Los militares latinoamericanos le brindaron a la palabra desaparición una magnitud desmesurada en nuestro vocabulario. Acaso ignoraban que, por sencilla derivación o consecuencia semántica, le estaban otorgando idéntico poder y tamaño a la palabra búsqueda. Desaparición remite a sombras, encierro y quietud; búsqueda, en cambio, a movimiento, intemperie, acción, y, como factible y lógica culminación, hallazgo.
En abril de este año, el Equipo Argentino de Antropología Forense identificó los restos de Laura Isabel Feldman. Penny. Un grupo de tareas de la dictadura argentina la había secuestrado en febrero de 1978. Sus dieciocho años de edad causaban recelo, de modo que no podían menos que fusilarla y arrojar su cuerpo en alguna de las decenas de catacumbas que habían diseminado a lo largo del país. Militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios, la UES, agrupación estudiantil del peronismo revolucionario.
Los sepultureros furtivos de la gran dictadura latinoamericana presumían tener el don de extinguir cuerpos. Pero la tierra y el mar no se cansarán jamás de
devolverlos a la superficie, de rescatarlos del confinamiento.
La búsqueda y la evocación no tienen fecha de caducidad. El hallazgo tampoco. Los sepultureros furtivos la enterraron, apiñada con otros cuatro cuerpos adolescentes, en el cementerio de Lomas de Zamora. Fosa NN, desprovista de nombre, piel y aliento. Acta de defunción, pluma oficinesca: “Shock traumático agudo, por herida de bala”. “De la violencia, de la verdadera violencia”, dice el escritor chileno Roberto Bolaño en el primer párrafo de su cuento El Ojo Silva, “no se puede escapar, al menos no nosotros, los nacidos en Latinoamérica en la década del cincuenta, los que rondábamos los veinte años cuando murió Salvador Allende”.
Penny nos aproxima un poco más al momento del relámpago. El instante en que el relámpago resquebrajó nuestro mundo y nos empujó al borde del despeñadero. Rayo de enajenación al que le sucedió un aguacero de violencia inaudita. En el día del relámpago de marzo de 1976, del cielo comenzaron a caer miserias y desventuras de toda naturaleza. Procesión de años vacíos en los que campeó la mudez, y el desdén y la resignación nos sumergieron en una vejez temprana, en el ocaso del deseo.
No puedo figurarme a Penny, su mirada cautivadora, sus hermosos rasgos de mujer aniñada, en apariencia quebradiza, sólo en apariencia, convertida en un manojo de huesos. Todavía hoy, al cabo de tanto tiempo, no puedo entender tanta cizaña, tanta sevicia. Los ojos de Penny, los que ahora estoy contemplando, son una exhalación de presencia continua que nos ayuda a disipar un poco las tinieblas que la envolvían. Las tinieblas que todavía envuelven sus caras múltiples. La Penny uruguaya y chilena. La Penny peruana y brasileña. La Penny colombiana, paraguaya y ecuatoriana. Las Penny de este sur jodido que todavía debemos devolver a la superficie, rescatar del confinamiento.
El diez de septiembre, en el patio del colegio Carlos Pellegrini, Penny, que en agosto cumplió cincuenta años, se reencontrará con sus amigos, compañeros y familiares. Leo en el texto de la solicitada que habrán de publicar en estos días: “31 años después avanzamos un paso más contra la mentira y el ocultamiento y la salvaje represión que diseminó el terrorismo de Estado en la Argentina, cuyos efectos, lo podemos comprobar, no han concluido. 31 años después podemos despedirnos de Penny, que siempre estuvo en nuestros corazones y lo seguirá estando, velar sus restos, realizar la ceremonia y el duelo que impidieron y quisieron evitar”.
No es un decir. La búsqueda y la evocación no tienen fecha de caducidad. El hallazgo tampoco.
Publicado en Brecha, Montevideo, 4 de septiembre 2009
Laura Isabel Feldman - Penny.recuperación de sus restos
A 31 años, de la desaparición de Laura, en abril de 2009, fueron identificados sus restos por el Equipo Argentino de Antropología Forense. Laura Isabel Feldman - Penny Nació el 11 de agosto de 1959. Fue secuestrada y desaparecida el 18 de febrero de 1978. Fue vista en el Centro Clandestino de Detención "Vesubio" La asesinaron el 14 de marzo del mismo año. Su cuerpo fue enterrado como N.N. En abril de 2009 sus restos fueron identificados. Laura nació en Buenos Aires el 11 de agosto de 1959. Hija de la periodista Mabel Itzcovich y del cineasta Simón Feldman; hermana menor de Ana Nora. Creció en el barrio de Villa Crespo, en un departamento de la calle Jufre entre Acevedo y Malabia. Cursó sus estudios primarios en el Normal Nº 6, de Güemes y Araoz. En 1970 vivió en París con su mamá y su hermana.Tenía apenas doce años cuando participó de sus primeras marchas políticas, era el año 72 y cursaba su primer año en la Escuela Carlos Pellegrini. Colaboraba con la Federación Juvenil Comunista pero luego de las elecciones del 73 comenzó a militar en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), rama estudiantil del peronismo revolucionario.En el año 75, y como estrategia política de la organización, se cambió a una escuela del barrio de Barracas para trabajar y militar junto a los sectores populares. Cursó sus últimos años de secundaria en el Normal Nº 5, conocido como “Arcamendia” convirtiéndose en la responsable política de la agrupación en esa escuela y formó parte del consejo de secundarios de la UES zona sur de la Capital Federal. Ese mismo año, conoció a Eduardo Alberto Garuti, “Angelito”, estudiante secundario del colegio Otto Krause, con quien formó una pareja que los unió hasta el momento de su secuestro. En enero del 76 trabajó en la revista Información, publicación ideada por el periodista Enrique “Jarito” Walker. Era una revista que nunca llegó a publicarse. La fecha prevista para su lanzamiento era marzo de 1976. En febrero de 1977 y en el marco de una intensa persecución a militantes de la UES, su casa de Palermo fue violentamente allanada. Penny y Angelito lograron escapar. A partir de ese momento ambos pasaron a la clandestinidad. A pesar de la situación, de las desapariciones y del exilio de muchos de sus compañeros, ellos eligieron seguir militando. Reestructurada la organización, se conectaron con militantes de la zona sur del conurbano bonaerense. Vivían en una pensión del barrio de Once cuando el 18 de febrero de 1978 fueron secuestrados. A Laura la estaba esperando una patota. Horas antes había sido detenido Angelito y hasta hoy continúa desaparecido. Por el testimonio de algunos sobrevivientes se sabe que permanecieron secuestrados en el Centro Clandestino de Detención “Vesubio”, ubicado en la Autopista Ricchieri y Camino de Cintura. El día 14 de marzo de 1978, se produjo el hallazgo de cinco cuerpos (tres hombres y dos mujeres) en las calles Virgilio y Urunduy de la localidad de Lomas de Zamora Intervino la Policía del Destacamento Parque Barón (área 112). Ese mismo día, los cinco cadáveres ingresaron como N.N al cementerio de Lomas de Zamora, siendo inhumados en la misma fosa ubicada en la sección 31, letra "K", sepultura 110 de dicho cementerio. En las actas de defunción consta que se trataba de personas muy jóvenes (entre 17 y 23 años) y con causa de muerte: “Shock traumático agudo, por herida de bala”.El día 24 de agosto de 2004 el Equipo Argentino de Antropología Forense realizó la exhumación arqueológica de la mencionada sepultura, recuperándose los restos de las cinco personas.En abril de 2009 los estudios genéticos y antropológicos permitieron identificar a Laura como uno de los cuerpos inhumados como NN. Laura fue fusilada hallándose en sus restos lesiones provocadas por, al menos, cinco impactos de arma de fuego.
http://lauraynorberto.blogspot.com
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