Se ha realizado el Paro General. Ha sido masivo como no se veía desde hace mucho tiempo. Compacto y unitario ha mostrado con claridad que los trabajadores no aceptan el rol de espectadores al que se los quiere remitir, ni tampoco (los que voten al oficialismo) se acepta un rol pasivo de votantes para elegir a los administradores que en las cúpulas decidirán todo, por todos y a nombre de todos. Esta nueva irrupción de carácter masiva y combativa por parte del pueblo trabajador en el escenario político no es un mero acto simbólico sino que encierra un contenido de gran significación en diversos planos. Porque es un paro político sin lugar a dudas. Político en el buen sentido que no es lo mismo que politiquero. Político en cuanto a que los más deciden hacerse oír y levantar sus reivindicaciones con medidas de lucha masivas y de esa manera indicarle al poder, al estado, a los partidos todos, que sus intereses de clase, de pueblo trabajador no podrán ser tramitados en las cúpulas sin que la voz y los reclamos de los que producen la riqueza se haga oír. Hoy ha hecho acto de presencia de manera contundente.Vale destacar que este paro ha sido materializado por los afiliados al PIT-CNT , unos 450.000 trabajadores, que de suyo es un porcentaje muy respetable tanto en la Región, como en el Continente e incluso viendo la realidad de otros lugares. Ha contado, también, con la participación activa (el hacer un paro general es algo activo, no un acto pasivo) de presumiblemente unos 550.000 trabajadores no afiliados al PIT-CNT. Este hecho, de por sí es algo muy significativo. Y si le agregamos el apoyo de diversas organizaciones sociales tenemos que sin que haya logrado el nivel de un paro cívico ha caminado en esa dirección. Desde éste punto de vista ha sido también un Paro General muy especial: las organizaciones sindicales, los instrumentos naturales de los trabajadores, los sindicatos, han logrado trascender más allá de sus propias fuerzas confluyendo con enormes sectores de trabajadores no pertenecientes a la Central convocante más, lo recalcamos, la participación de diversas organizaciones sociales.Desde diversas tiendas se pretende disminuir el significado de este Paro General. Sean dirigentes que le atribuyen el peso de la masividad porque se trata de salarios, a las patronales -faltaba más- que condenan y acusan -como siempre ha sido históricamente- a intenciones aviesas del explotado pueblo trabajador. En otras tiendas muy minoritarias por cierto se le resta importancia por no ser un paro activo se ha dicho. Y naturalmente la infaltable opinión del "líder regional" (así denominado por Obama), expresidente Mujica conocido por su línea antisindical que aplicó consecuentemente como Presidente que sostiene que lo que ha faltado ha sido diálogo.
Los sindicatos y la lucha por el salario
La acción de parar no es pasiva
Paralelamente, es una tal demostración de fuerzas del pueblo trabajador que se evidencia como la clase que hace posible el que la sociedad funcione,mensaje que llega a todos los sectores sociales sean éstos jubilados, o productores rurales, estudiantes, jóvenes o comerciantes. Es también un indicador para éstas de que serán los trabajadores la columna vertebral del combate de todo el pueblo explotado. En su momento lo ejemplificó el Congreso del Pueblo, idea que nunca ha desaparecido y que forma parte del acervo combativo popular. Siempre se aparece como un objetivo a lograr: la reunión de fuerzas de todo el pueblo explotado para dotarse de sus propios instrumentos en la dirección a lo que será, sin duda´el futuro de los pueblos latinoamericanos: el poder popular, alternativo al del sistema capitalista y el del orden burgués. Si por activo se piensa en movilizaciones, actos, asambleas locales y zonales, agitación masiva por la base, naturalmente que es un paso más que la da un contenido mas amplio al Paro General. Siempre y cuando se esté hablando de lo mismo, acciones limitadas de contingentes más radicalizados no es lo mismo que un Paro General activo. Y éste será activo cuando así lo entienda la gente como una necesidad y no producto de la voluntad de algunos sino como algo resuelto en las bases de las organizaciones de los trabajadores. Restarle pues significación al Paro porque no es todo lo radical que algunos desean no es un estimulante para las auténticas luchas del pueblo trabajador. Más bien, quienes así lo consideren, deben de tratar de convencer a la mayoría en las asambleas de bases de que ese es el camino. Mientras tanto deberían considerar al paro General como un paso adelante.
Para Mujica faltó él para "dialogar"
Mujica llevó adelante una consecuente línea antisindical y por lo tanto de ataque permanente a los intereses y organizaciones de los trabajadores. Como se atreve a hablar de falta de diálogo como si él hubiera sido el rey del diálogo!. Mujica desarrolló una línea corporativista que trató de poner a los sindicatos bajo los dictados del Estado y del partido. Fracasó como es sabido, lo que pone aún más en ridículo su actual postura. No tuvo diálogo alguno con los bancarios, con los profesores, con los maestros, al contrario, amenazó y también aplicó la "esencialidad" que no es más que la militarización del trabajo y el cercenamiento del derecho de huelga, medidas ya aplicadas por el gobierno de Pacheco. Que haya hecho reuniones con la cúpula del PITCNT no significa que respetara a las organizaciones de los trabajadores, que para él, con su visión verticalista, monolítica e intolerante colocaba a los sindicatos como competidores que le disputaban las simpatías de los trabajadores que él trataba de tener como apoyos políticos y no como pueblo organizado por sus propios intereses de clase.
Objetivos claros y discusiones previas
Se sostiene que con este Paro se refuerza la dirigencia sindical, la cúpula, aunque la medida fué adoptada por la Mesa Representativa. La dirigencia ha sido electa en elecciones. Es la que hay y refleja tanto la mentalidad de muchos como también expresa el peso concreto de ciertos colectivos y sindicatos que influyen en la interna sindical con más contundencia que otros. Es la famosa "mayoría". Ello se corresponde a un período tanto de la política nacional como de la sindical. Sucede que si la actual mayoría pretende seguir siéndola debe dar respuestas a las exigencias y reclamos de las bases. Si no lo hiciera empezaría a dejar de ser mayoría.
No se ve con claridad cual podría ser hoy en día la alternativa a esa mayoría en la cúpula que se corresponde con la militancia del FA, partido de gobierno. Como ha sido siempre, las minorías, si tienen un planteo claro y trabajan acertadamente en las bases ganando su respeto y apoyo pueden, claro está, ser mayoría en algún momento. Todo depende del clima político y de su incidencia en lo sindical. No fué una casualidad, para poner un ejemplo, que la Tendencia Combativa en la época del pachecato y poco después, fué creciendo en apoyo y organización incluso en la propia CNT. Se correspondió a un período de aguda crisis, de ofensiva antiobrera, de represión frente a las cuales las viejas camadas de dirigentes no estuvieron a la altura del momento, más que nada por sus ataduras con las estrategias partidarias y sus concepciones en lo sindical. El golpe truncó ese proceso, que parcialmente volvió a reverdecer en el período anterior al de los gobiernos progresistas. Fueron los partidos del progresismo los que electoralmente se montaron en aquella resistencia y lucha combativa, y la derivaron a que los trabajadores los dejaran tranquilos que ellos iban a arreglar todo.
Hoy en día, ya en el tercer gobierno progresista, la paciencia y la cuota de confianza de los trabajadores parecen estar agotándose. Y es mas necesaria que nunca la independencia de clase de los sindicatos, independencia del estado y de partidos. Es por eso qué una vez más vuelve a resonar desde la historia irredenta la consigna proletaria de: ¡SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO!
Colectivo de Noticias Uruguayas
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