Tabaré
 Vázquez retornará a la Presidencia de la República el 1º de marzo con 
una moderada presencia masónica en su círculo cálido 
  
  
    
Escribe Sergio Israel
Temple, aplomo, discreción. Saber escuchar y valorar 
los silencios. Mandar. Estas características del presidente Tabaré 
Vázquez son también arquetípicas del buen “hermano masón”.
Cuando fue electo presidente de la República por primera 
vez, en 2004, hacía ya tiempo que solo pagaba la cuota mensual y no 
concurría a los “trabajos” semanales de su logia General Artigas, pero 
Vázquez, en efecto, parece haber hecho suyas algunas de las 
características más sobresalientes de los “hermanos” que buscan el 
“perfeccionamiento filosófico” junto a “la acción esforzada y 
responsable”.
Cuando en la década de 1980 comenzó su camino como 
“aprendiz” —el primer grado de esta escuela iniciática a la que se 
ingresa por invitación y luego de un proceso riguroso y pautado— ya era 
un destacado profesor de medicina y trabajaba en la mutualista 
Asociación Española, cuyo gerente era el fallecido “hermano masón” y ex 
diputado colorado Oscar Magurno.
·Uno de la casa. Vázquez, como los demás 
integrantes de la orden, había jurado sobre una Biblia, una escuadra y 
un compás y declarado creer, si no en Dios, al menos en el “gran 
arquitecto del universo”.
Años después, su llegada al Edificio Libertad —entonces sede
 de la Presidencia—, como antes al cargo de Intendente de Montevideo, 
fueron buenas noticias para la hermandad, aunque a decir verdad casi 
ninguno de los grado 33 (máxima jerarquía dentro de una orden tan 
vertical como un ejército; su número provendría de la edad de Cristo y 
del número de vértebras del cuerpo humano) simpatizara con la izquierda,
 algo que tampoco ocurre ahora, cuando el ex gerente bancario Noé dos 
Santos, el director de Ancap y convencional colorado José Garchitorena, 
 y el escribano Jorge Caillabet son las máximas autoridades. Este 
último, supremo gran comendador, es el grado 33 elegido por sus 33 pares
 más destacados.
No obstante la distancia en el “mundo profano” (como los 
masones llaman al resto de la sociedad), las razones para esta 
satisfacción hay que buscarlas en el hecho de que habían pasado muchos 
años desde que uno de los hermanos llegara a ocupar un cargo tan 
importante, explica el politólogo y diputado colorado Fernando Amado en 
el libro “La Masonería uruguaya. El fin de la discreción”.
Aunque algunos presidentes como José Batlle y Ordoñez y 
Julio Sanguinetti tuvieron un entorno masónico, antes que Vázquez 
Uruguay tuvo nueve jefes de Estado que integraron la orden: Manuel 
Oribe, Juan Francisco Giró y Atanasio Aguirre (blancos), y Gabriel 
Pereira, Francisco Vidal, Feliciano Viera, Gabriel Terra y Tomás Berreta
 (colorados).
El 13 de julio de 2005, el entonces venerable gran maestro 
Carlos Bolaña y su vice, Mario Risso, un empresario y un marino militar 
respectivamente, pudieron recibir a Vázquez en el templo de Mario 
Casinoni 1481 con honores y ritual.
El presidente Vázquez, que había sido electo por el Frente 
Amplio, continuó así con la tradición de sus antecesores —Sanguinetti, 
Luis Alberto Lacalle y Jorge Batlle— pero, a diferencia de estos, quien 
llegaba como primer mandatario a dar una conferencia sobre laicidad era 
uno de la casa.
En 2010, el presidente José Mujica rompió con la tradición: 
recibió al venerable gran maestro de manera discreta en la Torre 
Ejecutiva y prometió una visita al templo que hasta ahora no hizo.
· Eslabones de la cadena. Según la 
investigación de Amado, durante el gobierno de Vázquez la Masonería 
duplicó el número de sus integrantes. Entre 2005 y 2011 se crearon 21 
nuevas logias (se llegó a 92 en todo el país), mientras que el número de
 masones pasó de 3.100 a unos 6.000, lo que desató un debate interno 
acerca de cuántos de los que ingresaban buscaban apenas ascender en sus 
carreras, en lugar de superación personal y servicio a la sociedad.
No todos los masones, sin embargo, fueron motivo de orgullo:
 el ex comandante de la Armada, Juan Fernández Maggio, y otros tres 
oficiales “hermanos” fueron condenados por fraude. Miguel Dalmao, un 
oficial masón del Ejército ascendido a general por Vázquez, fue 
condenado por coautoría en la muerte por torturas de una militante 
comunista durante la dictadura. No solo se trató de un presidente masón 
que ascendió a un “hermano”. El juez que condenó a Dalmao también es 
masón, en un fallo confirmado por un Tribunal de Apelaciones. “Yo no la 
maté” reiteró el general promovido por Vázquez, pero durante el juicio 
se estableció que, aunque era apenas alférez (el grado más bajo de la 
oficialidad), estaba a cargo ese día y le correspondió responsabilidad 
funcional. El juez de primera instancia, Rolando Vomero, y el acusado no
 eran los únicos masones involucrados en el juicio “profano”: también el
 abogado defensor, Miguel Langón, es parte de la orden, así como el 
médico que años atrás había certificado los hematomas en el cuerpo de la
 militante fallecida, el luego intendente de Canelones, Marcos 
Carámbula.
A pesar de esos serios tropiezos —que, por otra parte, 
desmienten que los masones se protegen entre sí bajo cualquier 
circunstancia— la Masonería siguió de moda durante el primer gobierno de
 Vázquez.
Sin embargo, no habrá tantos “hermanos” en los primeros planos del gobierno que se instalará el 1º de marzo de 2015.
Dos de los tres comandantes de las Fuerzas Armadas, más el 
coordinador de Inteligencia, José Bonilla, si no es relevado, lo son.
El nuevo comandante de la Armada, Leonardo Alonso, y el de 
la Fuerza Aérea, Washington Martínez, que continúa en el cargo, integran
 una logia masónica. Sin embargo, a pesar de que los dos últimos 
comandantes del Ejército también fueron masones (Pedro Aguerre y el 
actual Juan Villagrán), así como el jefe del Estado Mayor de la Defensa 
(Esmade) saliente, Milton Ituarte, el nuevo jefe de la fuerza de tierra,
 Guido Manini, que proviene de una familia con fuerte impronta riverista
 y es profesor de historia militar, no solo no tiene carné de la, 
Masonería sino que está cerca de los Tenientes de Artigas, una logia 
militar que, en teoría, está en las antípodas.
Alonso y Martínez fueron edecanes de Vázquez durante su 
primer gobierno (2005-2010), mientras que el entonces edecán de la 
fuerza de tierra y ahora general Nelson Pintos, sin identificación 
directa con ninguno de los dos “bandos” y nacido en una familia humilde 
del Cerro, fue designado a partir de febrero al frente del Esmade.
Entre los ministros designados por Vázquez no hay masones, 
pero sí en el círculo más estrecho de asesores: Álvaro Vázquez, uno de 
sus hijos, y Juan Salgado, amigo personal y presidente de Cutcsa, son 
masones. A su vez, Miguel Ángel Toma, designado como próximo secretario 
de la Presidencia, es “sensible al pensamiento masónico”, según fuentes 
de la orden.
Álvaro Vázquez, médico como su padre, recibió formación como
 seminarista y es uno de los atípicos casos de un católico masón, algo 
tolerado por la orden pero prohibido por la Iglesia desde 1738.
En junio de 2005, durante una tenida en la calle Cassinoni, 
Álvaro Vázquez defendió en su logia Ariel una posición contraria al 
aborto, mientras participaba como aprendiz. Luego de que el hecho fuera 
informado por “El Observador”, se produjo una crisis a causa de la 
ruptura de la discreción, y el “taller” (como también se les llama a las
 logias) quedó dividido en dos: Ariel y Tel Ariel.
http://www.masoneriadeluruguay.org/index.php?option=com_content&view=article&id=134:conferencia-del-luis-eduardo-gonzalez&catid=59:actividades&Itemid=39
· Juan, el “vazquista”. Juan Salgado es un
 empresario multifacético que se formó junto a Oscar Magurno. El 
presidente de Cutcsa desde hace 18 años es el primer suplente del 
presidente del club Peñarol, Juan Pedro Damiani, construyó un gran 
centro comercial donde estaba la planta industrial de Cutcsa y preside 
la Comisión Honoraria del estatal Patronato del Encarcelado y el 
Liberado, entre otras actividades.
http://www.elobservador.com.uy/noticia/271079/juan-salgado-y-un-rol-clave--en-la-campana-del-favorito/
“Yo no tengo por qué decirlo. Creo que no es un tema para 
conversar” respondió sobre su pertenencia a la Masonería, durante una 
entrevista publicada en marzo pasado por la revista “Seisgrados”.
Con Vázquez está relacionado desde hace años por varias 
vías: además de integrar la Masonería, dirige la compañía transportista 
que tiene el 65% del mercado en Montevideo, donde Vázquez fue 
intendente, y también es directivo de la Asociación Española, la 
mutualista donde el presidente electo trabajó hasta ahora como oncólogo.
 Ambos construyeron una amistad que incluye a las familias, excursiones 
de pesca y paseos al balneario La Paloma, en Rocha.
Durante la campaña electoral, Salgado se convirtió en una 
persona con peso decisivo en el comando que funcionó en el primer piso 
del hotel Four Points, que se obtuvo gracias a su gestión. El empresario
 puso un micro y automóviles al servicio de la fórmula Vázquez-Sendic 
para recorrer el país, ofreció variado apoyo logístico y hasta la 
colaboración directa de varios de los principales gerentes de la 
empresa.
El estrado desde el cual Vázquez habló en varios actos de la
 campaña pertenece a Cutcsa; Salgado no solo aportó medios sino que 
ayudó en la recolección de fondos y actuó como operador en algunos 
contactos políticos bajo orden directa de Vázquez y por fuera de la 
estructura del Frente Amplio, algo que creó tensiones al interior del 
partido de gobierno, ya que reemplazó a la fuerza política.
Aunque aumentó la frecuencia en los últimos meses, las 
apariciones de Salgado junto al ahora presidente electo no son nuevas. 
En junio de 2012, por ejemplo, transportó a su amigo hasta Florida en 
una camioneta 4X4 para el acto en el que la senadora socialista Mónica 
Xavier asumió la Presidencia del Frente Amplio en reemplazo de Jorge 
Brovetto.
El empresario advirtió que no aceptaría cargos, pero tampoco
 lo descartó y se proclamó “vazquista”, por primera vez el 29 de 
setiembre pasado, en declaraciones a El Observador TV.
“Simplemente le doy mi opinión. No siento que soy su asesor.
 No estoy dentro del plano político ni de la arena política”, indicó 
durante esa entrevista.
Toma, por su parte, es un abogado de origen colorado que 
adhiere al pensamiento masónico. En ocasiones ha sido puente con 
“hermanos” para resolver problemas. Se relacionó con Vázquez después de 
que, en calidad de director del Departamento Jurídico del Ministerio de 
Salud Pública, firmó un dictamen que descartó cualquier responsabilidad 
del ahora presidente electo en la compra de un programa informático de 
una empresa integrada por su hijo Ignacio. Vázquez, que cuando se 
produjo la compra era director del Instituto de Oncología (Indo), luego 
elogió la independencia técnica que observó en Toma, durante un proceso 
que estuvo muy politizado. Durante el primer gobierno del Frente Amplio,
 Toma fue director de la Oficina del Servicio Civil y también secretario
 de la Presidencia, pero mantiene bajo perfil.
Otros connotados masones que se sumaron a Vázquez durante la
 campaña electoral de este año son los ex dirigentes colorados Alberto 
Scavarelli y Daniel Borrelli.
“Le puedo decir que yo soy masón. Y soy masón por 
convencimiento desde hace muchos años; 25 años. No le puedo decir quién 
otro es masón. Pero le puedo decir claramente que quien viene a la 
masonería para acomodarse, para buscar un cargo, o para estar mejor en 
su trabajo, está muy equivocado y así como entra tiene que salir. (...) 
Soy un masón convencido y admiro la masonería. Me ha dado una filosofía 
de vida que es lo más importante. Lo tengo de mi abuelo italiano que 
llegó allá por el 1800 y pico. Él me fue dando determinados principios 
de la Masonería. Allí puede encontrar —tal vez— el porqué de que yo esté
 acá. Porque tengo libre pensamiento. No me ato a dogmas; la Masonería 
me enseñó a tener libre pensamiento, si no, no sería un buen masón”, 
dijo Borrelli acerca de su pertenencia a la hermandad (
Búsqueda Nº 1.779).
Además, el primer diputado electo por el Partido Colorado, 
Guillermo Facello —también masón— visitó a Vázquez en su cuartel general
 de la calle Ejido, antes del balotaje del 30 de noviembre pero después 
de que el líder de ese partido, Pedro Bordaberry, anunciara el apoyo a 
Lacalle Pou para esa instancia.
http://www.gofmu.org/es/principales/gran-oriente-de-la-franc-masoneria-del-uruguay.html
· Masones twitteros. Aunque son de los más
 conservadores y cerrados del mundo, los masones uruguayos se han 
modernizado en algunos aspectos. Por ejemplo, emplean un carné digital 
para ingresar al templo.
La apertura llegó también al Partido Socialista (PS), porque
 si bien el ex presidente de Chile, Salvador Allende, fue un caso 
emblemático, los socialistas uruguayos perseguían a los masones en sus 
filas.
 http://gofmu.org/folleto_allende/folleto_homenaje_allende_web.pdf
El senador socialista Daniel Martínez integra, precisamente,
 la logia Salvador Allende de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay.
Aprendiz desde 2014 en la misma logia es el ex secretario 
general del PS y ex presidente del sindicato bancario AEBU, Eduardo 
Fernández, aunque mantiene la discreción.
Aunque no forma parte del círculo de Vázquez, quien renunció
 al PS siendo presidente, Martínez es uno los candidatos del Frente 
Amplio para suceder a la comunista Ana Olivera en la Intendencia de 
Montevideo. Olivera y Salgado se enfrentaron, entre otros temas, por el 
corredor Garzón, una discusión que terminó ganando el transportista, ya 
que quedó evidenciado que los ingenieros de la Intendencia habían 
realizado mal los cálculos geométricos.
A fines de la semana pasada, cuando fue proclamado 
candidato, Martínez recibió un mensaje por la red social Twitter de otro
 hermano, el diputado frenteamplista canario Horacio Yanes, quien, 
rompiendo con la cultura y las normas de discreción, se puso “de pie y a
 la orden” de Martínez utilizando un término clásico del lenguaje 
masónico. Consultado por 
Búsqueda, Martínez prefirió no hacer comentarios.
El fin de la discreción
 La influencia de Tabaré Vázquez y la relación con la salud, la Justicia y los militares  uruguayos
FELIPE LLAMBÍAS
"Como todo asunto secreto, la masonería despierta curiosidad en todo el 
mundo. Pero en Uruguay, con una de las hermandades más grandes e 
influyentes del globo, el atractivo es mayor."
la influencia de Tabaré Vázquez sobre estas logias y el boom masónico
 que generó el expresidente. "Hay un antes y un después desde que tomó 
estado público la condición de masón de Vázquez. Era novedoso que el 
primer presidente de izquierda del país además fuera masón, en una 
izquierda que se había alejado bastante de la institución porque la veía
 como un lugar de conservación del statu quo. Sin querer puso a la 
masonería de moda y pasaron de ser los malos de la película a ser los 
hermanos de Tabaré".
-¿Cuándo entró Vázquez a la masonería?
-En 1987. Se inició, hizo todos los pasos y para ello participó de la 
masonería semanalmente cuando ingresó, hasta alcanzar el grado 3, de 
Maestro masón. Pero no ha sido un masón dedicado, militante. No le 
interesó continuar creciendo en la escala, aunque nunca dejó de 
participar en ocasiones especiales.
-¿Por qué ingresó?
- Es complicado de desentrañar. Gente muy cercana a Vázquez y altos 
grados de la masonería coinciden en que fue llevado por un gran amigo 
socialista que integra una logia en Florida. Empapado de los principios 
masónicos de igualdad, libertad y fraternidad, y al ver referentes 
socialistas que habían sido masones como Ernesto Guerrini, uno de los 
fundadores del Frente Amplio, o Salvador Allende, ingresó. Luego, dentro
 de la masonería cultivó otras amistades, como el caso de Óscar Magurno.
 Además de la relación patrón-empleado que existía desde antes, luego 
está esto más que los une.
-¿Por qué los masones eran los malos?
-Ha habido una prédica negativa y difamatoria desde la Iglesia Católica 
hacia la masonería. La discreción especial que linda con el secreto hace
 que la gente que no la integra elucubre cualquier tipo de fantasía 
respecto a lo que se hace dentro de esos templos y también ese poder en 
las sombras y la incidencia en el mundo civil. Otra razón para que 
fueran vistos como los malos es haber podido sobrevivir a las dictaduras
 militares. Eso estigmatizó a la institución como una que se acomodaba 
para tratar de seguir más allá de las circunstancias políticas que se 
vivieran, que algunas figuras muy cuestionadas integren la hermandad y 
sin querer, o queriendo, no lo sé, se fue derechizando. La masonería en 
general ha sido muy colorada y de muchos militares, más allá de que hay 
de todos los pelos.
-¿Sigue siendo colorada?
-Está cambiando. Después del cimbronazo de Tabaré Vázquez, mucha gente 
que sentía que aquello era un refugio del statu quo y un lugar que no 
coincidía con su pensamiento rompió el hechizo negativo y hoy en ese 
boom masónico hay muchos ingresos de gente que vota de todo.
http://www.elobservador.com.uy/noticia/292347/primer-diputado-de-bordaberry-se-reune-con-vazquez/
-¿Qué profesiones están más ligadas a la institución?
-Es notorio que dentro de las Fuerzas Armadas (FFAA) históricamente ha 
habido una presencia de masones importantes y por tanto es más fácil que
 un militar invite a otro para ingresar. Y la medicina no escapa, sobre 
todo algunas instituciones como La Española. Los médicos masones le 
llaman jocosamente "la casa de atrás", por la sede de Cassinoni. El otro
 punto fuerte es el de los jueces. De la política diría que en el pasado
 sí, era una cantera muy atractiva, pero ahora no tanto.
-¿Existe interés por tener aliados y mantener un círculo de poder?
-Ese es el gran debate de la masonería hoy. Por un lado está el auge. Es
 gratificante para ellos sentir que los templos están llenos y que hay 
más interés por ingresar. Son más potentes porque pasaron de 3.100 a 
6.000 hermanos. Hay un estado de ánimo muy optimista por eso. Pero hay 
una contracara. ¿Por qué ingresan? ¿Cuál es su causa para integrar la 
hermandad? Hay quienes se interesaron para utilizarlo como vehículo de 
acomodo, de forma de trepar en el poder o de pertenecer a un grupo donde
 uno puede ir a hacer lobby. Hay gente que entró por razones románticas y
 otros que lo hicieron para descubrir esa película que todos nos hacemos
 con lo que es oculto.
-De los 3.000 que entraron en los últimos seis años, ¿qué grupo de los que mencionó prima?
-Lamentablemente, ha habido mucha gente que ha percibido esa visión, que
 a mi juicio es exagerada y algo fantasiosa, de que la masonería puede 
ser un vehículo para ascender en su profesión o conseguir beneficios. 
Ese es uno de los grandes problemas con los que tendrán que lidiar. 
Estoy convencido de que no es eso, pero en determinados hechos la 
presencia de masones ha sido muy importante y en ciertos casos, algunos 
han distorsionado la fraternidad y utilizado como una pantalla para la 
ayuda mutua. Desvirtuaron la esencia de la masonería. Acá hay una 
realidad en la que me incluyo: el uruguayo es un tanto hipócrita, tiene 
varios cánceres como la viveza criolla o el doble discurso. La gauchada 
ajena es condenable, pero "si es para mí no". Eso influyó para que 
muchos piensen equivocadamente que ingresar es una especie de seguro.
-¿Vázquez distorsionó esto al poner masones en cargos de poder en su gobierno?
-Vázquez fue culpable de lo bueno y lo malo. Así como se desexorcizó la 
masonería para el ciudadano común, notoriamente apeló a colocar en 
puestos clave de las cúpulas militares a quienes también eran masones. 
¿Por qué? Mi interpretación es que Vázquez llegó al gobierno desde una 
fuerza política enemistada desde su nacimiento con los militares. Ese 
desencuentro histórico del Frente Amplio con las FFAA hizo que 
necesitara una llegada lo más amortiguadora posible. En el primer año 
mantuvo a quienes estaban en su puesto y nombró a quienes eran los 
primeros en orden de antigüedad. Pero ya en el segundo año tomó 
decisiones diferentes y se da el hecho inédito de que los tres 
comandantes en Jefe, Enrique Bonelli (Fuerza Aérea), Juan Fernández 
Magio (Armada) y Carlos Díaz (Ejército) eran masones. Lo mismo pasa con 
los ascensos a General. Ya que no tenía afinidad político-partidaria y 
ya que no tenía un relacionamiento fluido, apeló a la única cercanía que
 podía tener para lugares tan delicados en la trama del poder.
-¿No está justificando algo que si fueran parientes en otros ámbitos se reprueba?
-No es fácil para mí hacer aseveraciones en este sentido porque puede 
interpretarse que estoy haciendo política con el tema. Tengo la alegría 
que quienes leen mis libros destacan el intento de lograr un grado de 
objetividad muy importante. De alguna manera, nombrar a militares por su
 condición de masones no fue ético. Como se empezó a decir dentro de las
 FFAA cuando Vázquez era presidente, parecía que había que ser masón 
para aspirar a un cargo, cuando en realidad para ser el primero en 
cualquier profesión lo importante es que se sea un buen profesional. Es 
poco transparente y no contribuye a que en las FFAA estén los mejores. 
Debo decirlo, porque me consta, que algunos de los que fueron 
designados, además son excelentes profesionales.
-¿Hubo una remasonización de las FFAA tras esos hechos?
-Increíblemente sucedió eso. Hubo una gran preocupación desde la 
masonería e incluso desde las FFAA. Muchos se enojaron y otros 
decidieron ingresar. Una gran cantidad de esos 3.000 nuevos masones son 
militares. Eso genera al final el resultado inverso, porque habrá tantos
 integrantes de la masonería que eso no va a ser un diferencial.
-¿Los nuevos masones se han beneficiado, con dinero o poder?
-Creo que no y quienes ingresaron con esa expectativa probablemente 
hayan abandonado o la abandonen, salvo que los haya conquistado el lado 
romántico y principista. Que haya quienes la utilizan mal es una cosa, 
pero la verdadera esencia es tratar de perfeccionarse como personas.
-¿Qué tan grande es la masonería uruguaya?
-Es enorme. Antes del boom masónico ya era, proporcionalmente, muy fuerte. Es la más numerosa y discreta del mundo.
-¿Cuánto paga un masón por pertenecer?
-Hay logias de tres tipos: las austeras, donde la mensualidad puede ser 
entre 300 y 400 pesos; las medianas, donde puede estar en el orden de 
los mil pesos; y después hay algunas, sobre todo la logia Fe que 
concentra gran poder empresarial, donde la mensualidad está en el 
entorno de los 150 dólares.
-¿A mayor cuota, mayor poder?
-A mayor cuota, más selectividad respecto al núcleo social y económico 
del que proviene. Pero hay logias austeras integradas por connotados 
políticos o destacados miembros de la sociedad.
-¿Hay masones pobres?
-No. Para ingresar a la masonería uno tiene que pagar. Por eso los 
masones no tienen prurito en decir que la masonería es selectiva y no es
 para cualquiera. Esa es una discusión que tienen que darse, porque si  
 es un camino iniciático para hombres que tengan solo como condición ser
 libres, de buenas costumbres y que profesen los mismos ideales, 
importaría poco de dónde vienen y en dónde están. Pero la realidad hace 
casi una misión imposible que a un masón se le pase por la cabeza 
invitar a un ciudadano que no está cerca de determinados círculos.
Chediak y una "Justicia paralela"
En la masonería existe una "Justicia paralela" a la ordinaria, afirma 
Fernando Amado, autor de La masonería uruguaya. Un Tribunal Masónico 
debe resolver los diferendos entre los integrantes y, ante todo, tratar 
de que se pueda resolver internamente y no llevarlo al mundo real. El 
ministro y expresidente de la Suprema Corte Jorge Chediak, que además 
preside el Tribunal Masónico, denunció ante la Justicia un robo dentro 
de una logia. "Chediak podía hacer caso omiso al tema y no nombrarlo en 
la Justicia porque ya se había purgado a ese mal masón, pero la 
Constitución de la República mandata y nos obliga a los funcionarios 
públicos a denunciar cualquier delito del que tengamos conocimiento", 
señala. Una circular interna le aclaró luego a los integrantes la 
situación de Chediak y en el cuarto punto dijo: "La Gran Maestría 
entiende que antes de proceder a formular una denuncia penal debe 
siempre sopesarse el impacto en la opinión pública y especialmente las 
consecuencias que el impacto en la opinión pública puede acarrear en los
 hermanos denunciantes y en todos los que intervienen en el proceso 
disciplinario masónico". Amado lo interpreta como un tirón de orejas a 
Chediak. "Como ciudadano apegado al estado de derecho esto me hace 
ruido".
Uruguay y el Nuevo Orden Mundial (Dr. Gustavo Salle)