ZONA FRANCA PUNTA PEREIRA S.A. abonará al Estado un canon anual determinado por la mayor de las siguientes 3 cifras:
1.- Suma anual variable equivalente al 5% de la totalidad de los ingresos brutos devengados a favor del explotador de sus Usuarios Directos e Indirectos por concepto de las prestaciones en la Zona; cualquiera fuese su naturaleza y el procedimiento de cálculo previsto en los contratos respectivos. La suma variable establecida precedentemente será de aplicación a partir del quinto año contando desde la fecha de la Resolución para la explotación de la Zona Franca.
2.- Suma anual fija de U$S 35.000 (treinta y cinco mil dólares de los EEUU).-
3.- Suma anual:
3.1.- Desde la fecha de aprobación del primer Contrato de Usuario hasta el sexto año (inclusive) contado desde la fecha de la resolución de autorización de explotación de zona franca, se abonará una suma fija anual de U$S 154.000 (ciento cincuenta y cuatro mil dólares de los EEUU). En caso de que los usuarios de la zona franca ocupen una superficie de mas de 154 hectáreas, el explotador pasará a abonar por este período una suma anual que resulte de multiplicar U$S 1.136 (mil ciento treinta y seis dólares) por la cantidad de hectáreas ocupadas. La ocupación se entenderá iniciada el día en que el Área Zonas Francas de la Dirección General de Comercio apruebe el Contrato del Usuario. En los años de inicio de cada Contrato de Usuario se computará el contrato que se inicie por la siguiente fracción: (superficie ocupada a días de ocupación/ 365)
3.2.- A partir del séptimo año, contado desde la autorización para la explotación de la zona franca solicitada y hasta la finalización del plazo estipulado en la misma y sus eventuales prórrogas, se abonará una suma fija anual de U$S 550.000( quinientos cincuenta mil dólares) con independencia del área efectivamente ocupada por los usuarios.
No, estimado lector: el título no es un acertijo
. Significa, como lo sugiere el texto que se reproduce,
Zona Franca Punta Pereira S.A.
Se trata de la resolución del Gobierno nacional estableciendo la constitución de la mencionada zona franca. Que es sinónimo, también, de Montes del Plata S.A. O sea, la nueva fábrica de celulosa que se instalará en aquella zona del departamento de Colonia también conocida como Conchillas.. Significa, como lo sugiere el texto que se reproduce,
Zona Franca Punta Pereira S.A.
Hace un par de semanas enviamos a la Presidencia de la República un correo electrónico solicitando las condiciones del acuerdo-contrato firmado entre el gobierno y la empresa. Nos contestaron afirmando que el mismo se encontraba en la página que exponía la nota de presidencia al respecto. Pero, no, no estaba allí.
Insistimos, esta vez sin respuesta alguna.
Enviamos similar solicitud a la empresa, que se jacta, entre otras cosas de un afán por la transparencia. Nos respondieron sugiriéndonos enviar nuestro curriculum a recursos humanos. Un segundo correo aclarando que no buscábamos empleo quedó, también sin respuesta.
Entonces recordamos que probablemente el emprendimiento se realizaría en una zona franca. Y allí en la dirección http://www.zfrancas.gub.uy/; encontramos el documento que bajo el título “autorización....” reproducimos parcialmente.
Éste tiene varios puntos interesantes: Lo primero que llama la atención es que está fechado 22 de enero de 2000. Y está firmado por “Tabaré Vázquez-presidente de la república” y por “Danilo Astori”.
¿Error? En fin, para ser un documento de tal importancia uno esperaría más cuidado por parte de nuestros gobernantes.
De su lectura resulta evidente que se trata de una reformulación de una resolución inicial probablemente firmada por Jorge Batlle en el 2000.
En todo caso, es claro que Tabaré Vázquez tuvo todas las chances de no renovar la autorización, ya que si el proyecto original data de 2000, para 2008, que fue cuando se firma esta nueva autorización, todos los plazos que menciona la resolución estaban ampliamente vencidos.
En segundo lugar es interesante el monto de la garantía que se obliga a depositar a la empresa en un plazo de 90 días: 21 mil dólares. Simbólico.
Podríamos seguir encontrando detalles significativos, pero preferimos ir a lo, a nuestro juicio, nodal:
El anexo que reproducimos, donde se establece el canon que deberá pagar el adjudicatario de la zona franca, la mencionada Zona Franca Punta Pereira S.A..
De su lectura surge claramente, al menos así lo interpretamos nosotros; que la primera posibilidad para establecer dicho canon es un 5% de los ingresos que percibirá el “explotador” o sea, el concesionario de la zona franca. Entendemos que no se trata del 5% de los ingresos del fabricante de celulosa, que sería Montes del Plata. Sino del arrendamiento que el explotador le cobre a aquella. Y como se trata de empresas con accionistas comunes, una forma eufemística de decir la misma empresa, lo lógico será que los ingresos que sirven de base para calcular el canon se fijen de acuerdo a los intereses del explotador-fabricante de celulosa.
La segunda posibilidad es la cifra de 35 mil dólares americanos anuales.
Y la tercera es de 154 mil dólares anuales hasta el 6o. Año a partir de la firma del primer contrato de usuario, cosa que debería estar ocurriendo en estos momentos, cuando comienza la construcción de la planta de celulosa. O una cifra de 1136 dólares anuales por hectárea que ocupen los usuarios de la zona franca. Hasta un tope de 550 mil dólares anuales. Que reajustarán, faltaba más, de acuerdo a la inflación en los EEUU según establece uno de los índices oficiales que se usan a tal fin.
Resumiendo, recién cuando hayan transcurrido 6 años del funcionamiento de la zona franca, y cuando ya haya, probablemente transcurridos unos 3 de funcionamiento pleno de la fabricación de energía y celulosa, el estado uruguayo pasará a percibir 550 mil dólares por concepto de canon.
Veamos: la inversión que se anuncia monta los (las informaciones públicas varían sensiblemente) 2000 (dos mil) millones de dólares.
Y se puede estimar que teniendo en cuenta que la producción programada llega a 1,3 millones de toneladas de celulosa anuales. El precio de ésta en el mercado mundial hoy oscila alrededor de los 900 dólares por tonelada.
Y el costo de producción, que depende en gran medida de la producción de la materia prima esencial, o sea, la madera de eucaliptus, no debe superar los 400 dólares anuales. Eso nos está dando una proyección de ganancias de unos 650 millones de dólares anuales.
Limpias de polvo y paja. Salvo que montes del plata pague impuestos en sus países de origen, Chile, Suecia y Finlandia (si es que la información que se maneja respecto al origen de Arauco y Stora-Enso, accionistas de Montes del Plata es correcta).
El país recibirá, en cambio, después de la fase de construcción que generará algunos miles de puestos de trabajo transitorios durante un par de años unos 300 puestos de trabajo, y los consiguientes ingresos por aportes a la seguridad social (al menos de los uruguayos que queden trabajando en la planta). El resto de las aportaciones “indirectas” no son otra cosa que números inflados para convencer a la platea. Porque con planta o sin planta, los eucaliptus en las plantaciones de la empresa iban a seguir produciendo.
Por no olvidar:los riesgos de contaminación (el costoso control de la misma corre, según entendemos por cuenta del Estado Nacional), los deterioros viales a producirse, a cargo del Ministerio de Transporte y la intendencia municipal de Colonia y alguna otra, etc.
Es probable, además, que por influencia de la demanda que generará la planta, buena parte del departamento de Colonia, el que cuenta con una estructura de la propiedad de la tierra y la producción más armoniosa desde el punto de vista social y ambiental termine plantada con eucaliptus. Hecho que, a no dudarlo, contribuirá a concentrar la propiedad y uso de la tierra.
Y todo ¿a cambio de que?
Pues el vil precio de la necesidad (que ni siquiera es tal) son 550 mil dólares anuales. Menos del uno por MIL de las ganancias estimadas de la empresa.
Los comentarios están de más.
Montevideo, 8 de febrero de 2011
WILLIAM YOHAI - postaporteñ@ -
1. La sumatoria de las dos plantas, Fray Bentos y Colonia, convierte al Río de la Plata en el territorio de mayor producción de pulpa de celulosa en el mundo.
2. La pulpa de celulosa es una commodity que se cotiza en la bolsa de Francfort. Eso quiere decir que en el Río de la Plata se instala la etapa sucia de la producción del papel y que en Europa se le da “valor agregado” a esta materia prima. Es fácil comprender que la riqueza queda en Europa.
3. La producción de pulpa de celulosa está definida por los protocolos de la Unión Europea (Resolución 96/61) como altamente contaminante , al mismo nivel que la nuclear.
4. Tanto la inversión de Fray Bentos como la de Colonia, si bien son privadas, están financiadas por el Banco Mundial a través de la Corporación Financiera Internacional (CFI).
5. Se debe desmitificar el valor reactivador de la economía que tienen estas inversiones . Es cierto que en un comienzo las obras de infraestructura generan mano de obra y reactivación, pero a la luz de lo visto en Fray Bentos, ello no dura más de 4 años. Hoy la planta finlandesa de Botnia-UPM es manejada por no más de 80 técnicos europeos con tan sólo 30 uruguayos que cumplen tareas de servicios secundarias.
¿Cuál es la verdad? Un directivo de la española Ence declaró alegremente en el semanario Búsqueda de Montevideo que ellos vinieron al Río de la Plata por 3 razones: por la gratuidad del uso del agua dulce, el bajo costo de la mano de obra y por razones de “flexibilidad ambiental”. Esta es la verdad empresarial que decidió el desplazamiento de la etapa sucia de la producción del papel desde Europa al Río de la Plata. La Resolución 96/61 de la Unión Europea fija un plazo de 10 años para adecuar las producciones contaminantes y los controles ecológicos a niveles que en el Río de la Plata no existen.
El negocio europeo es perfecto: producen pulpa de celulosa contaminante sin ningún valor agregado en el Río de la Plata y luego la envían a Europa para transformarla en papel.
Son las empresas las que deben probar que no contaminan y no las víctimas probar la contaminación.
Debemos saber que la contaminación que inevitablemente producirán estos emprendimientos sólo será medida y constatable una vez que el daño ecológico esté consolidado. Y allí será irreversible.
En el mundo del siglo XXI no hay economía sustentable sin respeto al medio ambiente y duros controles ecológicos. La ecología no implica atarse a los árboles ni amar a las ballenas. Los recursos naturales y fundamentalmente el agua dulce deben ser defendidos en toda América latina como verdaderas políticas de Estado.
vienen por el agua.
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