Al grito de: Traidores! Aquí están, estos son, los que venden la nación! Fueron retirados de las barras militantes de izquierda
Reflexiones tras la primera vuelta de las elecciones
Por Carlos Medina Viglielm
Desmintiendo en parte a las encuestas, la coalición de
izquierdas Frente Amplio, además de ganar en primera vuelta, obtuvo la
mayoría en la Cámara de diputados y una paridad muy fuerte en la de
Senadores que de ganar en segunda vuelta (lo más posible), agregará un
voto, teniendo así la mayoría en ambas cámaras.
Los partidos de la derecha, Blancos y Colorados recibieron menos
votos de los previstos y el llamado Partido Independiente mejoró en algo
su posición respecto a las elecciones anteriores accediendo a una banca
en el Senado. Digo “llamado partido independiente” porque en realidad
está alineado a la derecha y es manifiestamente anti Frente Amplio y por
más “señas”, antichavista. Pero no vale la pena hablar hoy de Pablo
Mieres, sin ninguna duda, un gran oportunista.
Tal vez sea más importante hoy hablar del tema del cual se habló
bastante en los días previos a la elección y que supuestamente dio pie a
los pronósticos: el tema de “los enojados” con el FA.
Seguramente, y a partir de que el uso del término se haya extendido,
en la medida que la cantidad de “enojados” ha ido en aumento, habrá
quienes aborden un análisis más profundo, de mayor rigor. Lo que será
muy bueno. Por otra parte se han publicado ya varios estudios referentes
a la administración “astorista” de la economía, (para angustia y enojo
de tantos), que demuestran el alejamiento cada vez más pronunciado de
los objetivos y parámetros de izquierda hacia lo que pomposamente llaman
“de centro izquierda”.
Siendo uno de esos “enojados”, intentaré dar una explicación al
“fenómeno”. Uno de los “enojados” pero no al extremo de sentir la
responsabilidad de haberle quitado apoyo a la propuesta frenteamplista
o, de otra manera, de haberle dado un voto a los contrarios. Porque sí,
yo entiendo que son contrarios y no contendientes: quieren, pretenden,
lo opuesto a lo que las grandes mayorías trabajadoras pretenden o
quieren. Y más: en determinadas condiciones pasan de contrarios a
enemigos (sin pestañear).
No hay dudas de que la gran masa de votantes, incluso de votantes más
allá de las filas frentistas, reconocen las mejoras que se han logrado
bajo el gobierno de del FA. Y las mejoras llenan una larga lista:
mejores, sueldos, mejores jubilaciones, Ley de 8 horas para los
trabajadores rurales, Ley que les da derechos a las empleadas
domésticas, defensa de las organizaciones sindicales etc. etc. Un largo
etc.
¿Cuáles son las razones entonces, que esgrimen los “enojados”? Las
razones tienen fuerte contenido ideológico. La elección del bando
político no es algo que se pueda tomar a la ligera. No se trata, aunque
algunos lo hagan, de optar por un color o una imagen agrandada por las
empresas de publicidad. Tampoco se trata, como lo pintan los
“dirigentes” de la derecha, de diferentes propuestas de intenciones para
gobernar de la mejor manera. NO. Se trata de dos proyectos de
administración de la sociedad con fines opuestos: uno en beneficio de
las grandes mayorías trabajadoras y otro, en beneficio de las minorías
ricas. Ni parecido, aunque muy disimulado (“Por la positiva”).
Enojados contra las políticas neo liberales
Entonces aparecen los “enojados” y en gran medida, en primera
instancia, los enojados con Tabaré Vázquez y su “consejero en Economía”
Danilo Astori. Yo diría que los enojados se encuentran entre los
uruguayos que poseen una formación ideológica bastante determinada y
firme. Gente con una educación formal de cuando la enseñanza era plena
de contenidos, militantes de izquierda con amplios conocimientos de
historia y en particular, vinculada directa o indirectamente a los
movimientos revolucionarios de épocas pasadas, gente que mira y acompaña
con gran admiración y esperanzas los procesos que se llevan adelante en
Venezuela, Ecuador y Bolivia, seguidores a su vez de esa estrella guía
que se alzó en el Caribe el 1ro de enero de 1959: Cuba Revolucionaria.
La lista de razones que esgrimen los “enojados” es bastante larga. En
mi caso el primer golpe lo recibí cuando el recién elegido presidente
Tabaré Vázquez anunció las inversiones que se harían en la Salud
Pública, priorizando la capitalización de las empresas privadas de
Salud. Luego pensé (pero sin consolarme): bueno, él es un empresario de
la salud.
Movilizaciones de funcionarios de la salud
Una de las primeras medidas que implementó el gobierno de Vázquez,
fue la de exigirles exclusividad a los funcionarios de la Oficina de
Recaudación de Impuestos (Impositiva), además de aumentarles fuertemente
los sueldos. ¿Por qué no se hizo lo propio con los maestros? Son ellos
los que “moldean la arcilla del futuro de la nación”. Casi diez años más
tarde, seguimos teniendo problemas y puede que cada vez más serios en
la enseñanza. Y muy a pesar de que Vázquez insista en que los problemas
están en la enseñanza media, es innegable que los problemas se
manifiestan en la enseñanza media, pero nacen en Primaria. Es de allí
que se “promueve” un altísimo porcentaje de niños sin saber leer a la
enseñanza media.
Problemas que surgen tras una suma de factores entre los que
indudablemente pesan los paupérrimos niveles con que llegan los niños
desde sus hogares, pero que indudablemente se agudizan con la pobre
inversión (gastos según Astori), en la enseñanza. Pocos días antes de la
primera vuelta de las elecciones (5/9/14), Tabaré Vázquez prometió que
de ganar, promovería becas a estudiantes de bajos recursos para que
puedan estudiar en Institutos privados o sea, en empresas privadas de
enseñanza, que es lo que son en primera instancia, y de esa manera le
dio un buen cañonazo a la enseñanza pública. Un aval tremendo a los
empresarios que lucran con la enseñanza, de un “presidente de
izquierda”.
¿Y qué pasa con las fuerzas Armadas?
Uno o dos días antes del 14 de abril del 2005, la ministra de Defensa
Azucena Berrutti, anunció que el acto que cada año hacen los jefes de
las Fuerzas Armadas y la Policía en homenaje a quienes denominan “caídos
en defensa de las instituciones”, no se llevaría a cabo. Bien. Pero el
acto se hizo, en el interior de las instituciones de las Fuerzas
Armadas. Para los que lean esto fuera del Uruguay, diré que lo que se
trata de recordar cada 14 de abril, es a aquellos policías y militares
que fueron abatidos en acciones del MLN – Tupamaros. No se trata de
todos los que cayeron resistiendo al Golpe de Estado, los verdaderos
defensores de las instituciones. Fue el primer acto de insubordinación
no asumido por la jefatura de las propias Fuerzas Armadas, que era y es,
el propio presidente. En ese caso, Tabaré Vázquez. Después de ese
primer acto de insubordinación por parte de los militares hacia la
autoridad civil, hubo muchos. La lista es larga.
Amenaza militar siempre latente
El segundo hecho de importancia que hizo reflexionar (o enfurecer) a
muchos frenteamplistas, fue la participación de militares de Uruguay en
las famosas “Operaciones Unitas”, organizadas por los EUA en el
Atlántico sur. La ministra Berrutti argumentó que “se debían respetar
los compromisos”. Se respetaron los compromisos contraídos con los EUA
por gobiernos anteriores, pero no con los adherentes al FA, no se
respetó la histórica posición de la izquierda uruguaya de oponerse a la
participación en dichas operaciones. Pero no solo se permitió la
participación en las operaciones militares yanquis sino que después y
por primera vez, militares uruguayos formaron parte de una fuerza de
ocupación en un país hermano, Haití, en una maniobra supuestamente
dirigida por la ONU pero sin dudas orquestada por los EUA. Uno de los
que se enojó más por ello fue El diputado Guillermo Chifflet que
renunció a su banca en el Parlamento
Dignidad
Luego sobrevinieron los episodios de fuerte desacuerdo con el
gobierno de Argentina con motivo de la instalación de una fábrica de
pasta de celulosa en la costa del río Uruguay, que culminó con el pedido
de apoyo de Tabaré Vázquez a George Bush, para que Argentina entendiera
que Uruguay contaba con “amigos poderosos”. Eso ya fue un acto
bochornoso que figurará en capítulo aparte en los libros de historia.
Vergonzoso frente a todo un continente y en particular frente aquellos
países hermanos que han sufrido en sus propios territorios la
prepotencia yanqui llegando a ser invadidos. La lista de esos países es
también larga.
La fábrica de pasta de celulosa se instaló con la promesa de miles de
puestos de trabajo. Eso no fue así. Y peor. La misma se instaló en una
de las llamadas “zonas francas”, o sea fuera del alcance de las leyes
que rigen para los uruguayos y además, ya se instaló otra fábrica y se
intenta instalar una más. Hay muchísimo texto escrito por técnicos y
grandes conocedores del tema, denunciando (con propiedad), la poca o
nula utilidad de esas empresas para el país y para los suelos del
territorio y no menos, para las existencias de agua potable del terreno,
absorbidas rápidamente por los eucaliptus que abastecen de madera a las
fábricas.
Es muy posible que entre todos los elegidos por el FA en la primera
vuelta, hayan sido Constanza Moreira y Macarena Gelman quienes
capitalizaron la mayor parte de los votos de los “enojados”. Cuando la
senadora Constanza Moreira puso en tela de juicio el tamaño de las
fuerzas Armadas, el actual ministro de Defensa Eleuterio Fernández
Huidobro se molestó y argumentó que el tema de las fuerzas Armadas había
sido intensamente estudiado y que el Frente amplio ha decidido
mejorarlas y esto y lo otro. El tema del mantenimiento en sus
dimensiones actuales y la participación de las Fuerzas Armadas en las
llamadas “misiones humanitarias”, en África o en Haití, son motivo de
fuerte descontento en gran parte de los adherentes al FA. ¿Por qué?
Primero y antes que nada, porque las fuerzas Armadas tienen historia
sin aclarar. Sus mandos y su oficialidad se comprometieron en crímenes
aún no aclarados. Y además, los mandos militares nunca (NUNCA) tomaron
distancia de las aberraciones cometidas, sino que las justificaron.
La actitud hacia los mandos de las Fuerzas Armadas fue en principio –por
parte del gobierno del FA-, ambiguo. Parecía como que no se les daba
importancia a actos de indudable insubordinación a los mandos superiores
(Presidencia, ministerio de Defensa).
Hubo un fuerte indicio de que algo andaba definitivamente mal, el día
de asunción al gobierno de José Mujica (1/3/2010). Ese día, luego de
abandonar el Palacio Legislativo y tras caminar unos 200 metros, Mujica
no se detuvo a saludar a la organización de Familiares de Detenidos
Desaparecidos, ubicados en la acera de la derecha de la Avenida del
Libertador.
No mucho tiempo después (2010), Mujica lanzó la idea de que aquellos
que habían sido juzgados por crímenes cometidos en la dictadura, pasaran
a prisión domiciliaria. La reacción que tuvo en contra, lo hizo
retroceder. La idea no prosperó pero Mujica, evidentemente contrariado,
exigió más que pidió, que la sociedad uruguaya conviviera con las
Fuerzas Armadas.
Pidió convivencia con las FFAA
Por un lado se hizo ese pedido y por otro, se le fue dando
paulatinamente cada vez mayor participación a las fuerzas Armadas con
esos fines, en particular al Ejército, en ocasiones de fuertes
temporales, en la distribución de alimentos a damnificados o en la
custodia perimetral de cárceles.
Es posible que Mujica argumente que la soldadesca provenga del mismo
pueblo, lo cual es cierto. PERO no sus mandos, que siguen considerándose
seguidores de los golpistas y se niegan de plano a aportar datos que
conduzcan al esclarecimiento de los crímenes cometidos y a la ubicación
de los detenidos desaparecidos. Hay que agregar que hasta ahora la
Justicia ha podido juzgar y encarcelar a una docena de criminales
militares. Restan juzgarse (con nombre y apellido conocidos), cerca de
400.
Es increíble que una fuerza política de izquierda ya en su segundo
gobierno y camino a su tercer período, no haya hecho una revisión de los
principios ideológicos y éticos con que se rigen los militares. Y es
por otra parte suicida. Las Fuerzas Armadas, por más que Huidobro lo
pretenda ignorar o lo niegue, fueron creadas desde los principios para
defender un tipo de administración de la economía. En la mayor parte de
los países se defiende el régimen capitalista que va en beneficio de una
muy pequeña elite de poderosos empresarios, banqueros y dueños de la
tierra. Y eso en Uruguay no cambió. Lo demás es cuento. Las Fuerzas
Armadas son el brazo armado de la oligarquía. Lo de los patrullajes
fronterizos o marítimos como motivo son un gran cartel, tras el cual se
ocultan los verdaderos “deberes” de la fuerza armada.
Por otra parte, las Fuerzas Armadas hoy y en gran parte del mundo,
obedecen mandos supranacionales que en nuestro hemisferio se llaman
Estados Unidos de Norteamérica. Para las cuales (qué casualidad),
Uruguay es, según la embajadora Julissa Reinoso, no solo socio sino
“cómplice”. Las Fuerzas Armadas uruguayas no están ni remotamente
capacitadas para enfrentar a armadas foráneas pero primero, no es su
cometido. Su cometido ha sido fue y será, mientras no se disponga lo
contrario, controlar y reprimir a nivel interno. Por eso se las mantiene
intocadas en “el banco de la reserva” y bien entrenadas en “misiones
humanitarias”.
Alianza estratégica con el Comando Sur de los EEUU
Los jefes de las fuerzas Armadas dicen ser leales a los mandos
civiles, hasta que los llaman por teléfono de cierta embajada. Y si no,
veamos lo que le pasó a Salvador Allende, y recientemente al presidente
de Honduras Manuel Zelaya. ¿Qué papel jugó el ejército paraguayo en
ocasión del derrocamiento de Fernando Lugo?
Para empezar a cambiar ese estado de cosas, para quitar esa espada de
Damocles que pende sobre Uruguay y su gente, lo mejor sería que el
próximo ministro de Defensa, ordenara a la soldadesca y oficialidad
estudiar historia, para que conozcan cuál ha sido la actitud de los
brazos armados de la oligarquía a lo largo y ancho de la historia y del
continente, para que les dé, al menos un poco de vergüenza y que se
comprometan a no adherir a la realización de tales traiciones.
Un ministro de Defensa de izquierda, tendría que propiciar entre sus
subordinados el conocimiento de grandes personajes de las armas como
Ernesto Che Guevara, el Comandante Hugo Chávez, Carlos Fonseca Amador,
Augusto César Sandino, Camilo Cienfuegos, entre tantos luchadores que
dieron sus vidas por los pueblos.
Pero antes que nada, el próximo ministro de Defensa tendría que hacer
un acto de desagravio al uniforme legado por Artigas, ensuciado por
militares sin honor en el ejercicio de la tortura y muerte de
prisioneros indefensos, de mujeres embarazadas…
Al otro día de las elecciones en las que el Frente Amplio obtuvo la
mayoría, el presidente Mujica dio supuestamente curso a “una solicitud
de la Cruz Roja”, para que se re considerara la posibilidad de que
aquellos que fueron condenados por crímenes cometidos en la dictadura,
pasen a cumplir arresto domiciliario.
Mujica negó ser el ideólogo de la propuesta pero eso no se lo cree
nadie. Y menos cuando se supo que en una entrevista que le hicieran Los Informantes de la cadena Caracol Mujica dijo: “Es mejor la paz que la justicia”.
Marcha del Sielencio 2014 Sin justicia no hay paz
Cómo le va a explicar eso a las madres de los detenidos
desaparecidos, cómo le explicará eso a las compañeras torturadas y
violadas, cómo le explicará eso a las compañeras que perdieron sus
embarazos a patadas en los cuarteles, cómo le explicará eso a las
abuelas que buscan a sus nietos desaparecidos, no tengo la menor idea.
¿A qué se debe que un presidente diga tal barbaridad? ¿Desvaría? Hay
que decir no obstante que esperó un momento oportuno. ¿Está Mujica
metido en algún compromiso que la gente que lo votó desconoce? ¿Hay
quienes desde las sombras amenacen a Mujica? No sé responder ninguna de
esas preguntas. Lo que sí sé, es que los enojados, deben de estar
bastante más enojados.
Fuente: http://nuevatrinchera.wordpress.com/2014/11/03/uruguay-la-victoria-del-fa-y-los-enojados/
martes, 4 de noviembre de 2014
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