Mas sobre la claudicación en 1972 de la dirección del MLN (T)
Hoy aquellos dirigentes Tupamaros que ayer, cuando cayeron presos en 1972, claudicaron y defendieron la necesidad de una política progresista junto a sectores de las Fuerzas Armadas, dirigen efectivamente todo el aparato del Estado Uruguayo y por su intermedio el aparato represivo del capitalismo y del imperio y en el Uruguay.
¡Qué genial estrategia la del Ñato que pasó de torturado a jefe y defensor de todos los torturadores!
¡Cómo dicen otros compañeros “se cerró el ciclo”!.
¡Ahora ya nadie dirá que el Ñato no es un milico, el más milico de todos!
¡Pensar que el Ñato en 1972 ya vendía esto como una gran operación de inteligencia, según la cual ellos dirigirían a las Fuerzas Conjuntas que terminarían tupamarizadas!
Por eso nos parece tan importante volver sobre aquel paso decisivo de los años 1972.
A propósito ¡qué verso el libro sobre “la tregua armada”!.
Ni quienes no escucharon al Ñato defender a los torturadores buenos y a sus comandos conjuntos y sus planes de desarrollo económico pueden aceptar ese pasquín como “la verdad”.
Hoy no podemos dudar que el mismo tuvo como principal objetivo el servir de tapadero, de verdadera cobertura. Ese folleto fue escrito para decirle a quienes todavía eran fieles a esos traidores: “esta es la historia que queremos contar”.
Es decir “todo lo otro hay que ocultarlo”.
Objetivamente esa orden de callarse funcionó perfectamente en una organización que ya se había vuelto totalmente verticalista (por convicción y por la propia dominación del estalinismo) tanto por obediencia y obsecuencia como por terror.
Esos mismos que llamaban a callarse habían sido los que habían utilizado desde mucho antes la amenaza contra los discrepantes, como Rosencof o Wassen.
Se puede pensar simplemente, como varios compañeros, que Huidobro y los otros jefes tupamaros (Wassen, Rosencof, Marenales,…) que colaboraron con los milicos y defendieron su perspectiva “progresista”, “antioligárquica y antiimperialista” en plena “guerra” (¡esta pretenciosa expresión era la de ellos!), lo hicieron para ahorrarse, como todo traidor, parte de la represión.
Efectivamente se puede pensar que su colaboración y claudicación les haya servido para salvarse de algunos palos o de los peores tratamientos en la tortura.
Amodio Pérez fue pionero en ese sentido y también sostenía que no había traicionado.
Pero desde el principio los dueños del aparato que seguían al Ñato se esforzaron en hacer una campaña para distinguirse de Amodio Pérez y otros personajes que habían denunciado a sus compañeros.
Por un lado se denunciaba a los traidores como Amodio y se les cargaba lo que habían denunciado y lo que no, por el otro se encubría a quienes habían dado información de locales, operaciones y compañeros como si no fuesen traidores (Wassen, Rosencof, Wolf…) sino “porque no tenían más remedio”, “porque Amodio denunció que eran ellos que sabían” “ya habrá tiempo para hablar de eso”.
Todo para presentar la colaboración dirigida por el Ñato como una decisión necesaria e inteligente, como totalmente diferente a la de Amodio y que sólo algunos necios no aceptaban.
Paralelamente Amodio citaba a Fassano y decía que él lo que hacía era una lucha con algunos oficiales progresistas, que él no era el traidor sino Piriz y Wassen que lo habían apuntalado a él.
Es verdad que, en la época, no se supo (¡como se sabe ahora!) que Huidobro había dado ese tipo de información a los militares (¿o fue después que hacía listas sobre lo que podría hacer cada compañero?).
ver:
http://elmuertoquehabla.blogspot.com/2009/04/lo-que-huidobro-olvido-en-su-biografia.html
En base a eso se construyó una historia dentro de la cual la colaboración del Ñato y sus seguidores, era en realidad su contrario: una genial operación de inteligencia.
El abanderado de los comandos conjuntos, el principal defensor de la lucha junto a los torturadores progresistas, presentó y logró ya entonces, que muchos cuadros altos y medios del ex aparato Tupa se dedicaran a trabajar para ese supuesto proyecto progresista.
Es así que esa capitulación pasó a ser la línea de la dirección, la práctica oficial.
No sólo convenció, a presos y no presos, de que desde ahora la vía hacia la liberación nacional serían las fuerzas armadas, sino que logró asustar a algunos carcamanes de la burguesía que desde entonces hablaban de “Tupamarización de las Fuerzas Conjuntas”
IMPORTANCIA DE LA CLAUDICACIÓN
La explicación basada sólo en lo cagones que fueron no sólo me parece insuficiente como explicación, sino que le quita la importancia histórica que tuvo esa rendición para toda la sociedad.
Es una explicación totalmente policial de una cuestión política global.
Como expresan varios compañeros (como Ricardo Perdomo en “Soy Ruffo y no me entrego” y en diversos reportajes) esa canallada fue decisiva contra la moral de todos los que peleaban.
“Pienso que, en donde pegó más esta canallada fue en la moral de todos los que de una u otra forma luchábamos por una "patria para todos"…
Es decir, que desde allí para adelante, no podía esperarse "un repunte" en los integrantes que cayeron a ese nivel”.
Con razón Perdomo no circunscribe el golpe que significó esa canallada a los tupas que creyeron en el progresismo y en los milicos antiimperialistas sino que afirma que pesó en la moral de todos los que luchaban.
Esa brutal traición del Ñato y sus secuaces nos dio un brutal golpe a presos y no presos (¡tiro en la nuca!), a quienes estaban sometidos al mandato de esos traidores y a quienes estaban en oposición o abierta rebeldía.
A partir de entonces la misma política de autonomía proletaria con respecto al progresismo burgués sufrió, a nivel de todo el país, un terrible golpe.
Con ello impusieron global y socialmente la mentira de que la contradicción social había cambiado, que ya no se peleaba contra toda la política represiva del Estado Uruguayo y las fuerzas imperialistas que estaban detrás, sino entre dos tipos de milicos, entre dos tipos de proyectos igualmente burgueses.
El golpe fue tan brutal y rastrero porque se hizo en nombre de los que luchaban.
Porque el Ñato y compañía, a diferencia de los Amodios o los Tinos, que ya no podía convencer a nadie, actuaron en nombre de los que luchan, en nombre de quienes aparecían socialmente como la vanguardia de la revolución.
La fuerza que tuvo esa maniobra fue decisiva porque se presentó como la “línea oficial”, porque se hizo en “nombre de la revolución”.
Porque se llamaba a asociarse a los milicos (progresistas) y actuar junto a ellos, como continuidad con la lucha y en contraposición a los traidores.
Porque fue en nombre de la revolución que se llamaba a asociarse a los enemigos de siempre y a justificar hasta a los (buenos) torturadores.
¡Cómo no ver en esto el antecedente al abrazo de Mujica con Bush!
¡O la defensa de la impunidad de los milicos!
¿Es que acaso la argumentación ha cambiado?
Además, al pasar para el otro lado de la barricada en forma tan abrupta, los propios milicos les dieron toda las posibilidades de dar a conocer e imponer su posición en los otros militantes presos o no; mientras que al mismo tiempo las posibilidades que tenían otros compañeros de denunciar esa política, quedaba liquidada por completo por la represión y el aislamiento.
En efecto desde ese momento la posición pro milico progresista se legalizó en todas partes, circulaba en los cuarteles y afuera, en los círculos militares y en los militantes como pez en el agua.
En cambio, la lucha consecuente contra la burguesía y la represión pasó a ser más prohibida y reprimida que nunca, tanto afuera como adentro de los cuarteles y cárceles.
Quienes seguimos con dicha lucha, durante todos estos años, no nos extraña nada que, en última instancia, el Ñato y compañía sean hoy los que dirigen en el Uruguay la política de la burguesía y el imperialismo, que sean los mejores continuadores de la política de las Fuerzas Conjuntas y que estas lo reconozcan como sus mejores representantes.
Hoy las Fuerzas Conjuntas consideran al Ñato como su hombre de confianza.
Ya hace mucho tiempo que la mejor forma de darle continuidad a la dictadura es cooptando democráticamente a ex izquierdistas y guerrilleros.
Tampoco es un invento uruguayo, sobran ejemplos similares en toda América Latina, desde Perú y Colombia hace décadas a Argentina y Brasil en los últimos tiempos.
CLAUDIA agosto 2011
Otro "guerrillero" de la época, el Turco Amir
El País Digital | Jueves 18.08.2011
Un exguerrillero en el diseño ideológico del Partido Colorado
Tupamaro. Definirá el rol del republicanismo y liberalismo en el siglo XXI
PABLO MELGAR
Un exguerrillero tupamaro, condenado a muerte por la supuesta "traición" a sus compañeros, se hizo cargo de la comisión de "marco ideológico" del Partido Colorado. Algunos militantes de Vamos Uruguay rechazaron su nombramiento.
"A mí, un tupamaro no me va a explicar quién fue Pepe Batlle", colgó en Facebook un militante del grupo liderado por Pedro Bordaberry. El comentario surgió cuando el militante se enteró que Kimal Amir, exguerrillero tupamaro y exsecretario de Hugo Batalla, se haría cargo de la secretaría técnica de "marco ideológico" del partido en el marco de la discusión previa al congreso ideológico partidario.
Apodado "el turco", Amir admite que colocó explosivos en bancos y reconoce que participó de secuestros en Argentina para financiar una acción tupamara en los años de 1970.
Casi 40 años después preside la comisión "Concepciones ideológicas globales: liberalismo y republicanismo en el Partido Colorado del siglo XXI".
En la actualidad es parte de Propuesta Batllista (Proba), el mismo sector del que participa, entre otros, el exdiputado Daniel García Pintos, un antagonista tradicional de la izquierda, relacionado con el pachequismo y la defensa a ultranza de las Fuerzas Armadas.
Amir tiene 71 años y más de una década de exilio europeo encima. Se siente batllista y republicano, asegura que no firmará por la baja de la edad de imputabilidad. Nació en Flores al igual que Raúl Sendic, el líder histórico de los Tupamaros.
Integró el Partido Comunista hasta que en 1962 y comenzó un peregrinaje por distintos grupos de la izquierda revolucionaria.
Cuando presidía el sector Banca Oficial del sindicato bancario AEBU, el mando tupamaro le ordenó fundar la columna política del entonces grupo subversivo. Así formó el "26 de Marzo" y de inmediato se unió al recién creado Frente Amplio.
"No participé en acciones armadas, siempre estuve en la parte de apoyo. `Apreté` (robé) algún auto, estuve en los berretines, salimos a colocar explosivos en sucursales bancarias, tomamos algún cine", admitió Amir a El País.
En el año 1972 pasó a la clandestinidad y poco tiempo después huyó a Buenos Aires y luego viajó a Chile.
Allí conformó una agrupación de unos mil militantes, en acuerdo con el gobierno de Salvador Allende, quienes comenzaron a remitir a muchos de ellos a Cuba. Posteriormente, en 1973 organizó un grupo que volvería a la capital argentina para retomar la lucha con la idea de intentar invadir Uruguay.
Tres veces intentó formar un pequeño ejército para volver a la lucha armada. Cada vez que se proponían reorganizarse perdían hombres e infraestructura que financiaban con secuestros en acuerdo con la junta coordinadora compuesta por guerrilleros de Argentina, Chile y Uruguay.
"Algunos creían que aún se podía hacer algo con las armas. Decían que podíamos tomar cuarteles si conseguíamos obuses y ametralladoras .30, pero discrepamos con la visión militarista, vimos que la batalla estaba perdida y renunciamos a la dirección", recordó Amir.
A fines de 1973, fracasó la última intentona y Amir planteó a la dirección del MLN en Buenos Aires terminar con la lucha armada. En 1975, los disidentes entregaron la dirección a cuatro cañeros. "La consigna fue: nos reencontramos en Francia", dijo Amir. Pocos meses después, fueron condenados a muerte bajo cargos de "traición" al movimiento.
Amir sostuvo que junto a él fueron condenados otros militantes, entre ellos William Whitelaw, cuyo cadáver apareció junto al de su esposa, Rosario Barredo y los legisladores Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz en 1976.
Perseguido por sus excompañeros de la guerrilla y los militares huyó a Europa amparado por Acnur tras una peripecia que por poco le cuesta la vida.
Allí comenzó a estudiar letras y ciencias de la educación. Militó en los partidos socialdemócratas en Suecia y Francia.
En ese período rompió definitivamente con el marxismo y comenzó un período de revisión y estudio del batllismo.
En su regreso al país en 1985, se sumó a la lista 99 de Hugo Batalla. Junto a él abandonó el Frente Amplio en 1989 para formar el Nuevo Espacio y posteriormente se unió al Partido Colorado.
El nuevo "republicanismo" colorado
A fin de mes se presentarán las secretarías técnicas que aportarán insumos para la discusión en el congreso ideológico colorado que tendrá lugar a fin de año.
Se trata de ocho secretarías temáticas que trabajarán en régimen de asamblea general abierta.
Tienen plazo hasta el 15 de noviembre para presentar sus conclusiones y aportes en las diferentes áreas temáticas.
Junto a Amir en la comisión de ideología estará el diputado de Vamos Uruguay Fitzerald Cantero.
Amir dijo a El País que el cargo que asumirá es el "mayor desafío político" de su vida. Subrayó que durante el exilio sometió a un "bombardeo atómico" al marxismo - leninismo. Por ello destacó que le imprimirá su visión "republicanista" y batllista.
Destacó que sus fuentes preferidas para asumir un posicionamiento político "profundo" se basa en autores europeos socialdemócratas.
El ex tupamaro entiende que las raíces batllistas del Partido Colorado se adelantaron al concepto del "estado de bienestar" que predominó en Europa en los año `80 y que algunos politólogos suecos lo tienen como referencia.
Está convencido que el Congreso generará líneas políticas coloradas para los próximos 30 años.
Resaltó que la sucesión de gobiernos colorados tras la dictadura desdibujaron la ideología partidaria.
Figuras en secretarías técnicas
Junto a la secretaría técnica "Concepciones ideológicas globales: democracia, republicanismo y liberalismo como pilares del Partido Colorado del siglo XXI", a cargo de Amir y Cantero, funcionarán otras siete.
La de educación estará a cargo de la ex presidenta del Consejo de Educación Primaria, Teresita González. En prosperidad y desarrollo estará el ex ministro de Economía, Isaac Alfie, en su vuelta a la actividad política.
De la secretaría sobre libertad se hizo cargo Guillermo Maciel, ex director general del Ministerio del Interior. El ex ministro de Salud, Alfredo Solari y el dirigente Dante Neves asumieron en políticas sociales.
Del área de relaciones exteriores se hizo cargo el embajador Nelson Chabén y de la secretaría que atenderá sobre el rol del Estado, el ex ministro Julio Herrera. En república estarán Alberto Iglesias y Carlos Fedele.
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