miércoles, 2 de septiembre de 2009

Tres veces más pobres


En Montevideo, 24.000 de los 35.000 hogares en asentamientos se encuentran bajo la línea de pobreza, pero los hogares carenciados dentro del "tejido formal" de la ciudad son el triple: 74.000.

La pobreza bajo una óptica distinta

VIVIANA RUGGIERO

En Montevideo hay tres veces más pobres fuera de los asentamientos que dentro de ellos, según un estudio del Instituto Nacional de Estadística, si bien 70% de los hogares irregulares ronda la pobreza contra 16% de los hogares del "tejido formal".

El sociólogo Jorge Menéndez, encargado de la investigación, advirtió sobre las políticas excesivamente focalizadas en dichas zonas ya que se dejan de lado a tres cuartas partes de la población también carenciada.

Por cada hogar pobre que existe en un asentamiento hay tres dentro del "tejido formal" de la sociedad (el término alude a que existe formalidad en el tipo de construcciones y en el registro de la propiedad).

Porcentualmente son más los pobres en asentamientos, ya que en números absolutos 24.000 de 35.000 hogares en asentamientos pertenecen a los dos primeros segmentos (deciles) de ingresos per cápita contra 73.000 de 451.000 hogares en el tejido formal.

En los asentamientos se concentra población joven y de bajo nivel educativo. Sin embargo, hay un 2% que tiene estudios terciarios. La tasa de femineidad es similar a la de la sociedad en su conjunto y la población negra o afro triplica la proporción de la sociedad formal: 10,2% frente a 3,6%.

Tienen trabajos más informales, además de serios problemas de saneamiento e inundabilidad en sus viviendas, pero un 20% de los hogares no tendría problemas constructivos. En cuanto a los ingresos existe disparidad entre los diferentes asentamientos de Montevideo, pero hay un 30% de la población que está por encima de la línea de pobreza.

Estos datos se desprenden de un análisis comparativo realizado en Montevideo entre las condiciones de vida en los asentamientos irregulares y el tejido residencial formal.

El estudio fue presentado ayer en el INE y realizado por el sociólogo e integrante del Departamento de Estudios Sociodemográficos, Jorge Menéndez.

VIVIENDA. Una de las percepciones más comunes en el imaginario colectivo es que en los asentamientos la mayoría de las casas son de chapa y cartón. Sin embargo, un 56% tiene paredes adecuadas desde el punto de vista de sus materiales y terminación y un 33,1% "puede llegar a tener buena calidad en sus paredes completando las terminaciones faltantes".

El problema principal se registra en los techos. Los de peor calidad son los livianos, sin cielorraso, de materiales de desecho como chapas viejas. El 42,6% de las viviendas de asentamientos está en estas condiciones, en tanto que en el tejido formal sólo el 3,8%.

En cambio, en términos absolutos la situación deficitaria prácticamente se iguala ya que hay 16.000 viviendas con estos techos en los asentamientos y 17.000 en lo formal.

Hay 15.000 viviendas que se inundan cuando llueve mucho, 9.000 de ellas en la ciudad. Lo más grave: alrededor de 9.000 personas habitan en viviendas calificadas "en peligro de derrumbe", de ellas 5.400 en el tejido formal.

Es común que las viviendas precarias tengan uno o dos ambientes. Un 24,5% de la población de los asentamientos no tiene un lugar para cocinar.

Casi el 95% de las viviendas de asentamientos tiene baño. Y de ellas, el 74,2% tiene cisterna.

Una de las características de los asentamientos que confirma el estudio es que en cada una de las casas hay más gente que en una vivienda "formal".

La población montevideana tiene una media de 2,8 miembros por hogar. Los hogares del tejido formal tienen una media de 2,7 y 3,7 los irregulares. Sin embargo, en más del 85% de las viviendas de asentamientos las personas no viven en condiciones de hacinamiento.

JUVENTUD. En un asentamiento resulta común ver niños jugando, mujeres embarazadas, carros tirados por caballos dirigidos por jóvenes. Esto es una realidad que queda demostrada en el informe del INE.

Según el análisis de Menéndez, 50% de la población de los asentamientos de Montevideo tiene 21 años o menos. En el tejido formal la población está más envejecida: el 46% tiene 41 años o más. Hay muy poca gente (5,7%) de más de 61 años que vive en condiciones irregulares.

Uno de los datos que se desprende de la población joven de los asentamientos es que sólo el 48,9% de las parejas han formalizado su unión, mientras que en el resto de la sociedad lo ha hecho el 76,9%. Por ejemplo de los 25 a 32 años, el 79,8% de la población de asentamientos vive en unión libre frente a 59,7% del tejido formal.

TRABAJO. En el segundo semestre de 2008, cuando se realizó el análisis, la desocupación en Montevideo estaba en el 6,7%. Entre los asentados la desocupación es mayor que entre los habitantes del tejido formal (11% contra 6,3%).

La categoría de ocupación más habitual para los montevideanos es la de asalariado privado. Esta cifra es sorprendentemente similar entre asentados y miembros del tejido formal (57,6% contra 58,4%).

El segundo gran grupo es el de cuenta propia con local o inversión, con frecuencia muy similar en ambos grupos (17,6% en asentamientos frente a 16% en el tejido formal). Las diferencias más notorias: asalariado público (15,5% en el tejido formal contra 9,1% entre los asentados) y cuenta propia sin local o inversión (10,1% entre asentados contra 3,3%).

En cuanto a los lugares de trabajo, lo dominante para la ciudadanía son los establecimientos fijos (68,8%).

Esto es válido tanto para habitantes de asentamientos co-mo para miembros del tejido formal; no obstante entre estos últimos el trabajo en establecimientos fijos es más habitual (70,3% vs. 51,8%).

La legalidad de los trabajos de ambas partes de la sociedad queda en evidencia en el cobro del aguinaldo y en los aportes jubilatorios que se realizan. El 77,1% de los asalariados que viven en asentamientos cobran aguinaldo, contra un 89,3%. En tanto, de los 654.000 ocupados montevideanos, el 73,5% aporta a cajas de jubilación.

El porcentaje es mucho mayor entre los habitantes del tejido formal (75,7%) que entre los asentados (48,4%). En cuanto a los aportes a cajas de jubilaciones e instituciones provisionales, los más frecuentes son el Banco de Previsión Social (BPS) y a las Administradoras de Fondos de Ahorro Provisional (AFAPs). Estas instituciones reciben los aportes del 89,9% del total de los montevideanos. La Caja Militar capta gran parte de los ahorros jubilatorios de los asentados (10,1% vs. 2,1%) lo que refleja que gran parte de los asentados trabajan para las Fuerzas Armadas.

Visión panorámica

El trabajo está basado en la Encuesta Continua de Hogares del segundo semestre de 2008 y es la primera vez que se hace un análisis comparativo en Montevideo de las condiciones de vida en los asentamientos irregulares y el tejido residencial formal: los hogares en asentamientos son el 7,2% de los hogares montevideanos y en ellos vive el 9,7% de la población del departamento.

El 41,3% tiene Familiares en el exterior

Más de 4 de cada 10 personas encuestadas para el estudio tienen familiares que se fueron a vivir al exterior y no regresaron. Los porcentajes no varían demasiado entre los dos sectores de la sociedad analizados. El dato es relevante teniendo en cuenta que para emigrar hacen falta recursos materiales y redes sociales que podían hacer pensar que la emigración sería mucho mayor en el tejido formal. Sin embargo, el 37,4% de la población de asentamientos tiene familiares en el exterior contra un 41,6% del tejido formal: un promedio de 41,3% en todo Montevideo.

En lo que refiere a género, la población montevideana muestra un 46,7% de hombres y un 53,3% de mujeres. El porcentaje de varones en los asentamientos irregulares es un poco mayor (48,8%) que en el tejido urbano formal (46,4%). En los asentamientos, la mayoría de las mujeres tiene menos de 41 años.

El País Digital

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El Pais,
Miércoles 02.09.2009

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