no ver que las diferencias sociales se han profundizado? Que salvo en pocos sectores y en pocos barrios el panorama en su conjunto es desolador por donde se lo mire?
¿Como explican las causas que empujan a tantos jóvenes y niños, a la prostitución, a la droga y a la violencia? Pero lo que resulta aún más asombroso es que pretenden que sectores absolutamente marginados de la sociedad razonen como los que comen todos los días, los que no pasan frío, los que tienen un hogar, los que tienen un techo digno.
Esta realidad es tremenda, entonces muchos, pero muchos, han elegido no verla.
Asombra de manera escalofriante que los sectores sociales con alguna tradición de lucha, no se declaren en estado de alerta frente a esta realidad.
No, al contrario, este gobierno que se da a llamar de izquierda llama a la sociedad civil a colaborar con la represión.
Ceguera, la que no ve las escuelas que se caen a pedazos y en contrapartida el dinero que se le asigna en el presupuesto a la construcción de nuevas cárceles.
Parece que no se han enterado que ni siquiera en los países en donde hay pena de muerte como en los EEUU, no se han resuelto los problemas de seguridad, ni de pobreza, ni de corrupción, ni de nada.
No entendemos la ceguera de quienes no quieren ver que una sociedad que es violenta solo puede producir más violencia.
Ahora bien, ¿que podemos hacer frente a esta situación? ¿Como buscamos alternativas?
Pensamos en la actual fragmentación de nuestra sociedad en su conjunto y en particular de todos aquellos y aquellas que pretenden caminar hacia un cambio, lo primero será que todas las partes se junten motivadas por este deseo de cambio, antes de poder tan siquiera conversar acerca de cualquier tipo de estrategia milagrosa. Esta tal vez sea una forma, un modo de no contribuir a la ceguera general.
Luna
13 09 2010
http://www.alternativas-prensa.info/PORTADA/paginas%20portada/La%20ceguera%20.html
ver además:
Marenales: ¿Delaciones o Negociaciones?
Un lujo el artículo y una gran verdad, es hora de juntarse sinceramente y sin cartas en la manga los disconformes reales, no los 'insatisfechos' que siguen sosteniendo esta situación.
ResponderEliminarEs mucha la desconformidad de abajo, de los luchadores sociales de los barrios aún de los frenteamplistas la gran mayoria olvidados y ninguneados por sus dirigentes...
Aprovecho para comentar otro artículo; el viejo Julio es un chanta y mentiroso, igual o peor que los otros dos del triunvirato de la entrega, el ñato y el pepe, y la dama anfitriona(hoy primera dama). El es un acérrimo defensor de Botnia(hay diarios, audio y video de eso, en varias oportunidades)de los diálogos durante años con los tenientes de Artigas, de persecución con cuanto disidente o desconforme Tupamaro, de los diálogos con los españoles - a no olvidarse- para desarticular a ETA, y es compañero de Bonomi y Agazzi en ese cascarón vacío y triste llamado MLN, que hace mucho que no és la casa de los Tupamaros de esta generación y si una cueva de chantas... En fin esto es actualidad, no olvidarse que fue él que planteo que el el Bebe en el 72 se entregara SIMULANDO y FRAGUANDO para que no se sospechara, menos mal que el Bebe y otros (hoy sospechados por él de cantar) se negaron a semejante patraña.
Hay compañeros que saben mucho, es hora de hablar y este és un buen ugar ya que es leído por una cantidad grande de compañeros. Hasta siempre. Héctor.