domingo, 11 de octubre de 2020

Prontuario de Enrique Mangini Usera






9 octubre 2010
Por Plenaria Memoria y Justicia

Enrique Mangini Usera nació en 1954, hijo de Enrique Mangini Rodríguez y Raquel Usera, maestra, y prima del coronel Ramón Trabal Usera, asesinado en París en 1974. Casado con Irene Rodríguez (tres hijos).
Estudió en el liceo Bauzá y siendo estudiante integró el grupo fascista JUP (Juventud Uruguaya de Pie)
Ingresó en el Ejército en 1975, en el arma de Caballería. Egresó como alférez en 1979 y ascendió a teniente segundo en 1981, tiempo en el que estuvo asignado al Regimiento de Caballería Blindado N° 2, con asiento en Durazno. Con el grado de capitán, pasó al Regimiento "Blandengues de Artigas" de Caballería N° 1, bajo el mando de dos connotados miembros de la Logia Tenientes de Artigas: entre 1991 y 1992 el coronel Manuel Fernández (ascendido a general por el presidente Luis A. Lacalle) y de 1993 a 1994 el entonces coronel Gilberto Vázquez. Aunque nunca se destacó militarmente, su deslucida capacidad dentro de la formalidad de la fuerza la compensó con favores en el terreno gris en torno a la misma, obteniendo así la protección de conocidos represores que le ayudaron a obtener misiones en la ONU.
Entre 1997 y 1998 el presidente Julio María Sanguinetti le asignó con el grado de mayor el mando de la Base Antártica.
Entre 2001 y 2002 fue designado observador militar para las Misiones de Paz de la ONU en Sierra Leona, África.
Escribe para varias redes de ultraderecha, donde si vincula con grupos de línea intervencionista de la CIA para Latinoamérica, anticubanos y antivenezolanos, y ha intentado articular lazos locales con esas disidencias. En esas tareas ha confluido con otros personajes del sombrío lobby de la derecha terrorista, cómo Jorge Guldenzoph
Tiene una onda de radioaficionado con la que ha llegado a integrar la directiva de la asociación Radio Grupo Sur y a través de la cual es parte de grupos de email y radio clubes a nivel internacional.
Mangini operó con el seudónimo "Antarkos, con el que se identifica a los mandos de la Base Antártica uruguaya de la cual fue decimocuarto comandante, y tras su retiro llegó incluso a dar charlas y mostrar diapositivas de los hielos y pingüinos del sur a escolares de la Escuela N° 51 República de Paraguay. En otra ocasión, continuando con "operaciones civiles" se lo ubicó en Salto con motivo de las inundaciones.
Está vinculado al negocio de la “seguridad” formando parte de la empresa de Seguridad Señal Delta.
 
Defensor de represores
Había logrado mantenerse impune durante todos estos años, siempre al amparo de sus “viejos conocidos”, por lo que cuando estos empezaron a ser juzgados por sus crímenes no dudó en devolver favores tornándose en defensor de torturadores y criminales de lesa humanidad.
Luego de una visita de Mangini a sus camaradas presos en la cárcel VIP, escribió una crónica de la experiencia que se publicó en la página "envozalta.net" , desde la que se maneja la defensa de los militares y policías procesados.
En esa crónica, Manigini narra el reencuentro con Luis Maurente, Jorge Silvera, Ricardo Arab, Ricardo Medina, Ernesto Soca y José Sande y agrega: "Y de repente... ¡¡¡Zapato!!!, siento a mis espaldas, y reconocí de inmediato la voz de mi instructor, de mi coronel, de aquel que mostró siempre su condición de soldado, en las malas como en las buenas, en el error y en el acierto de la lucha,... el abrazo, las palabras embargan la emoción... luego la charla, las experiencias, y como en toda reunión, en este caso visita, visita muy especial, muy emotiva por las condiciones y situación de la privación de libertad... las anécdotas, la experiencia de vida y de lucha, que son las que estamos tratando de difundir y hacer llegar a todos... al rato mi teniente coronel Gavazzo, que también había finalizado su labor de trabajo, la sonrisa de siempre, le entereza de su persona, anímicamente muy bien, a pesar de sus dolencias de salud, también la charla amena, pero no muy larga por la llegada de la familia y el lugar que habitualmente, nosotros, damos a la misma, el primer lugar como debe ser... continuamos con el coronel Vázquez, charlando de la situación del país, de las condiciones de vida, de la situación legal y jurídica, de los camaradas por Chile, que casualmente la noche anterior había tenido la oportunidad de hablar con uno de ellos, y por lo tanto tenía noticias fresquitas que recibió muy contento, también charlamos de su salud, de su enfermedad, poniendo de manifiesto la entereza de su espíritu por el lugar y la condición donde tiene que enfrentar esta situación".

Esta defensa se evidenció más aún, cuando en Octubre de 2007 el general (r) Iván Paulós debió declarar por primera vez ante un juez civil, apareció custodiado por dos guardaespaldas de lentes oscuros y acompañado por un grupo de militares jubilados que llegaron a la calle Misiones para solidarizarse con el ex mando de la dictadura. Uno de los guardaespaldas era Eduardo Ferro y Mangini, quien hasta ese entonces no había sido identificado. Este exhibía sin pudor una pistola calzada en una funda de cuero.
Luego de abrir y cerrar las puertas de la camioneta negra que transportaba a Paulos y de ordenar que dejaran espacio las cámaras de televisión, Mangini fue el primero en extender su mano derecha en saludo a los militares. Lo hizo lo suficientemente alto y recto como para mostrar en su cintura una aparatosa arma calzada en una funda de cuero marrón.
 
Responsable del asesinato de Santiago Rodríguez Muela
 
Esa exhibición de prepotencia e impunidad quedó registrada en foto que permitió que Júpiter Irigoyen, quien fue testigo presencial del asesinato de Santiago, lo reconociera y denunciara públicamente.
Entre abril y agosto de 1972 se registraron 230 atentados fascistas contra liceos, facultades y comités de base, en los que se pintaron consignas como "Viva Pacheco, Hitler volverá”, firmados por la MNG (Movimiento Nueva Generación), el CREI (Coalición Renovadora de Estudiantes Independientes) y la JUP (Juventud Uruguaya de Pie), que encabezaría el ataque al Liceo 8 en el marco de otros atentados a centros de estudios.
(Extracto del artículo de Roger Rodríguez: EL ASESINO DE SANTIAGO RODRÍGUEZ MUELA “GUARDAESPALDA” DE IVÁN PAULÓS)
Mangini Usera fue uno de los militantes de la JUP que ingresó en la noche del 11 de agosto de 1972 al Liceo N° 8 donde fue asesinado por la espalda el estudiante Santiago Rodríguez Muela. "¡Qué cagada que tuve que gastar una bala en eso!", habría dicho alguna vez en una reunión familiar, algo excedido de copas.
Por aquellos días, Mangini compartía "aventuras" con Gustavo Adolfo Ifer, alias "El Mono", y Gary Balbuena, alias "El Capitán", quien tenía vínculos con la marina, entre otros personajes de la Juventud Uruguaya de Pie, organización que ya había llegado a grabar esvásticas en las piernas de jóvenes estudiantes que militaban en alguna organización de izquierda. Aquella noche, Mangini estaba junto a Corbo, Moreira, Lludgar, Osorio, De Vellis, Druillet, Monalli, Garín, Rosso y cuatro menores de edad. Ya se habían exhibido armados frente a la actual sede del Ministerio de Defensa Nacional sobre la avenida 8 de Octubre.
Fueron testigos los guardias del Club de la Fuerza Aérea y miembros de las fuerzas conjuntas que los vieron. De nada sirvió que intentara frenarlos el director de cursos nocturnos, profesor Martínez Gallardo. Los catorce entraron en patota al recinto estudiantil en el que se realizaba una asamblea de profesores, padres y estudiantes. Faltaban tres días para el aniversario del asesinato de Líber Arce. Regía el Estado de Guerra decretado por Jorge Pacheco Areco. A Santiago Rodríguez Muela le decían "el charla", tenía 22 años, era militante del Partido Comunista Revolucionario (PCR), trabajaba como obrero en la ANCAP, militaba sindicalmente, estaba casado y terminaba sus estudios en el liceo nocturno. Era un militante conocido por sus agresores que le dispararon por la espalda, antes de huir por los fondos hacia la calle Urquiza.
Los diarios de la época narran con lujo de detalles lo ocurrido. El doctor Milton Cairoli estuvo al frente de las actuaciones, una jueza de menores fue amenazada por el "Comando Pascasio Báez" al interrogar a los menores. Los testigos militares no comparecieron, amparados en la justicia militar. Los expedientes de Inteligencia policial constataron todo lo ocurrido.
Siete de los miembros de la banda de la JUP eran mayores de edad y terminaron procesados por atentado a la propiedad privada por su asalto al Liceo 8, pero la causa por el homicidio de Rodríguez Muela fue archivado.
Cabe destacar que Mangini era sobrino del director del Servicio de Información y Defensa (SID), coronel Ramón Trabal en esa época.
Denuncia contra Roger Rodríguez
A raíz de este artículo de denuncia fundamentado por el testimonio del testigo presencial del asesinato, realizado por el periodista, Roger Rodríguez, Mangini demandó al referido testigo y a Rodríguez, al sentirse “ofendido” por la acusación de homicidio.
En el juicio, ante el Juez Luis Charles, Mangini reconoció que previo a su ingreso al Ejército fue miembro de la JUP y que participó del asalto al Liceo N° 8 en la noche en que fue herido Rodríguez Muela, aunque enfatizó que no agredió al estudiante. También señaló que fue procesado por el delito de “violencia privada” por esos hechos, cumpliendo nueve meses de prisión.
Finalmente Mangini perdió el juicio en 2 instancias y el periodista fue sobreseído y aún se espera que la justicia actúe en el caso de Santiago Rodríguez Muela.
De vecino alerta a Cabildante
Luego de unos años de silencio, el nombre de Enrirque Mangini volvió a sonar, cuando surgió el partido militar: Cabildo Abierto.
E. Mangini, como tantos otros represores, hace unos años que se mudó a la zona de Pinares en Maldonado. En seguida puso su impronta al barrio, con su: “vecinos alerta”, con su amistad con Erode Ruíz y su actividad política.
Cuando la candidatura de Manini Ríos era un secreto a voces, Mangini, ofició de anfitrión, ofreciendo su chalet Macorina, para la fundación del partido militar. Él es uno de los coordinadores generales de la agrupación Dragones de Maldonado, desde la cual se trabajó activamente para las campañas del partido.
Han pasado 48 años del asesinato de Santiago y Mangini sigue totalmente impune, pero de la condena social No podrá escapar.


La información fue sacada de los siguientes artículos de prensa:

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