miércoles, 16 de diciembre de 2020

200.000 trabajadores desocupados

Me matan si no trabajo,
Y si trabajo me matan.
Siempre me matan, me matan, ay!,
Siempre me matan.…




Desempleo afecta casi a 200.000 trabajadores 





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Diciembre Segunda quincena 2020.

José Rocca

INVERSORES, RUIDO Y NUECES.

El 2020 se presentó complejo en materia económica. Crisis, pandemia, descenso del PBI, elevado desempleo, caida de salarios, ajuste fiscal, golpearon al pueblo uruguayo.

El panorama que se avizora para 2021, no da margen para demasiado optimismo. El discurso multicolor, insiste e incluso acentua el enfasis en la “confianza en los mercados” y el rol de grandes inversores privados como supuesto motor de la economía.

La apuesta al ingreso indiscrimando de capitales, continúa acompañada de promesas sobre productividad, eficiencia y enorme publicidad sobre inversiones reales o supuestas, que incrementarán el producto, el empleo y conducirán el país a un futuro venturoso.

Los últimos años del gobierno “progresista” se tiñeron del fracasos de la explotación de minerales en Valentines y de prospección petrólera y todo indica que las actividades más rentables ya han sido absorbidas por grandes capitales.

En escenarios mundiales inestables y “revueltos” por la pandemia del corona virus, se acelerá la reducción de salarios reales, disminución de gastos públicos, de derechos sociales, como instrumentos para redoblar la vieja y gastada apuesta.

Por ahora el ruido parece mucho mayor que las nueces. Las concreciones son escasas y su calidad bastante discutible.

Ya nos hemos referido en diversas oportunidades a la segunda planta de producción de celulosa por parte de UPM, arropada por enormes inversiones del sector público uruguayo para un negocio privado. El provisorio aumento del empleo durante la fúgaz fase de construcción, tendrá como contrapartida la consolidación de un esquema funcionamiento sobre la base de enormes latifundios con monocultivos de eucaliptus controlado por capitales de ciudadanía escandinava.

A ello se suma en semanas recientes el reflote de proyectos de casinos, en zonas costeras, algunos de ellos de larga data, como el de Cipriani en el ex San Rafael. Un llamado para interesados en construir un hotel 5 estrellas en costas de Rocha, fue postergado por el intendente en un claro índice de carencia de inversores serios.

En lo demás se publicitan locales para emprendimientos de ventas de autos usados, cannabis, privatización de aeropuertos del interior del país y poquita cosa más, para pretender contribuir al “clima de negocios”, un curioso logo que suele acompañar estos tipos de estrategias.

Un menú muy pobre para pretender sustentar expectativas de crecimiento sólido. Es poco creíble que un país se desarrolle sobre la base de casinos y productos importados. En ausencia absoluta de un proyecto económico nacional,

A futuro, resulta díficil imaginar por donde puede ir el apetito de los grupos transnacionales. Las cadenas de base primaria más rentables ya han sido absorbidas. La expansión o implantación de rubros agrícolas o pecuarios impica necesariamente desplazar actividades pre existentes.

Las búsquedas de petróleo u otros minerales rentables, como para atraer grandes capitales han sido infructuosas durante el gobierno progresista y nada indica que surjan novedades de impacto en ese plano. Prefiero ni pensar en perspectivas de mayor saqueo de agua dulce que serían terribles para el país.

Estos caminos podrían “oxigenar” el modelo pero no cambiar la imagen de una economía en la que prima lo financiero, la especulación, las exportaciones sin valor agregado, la destrucción de vida y natura.

Inversiones volcadas al mercado local o regional aparecen acotadas. Industrias, comercio, logística se ubican en mercados muy concentrados que giran en la órbita de grandes capitales.

A todo esto se suma el casi seguro descenso de la demanda interna fruto de los menores ingresos de los trabajadores.

En síntesis, el 2021, está a la vista. Pero las perspectivas económicas no son buenas para el pueblo.

GOTITAS DE ECONOMÍA

  • Finalmente se ha aprobado la ley de presupuesto. Recortes a los salarios públicos, a la provisión de vacantes, a las inversiones públicas, a viviendas popular, a los servicios de educación, los servicios de salud, y podríamos seguir. Eso sí, con mayores gastos a favor del gran capital y pagos de intereses de deuda.
  • La encuesta de expectativas empresariales divulgada por el INE prevee incrementos del IPC de 9.2% entre diciembre 2020 y noviembre 2021. Con “ajustes” en torno al 3%, queda muy claro que los que pierden son los asalariados.
  • Prensa oficial China informó en Wuhan se encontraron indicios de corona virus en empaques de productos congelados importados desde Uruguay y Brasil. Las ventas de carne de ternera realizadas desde Uruguay crresponden a faena realizada por el frigorífico Breeders and Packers. El Ministro Uriarte niega la posibilidad.
  • Durante el tercer trimestre de 2020, el PBI de Brasil registrado por el IBGE descendió 3.2. % en relación al mismo período del año anterior. En los nueve primeros meses la caída es de 5%.
  • El agua comenzó a cotizar en bolsa de valores de Estados Unidos. Para el capital todo es mercancía, hasta la vida. Los riesgos obviamente son mayúsculos.
  • Contináun tira y aflojes entre la Comunidad europea y el Reino Unido, por las dificultades del proceso de “divorcio”. Nuevas condiciones para comercio, servicios, inmigración. Inglaterra privilegia relaciones con Estados Unidos.

https://joserocca.org/inversores-ruido-y-nueces/



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