domingo, 12 de julio de 2015

La hoz y la cruz



La historia de la hoz y el martillo que Evo regaló al Papa

 Este miércoles el máximo jerarca de la Iglesia Católica, el argentino Jorge Mario Bergoglio, mejor conocido como el Papa Francisco, visitó las ciudades de El Alto y La Paz, en Bolivia, donde se reunió con el presidente de ese país, Evo Morales, e intercambiaron presentes. En las redes sociales causó mucho impacto uno de los regalos entregados por Morales: Cristo crucificado en una hoz y un martillo. Para muchos era una falta de respeto al Papa y a la Iglesia Católica, pero este objeto tiene una singular historia.
El tallado de una cruz formada con la hoz y el martillo, es una reproducción de una que hizo el poeta, periodista, cineasta y sacerdote jesuita español Luis Espinal Camps, asesinado en 1980 por paramilitares por su compromiso con las luchas sociales en Bolivia, y a quien Francisco dedicó un homenaje cerca del lugar donde hallaron su cadáver.


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Francisco dedicó un homenaje cerca del lugar donde hallaron su cadáver.

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Luís Espinal apoyaba la democracia y las causas sociales. 
 En esta foto marcha junto a mineros y gente de la industria fabril boliviana, en enero de 1979.


Bolpress describe a Espinal Camps como alguien tremendamente crítico, quien tuvo que renunciar a sus cargos religiosos por sus fuertes opiniones sobre el cardenalato católico. En Televisión Boliviana tenía un programa titulado En carne viva, donde se atrevió a realizar entrevistas a miembros del Ejército de Liberación Nacional, hecho que no agradó a los que ostentaban el poder.
En 1977 participó en el piquete de huelga de hambre junto a cuatro mujeres mineras: Aurora de Lora, Luzmila de Pimentel, Nelly Paniagua y Angélica de Flores, para exigir amnistía general para los exiliados políticos, vigencia de las organizaciones sindicales y el retiro del ejército de los centros mineros. Esta ansia de justicia se extendió a más de 2 mil piquetes de huelga, 528 horas de lucha del pueblo de Boliviano que marcaron la vida política de Espinal Camps. Dicha huelga de hambre acorraló al gobierno de facto de Hugo Banzer (1971-1978) y desembocó en una convocatoria a elecciones con amnistía irrestricta para presos y exiliados.
En 1979, Espinal fundó el Semanario Aquí, un periódico contestatario autogestionado que reflejaba la opinión de los diversos sectores sociales. Sus páginas denunciaban los bajos niveles económicos de los trabajadores; testimonios de hombres y mujeres que apagaban su vida poco a poco, sin haber comido un buen plato de comida, o haber recibido atención médica para su salud, sin el privilegio de pisar una escuela y haber aprendido a leer la página de un periódico cualquiera. Las ediciones del Semanario Aquí eran un campanazo de denuncias semana tras semana, sobre el abuso y corrupción de los gobiernos de turno, y el mal manejo en la administración del Estado.
Activista de derechos humanos, Espinal Camps militó en la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos de Bolivia, durante la última etapa de la dictadura de Hugo Banzer Suárez, cuando empieza desde Estados Unidos una apertura hacia la democracia.
En 1980, el semanario Aquí alertó sobre la inminencia de un nuevo golpe de Estado en Bolivia, algo que se hizo realidad cuatro meses después del asesinato del jesuita. El cineasta y periodista Alfonso Gumucio, quien fue su alumno y cofundador de “Aquí”, recuerda que conoció a Espinal en unos cursos de cine que brindaba el sacerdote poco después de su llegada a Bolivia en 1970. “El semanario “Aquí” demostró que Lucho (como se le conocía popularmente) estaba decidido a llegar hasta las últimas consecuencias en su compromiso con Bolivia. Él tenía muy claro que su vida terminaría en Bolivia y por ello decidió consagrarla a la lucha por la democracia”, relató Gumucio. “Me impresionó mucho la decisión de Luis de hacerse boliviano y quedarse aquí para siempre”.
Asesinato
Espinal Camps fue asesinado el 22 de marzo de 1980, apenas dos días antes que a Óscar Arnulfo Romero en El Salvador. Espinal fue secuestrado en La Paz casi a la medianoche, cuando volvía del cine a pie y le faltaba una cuadra para llegar a su casa. Lo montaron en un jeep, le esperaban horas de tortura entre culatazos, golpes y quemaduras con plancha antes de ser rematado con más de 12 tiros en un matadero de reses, como consta en reportes policiales y periodísticos de la época, según explica un artículo de BBC Mundo.
El día del entierro de Espinal decenas de miles de personas cargaron en volandas el féretro por las calles de La Paz mientras gritaban: “Lucho ha muerto, aún quedamos muchos”.
“La muerte los hermanó”, dijo Xabier Albó, sacerdote jesuita español y amigo de Espinal, refiriéndose a Espinal y a Óscar Arnulfo Romero. “Cuando retornábamos del cementerio, nos enteramos que a más de 4.000 kilómetros de distancia (en El Salvador) habían asesinado a Romero. Las causas son las mismas”.
En 1986, en el llamado “Juicio a la dictadura” (1986) que juzgó los abusos cometidos durante el gobierno de facto instaurado del general Luís García Meza (1980-1981) se condenó a paramilitares, policías y militares por violaciones de derechos humanos. Sin embargo, no se juzgó el caso de Espinal, porque muerte se produjo antes del golpe de Estado y por tanto no quedó entre las causas presentadas. Hasta el momento, el crimen del padre jesuita quedó impune, algo que lamentan grupos de derechos humanos.


El Papa pide perdón por los crímenes de la Iglesia durante la colonización de América Latina

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El Papa le entregó a Evo la reciente encíclica ‘Laudato si‘ (“Alabado seas”), su primer documento pontificio sobre ecología.

La Encíclica del Papa: países ricos deben reconocer su deuda ecológica
11-07-2015

En la encíclica Laudato si’, [Alabado seas, en español] (1), sobre el cuidado de la casa común, el Sumo Pontífice recuerda que el impacto del cambio climático promovido por países industrializados afecta a las naciones de menos recursos e impide su desarrollo. El Papa Francisco denuncia el uso de la deuda externa "de los países pobres” como mecanismo para controlar el mundo y pide a los países más ricos reconocer su deuda ecológica y no impedir que otros salven el planeta.

http://w2.vatican.va/content/dam/francesco/pdf/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si_sp.pdf 


En su encíclica sobre el medioambiente, Laudato si, publicada por el Vaticano el pasado 18 de junio de 2015, Francisco destaca la deuda ecológica de los países potencia, que arrebatan las reservas de las regiones en desarrollo para alimentar su crecimiento. "La deuda externa de los países pobres se ha convertido en un instrumento de control, pero no ocurre lo mismo con la deuda ecológica (...) con los pueblos en vías de desarrollo, donde se encuentran las más importantes reservas de la biosfera y que siguen alimentando el desarrollo de los países más ricos a costa de su presente y de su futuro", sostiene en el documento presentado en el Vaticano.

El Papa Francisco advierte los gravísimos problemas del medio ambiente y hace responsable al sistema económico mundial de llevar a la humanidad al borde del colapso, por carecer de sustento ético. La voracidad del capitalismo de mercado y del dios dinero están llevando a la humanidad también a la contaminación del alma del ser humano y la corrosión de su espíritu.
Por otra parte, el papa Francisco en este importante texto cuestiona a aquellos que argumentan que el derecho a la propiedad privada es un principio absoluto e intocable, haciendo hincapié en la función social de cualquier forma de propiedad. Dice el Papa: La tradición cristiana nunca reconoció como absoluto o intocable el derecho a la propiedad privada y subrayó la función social de cualquier forma de propiedad privada.

Es un mensaje muy contundente, en la víspera de su viaje a Ecuador, Bolivia y Paraguay, entre los días 05 e 12 de julio.

El obispo argentino de Lomas de Zamora y referente para el medio ambiente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social de Argentina, Jorge Lugones, afirma que la encíclica papal "es muy renovadora en el sentido de que marca las dos crisis que vive la humanidad y que son la crisis de la naturaleza y la del hombre, que no son contrapuestas ni aisladas, sino que es una sola y es socioambiental”.

El obispo señala que el hombre debe "estar en el centro” de las preocupaciones y dice que "los pobres son los que más sufren” los efectos de la destrucción del ambiente.
En un mismo sentido, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel destaca que el documento es "la primera encíclica dirigida toda la humanidad” y rescata que no sólo diagnostica los problemas en "nuestra casa”, la forma en la que el pontífice se refiere al planeta, "sino que señala a los culpables” (2).


Correa y Maduro alaban la encíclica del Papa 
 

Correa se muestra impresionado con el texto de "Laudato si"

 

Sostiene Francisco

 

Por Atilio A. Boron

Después del discurso de Francisco ante el Encuentro de Movimientos Sociales no tardaron en surgir voces advirtiendo que sus palabras no debían tomarse en serio habida cuenta de la larga historia de la Iglesia como guardiana del orden capitalista y responsable de incontables crímenes. Se imponía la incredulidad e, inclusive, una vigilancia militante para evitar que el mensaje papal frustrase el ansiado desarrollo de la conciencia crítica de los pueblos oprimidos. Discrepo de esas opiniones. Es más: creo que éste no es un tema que debería preocuparnos. Desde el punto de vista de la construcción de un bloque histórico anticapitalista –aunque no desde la abstracción de un juicio ético– el hecho de que Francisco crea o no en su propio discurso es irrelevante y no tiene sentido discutir aquí. Lo que sí interesa es que esas palabras fueron vertidas en una importante reunión de líderes y dirigentes sociales latinoamericanos y que alcanzaron de inmediato una impresionante resonancia mundial. Que el Papa diga que el capitalismo es un sistema agotado, que ya no se lo aguanta más, que el ajuste siempre se hace a costa de los pobres, que no existe tal cosa como el derrame de la riqueza de la copa de los ricos, que destruye la casa común y condena a la Madre Tierra, que los monopolios son una desgracia, que el capital y el dinero son “el estiércol del demonio”, que se debe velar por el futuro de la Patria Grande y estar en guardia ante las viejas y nuevas formas de colonialismo, entre tantas otras afirmaciones, tiene efectos políticos objetivamente de izquierda que son de una importancia extraordinaria. Claro, todo esto ya lo habían dicho Fidel, el Che, Camilo, Evo, Correa, Chávez y tantos otros en la teología de la liberación y el pensamiento crítico de Nuestra América. Pero sus juicios eran siempre puestos bajo sospecha y toda la industria cultural del capitalismo se abalanzaba sobre ellos para burlarse de sus certidumbres, descalificándolas como productos de un anacrónico radicalismo decimonónico. Las tecnócratas al servicio del capital y los “biempensantes” posmodernos decían que aquellos nostálgicos no comprendían que los tiempos del Manifiesto Comunista habían pasado, que la revolución era una peligrosa ilusión sin porvenir, y que el capitalismo había triunfado inapelablemente. Pero ahora resulta que quien lo cuestiona radicalmente, con un lenguaje llano y rotundo, es Francisco y entonces ese discurso adquiere una súbita e inédita legitimidad, y su impacto sobre la conciencia popular es incomparablemente mayor. Con sus palabras se abrió, por primera vez en mucho tiempo, un espacio enorme para avanzar en la construcción de un discurso anticapitalista con arraigo de masas, algo que hasta ahora había sido una empresa destinada a ser neutralizada por la ideología dominante que difundía la creencia de que el capitalismo era la única forma sensata –¡y posible!– de organización económica y social. Ya no más. El histórico discurso de Francisco en Bolivia instaló en el imaginario público la idea de que el capitalismo es un sistema inhumano, injusto, predatorio, que debe ser superado mediante un cambio estructural y que, por eso, no hay que temerle a la palabra revolución. Dejemos que filósofos, teólogos y psicólogos se entretengan en discutir si Francisco cree o no en lo que dijo. Lo importante, lo decisivo, es que gracias a sus palabras estamos en mejores condiciones para librar la batalla de ideas que convenza a todas las clases y capas oprimidas, a las principales víctimas del sistema, que hay que acabar con el capitalismo antes que ese infame sistema acabe con la humanidad y la Madre Tierra.

 


>>>El pajarito de Chavez .



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