Porqué CAP-L No quiere votar la anulación de la ley?
Están aculebrados con los sectores mas rancios de las FFAA
El sector frenteamplista CAP-L difundió un comunicado que rechaza el proyecto interpretativo de la ley de Caducidad.Teledoce
EC - ¿De qué vamos a hablar hoy? Quizás convenga encuadrar este comentario.
OSCAR A. BOTTINELLI:
Es un tema muy vasto, entonces primero vamos a decir algo de lo que hoy no vamos a hablar, un tema muy importante, que son las actitudes diferentes que hubo dentro de la izquierda con relación a los militares en los períodos previo y posterior al golpe de Estado, con lo que se llamó “el cuatrosietismo”, la adhesión a los comunicados 4 y 7 del 9 de febrero, y la diferencia entre quienes planteaban una oposición frontal y quienes veían la existencia de una línea progresista dentro de las Fuerzas Armadas. Hoy no vamos a tocar ese tema.
Vamos a ocuparnos de lo que han sido las divisiones más clásicas al interior de las Fuerzas Armadas y su relacionamiento con la izquierda. En los sesenta se puede percibir la existencia de dos grandes corrientes al interior de las Fuerzas Armadas, lo que no necesariamente quiere decir dos grupos absolutamente organizados dentro de los cuales estaba alineada, en uno u otro, la totalidad de los componentes de las Fuerzas Armadas. Estas corrientes existían sobre todo en el Ejército y eran fluidas, había gente que estaba en una, gente que estaba en otra, gente que no estaba en ninguna y gente que podía oscilar.
EC - A grandes rasgos, ¿cómo eran esas corrientes?
OAB - Básicamente podemos describir una corriente de tipo nacionalista o ultranacionalista, que en algún momento se llamó a sí misma corriente nacionalista, entendiendo que la otra era gente que se movía en torno al poder político o en comunión con el poder político, y una corriente que se puede considerar como liberal desde el punto de vista político o del liberalismo político o filosófico.
La corriente ultranacionalista estaba bastante entroncada con lo blanco, sobre todo con el Herrerismo, sus principales componentes eran herreristas. Y la corriente liberal entroncaba con el Batllismo, particularmente con el de la Lista 15; recordemos que estamos hablando de la época de Luis Batlle Berres.
Las dos grandes figuras que marcaron esos años, los liderazgos militares fueron del lado ultranacionalista el general Mario Óscar Aguerrondo y del lado liberal el general Liber Seregni, había aguerrondistas y seregnistas, esa fue la gran división dentro del Ejército.
Para los aguerrondistas, o por lo menos los opuestos a la corriente más liberal dentro del ejército, fuera del Ejército y aun entre los civiles, los seregnistas eran un grupo filocomunista, procomunista, al servicio del comunismo o, como se decía, en aquella época, “de cretinos útiles del comunismo” o “idiotas útiles del comunismo”. Desde el otro lado se acusaba a la línea ultranacionalista de ser nazifascista. Hace un tiempo alguien dijo que en el fondo, con alguna aproximación, todos tuvieron razón, porque en definitiva Seregni terminó formando un frente político uno de cuyos elementos centrales era el Partido Comunista, y del otro lado terminaron protagonizando un golpe de Estado.
EC - ¿Algún elemento más a tener en cuenta de aquella interna militar de los años sesenta?
OAB - Esta interna empieza a cambiar sobre el final de los sesenta. En el pachequismo, cuando se produce el retiro de Seregni y de un conjunto de gente ligada con Seregni que se va retirando paulatinamente y viene la izquierdización de Seregni desde el punto de vista de la geografía política, surge una corriente más colorada o colorada Batllista independiente de lo que había sido el seregnismo y más vinculada con el esquema de poder del Partido Colorado (PC) del momento.
EC - ¿La salida de Seregni y la gente cercana a él de la cúpula militar de algún modo les abrió el camino a los ultranacionalistas?
OAB - Sí, los ultranacionalistas encuentran, por un lado, que la otra corriente empieza a debilitarse por su división. Y a su vez el gobierno de Pacheco Areco estuvo apoyado con mucha fuerza por el Herrerismo y por esa vía, en la negociación de ascensos militares, logra que asciendan al generalato figuras clave en esos años. Ahí tenemos protagonistas después del golpe de Estado más o menos directamente vinculados con esa corriente, como Eduardo y Rodolfo Zubía, Vadora, Gregorio Álvarez, que entre 1968 y 1971 fueron llegando al generalato.
La corriente propiamente de Seregni ya va hacia la formación del Frente Amplio (FA), y por lo tanto también va perdiendo, en años crispados como fueron aquéllos, sus nexos con los colorados y batllistas que se mantuvieron firmes en su posición en el PC y de cierta apoyatura al gobierno y al vértice colorado, lo cual también fue diluyendo su fuerza dentro de las Fuerzas Armadas.
La gente vinculada con Seregni estuvo muy enfrentada con y fue muy perseguida por la corriente ultranacionalista. En la corriente ultranacionalista surge la logia Tenientes de Artigas, no todos en esa corriente militar pertenecían a ella, pero el corazón, el cerno formó lo que se llamó la logia militar Tenientes de Artigas. Los Tenientes de Artigas fueron grandes impulsores del golpe de Estado y grandes perseguidores de los militares frenteamplistas, en primer lugar de los generales Liber Seregni y Víctor Licandro, y con saña –recibieron un trato feroz en la prisión– de los coroneles Carlos Zufriategui y Pedro Montañez, entre otros de una lista bastante larga.
EC - ¿Qué ocurre después con los tenientes de Artigas, sobre todo desde el fin de la dictadura en adelante?
OAB - Desde el fin de la dictadura, en un proceso de más de 20 años, tenemos por un lado que la logia pierde asidero en los mandos militares, todo el proceso de apertura que lleva a la transición institucional produce cambios importantes en los mandos y los poderes militares y los Tenientes de Artigas quedan como un grupo fuera de la mayoría; por ahí cambian el nombre de Logia a Legión Tenientes de Artigas, y se produce un fenómeno muy interesante. Dentro del degradé de relaciones de la izquierda con las Fuerzas Armadas lo más cercano era todo aquello que estuviera hacia lo políticamente más liberal, lo más lejano era lo ultranacionalista y lo más lejano de todo eran los Tenientes de Artigas. Eso era lo clásico, pero se produce –esto tuvo mucho que ver con los períodos de detención y prisión– una relación fluida entre dirigentes del Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros (MLN) y militares adherentes a la Logia –después Legión– Tenientes de Artigas.
Esto se cultivó a lo largo de estos 20 años con muchísima intensidad e incluso se extendió a algunos otros parlamentarios del FA ajenos al MLN y a los Tupamaros. Esta relación, sobre todo de parlamentarios ajenos al MLN, fue facilitada por esa especie de cordón sanitario que tendieron Sanguinetti y el Foro Batllista en la conducción del Ministerio de Defensa prácticamente en los últimos diez años, cinco años al frente del ministerio y cinco años anteriores en la Presidencia de la República. Cuando digo “cordón sanitario” me refiero a una barrera que evitaba que hubiera contactos entre la izquierda y los mandos militares. Esa barrera –que hacía, por ejemplo, que cuando se invitaba a parlamentarios a dialogar con mandos militares no se invitara a miembros del FA– facilitó contactos extraoficiales con los que andaban moviéndose por la suya, que eran los Tenientes de Artigas.
Esto se ve facilitado por la salida de la escena política de Liber Seregni, porque ya no queda alguien con un manejo militar y una concepción muy diferente y muy opuesta a la de los Tenientes de Artigas en la conducción de la izquierda. La izquierda, que había visto el tema militar en general de lejos, como un tema de enfrentamiento, un tema relacionado con los Derechos Humanos, pero no había desarrollado una política, tuvo muy pocos estudiosos del tema militar y muy pocos operadores hacia las Fuerzas Armadas. Y sin ninguna duda en el MLN aparece un conjunto de operadores, como Fernández Huidobro y Rosadilla, que estudian el tema –Fernández Huidobro es considerado un gran estudioso– militar y pueden empezar a hablar con los militares con mucho conocimiento de causa. Esto generó esta gran vinculación que se fue dando entre los Tenientes de Artigas y el MLN que esta última semana terminó expresándose públicamente.
***
EC - A partir de esos antecedentes, ¿cuáles serían las conclusiones?
OAB - Sin duda la izquierda carece de un gran debate sobre el tema militar que va desde el papel de las Fuerzas Armadas en la sociedad uruguaya hasta el manejo de la interna militar. Hay contradicciones muy fuertes, quienes ven el tema militar desde el ángulo Derechos Humanos van a tener una visión muy diferente de la de quienes lo ven desde un ángulo estrictamente militar, queda un resto de herencia seregnista que tiene una visión altamente negativa de los Tenientes de Artigas, hay un papel central del MLN en el manejo de la relación con las Fuerzas Armadas, de manejo del tema militar, y es notorio que existe en el MLN y en el MPP una apetencia por contar con el Ministerio de Defensa Nacional cuando se produzca un recambio. Todo esto hace que sea un tema muy importante en la izquierda, una de las asignaturas pendientes de debate de la izquierda.
http://www.espectador.com.uy/1v4_contenido.php?m=&id=67543&ipag=1
Le aseguran que acá no va a ocurrir nada, después cuando termina la visita del Rey los españoles le piden a Fernández Huidobro que haga un contacto con la ETA para buscar digamos una paz, cosa que se concreta, es el año y medio de la tregua que, la mesa de negociaciones se instaló en medio del mundial de fútbol de Francia de 1998 donde Fernández Huidobro viaja dos veces a España y hay otros dirigentes tupamaros que viajan en tres ocasiones.
Incluso los militares uruguayos dicen que los Tupamaros le pusieron mucho calor al tema para tratar de arreglarlo.
Acá dice Fernández Huidobro: "los servicios españoles estaban muñidos de una información totalmente errónea, venían con una preocupación exagerada y exacerbada, les habían contado un Uruguay inexistente y unos Tupamaros que no eran reales.
Voy a una reunión insólita, no me reía por respeto, los grupos enemigos de acá -es decir los militares uruguayos- le trataban de explicar a los españoles que los Tupamaros no eran como ellos decían, que aquí no iba a pasar nada, que no había coche bomba.
Le tuve que contar la historia del uruguay que era corroborada por mis enemigos".
Allí decía también Fernández Huidobro: "dicen que un militar le teme más a una tipa -que es una sanción- que a una bala, ellos, los españoles, serían arrestados a rigor si algo le pasaba al Rey, como no le pasó nada quedaron enormemente agradecidos.
En realidad quedaron agradecidos por nada".
Allí hablan de que le pidieron un contacto con la ETA para proponerle una negociación y que él habló con ex guerrilleros salvadoreños, guatemaltecos y nicaragüenses para pedirles información sobre esta gente porque los servicios españoles en El Salvador habían cumplido un rol enorme de pacificación y según Fernández Huidobro estos militares españoles de alta graduación en vez de milicos parecían diplomáticos.
http://www.radio36.com.uy/entrevistas/2004/08/260804_alfonso.htmIncluso los militares uruguayos dicen que los Tupamaros le pusieron mucho calor al tema para tratar de arreglarlo.
Acá dice Fernández Huidobro: "los servicios españoles estaban muñidos de una información totalmente errónea, venían con una preocupación exagerada y exacerbada, les habían contado un Uruguay inexistente y unos Tupamaros que no eran reales.
Voy a una reunión insólita, no me reía por respeto, los grupos enemigos de acá -es decir los militares uruguayos- le trataban de explicar a los españoles que los Tupamaros no eran como ellos decían, que aquí no iba a pasar nada, que no había coche bomba.
Le tuve que contar la historia del uruguay que era corroborada por mis enemigos".
Allí decía también Fernández Huidobro: "dicen que un militar le teme más a una tipa -que es una sanción- que a una bala, ellos, los españoles, serían arrestados a rigor si algo le pasaba al Rey, como no le pasó nada quedaron enormemente agradecidos.
En realidad quedaron agradecidos por nada".
Allí hablan de que le pidieron un contacto con la ETA para proponerle una negociación y que él habló con ex guerrilleros salvadoreños, guatemaltecos y nicaragüenses para pedirles información sobre esta gente porque los servicios españoles en El Salvador habían cumplido un rol enorme de pacificación y según Fernández Huidobro estos militares españoles de alta graduación en vez de milicos parecían diplomáticos.
LOS TENIENTES DE ARTIGAS VAN A CREAR UN MOVIMIENTO NACIONAL
LA ULTRADERECHA LE DECLARÓ UNA 'GUERRA PSICOPOLÍTICA' AL 'GOBIERNO DEL MUNDO'.
Luis Casal Beck (Caras y Caretas)
De organización militar secreta -ultranacionalista, católica, beligerante con el marxismo y el sistema (neo) liberal-, los Tenientes de Artigas salen a flote y ahora quieren un movimiento nacional. La guerra de posiciones ya empezó.
"Lo único que puedo decirle es que la situación del país se ha degradado profundamente en los últimos dos años y medio, y la legión Tenientes de Artigas se está reuniendo con otros grupos; estamos pensando en algo así como armar una federación, y avanzamos firmemente en la creación de un movimiento nacionalista y artiguista", señaló a CARASyCARETAS el coronel (r) Carlos Silva, coordinador ejecutivo de esta legión, que como organización militar aún opera en las sombras, pero que se proyecta ahora en la sociedad civil. Silva, cercano a cumplir 60 años, dijo que actualmente editan el mensuario "Nación" (en setiembre aparecerá el número 10) y la corriente de opinión en la que está inmersa tiene en radio Continente de Montevideo un espacio radial de una hora diaria -de lunes a sábado a partir de las 10 de la mañana- denominado "Controversias". "Esas son, hoy, nuestras armas de combate", destacó.
"Estamos inmersos en una brutal guerra psicopolítica desatada por los que violan el orden natural v amenazan con destruir las bases de nuestra civilización occidental y cristiana; a la familia; a la propia patria y a su Ejército, hoy sometido al escarnio público", subrayó enfáticamente. Silva dijo que "tenemos enfrente a las fuerzas globalizadoras, a los extranjerizantes, a los neoliberales, a los monetaristas, a los marxistas, que están en este momento en el poder, y que apoyan sindicatos que inconcebiblemente se definen como progresistas. Ha llegado la hora de cohesionar a todos los que quieren parar esta agresión. Unirlos. Hacerlo por encima de los partidos tradicionales, que ya perdieron su cuarto de hora, y sin pensar para nada en elecciones. Es el tiempo de un frente nacional. Hay que volver al Artigas católico y protector de la verdadera libertad".
Experto en Inteligencia y en operaciones psicológicas, el coronel Silva integra desde muy joven la orgánica de los Tenientes de Artigas y no oculta su viva admiración por José Antonio Primo de Rivera (1903-1936) y su Falange Española, cuyo legado doctrinal reivindica: "Ni capitalismo, ni marxismo, ni sistema liberal inspirado en Juan Jacobo Rousseau y en Adam Smith", sentenció.
Respecto a las características de este movimiento en proceso de articulación y sus objetivos políticos concretos, dijo que debe tener seis rasgos singularizadores: 1) "ser nacionalista", 2) "basarse en el ideario artiguista" (que para el tenientismo es más hispánico que anglosajón: el prócer José Artigas que todos conocemos, es tributario de la ideología liberal y de las revoluciones francesa y estadounidense, para ellos, no; es más medieval que hijo del Siglo de las Luces); 3) "popular"; 4) "revolucionario, como el de nuestra primera independencia"; 5) "occidental y cristiano" (destacó: "nuestra herencia hispana" y "la doctrina social católica"); y 6) "reivindicativo de las FFAA, como institución fundamental de la patria y de sus valores esenciales". "Usted me preguntaba en qué estamos ahora los tenientes de Artigas, y bueno, estamos en esto: organizándonos, con medios en la calle, definiendo las bases de este movimiento, sin sedes aún, sin propósitos electorales de ningún tipo, pensando en cómo conducir una guerra psicopolítica para mantener nuestra identidad nacional, escapando de la globalización esclavizadora. Y por ahora, nada más..." Inquirido acerca de cómo piensan recordar al fundador de los Tenientes, el general Mario Aguerrondo, del cual se cumplirán 30 años de su muerte el 13 de setiembre, Silva señaló que "lo recordaremos en la intimidad, aunque sé que existe un comité que lo evoca públicamente cada vez que se cumple fecha de su desaparición material".
Tres décadas atrás, el hecho provocó fuerte impacto en el régimen imperante. El comandante del Ejército de entonces, general Julio Vadora (que fue el primer "teniente" que llegó a ser general en 1970), dijo que Aguerrondo fue "el iniciador del movimiento revolucionario" que se estaba llevando adelante en ese momento. En setiembre de 1977 buena parte de los miembros de la conducción militar estaba enrolada en esta organización secreta surgida en agosto de 1964. (ver recuadro). Los oficiales seleccionados debían jurar fidelidad a este grupo de presión frente a la bandera del prócer, en una ceremonia en extremo discreta que generalmente se realizaba en alguna unidad castrense. Existía un reglamento que normatizaba la vida de la institución. Dos eran los símbolos del "tenientismo": la bandera de Artigas y la marcha 25 de Agosto, usada después profusamente cuando los sucesos de 1972 y 1973, y que la ciudadanía popularizó como "la marchita".
El acta constitutiva de los Tenientes de Artigas justificaba su existencia en 1) la necesidad de enfrentar al marxismo, y en especial a "la directiva de Praga", que abogaba por la creación de repúblicas socialistas, eliminando los ejércitos profesionales y creando milicias populares; 2) la necesidad de frenar los intentos de "destrucción de la Iglesia (Católica)" y de toda influencia religiosa, utilizando para ello a "los sacerdotes díscolos que siempre aparecen"; y 3) denunciando y enfrentando los privilegios y la falta de honradez de muchos miembros de los elencos políticos de la época. En el enfrentamiento con los Tupamaros, los Tenientes de Artigas pasaron a ocupar posiciones estratégicas en forma acelerada: en 1972 tres de sus miembros eran generales al frente de regiones militares: Esteban Cristi en la I (Montevideo), Eduardo Zubia en la II (San José) y Julio Vadora en la IV (Minas). Lo mismo ocurrió en los comandos de las brigadas, los batallones y los regimientos. Después de 1973 los integrantes de ese grupo secreto accedieron con facilidad al generalato: Luis Queirolo y Abdón Raimúndez en 1974; Amaury Prantl en 1975; Boscán Hontou y Julio Rápela, en 1976; Manuel Núñez y Alberto Ballestrino en 1977; Iván Paulos y Holmes Coitiño en 1978.
Después la organización secreta vivió sucesivas crisis. Se consolidó el papel del general Gregorio Álvarez (que no era "teniente") y fue ganando el apoyo de muchos de ellos. Los Tenientes de Artigas se fragmentaron e ingresaron en otro momento; aunque igual lograron sobrevivir y llegaron a tener momentos de esplendor mucho después de que el país regresara a la democracia, en 1985. Pero en el ciclo dictatorial los Tenientes... estuvieron en las posiciones más radicales, lo que explica que muchos de los actuales procesados por la Justicia por violaciones a los derechos humanos en aquella etapa hayan integrado la organización secreta. En el mensuario "Nación" se defiende su accionar y hasta se publican misivas de algunos de los inculpados. En el número de agosto de 2007 se publica una carta de José Gavazzo dirigida a las jerarquías del Ministerio de Defensa Nacional.
En una nota firmada por Silva se afirma que "Las FFAA artiguistas, formales e informales, deben establecer cuál será la raya a no pasar. El centro de análisis es la violación de la legalidad por parte del sistema político, teniendo claro que cuando existen violaciones flagrantes de la misma, no se debe pedir permiso a nadie para restablecer el orden natural (sic) al costo que sea, en particular cuando están en riesgo la soberanía y la libertad". Entre otros columnistas, figura como colaborador habitual el general Iván Paulos (ver recuadro). El número uno de este mensuario apareció en noviembre de 2006 y consagró su primera página a destacar una entrevista con el líder de la derecha colorada Pedro Bordaberry, tras su intervención televisiva en Zona urbana (canal 10) y concomitante con el procesamiento con prisión de su padre, el ex dictador Juan María Bordaberry, por la muerte de uruguayos durante la dictadura. "Nación" tituló en primera plana con esta frase de Pedro Bordaberry: "Esta gente ha sembrado en estos años tanto odio, tanto rencor, que han vuelto a partir al Uruguay al medio". En ese momento el político colorado estaba eufórico con los resultados de su polémica con el senador Rafael Michelini. En el número de agosto, el coronel Silva llama a "aniquilar a los entregadores de la patria... cuando se viola el orden natural tenemos la obligación de restaurarlo lo antes posible, buscando la forma más adecuada, de lo contrario quedará al borde de la vida civilizada y del precipicio".
EL PADRE DE TODOS LOS GOLPISTAS
En los años 50 y 60 del pasado siglo, el nombre de Mario Aguerrondo estuvo vinculado a todas las reuniones militares de conspiradores y de potenciales golpistas. Oficial de infantería, Aguerrondo (1910-1977) era un nacionalista católico, de un anticomunismo extremo y un compromiso incierto para muchos con la democracia liberal, que aparentemente se fue debilitando con los años. Se proclamaba, empero, herrerista; y hasta fue candidato presidencial por las fracciones de signo conservador de los blancos (el echegoyenismo, el heberismo), en las elecciones de 1971, derrotadas por el binomio Wilson Ferreira - Carlos Julio Pereyra. El diario "El País" de Montevideo acaba de recordar que la votación de la venia para ascender a Aguerrondo al generalato en 1964 desató la polémica dentro de la propia mayoría blanca en el entonces gobierno colegiado. El herrerista Alberto Heber (que sería siete años después su compañero de fórmula presidencial), estaba dispuesto a apoyarla, pero Washington Beltrán (ex nacionalista independiente, que perteneció a la Unión Blanca Democrática, UBD, y era co-director de "El País") se negó a ello. Eso creó "tensiones con los militares".
"Su figura había estado asociada desde siempre a los rumores de golpe. Dentro y fuera del gobierno, mucha gente dudaba de sus convicciones democráticas", señaló "El País" en relación con el controvertido militar (colección "Historia reciente", fascículo N" 19, director de proyecto, Pablo da Silveira; Centro de Estudios Jean Francois Revel, de la derecha liberal francesa). Entre 1959 y 1963 Aguerrondo, con el grado de coronel, fue jefe de Policía de Montevideo. En ese período se produjeron varios hechos de violencia contra comunistas y judíos. A poco de llegar al generalato, un 25 de agosto de 1964, fundó una organización militar secreta (Tenientes de Artigas), cuyos miembros tuvieron un fuerte protagonismo en los sucesos de febrero y de junio de 1973, y después durante el ciclo dictatorial (1973-1985). La existencia de los Tenientes... tomó estado público después de que Uruguay retornó a la normalidad institucional. Entre 1972 y 1977 éste general ocupó la presidencia del Centro Militar. Después, y hasta su muerte, de la que se cumplen ahora 30 años, presidió la comisión que dirigió la construcción de la represa de Palmar. Poco antes del golpe de 1973, Aguerrondo denunció públicamente "la falta de organización (de los partidos políticos) para combatir la corrupción e infiltración (del marxismo), y (su) insistencia (en) un liberalismo sin ninguna vigencia".
HISTÓRICO DEL TENIENTISMO
El fundador de los Tenientes de Artigas fue Mario Aguerrondo. Entre los miembros más importantes de este grupo de presión castrense figuraron Julio Tanco, Esteban Cristi, Eduardo Zubia, Julio César Vadora, Luis Vicente Queirolo, Boscán Hontou, Holmes Coitiño, Iván S. Paulos, Amaury Prantl, Julio César Rápela, Alberto Ballestrino, Abdón Raimúndez, Manuel J. Núñez y Hugo Arregui. Fueron iniciados en esta organización secreta oficiales que últimamente han tenido gran resonancia pública como Gilberto Vázquez y Ernesto Ramas (procesados en Uruguay por causas abiertas a raíz de violaciones a los derechos humanos); Tomás Casella y Wellington Sarli (se encuentran en Chile, encausados por la muerte del bioquímico Eugenio Berríos). Vadora, Queirolo y Hontou fueron comandantes del Ejército durante la dictadura. Cristi y Zubia tuvieron un rol gravitante en los sucesos que desembocaron en el aplastamiento de la democracia liberal, acaecido en 1973. El 3 de febrero de 1996 la revista "Tres" de Montevideo publicó por primera vez una lista con 136 presuntos miembros de los Tenientes de Artigas. Volver al índice.
PERFIL DEL NUEVO TIMONEL
El 4 de noviembre cumplirá 60 años. Carlos Alejandro Silva Valiente es la actual figura visible de los Tenientes de Artigas. Preside la Cooperativa de Ahorro y Crédito de los Oficiales de las Fuerzas Armadas (CAOFA) y es miembro de la Junta Nacional de la Unión Cívica. Es nacionalista, católico, y no oculta su intensa admiración por José Antonio Primo de Rivera y la Falange Española. Tuvo como maestro al coronel Julio Tanco, uno de los fundadores e ideólogos de los Tenientes... en 1964, en cuyo sepelio (5 de abril de 2005) hizo uso de la palabra con marcada emoción. Es coronel del Ejército, retirado en 2002 (edad límite: 55 años), cuando era el primer subjefe de su Estado Mayor. Estudio táctica y técnica de Inteligencia en Alemania (1986). Estuvo muchos años en el desaparecido Servicio de Información de Defensa (SID, Inteligencia militar), donde integró la mesa de análisis del factor militar. En su etapa de teniente coronel ocupó la jefatura del Departamento II (Inteligencia exterior) del SID. También actuó como profesor en la Escuela de Inteligencia del Ejército. Está casado y tiene cinco hijo
IVÁN S. PAULÓS: "ÉSTE ES UN GOBIERNO MARXISTA LENINISTA"
El ex jefe de la Inteligencia militar durante el ciclo autoritario Iván S. Paulos afirmó en una columna publicada por el mensuario "Nación" de junio de este año que "el gobierno marxista leninista tiene en la esencia de su ideología y compromiso, la destrucción gradual de las FFAA y policiales existentes y su sustitución por las que creará, completando la demolición que iniciaron gobiernos anteriores".
Paulos -que el 21 se setiembre cumplirá 82 años-, afirmó que la intención explicitada por la actual administración de "reflotar" el Centro General de Instrucción para Oficiales de Reserva (CGIOR), -donde los civiles pueden recibir formación castrense y actuar en la reserva activa del estado democrático-, forma parte de ese plan. En 1940, cuando apenas contaba con 14 años, Paulos se alistó en el Batallón de Infantería N° 2 convocado por el movimiento de Reservistas Voluntarios. En esa época, muchos civiles decidieron ingresar a la reserva en plena guerra mundial (1939-1945) y con una fuerte amenaza expansionista del nazi-fascismo.
Dos casos notorios fueron los de Wilson Ferreira Aldunate y Jorge Pacheco Areco, por entonces estudiantes de abogacía. Paulos, que ahora se opone con énfasis a este sistema al que valora como corrosivo para la identidad militar, estuvo en la reserva hasta 1943, cuando pudo ingresar a la Escuela Militar, de la que egresó en 1946 como alférez de infantería. Durante la dictadura llegó a ser general y dirigió la Inteligencia militar (1979-1981). Discrepante con la decisión mayoritaria de la cúpula militar de elegir al general Gregorio C. Alvarez como presidente del país, pidió su retiro en la segunda mitad de 1981.
MONTEVIDEO/URUGUAY/10.09.07/COMCOSUR AL DÍA
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Ya no cabe en el sillón
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