PIT-CNT dice "no" a las nuevas pautas
La central obrera pretende 100% del IPC,, además correctivos anuales y no cada dos años como propone el gobierno.
Informe sobre lineamientos a los Consejos de Salarios
La central publicó un informe realizado por el Instituto Cuesta Duarte y reafirma su posición respecto que las pautas presentadas por el Ejecutivo suponen una pérdida salarial para los trabajadores.
El PIT-CNT y las autoridades del Poder
Ejecutivo intercambiaron análisis y declaraciones respecto a los
lineamientos del Gobierno para los Consejos de Salarios. La central
manifestó su rechazo a las pautas porque entiende que suponen un
congelamiento de los salarios con pérdida interanual y el ministro de
Trabajo Ernesto Murro, junto con asesores del Ministerio de Economía,
criticaron la falta de información con la que el PIT-CNT realizó sus
análisis.
En esta coyuntura, el Instituto Cuesta
Duarte, organismo de análisis e investigación de la central obrera,
realizó este miércoles un informe sobre las pautas del Gobierno para la
sexta ronda de Consejos de Salarios.
En el documento explican que los
lineamientos rompen con la lógica de ajustar los salarios con un
componente de incremento real vinculado a la evolución de los precios
(IPC) y entienden que esto supone "dotar de mucha incertidumbre al
resultado negociado, incorporando en los acuerdos un ´efecto lotería´
cuyo balance global recién podrá ser hecho una vez terminado el plazo
del convenio".
En un segundo punto, aducen que los
planteo del Gobierno no permiten asegurar el mantenimiento del poder
adquisitivo a lo largo del covenio. "Supongamos que la inflación se
comporta en lo sucesivo como anticipan las expectativas y se ubica en
torno al 8% en el período julio 2015-junio 2016 (7,93% según
Expectativas Privadas relevadas por el BCU) y además en los años
siguientes, la misma baja a razón de un punto porcentual por año. Con
los ajustes planteados para los sectores "con problemas" de 8% con base
anual para el primer año y 6,5% en el segundo año del convenio, este
escenario implica una pérdida de salario real a lo largo del período de
dos años considerado, solamente corregida al final del segundo año",
explica.
El Instituto explica también que los
lineamientos del gobierno conducirán a un incremento real de los
salarios de los sectores más dinámicos a, como máximo, 1,9%. Si estos
sectores tiene un crecimiento de 4% anual y la economía crece entre 2,5%
y 3%, "esto conduce a una caída de la participación de la masa salarial
del producto":
Acorde a las pautas presentadas por el ministro Danilo Astori, la central considera "insuficientes" las ajustes al Salario Mínimo Nacional (SMN) porque si los precios se comportan como espera el Ejecutivo -se reducen a razón de un punto porcentual por año-, "el incremento del SMN en términos reales sería de entre 2,8% y 3,3% anual, difiriendo según el año".
También apuntan a la semestralización de los ajustes y entiende que provoca un "perjuicio para los trabajadores" porque dilata en el tiempo "una parte del aumento ya acordado". "Dividir el ajuste nominal en dos partes no hace más que dilatar parte del aumento que antes era anual, lo que inequívocamente configura una pérdida de salario", afirman.
Acorde a las pautas presentadas por el ministro Danilo Astori, la central considera "insuficientes" las ajustes al Salario Mínimo Nacional (SMN) porque si los precios se comportan como espera el Ejecutivo -se reducen a razón de un punto porcentual por año-, "el incremento del SMN en términos reales sería de entre 2,8% y 3,3% anual, difiriendo según el año".
También apuntan a la semestralización de los ajustes y entiende que provoca un "perjuicio para los trabajadores" porque dilata en el tiempo "una parte del aumento ya acordado". "Dividir el ajuste nominal en dos partes no hace más que dilatar parte del aumento que antes era anual, lo que inequívocamente configura una pérdida de salario", afirman.
>>> No toman en cuenta la inflación
Hoy ya esta en 8.53%
>>>Austeridad del gobierno empezará a impactar en los salarios privados
El gobierno planteó alzas de ingresos nominales por debajo de la inflación que esperan los privados para los sectores más comprometidos de la economía
Los insistentes pedidos de cautela que el equipo económico maneja para la elaboración del Presupuesto quinquenal y las medidas de recorte de inversiones previstas para las empresas públicas, ahora llegan a la mesa de negociación salarial de los trabajadores privados. Los lineamientos que el Consejo de Ministros presentó ayer para la próximas rondas salariales marcaron un punto de inflexión en la lógica que se habían aplicado en los últimos dos períodos de gobierno del Frente Amplio.
Atendiendo a la desaceleración que comenzó a transitar la economía uruguaya y la realidad de algunos sectores comprometidos, y con una fuerte incidencia del Ministerio de Economía, el gobierno fijó pautas de ajustes nominales que prevén aumentos salariales moderados, en una clara señal de contemplar los reclamos y advertencias de las principales gremiales empresariales del país.
Los correctivos por inflación observada se aplicarán –si son necesarios– al finalizar el segundo año de los convenios a tres años, y otro al finalizar el tercero. En tanto, para aquellos convenios a dos años –que comenzará a negociarse en 2016– se planteó instrumentar un único correctivo al finalizar el convenio en caso que la inflación observada esté por encima del aumento de salario nominal que percibió cada trabajador.
El ministro de Economía, Danilo Astori, explicó que se fijaron acuerdos a tres y dos años para que durante el próximo año electoral (2019) no deba darse la renovación de los acuerdos.
En los convenios que están vigentes hoy los correctivos por inflación se aplican generalmente cada seis meses o un año, de manera que el trabajador no vea deteriorado su nivel de ingreso real por un período mayor cuando la inflación supera el centro del rango meta (5%).
Con las cartas sobre la mesa, el Ejecutivo parece encaminarse a dar un claro mensaje donde los mayores aumentos quedarán restringidos a aquellos sectores que crezcan por arriba del 4%, es decir por encima del promedio de 2,7% de expansión económica que espera el gobierno para el próximo quinquenio.
Si la inflación se mantiene en los niveles actuales (8,41% a mayo) los aumentos reales serán, en el mejor de los casos, inferiores a 2% anual. En el peor de los casos, habrá pérdida salarial hasta que aplique el correctivo por inflación, que no será antes de los dos años de convenio.
En una muestra de mostrar "flexibilidad", el ministro de Trabajo, Ernesto Murro, recordó que podía contemplar el "descuelgue" de los convenios para aquellos sectores más comprometidos.
Además se fijó un plazo máximo de 90 días para que empresarios y trabajadores lleguen a un acuerdo. Transcurrido ese plazo, se procederá a la votación, en una clara intención del gobierno de acelerar el proceso de negociación y evitar largos procesos como ocurrió en algunos rubros puntuales en rondas anteriores.
Distintas realidades
Entre junio y diciembre de este año caen el 45% de los convenios salariales que están vigentes. Salud, industria metalúrgica, bancos, restaurantes y hoteles, y la industria textil son algunos de los sectores más relevantes que deberán comenzar a renovar sus acuerdos en función de las distintas realidades que atraviesan y bajo los parámetros que fijó ayer el gobierno."Los lineamientos son los suficientemente flexibles como para hacer compatible los objetivos de la defensa de las fuentes de trabajo y del poder adquisitivo de los trabajadores y al mismo tiempo considerar la heterogeneidad de situaciones", aseguró Astori.
Las pautas del Ejecutivo sugieren ajustes salariales nominales en función de la realidad de cada sector. Aquellos más dinámicos (crecen por encima de 4% anual) se plantea elevar 10% los salarios el primer año, 9% el segundo y 8% el tercero. En tanto, para aquellas ramas menos dinámicas –que crecen por debajo del 4%–, los ajustes serán de 8,5 %, 7,5% y 7 %, respectivamente.
En tanto, el último escalón, según explicó Murro, está definidos para aquellos sectores con problemas, beneficiarios de subsidios del Estado, riesgos de empleo y de envíos al seguro de paro. Allí el Ejecutivo sugiere alzas salariales nominales sobre una base anual de 8% para el primer año, 6,5% para el segundo año y 6% para el tercero.
En tanto, para atender una "diferenciación" con los salarios más sumergidos, los lineamientos agregan un ajuste adicional de 3,5% para los salarios de entre $ 10 mil y $ 12 mil mensuales, y 2,5% para aquellos que están entre $ 12 mil y $ 14 mil. "En caso de ser necesario habrá flexibilidad en estos acuerdos atendiendo la heterogeneidad sectorial y, eventualmente con la fundamentación necesaria, se podrán atender casos que se presenten de eventuales descuelgues", anunció el ministro de Trabajo.
Por otro lado, Murro adelantó que habrá una promoción por parte del Ejecutivo de los incentivos por productividad. "Los incentivos serán a nivel de empresa, por conjunto de empresas, o por rama. Esto será decisión de las partes y en todos los casos deberá estar por encima de los mínimos establecidos para la rama de actividad", explicó. El funcionario dijo que los lineamientos del gobierno están en "consonancia" con la política liderada por el Ministerio de Economía de moderar la inflación en los próximos años.
"Si ustedes repasan estos números, todos están lanzando un mensaje de inflación descendente. Desde el primero al último. Es lo que esperamos y para lo cual estamos trabajando", añadió Astori.
Otra era
A partir de la reinstalación de la negociación colectiva en el ámbito de los Consejos de Salarios en 2005 cuando asumió la Presidencia Tabaré Vázquez, con Danilo Astori como ministro de Economía, el salario real del sector privado abandonó la caída que se venía produciendo desde el año 2000 y comenzó a crecer a tasas que alcanzaron máximos históricos en los últimos diez años.Además del resurgimiento de la negociación tripartita, el dinamismo de la actividad económica del país y los niveles mínimos de desempleo a nivel histórico fueron los factores determinantes del impulso del salario real en el período considerado. En el promedio del año móvil a abril –medición que representa mejor la evolución tendencial– el salario de los trabajadores privados uruguayos descontando los efectos de la inflación, aumentó tres décimas de puntos porcentuales por encima de la media de los últimos diez años, lo que representó un incremento de 4,7% interanual, según los últimos datos del divulgados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Aún así, en el análisis de corto plazo, en abril y marzo hubo una ralentización en la evolución de los salarios reales de los trabajadores privados, con un incremento de 4,5% y 3,5% respecto a igual mes del año anterior, respectivamente.
En tanto, desde comienzo de año la tasa de desempleo viene en aumento, ubicándose en abril en 8,1%, el mayor nivel en seis años dejando atrás los mínimos históricos, lo que presiona a la baja al salario real debido a una mayor oferta de empleo en el mercado laboral.
Uno de los factores que explica el deterioro en el mercado de trabajo es el bajo nivel –incluso caída– en la producción industrial ,que implica desde la reducción en la cantidad de horas de trabajo –que alcanzó en los primeros cuatro meses de 2015 el nivel más bajo de horas trabajadas en casi diez años–, hasta el cierre de algunas fábricas. En lo que va del año tres plantas industriales han cerrado sus puertas dejando sin trabajo cerca de 900 personas.
PIT-CNT : lineamientos son "absolutamente insuficientes
"En el PIT-CNT calificaron a los lineamientos dados a conocer por el gobierno como "absolutamente insuficientes". "Tiene vestigios de desindexación, por más que se lo quiera disfrazar de otra manera", dijo su vicepresidente José Lorenzo López a El Observador.El sindicalista de COFE criticó que no se "contempla" una recuperación mayor de los salarios más deprimidos. Según él, "en el mejor de los casos" los 600 mil trabajadores que hoy ganan menos de $ 14 mil percibirían un aumento de $ 400.
El dirigente ve con buenos ojos que se discriminen sectores a la hora de determinar los ajustes pero tuvo reparos en su implementación.
"El problema es que la pauta es muy baja y el correctivo recién se plantea a los dos años, dejando un agujero en el medio muy complicado que puede llegar a ser una pérdida salarial muy importante", alertó. A esta posibilidad están más expuestos aquellos empleados de los sectores individualizados como más problemáticos (que envían trabajadores a seguro de paro o están subsidiados).
Por su parte, el secretario general de la central de trabajadores, Marcelo Abdala, sostuvo que "la fórmula tiene que tomar en cuenta el 100% del IPC, correctivos anuales, y puntos de recuperación o de crecimiento según lo que se negocie en cada rama de actividad".
Por otro lado, pese a que en un principio estaba previsto que el Consejo Superior Tripartito de Salario se reuniera en la tarde de ayer, finalmente esa reunión entre el gobierno, las cámaras y los trabajadores tendrá lugar hoy.
Fuente: Emilia Salaverría y Mayte De León
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Fijan nueva reunión del Consejo Superior Tripartito de Salarios el 8 de julio
Jueves, 02 Julio 2015
Declaración del PIT-CNT: El salario de los trabajadores no puede ser la variable de ajuste y mucho menos la única
El Secretariado Ejecutivo del PIT CNT junto con el Equipo de Investigación del Instituto, elaboraron un informe analizando los lineamientos del Poder Ejecutivo para la sexta ronda de Consejos de Salarios. Luego de una pormenorizada argumentación en rechazo de la pauta salarial presentada por el gobierno de Tabaré Vázquez, en el documento se sostiene que "no apoyamos que deba ser el salario de los trabajadores la variable de ajuste y mucho menos la única".Documento
- Entendemos que el cambio planteado en la lógica de los ajustes
salariales supone una modificación radical respecto a los criterios que
se venían planteando anteriormente. En efecto, hasta la presentación de
estos lineamientos los ajustes salariales se explicaban a partir de un
componente vinculado a la evolución de los precios –inflación medida a
partir del IPC- más un componente de incremento real. Con estos
lineamientos se pretende romper con esta lógica, aplicando un único
componente por “todo concepto”, desintegrando los dos conceptos
anteriores a cambio de mayor incertidumbre y librando los ajustes
salariales a la evolución de variables ajenas a los trabajadores, en lo
que no se tiene control o incidencia alguna.
Aceptar la lógica propuesta supone dotar de mucha incertidumbre al resultado de lo negociado, incorporando en los acuerdos un “efecto lotería” cuyo balance global recién podrá ser hecho una vez terminado el plazo del convenio. En concreto esto se traduce en que para cualquiera de los escenarios de ajuste previstos en los lineamientos, es imposible anticipar qué sucederá con el poder de compra de los salarios. - El esquema de ajustes planteado no permite asegurar el mantenimiento del poder adquisitivo a lo largo del convenio.
Supongamos que la inflación se comporta en lo sucesivo como anticipan las expectativas y se ubica en torno al 8% en el período julio 2015-junio 2016 (7,93% según Expectativas Privadas relevadas por el BCU) y además en los años siguientes, la misma baja a razón de un punto porcentual por año. Con los ajustes planteados para los sectores “con problemas” de 8% con base anual para el primer año y 6,5% en el segundo año del convenio, este escenario implica una pérdida de salario real a lo largo del período de dos años considerado, solamente corregida al final del segundo año.
Cabe aclarar aquí que dicho correctivo implica reestablecer el poder adquisitivo del salario con el nivel previo al ajuste inicial, pero eso no impide la caída del promedio del salario real, que es lo que corresponde analizar. Obviamente si la inflación es superior a lo esperado o no desciende tan rápidamente, la pérdida salarial a lo largo de los meses del convenio será todavía mayor, lo que supone un riesgo muy elevado para el conjunto de los trabajadores. - 3. Los lineamientos suponen una desvinculación entre la evolución del salario real y el desempeño general de la economía.
Si bien los lineamientos plantean la necesidad de que los salarios se ajusten en función de la realidad económica del país y se menciona la importancia de compatibilizar el crecimiento salarial con el empleo, la competitividad y la política antiinflacionaria, los ajustes propuestos están desvinculados totalmente de la evolución de la actividad económica dada por la tasa de crecimiento del producto.
Si la inflación se comporta como estiman los analistas privados en el primer año y posteriormente desciende efectivamente un punto porcentual por año de convenio, los lineamientos del gobierno conducirían a un incremento real de los salarios de los sectores más dinámicos de como máximo 1,9% anual ante un crecimiento del sector de más de 4%, que es lo que se requiere para ser considerado un sector dinámico. Considerando que no todos los sectores van a clasificarse como dinámicos y por tanto esos ajustes involucrarán solamente a una parte de asalariados, en una economía que crece entre 2,5% y 3% anual en promedio (como estima el propio gobierno para los próximos años) y con pocos movimientos por el lado del empleo, esto conduce una caída de la participación de la masa salarial en el producto. - La priorización de los salarios más sumergidos es muy poco significativa, tanto en las mejoras propuestas como en función de la cantidad de personas que abarca. Cabe acotar aquí que los salarios mensuales por debajo de $12.000 y $14.000 nominales se corresponden con ingresos líquidos inferiores a aproximadamente $9.600 y $11.200 respectivamente. Por lo tanto, además de que los porcentajes adicionales propuestos son muy bajos, el umbral para definir los salarios sumergidos es a todas luces insuficiente.
- En lo que respecta al Salario Mínimo Nacional (SMN), consideramos
que los ajustes planteados son absolutamente insuficientes. Teniendo en
cuenta una inflación de 7,98% en el año 2016 (acorde a las Expectativas
Privadas relevadas por el BCU) y suponiendo que el ritmo de crecimiento
de los precios se reduce a razón de un punto porcentual por año, el
incremento del SMN en términos reales sería de entre 2,8% y 3,3% anual,
difiriendo según el año. Si la inflación no tiene una tendencia
descendente tan marcada, estas tasas serían todavía más bajas.
Esto determina que en el mejor de los casos, el poder de compra del SMN (el salario sumergido por excelencia) crezca de forma similar a las proyecciones actuales de desempeño del PIB. Con una trayectoria de los precios algo diferente y donde la caída de inflación no sea tan acentuada, el aumento real del SMN se ubicará por debajo del crecimiento del PIB, lo que muestra con claridad la concepción regresiva de estos lineamientos. - La semestralización de los ajustes (en contraposición de lo
planteado por el propio gobierno en las últimas rondas que era tender a
los ajustes anuales) provoca un perjuicio para los trabajadores, en
tanto se dilata en el tiempo una parte del aumento ya acordado. Dividir
el ajuste nominal en dos partes no hace más que dilatar parte del
aumento que antes era anual, lo que inequívocamente configura una
pérdida de salario.
Con un ejemplo resulta aún más claro:
Considerando un trabajador que gana $20.000 y acuerda un ajuste de 10% anual. Si este porcentaje se otorga íntegramente en un sólo ajuste, el salario pasa a ser de $22.000 y así se mantiene a lo largo de todo el año. En cambio, si este monto se divide en dos partes (5% en un inicio y 5% al cabo de seis meses), el salario va a ser de $21.000 en todo el primer semestre y de $22.050 en el segundo semestre luego del segundo ajuste.
Si bien el salario al final del año es levemente superior en el caso en que los ajustes son semestrales, es claro que si consideramos el conjunto del año el ajuste anual es más favorable para los trabajadores ya que le permite ganar $22.000 durante todo el año mientras que en el caso de ajustes semestrales, en promedio gana $21.525 por mes.
La afirmación de que una periodicidad más breve entre los ajustes beneficia a los trabajadores solamente tiene sentido cuando el criterio de los ajustes es la inflación pasada. - Más allá del planteo de que el mantenimiento de elevados niveles de empleo es un objetivo prioritario para el gobierno, en los lineamientos no se establecen compromisos en este sentido. Ni se garantizan los niveles de empleo actual ni se establecen salvaguardas ante una situación adversa. De igual forma, tampoco se establecen compromisos con respecto a la evolución de la inflación ni medidas tendientes a analizar la conformación de los precios.
- No compartimos la idea que subyace en los lineamientos de que sólo
se puede mejorar la distribución de los ingresos cuando la economía
crece significativamente. Por el contrario, consideramos que la política
salarial es una herramienta clave del punto de vista distributivo y no
puede ser subsidiaria del control de la inflación o la rentabilidad de
las empresas tal como se desprende de estos lineamientos.
Si bien compartimos los objetivos de mantener el empleo, reducir la inflación y no deteriorar la competitividad (en el sentido sistémico y estructural del término), no apoyamos que deba ser el salario de los trabajadores la variable de ajuste y mucho menos la única. - En nuestro país, por disposición constitucional los ajustes de las jubilaciones y pensiones están vinculadas a la variación del Índice Medio de Salarios. Una evolución más moderada de los salarios en comparación a los años anteriores, tal cual se desprende de los lineamientos, también incide en el sentido de una moderación en la evolución de las jubilaciones.
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