jueves, 8 de julio de 2021

Cumbre de los dueños de la alimentación


 

3 julio 2021
Silvia Ribeiro*

No podemos vivir sin comer. Los alimentos y todo lo que les rodea están en la base de la vida de todas las personas. Por ello controlar ese mercado es un objetivo fundamental de las empresas trasnacionales. Al día de hoy, cuatro o cinco grandes empresas de agronegocios controlan más de la mitad del mercado global en cada eslabón de esa cadena industrial. Con la pandemia aumentó explosivamente la entrada de las gigantes tecnológicas y de comercio en línea, lo cual ha cambiado las estructuras de producción y quiénes controlan a productores y consumidores. Para legitimar este asalto digital y biotecnológico a nuestra comida y sentar nuevas normativas internacionales (leáse evitar regulaciones y control públicos), se concibió la llamada Cumbre de Sistemas Alimentarios, a realizarse en septiembre de 2021.


Ollas populares en los barrios de un país agro exportador y con 13 millones de cabezas de ganado

 
Aunque se presenta como una cumbre de Naciones Unidas, fue una iniciativa del Foro Económico Mundial (Foro de Davos en lenguaje popular, donde convergen las mayores empresas trasnacionales). António Guterres, secretario general de la ONU, anunció en 2019 su realización antes de que los propios órganos de Naciones Unidas relacionados a agricultura y alimentación –como FAO y el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial– supieran de ésta. Pese a ser "oficial", esta cumbre será un evento "público-privado", donde el sector privado tiene más participación e influencia que los coorganizadores de Naciones Unidas (https://tinyurl.com/cd7rhptb).


La comida no es sólo nutrición, es además un pilar esencial de la organización de las sociedades y las culturas. Durante más de 99.9 por ciento de la historia de la humanidad los alimentos, la forma de obtenerlos, producirlos y procesarlos ha sido diversa y descentralizada según geografías y culturas, basada en sistemas locales y, en su vasta mayoría, sustentable social y ecológicamente. El capitalismo y su Revolución Verde (paquete tecnológico de semillas híbridas y transgénicas, maquinaria pesada, agrotóxicos y fertilizantes sintéticos) junto a la globalización impuesta, logró dañar en algunas décadas parte de esa realidad milenaria, con una industria alimentaria basada en el lucro, en la uniformidad genética de plantas y animales, groseramente quimicalizada –agrotóxicos, conservantes, saborizantes, espesantes, colorantes, etcétera–, con cada vez más elementos sintéticos y artificiales. Industria que es también uno de los mayores factores de contaminación de suelos, agua y tierra y causante del cambio climático. Adicionalmente, también es el mayor factor de producción de epidemias y pandemias (https://tinyurl.com/1lydnlmh).

Es uno de los 10 mayores mercados industriales globales, lista en la que ha ocupado entre el primero y séptimo lugar en la década pasada. Esto pese a que esa contabilidad sólo toma en cuenta la industria y apenas parcialmente los alimentos que provienen de redescampesinas, pesca artesanal, huertas urbanas y recolección tradicional, que son quienes proveen alimento a 70 por ciento de la población mundial. (https://tinyurl.com/fjx7hm) Desde hace pocos años, las gigantes de tecnología digital y de plataformas de venta en línea (como Google, Facebook, Amazon, Microsoft, etcétera) han entrado en la agroalimentación. Han introducido programas de control digital del agro (ofertados por las empresas de agronegocios y maquinarias en sociedad con las tecnológicas) y diversos instrumentos para ello, como drones y sensores, a la vez que expanden y controlan las ventas en línea, tanto entre empresas como a consumidores (https://tinyurl.com/zw2xksxz).

Por todo ello, más allá de la retórica, los principales objetivos de esta Cumbre de Sistemas Alimentarios son: 

a) La promoción y avance a gran escala de la industria agroalimentaria digital o "Agricultura 4.0", con nuevas biotecnologías, sistemas informáticos, extracción y acumulación masiva de datos del campo, de ecosistemas y de nuestras conductas alimentarias; 

b) establecer sistemas de gobierno alternativos sobre agroalimentación, donde las empresas tengan el papel principal junto a algunos gobiernos: "sistemas público-privados", marginando incluso a Naciones Unidas y buscando eliminar a las organizaciones campesinas, indígenas, de mujeres, trabajadores, que no puedan cooptar; c) establecer nuevos conceptos como "producción positiva a la naturaleza", para conseguir subsidios y cooptar producción orgánica si les sirve para el lucro, y otros como "soluciones basadas en la naturaleza" que es una cobertura para abrir nuevos mercados de carbono en agricultura y mercados de "compensaciones" por destrucción de biodiversidad.

La Vía Campesina y la vasta mayoría de movimientos campesinos, ambientalistas, de agroecología, de mujeres y pueblos indígenas de todo el mundo rechazan esta cumbre y se han propuesto desmantelar las mentiras y maniobras que entraña (https://tinyurl.com/4atvcnf4).

Más graves aun cuando el mundo sigue en pandemia y el sistema agroalimentario industrial que pretende avanzar la cumbre es uno de los factores clave en la generación de epidemias. Por ello, realizarán una contra cumbre a finales de julio, donde una gran diversidad de organizaciones y comunidades presentarán las realidades y propuestas que necesitamos para alimentar a todo el mundo, con justicia y cuidado del medio ambiente.


* Investigadora del Grupo ETC



“Una cumbre bajo asedio” | 

¡El control corporativo de la Cumbre Alimentaria de la ONU 2021 pone en peligro la Soberanía Alimentaria!

Los lobbies corporativos que defienden los intereses de los agronegocios están influyendo en los preparativos de la Cumbre de los Sistemas Alimentarios de la 2021, haciendo que el proceso sea opaco y excluyente. La Vía Campesina explica por qué esto pone en peligro la Soberanía Alimentaria de los pueblos y amenaza el futuro del planeta.


 
No cabe duda de que el mundo necesita unirse para hacer frente al grave y continuo impacto del COVID-19 en nuestros sistemas alimentarios. Cuando se anunció la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios (ahora abreviada como UNFSS21) en diciembre de 2019, el mundo era un lugar diferente. Sin embargo, ya se planteaban serias preguntas sobre el proceso no transparente e ilegítimo que se estaba desarrollando, anunciando y organizando en torno a esa Cumbre.

En marzo de 2020, La Vía Campesina se unió a otros  550 movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil para oponernos a que las empresas absorban la cumbre. Según ha ido avanzando el proceso de la UNFSS21, este nos resulta cada vez más alarmante. Al mismo tiempo, afirmamos que es de suma importancia una conversación mundial sobre nuestros sistemas alimentarios, ya que la pandemia de COVID 19 no ha hecho más que reforzar y exponer el fracaso del sistema alimentario corporativo para hacer frente al hambre, la desigualdad y la crisis ecológica.

El presente documento tiene por objeto presentar nuestras preocupaciones y reflexiones respecto a la Cumbre, tanto en lo referente al proceso y los contenidos, como a nuestro compromiso y exigencias sobre una necesaria transformación del sistema alimentario actual guiada por los principios de la Soberanía Alimentaria y de la Agroecología.

Nosotrxs, en LVC, no solo hemos defendido, sino que también hemos  participado activamente en la democratización de las Naciones Unidas. LVC ha tenido un papel fundamental en la reforma de los procesos de políticas alimentarias de las Naciones Unidas tras la crisis alimentaria de 2008. La crisis hizo que los organismos de la ONU y los Estados miembros reconocieran la importancia de incluir las voces de los movimientos sociales rurales y de la sociedad civil en la elaboración de las políticas alimentarias.

En concreto, la Estrategia de la FAO para las Asociaciones con las Organizaciones de la Sociedad Civil1y la reforma del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) con su Mecanismo de la Sociedad Civil y Pueblos Indígenas (MSC) trajeron nuevos paradigmas, lógicas y procesos que comenzaron a preparar el camino para la democratización de las políticas alimentarias globales. Ello conllevó un cambio progresivo, que niveló el “campo de juego” no solo para la sociedad civil, sino también para los gobiernos nacionales. LVC, mediante la labor y el compromiso del Comité Internacional de Planificación para la Soberanía Alimentaria (CIP), ha desempeñado un papel muy importante en potenciar los procesos del MSC y del CSA. De hecho, muchos de los avances nacieron de los principios de la Soberanía Alimentaria —un modelo integral para transformar los sistemas alimentarios y restablecer la salud de nuestros pueblos y de la naturaleza— que LVC apoya y propugna desde la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996.

Estos procesos institucionales han permitido varios avances importantes, entre ellos las Directrices sobre la tenencia de la tierra, las Directrices para garantizar la pesca sostenible a pequeña escala, el proceso en curso sobre las Directrices sobre agroecología y otras innovaciones y, en términos más amplios, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos del campesinado y de otras personas que trabajan en zonas rurales. Muchos de esos nuevos instrumentos han planteado obstáculos directos al programa empresarial mundial, así como a los intereses imperialistas de las economías y las elites mundiales.


 

PROCESO PREPARATORIO DE LA CUMBRE SOBRE SISTEMAS ALIMENTARIOS

Nuestro país se encuentra comprometido participando de diversas instancias como los diálogos globales que se llevan a cabo entre diversos actores de la sociedad. Se destaca que a través del Ministerio de Agricultura, con el apoyo de la FAO, Uruguay ha impulsado a través de diálogos ministeriales regionales, un posicionamiento común de las carteras del área hacia el proceso global.


 

El Diálogo Nacional se organiza como una contribución a la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios y a la proposición de acciones transformadoras a nivel nacional que impulsen el cumplimiento de la Agenda 2030 sobre Desarrollo Sostenible. Se espera que a través de un debate inclusivo con actores relevantes de Gobierno, legisladores, sociedad civil, academia y sector privado que se analicen visiones a largo plazo para lograr sistemas alimentarios sostenibles y se identifiquen prioridades para la acción en el contexto de las realidades actuales. El Diálogo Nacional se realizará en base a tres de los cinco ejes temáticos vinculados a la Cumbre, en los cuales se abordarán temas de interés para nuestro país.

Agenda 2030: No tendrás nada y serás feliz
 

 

 

 

 

 

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