Gabriel -Saracho- Carbajales,
26 de noviembre de 2014, Primavera de la Dignidad.-
Hemingway decía algo así como que necesitamos un par de años para aprender a hablar y unos sesenta para aprender a callar...
Pero,
no hay caso, al menos para unos cuantos de los que hemos hecho de la
palabra un arma de combate político-social, una herramienta de agregarle
valor a las ideas y de sembrar ideales hasta el último suspiro, callar,
en cualquier circunstancia, se siente como el abandono de la lucha,
como una inconsecuencia filosófica, como voltear prematuramente al rey
asediado, aun cuando ya estemos rodando la cuesta abajo de la aventura
de rodar nuestra existencia vitalmente, y tendríamos que haber aprendido
lo que sabiamente sentenciaba el gran escritor norteamericano
refiriéndose a cosas que, sin duda, trascienden el territorio particular
del aprendizaje del uso adecuado de la retórica en la comunicación
humana.
Habría
que tener obsesivamente presente la sabiduría de Hemingway para
evitarnos, muchas veces, el resultado opuesto a lo que pretendemos
lograr empuñando la palabra como arma de reafirmación de convicciones y
de trasmisión de percepciones o reflexiones que consideramos certeras.
Pero
no. No podemos con el genio y con frecuencia convertimos la palabra en
vana varita mágica, facilitando que quienes nos escuchen o lean, reciban
nuestras palabras como simple cháchara de viejos porfiados y aburridos
(injustamente, muchas veces, porque no se trata de que lo que decimos no
tiene sentido, sino que lo que no tiene sentido es decirlo cuando sobre
el asunto que opinamos, están todas las cartas repartidas y cada
jugador, en el acierto o en el error, tiene ya irreductiblemente
elaborada su propia y terminante “estrategia”, aunque unos minutos
después de la partida se quiera meter en un pozo de pura vergüenza y de
puro amor propio subestimado).
A
120 horas del segundo tiempo del “gordo cívico” de noviembre del 2014,
no hay ya ni un solo “indeciso” por más que algunas encuestadoras nos
hablen de su existencia en porcentajes tan caprichosos como las
predicciones del más chambón del gremio de los tarotistas de la lucha de
clases.
Todos
sabemos, garbanzos más, garbanzos menos, quiénes han ganado y todos
sabemos quiénes hemos perdido ya en esta enésima segunda vuelta
“civilista”, sin importar demasiado ni la justicia ni la razón
individual o colectiva...
El
Domingo 30 de noviembre de 2014, se reeditará el efecto multiplicador
subjetivo y masivo del tercer espejismo de “crecimiento, desarrollo y
prosperidad” de nuestra joven historia. En lo esencial, volverá a
producirse a las mil maravillas el mismo fenómeno de ilusión
industrializada que solamente es realizable cuando la oferta
“democrática” supone una reanimación mínima de la esperanza y cuando la
demanda procede de casi un pueblo entero encantado por creaciones
ideológicas magníficas, que pueden serlo aun si en lo medular lo que
prime sea el chiquitaje y hasta la burla que deslumbran y encandilan
como reciclados espejitos de colores, más o menos, según el lugar real
que ocupemos en esta sociedad en concreto y según las expectativas que
haya podido tallar en nosotros la poderosísima maquinaria de producción y
reproducción de ideología del sistema capitalista en el que estamos
indiscutiblemente metidos hasta el cuello y con un horizonte de
socialismo que parece muy lejano y utópico.
Podríamos
estar ya leyendo las tapa del diario del lunes con sus inexorables
titulares, contemplando esta vez lo inédito y relevante de arriba de
350.000 “voluntades” que no respaldarán a ninguno de los dos candidatos
(los habilitados que se abstengan, también son “voluntad ciudadana”, por
cierto).
Y
la verdad de la milanesa, es que lo que debe preocuparnos de estos
nuevos-viejos resultados electorales a quienes hemos pasado la vida
predicando con el arma de la elocuencia militante en función de ese
“otro mundo posible” del que no dejamos de hablar ni aun cuando
deberíamos callar, son dos grandes cosas:
1.-
El gran triunfador del domingo será el posibilismo resignado que nos
dice que “estar bien” es “no estar peor”, y que “es lo que hay, valor”.
Triunfará, triunfó ya, algo más serio y jorobado aun que el mismo
neoliberalismo: triunfó una filosofía paciente y concientemente enseñada
“de arriba a abajo”, que es nefasta no solo para cualquiera de las
alternativas modélicas del capitalismo, sino también para cualquier
proyecto declarativamente partidario de la “democracia popular” y “los
cambios de fondo”.
2.-
En esta “pequeña” multitud de pueblo que no le dará el voto ni a
Lacalle ni a Tabaré, hay un número en apariencia poco significativo de
lo que, si hablamos de indecisión, serían los “indecisos” entre no ir a
votar, hacerlo en blanco o anulando su voto. Hay un número poco
significativo para las estadísticas, pero muy significativo contrastando
con el posibilismo conformista. Hay una importante fuerza
político-social en estado embrionario que cuenta aunque no haya tenido a
su disposición ni cámaras ni micrófonos; que ha sabido callar, puede
decirse, y que tiene las “buenas intenciones” revolucionarias que no
abundan y que se nos aparecían, hasta hoy, como “utopismo nostálgico”
exclusivo de las tolderías de la tribu a la que ligera y burlonamente
unos cuantos llaman “izquierda radical”.
Así
que, si hay que ponerle un título a la contradicción “principal”
inmediata, no es otro que el de “posibilismo / intención
revolucionaria”, y, más tarde, más temprano, ella seguirá
desarrollándose y resolviéndose donde debemos resolver todas nuestras
contradicciones “no antagónicas”: en el seno del pueblo, en los barrios,
en los centros de trabajo, en los ámbitos estudiantiles, rompiendo
moldes de vida político-social que ya están rotos y cuyos pedazos hay
que lanzar al viento como cenizas del pasado.
Pues
el posibilismo no es natural al pueblo -mucho menos al pueblo
trabajador-; es la prótesis que se le ha impuesto en ausencia de
voluntad autocrítica ante una derrota histórica plenamente vigente para
quienes no han podido comprender que, calladamente, este pueblo ha
tenido, más que “intención”, verdadera esperanza revolucionaria,
defraudada y temporariamente reducida a la efímera ilusión de que
“estamos bien” porque “no estamos peor” (y se sabe: los mismos factores
externos que explican el tercer espejismo, serán los que nos bajen a
tierra y vuelvan a mostrarnos, cuando los espejitos de colores se hagan
trizas otra vez, la tragedia de una dependencia y una vida miserable
para las que no hay otra salida que el socialismo (pero no un socialismo
de campañas electorales e histriónicos candidatos que no podrían ser
“socialistas” ni siquiera en la versión más lavada de la palabra
socialismo).
Este
posibilismo resignado que es natural solamente para los que sí viven
el “crecimiento, el desarrollo y la prosperidad”, nos lo impusieron, y
lo venceremos en la lucha fraterna de ideas y en la acción política
enérgica que amalgama a los pueblos.
Y
el fenómeno NBA -hay que creerlo o reventar- nos dice que en la
rebeldía antielectoralismo de hoy, podemos vislumbrar un futuro de
agitaciones sociales que hallarán su cauce transformador cuando desde
bien abajo sean zurcidos, creativa y revolucionariamente, los hilitos
dispersos y atomizados de un movimiento popular oriental que aprenderá
-que está aprendiendo- que nuestro socialismo será el socialismo de toda
América Latina (revolución y no caricatura de revolución) o no será, y
que cada vez que un ser humano sea martirizado como hoy lo son los
estudiantes mexicanos, todos seremos martirizados y sentiremos el
derecho y el deber de ser y resistir luchando frente a una brutalidad
burguesa y una misma injusticia que no conocen de fronteras de ninguna
especie y que no podremos derrotar atrapados en las reglas de juego de
una clase que sobrevive gracias al engaño y la violencia sistemática,
creciente y degradada a la simple categoría de mafia internacional.
Todos
los uruguayos/as ahora sabemos que el país no es pa' tomarlo en
serio,sabemos ( y estamos de acuerdo ) que es 1 país en joda,que
aceptamos vivir en la mentira. Desde el que le dió su nombre a la
avenida + larga de Montevideo - genocida y traidor - cuyos herederos
sobreviven hasta ahora,hemos transitado una historia vergonzosa y
mentirosa que X lo visto,vamos a continuar dentro de 120 horas.-
El
partido del genocida y traidor duró casi 2 siglos,pero eso no quiere
decir que lo medular mudó.La prueba es que el espíritu (pa' llamarlo de
alguna manera), las "convicciones",los baratos intereses que mueven a
éste pueblo tan particular,siguen siendo los mismos. Nada mudó de
aquella multitud de 800.000 ciudadanos/as que apoyaron a la dictadura
fascista durante 1 docena de años que despanzurró al paisito.-
Gracias
a ese conveniente caldo de cultivo cómplice aquí no pasó nada y el
brujo Sanguinetti le cambió el uniforme castrense X 1 traje ciudadano a
los milicos y se barrió toda la mierda pa' abajo de la alfombra,hasta
ahora y sólo reclaman los parientes de los 212 desaparecidos (incluyo
los 2 pilotos del Fairchild de AIR CLASS) .-
Como
1 regalo caído del cielo a la oligarquía le cayó ésta competente
cuadrilla de "izquierdistas" escaladores arrepentidos ,que vinieron a
renovar el verso y mantuvieron encendida la imprescindible llama de la
esperanza de la gilada que genera plusvalía y paga impuestos sin
protestar ,y a la que se arrea obedientemente cada 5 años pa' legitimar
la estafa.-
Un
país es su pueblo. La realidad que se vive no es otra cosa que la
sumatoria de las individualidades ,la decisión colectiva,la voluntad del
"soberano",sin importar que ya esté en la 3a. generación de
analfabetos,ni que esté desinformado,engañado y manipulado.-
Así es el juego: el vivo vive del zonzo, y el zonzo de su trabajo.-
Mi haraganería me lleva a la simplificación:la ÚNICA fórmula es: informarse,organizarse, financiarse,armarse y asaltar el poder. No será la ideal pero es la que enseña la historia y la realidad de todos los días.-
La realidad ES, pero hay que tener la capacidad de interpretarla.-
Lo
patético es que la mayoría de la humanidad sigue
creyendo,apostando,sustentando y defendiendo el modelo de la minoría que
la explota,la engaña y la oprime.-
Reconocer
que se está viviendo equivocado es muy duro y se necesita honestidad y
coraje pa' reconocerlo;principalmente en 1 pueblo conservador,pancista y
parásito como el oriental,glorioso ganador de 4 copas mundiales de
fútbol.- Suerte el domingo en el partido Pluma Blanca/Cuquito. El que vá
a perder es el pueblo,cómo siempre.-
MAU-MAU (La flor,y un .38, son para el Bebe).-
Las
salidas del laberinto
Héctor Sergio Napoli
“No hay oportunidad en una Revolución
para los farsantes, no hay oportunidad en una Revolución para los
acomodaticios, no hay oportunidad en una Revolución para los ambiciosos, no hay
oportunidad en una Revolución para los mediocres, no hay oportunidad en una
Revolución para los débiles y cobardes”
Fidel Castro Ruiz
Los desafíos que plantea ese laberinto llamado
Progresismo son múltiples y contradictorios ente sí. Las nuevas forma políticas
ofrecidas a los pueblos latinoamericanos como alternativa “válida” para un
mejor vivir dentro de lo que denominan capitalismo bueno y humano, comienza a
mostrar sus límites, los predicadores de esta teoría salida de la
intelectualidad del Partido Demócrata norteamericano ejemplifican este concepto en forma de
consumo, arma usada como manera de contención de formas socializantes que
permitan romper el sometimiento al corsé económico y social al que es sometida
nuestra Patria Grande y nuestra Comarca.
En nuestra Comarca la derrota político-militar
de la izquierda en la década de los setenta, la implantación de dictaduras que
a sangre y fuego prescindiendo de los altísimos costos sociales permitieran
aplicar lo que se llamó el neo-liberalismo, el posterior derrumbe de estas y su
transición a democracias rigurosamente vigiladas.
El posterior derrumbe del “paraíso de los Soviet”
y la multi polaridad que de esto emergió nuevamente, permitieron ofrecer a los
pueblos latinoamericanos nuevas formas políticas de dominación, democracias mas
abiertas (súper-estructuras jurídico-
políticas mas abiertas y conciliadoras) pero a condición de que estas se
mantengan en los márgenes de la actividad económica, del saqueo perpetuo y sus
necesarios derivados financieros, es decir transferencias de capitales, legalización
de “productos financieros”, etc.
Todo está permitido mientras no se vea
cuestionada la relación entre la política y la economía, donde el determinismo
económico como base conceptual condiciona y
elimina cualquier vestigio de lo político dejando al margen cualquier
idea de soberanía política e
independencia económica, dicho de otro modo, renunciar a ser Nación.
Años de dominación conceptual y un aparato
represivo intacto sin depurar, con amplios márgenes de impunidad son los que
garantizan una estructura productiva basada en elementos económicos primarios
como la minería extractiva a cielo abierto, la instalación de pasteras de
celulosa, las producciones transgénicas como el maíz y la soja, la extensión
del área de cultivo de eucaliptos
genéticamente modificados, la continua autorización de “Zonas Francas”
(pequeñas ciudades modelo) se convierten en los nutrientes de una economía
dependiente de la especulación de los mercados. Reafirmando a nuestra Comarca
en su rol histórico de país periférico, capitalista dependiente, exportador de
materias primas hoy elegantemente denominadas “comoditi” lo que implica la
misma vulnerabilidad económico -social que un corcho en el agua.
Resolver el tema de la relación entre la política y la economía es vital para una izquierda
que atrapada en el laberinto Progresista duda al momento de auto-definirse,
amputándose inconscientemente la
posibilidad de la construcción de un modelo alternativo.
Romper esta cultura hegemónica, disputarle al
capital ese concepto de que la historia
comienza y termina a partir del mismo es imprescindible para reencontrar un
pensamiento libertario que permita generar los puentes culturales de un modelo
de sociedad nueva.
Investigar en el pensamiento latinoamericanista
de Mariátegui, del Che, de Sendic, constituyen una necesidad pero a su vez una
herramienta político-ideológica que
permite disputar ese concepto de país, cabecera de puente para los capitales
transnacionales y plataforma de
agresión a sus pares en la
región, convirtiéndolo en territorio en disputa camino a un horizonte
revolucionario.
Poner nuevamente al centro del debate la
realidad, desterrando la virtualidad política, retomar el pensamiento de la
política como forma de ver, sentir, administrar la convivencia entre pares, poniendo
al ser humano en el centro de cualquier actividad es determinante, que la economía, la gestión y la
administración deben de estar al servicio del ciudadano para avanzar debe estar siempre y claramente presente,
este concepto debe estar por encima de cualquier otro concepto material.
Desterrar el concepto de que la economía está
separada de la política rompe la columna
vertebral del pensamiento colonial liberal, que solo busca garantizar las
amarras de la dependencia.
Una de las puertas de salida a este laberinto
es llenar el vacío dejado de lado por el Progresismo y que debe dar respuestas
correctas para la construcción de una fuerza de izquierda revolucionaria capaz
de ser visualizada por los más como una alternativa real y concreta.
Esto sin duda exige grandes esfuerzos y grandes
sacrificios personales y colectivos pero seguramente muchos menos de los que producirán este
espejismo de desarrollo capitalista cuando nuevamente el fracaso de la aventura
liberal haga pagar sus costos a todos, especialmente a los trabajadores.
Se ha verificado una mutación genética dentro
de la izquierda, esta mutación a sido llamada Progresismo, y es precisamente
esta mutación la que mete sobre el centro de la cotidianidad nada menos que valores intrínsicos al ser humano,
como es el tema de que relacionamiento nos debemos o queremos dar para
convivir, nos pone de frente a temas éticos, nos interroga sobre temas
metodológicos, nos desafía sobre temas ideológicos.
Tenemos delante de nosotros a una casta
dirigente incapaz de ser generadores de nuevas propuestas, sus ideas y
programas están totalmente acotados a generar productos electorales de consumo
masivo más que a dar respuestas claras a las diferentes realidades de las personas, de los ciudadanos, de esos
que ellos eufemísticamente llaman cuerpo
electoral.
Y precisamente de esas diversas realidades, del
diferente relacionamiento laboral generado no solo por las nuevas tecnologías
sino también por una economía que creció y por esta misma razón genero bolsones
de “trabajadores informales”. Es de donde debemos partir nuevamente.
De los diferentes modelos de tenencia y
acaparamiento de la tierra y sus diversas producciones, que generan diferentes
modelos de desarrollo y con ello nuevas y diferentes formas de relaciones laboral. Las cuales todas
conservan el denominador común de la explanación capitalista, de generar cada
día mas plus-valor que garantice la acumulación.
Es de ahí, de lo concreto de una realidad que
no cambia por leyes y decretos, jamás hechos cumplir por los que tienen el
deber social o institucional del control que se debe partir para empezar a
deslumbrar una salida del laberinto.
Claro que como en todo laberinto las “trampas”,
las puertas falsas confunden y retardan, ellas están destinadas justamente a no
permitir encontrar la salida. El (el sistema) hegemoniza el entramado
jurídico-político-económico- financiero-propagandístico y militar, y son
justamente estos los terrenos que le debemos disputar, todos esos elementos
están unidos entre si por el tema cultural tema al cual debemos prestarle la
mayor atención posible porque sencillamente es el tema que permite ser
hegemónico. Porque hoy por hoy debido al retroceso en el plano cultural el
mayor y duro enfrentamiento se da en el plano de las ideas.
Pero el problema es mucho mas profundo, debido
a que las fuerzas de izquierda o así llamadas, e identificadas por la gente han
perdido el impulso renovador, creativo, esta usina de pensamiento que a lo
largo de su rica historia le había
permitido disputarle la hegemonía cultural y política al pensamiento del
capital y sus diferentes formas políticas, hoy quedo entrampada en la teoría
económica “del derrame”, esta teoría fracasada en toda Europa y en el mismísimo
EE.UU. nos viene propuesta por los Progresistas como una autentica novedad.
“Novedad” esta que no resiste en mas mínimo
análisis serio, si lo despojamos del envoltorio de caras austeras que parecería
que siempre tienen razón, de los desayunos de ADM, de los almuerzos del Hotel
Radison, de esos fines de semana de “trabajo” en Punta Ballena, no les queda
nada, solo el futuro de Grecia, de España o Italia ellos lo saben.
Lo que si permite la “teoría” progresista es la
estrecha y productiva vinculación entre
la casta y el empresariado, los financitas, los especuladores, etc.
Pero debemos tener muy presente los futuros e
inmediatos desafíos, deberíamos afinar nuestra inteligencia, agudizar nuestra
percepción, desprendernos de los subjetivismos personales y seguir caminando
porque no hay laberinto que no tenga salida.
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