Motivado por la concesión a la empresa Katoen Natie de la Terminal Especializada de Contenedores por otros 50 años, el intendente de Canelones Yamandú Orsi que hizo pública una carta dirigida al Gobierno.
Texto completo de la carta:
Canelones, 7 de marzo 2021
Al Gobierno Nacional
De mi mayor consideración:
Escuché con particular atención el discurso que el presidente de la República pronunció el 2 de marzo ante la Asamblea General al cumplirse el primer aniversario de asumir la más alta magistratura.
Encontré muchos temas de interés, pero uno me resultó particularmente importante. Se trata de aquel en el que intervinieron varios integrantes del gobierno y que compromete al Estado por los próximos 60 años, condicionando así a los próximos doce gobiernos nacionales. Esto ocurre en un sector clave, el de la logística y en particular el puerto de Montevideo. Me refiero a la extensión de la concesión por otros 50 años, además de los 10 que todavía le quedan pendientes en la explotación de la Terminal Especializada de Contenedores (TCP) a la empresa Katoen Natie.
Para aventar dudas, un comunicado emitido por la propia empresa el mismo día del discurso presidencial explicita en los hechos la prolongación de sus derechos en el puerto hasta el año 2081.
Considerando la historia nacional, desde la colonia al presente y el papel que ha jugado el puerto de Montevideo en ello, la concesión por 50 años me obliga a formular una serie de preguntas y consideraciones. Estamos hablando de una empresa que, en virtud de una resolución de este gobierno, manejará por otros 60 años un resorte fundamental de nuestra economía y por lo tanto de nuestro país.
Se anuncia que el acuerdo al que llegó el Estado con la empresa fue para evitar un juicio iniciado por esta última por 1500 millones de dólares. Una cifra algo más que llamativa, por cierto. En el remate por la terminal, en 2001, la compañía belga pagó 17.100.000 dólares e invirtió 200 millones de dólares. Obtuvo ganancias durante 20 años, por el 80% de las acciones de TCP.
Uruguay tiene exitosas experiencias recientes defendiéndose en litigios internacionales millonarios, Philip Morris y Aratirí, fracasaron en su intento de someter a nuestro país. La amenaza a un estado soberano como el Uruguay, practicada en reiteradas ocasiones por la empresa, resulta difícil de asumirla como argumento para ceder poder y el control estratégico de buena parte del negocio portuario. Amén, claro está, del éxito obtenido por el país en los litigios ya mencionados.
Los avances tecnológicos en materia logística son vertiginosos, ¿y justamente en el cuello de botella de la entrada y salida de productos, hacemos un acuerdo que impide la sana competencia?
¿Entregaremos la llave de nuestro principal puerto por 50 años sin un llamado?
Capaz, las condiciones del acuerdo que desconocemos generan peores condiciones que un juicio a futuro. Quizás no. En cualquier caso, lo cierto es que la opacidad nunca es buena consejera. Abriga suspicacias y alimenta la duda permanente como anclaje para el análisis. Buena cosa sería entonces informar, explicar y argumentar.Aclarar en definitiva. Nada más ni nada menos. Los uruguayos tienen derecho a saber.
Tanto el gobierno como la propia empresa mencionan una inversión de 450 millones de dólares. Una pregunta surge de inmediato: ¿Cuál será el plazo de esa inversión? Para 60 años de explotación del puerto y, considerando que será necesario en ese plazo la obligatoria modernización durante ese periodo de los equipos de la terminal resulta una cifra realmente muy exigua, de apenas 8 millones por año. ¿Podríamos saber con exactitud los plazos de esas inversiones anunciadas? Despejaría dudas legítimas, entiendo.
Tuve la oportunidad de escuchar una entrevista a uno de los mayores especialistas en temas portuarios y de derecho marítimo del país. En radio Carve, el doctor Edison González Lapeyre mencionó las «luces y las sombras» de ese acuerdo. Sus comentarios motivan buena parte de esta inquietud que hago pública. La permanente apelación del Poder Ejecutivo en el reclamo de transparencia, sin duda, creo, refuerza la pertinencia de mis interrogantes.
Por ejemplo, el anuncio de que se dragaría hasta la profundidad de 14 metros en el canal de acceso al puerto hasta casi la isla Libertad está en franca contradicción con el texto del Tratado del Río de la Plata que autoriza un dragado máximo de 13 metros. Una nueva pregunta ¿Quién se hará cargo de los costos de ese dragado del canal de acceso? Esta observación la realizó González Lapeyre, que es además profesor de derecho internacional marítimo de la academia de La Haya. ¿Ha sido considerada esta limitante?
¿Con este acuerdo no se estaría violando precisamente el espíritu y el texto de la Ley de Puertos aprobada durante el gobierno del Dr. Luis Alberto Lacalle Herrera? Alude, nada menos que al principio de la libre concurrencia en los puertos uruguayos y la obligación del Estado de asegurarla.
Además de su reconocida experiencia y versatilidad en la materia portuaria, González Lapeyre fue presidente de la Administración Nacional de Puertos, durante un periodo del gobierno del Dr. Lacalle Herrera Resulta adecuado además determinar si esa nueva concesión no constituiría de hecho la creación de un monopolio privado de la explotación de los contenedores en el puerto de Montevideo.
Por otra parte, ¿los antecedentes de la compañía de quererse desligarse de su paquete accionario en Terminal Cuenca del Platayesta cesión de derechos por otros cincuenta años no hace legítima la pregunta, de si es factible una operación de venta por lo que la empresa belga obtendrá enormes beneficios adicionales? ¿Existe en el acuerdo entre las partes alguna limitación para que KatoenNatie y sus propietarios no pongan nuevamente a la venta el 80% de TCP y se aprovechen de esta concesión del gobierno uruguayo para obtener una enorme ganancia?
¿El Estado uruguayo podrá opinar cuando se ponga a la venta esta concesión?
¿Cuál será el canon que seabonará al estado uruguayo? Se anuncian rebajas de costos en las operaciones, al igual que el Dr. González Lapeyre. yo me pregunto ¿por qué no se realizaron antes esas rebajas, para evitar la pérdida de una parte fundamental del tráfico de contenedores desde Paraguay?
Tratándose de un tema de vital importancia no solo para la actualidad, sino para los próximos 12 gobiernos nacionales y sobre todo para la salida de nuestra producción, deberíamos todos poder conocer el texto del acuerdo, para poder hacer aportes. Debe ser parte de una política de estado, una política de gobierno y oposición. El país tiene ejemplos de ello. Y se lo merece.
Es bueno que todos los uruguayos podamos reflexionar sobre las consecuencias de entregar medio siglo de manejo de nuestro puerto. Me pareció imprescindible formular de manera pública y transparente estas dudas y estas preguntas.
Les saludo, cordialmente
Prof. Yamandú Orsi
>>> La guerra del puerto Katoen Natie dio detalles de "la mayor inversión en la historia del Puerto de Montevideo"
La empresa belga comunicó esta tarde que acordó con el Estado desistir de un juicio internacional e invertir unos US$ 460 millones, así como la extensión del plazo de la concesión por 50 años.
02 marzo 2021
Katoen Natie, la empresa belga propietaria del 80% de Terminal Cuenca del Plata (TCP, la única especializada de contenedores), comunicó minutos después de que el presidente Luis Lacalle Pou anunciara el acuerdo alcanzado con el Estado uruguayo en la Asamblea General que realizará "una de las inversiones más grandes de Katoen Natie, que se convierte así en el protagonista de la mayor inversión en la historia del Puerto de Montevideo". Esto comienza señalando el texto enviado desde Amberes (Bélgica). Este paso se conoció a fines de la semana pasado, y se estimaba que el mandatario lo anunciara este martes.
"No solo desiste del juicio" internacional por unos US$ 1.500 millones, dijo Lacalle Pou en el Parlamento sobre la empresa, "sino que además se compromete a invertir US$ 460 millones, además de proceder a una rebaja importante en las tarifas".
Katoen Natie precisó que el acuerdo consiste en "una inversión aproximada de US$ 455 millones, conjuntamente con una extensión del plazo de la concesión por 50 años (hasta el momento eran 30 años)". También "da por concluido el diferendo que tuvo con el Estado Uruguayo por infracciones al tratado entre la República Oriental del Uruguay y la Unión Económico Belgoluxemburguesa en materia de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones".
Sobre la reducción de tarifas de la terminal que adelantó Lacalle Pou, la compañía sostiene que "la rebaja final implicará un ahorro promedio del 30% en los servicios principales a los exportadores", y que se "aumentará los días libres de permanencia en el puerto de los contenedores de exportación, pasando de 3 días libres a 5 días libres".
"Katoen Natie desea expresar su satisfacción por el acuerdo alcanzado, que evidencia las fortalezas de Uruguay
como país que ofrece seguridad jurídica, estabilidad democrática y un
ámbito propicio para el desarrollo de inversiones productivas, y renueva
su vocación de inversor de largo plazo en Uruguay", remarcó la compañía
que opera en el puerto capitalino desde 2001.
Por otro lado, se estableció que con esta nueva etapa en el desarrollo de TCP se busca "transformar el puerto de Montevideo en el hub más importante de tráfico de contenedores en el ecosistema portuario del Cono Sur".
La empresa belga informó que construirá una segunda playa de contenedores de aproximadamente 22 hectáreas que se suman a las existentes, así como un segundo muelle de unos 700 metros, con una profundidad a catorce metros.
Otros aspectos que incluyen este acuerdo son la instalación de nuevas grúas pórticos y equipos de traslado horizontal, la "ampliación y modernización" de los accesos de camiones en la Terminal, la pavimentación de la playa de contenedores existente y una inversión en nuevos sistemas informáticos.
Este
proyecto "se iniciará de inmediato luego de refrendados los acuerdos",
lo que generará un "incremento de fuentes de trabajo, tanto directo como
indirecto", precisa la empresa que busca "duplicar" su capacidad anual
con estas obras y atender los "barcos más modernos".
Para
graficar este cambio, la compañía propietaria del 80% de la TCP, espera
operar "cuatro barcos porta contenedores en forma simultánea".
¿En
qué se traducen estos cambios? Katoen Natie informó que esto "mejorará
la eficiencia" de la misma, y "reducirá los costos por contenedor", lo
que posicionará, aseguró, al puerto capitalina como "referente" del
sistema portuario del Cono Sur.
El gerente general de TCP, Vincent Vandecauter,
destacó -de acuerdo a lo que cita el comunicado de la empresa- que es
"la terminal de contenedores más eficiente de Sudamérica", y que con
esta inversión se ubicará en "la lista de puertos hub más importantes del continente".
Katoen
Natie también recordó que ha invertido "más de US$ 250 millones para
transformar a TCP en la terminal más moderna de la región".
La
empresa belga opera en 36 países en cinco continentes y cuenta con
17.000 empleados. Aterrizó en Uruguay en 1996 cuando adquirió parte del
paquete accionario de Zonamerica y luego se integró a Costa Oriental. En
2012 construyó el Parque Logístico Polo Oeste en conjunto con
Frigorífico Modelo S.A.
La historia de reclamos en el puerto, que se zanjó con una inversión millonaria de Katoen Natie y la ampliación de la concesión hasta 2081
La diaria 8 de marzo de 2021 · Escribe Mathías da Silva .
En varios titulares de prensa apareció como “la guerra del puerto”, en virtud de los constantes reclamos y disputas que hubo al menos desde 2015 entre actores de peso a nivel portuario. La protagonista principal es la empresa Katoen Natie, multinacional de origen belga dedicada a los servicios logísticos, que tiene la concesión de la única terminal especializada de contenedores del puerto de Montevideo, a través de Terminal Cuenca del Plata (TCP), que pertenece en 20% al Estado uruguayo; y como actores secundarios aparecen los dos últimos gobiernos, la Administración Nacional de Puertos (ANP) y la empresa Montecon, competidora de la primera y que opera en los muelles públicos.
Esta historia, que comenzó en 2001 con la concesión a Katoen, tuvo novedades la última semana cuando el presidente Luis Lacalle Pou anunció, al comparecer ante la Asamblea General, un acuerdo para que la firma belga retire una demanda internacional contra el Estado uruguayo y realice en los próximos años una inversión de 460 millones de dólares en el puerto. A cambio, se extendió la concesión de 30 años por 50 años más, es decir que finalizaba en 2031 y se amplió hasta 2081.
En la licitación de 2001 la empresa ofertó 17 millones de dólares para gestionar la terminal especializada, lo que implica que hay determinados servicios dentro del puerto que pueden ser brindados sólo por TCP. Luego de una ampliación de las instalaciones en 2009, alcanzó capacidad para operar más de un millón de contenedores al año.
La interpretación de Katoen es que distintas disposiciones que tomó la ANP favorecieron en los hechos a su competidora Montecon –por ejemplo, al permitirle instalar tomas eléctricas en las áreas públicas para dar servicio de refrigeración de contenedores–, y esto llevó a que TCP pase de acaparar 70% del movimiento en el puerto en 2013 a 35% el último año. En efecto, hace ocho años que paga multas económicas al Estado por no alcanzar los niveles de actividad exigidos en el contrato de concesión.
En el marco de esa disputa con la ANP y la otra empresa de servicios portuarios, Katoen realizó varios reclamos y en 2016 envió una carta al presidente Tabaré Vázquez con denuncias. Lo que planteaban era que Montecon utilizaba casi la totalidad de los muelles públicos sin haber pasado por licitación ni haberse comprometido a efectuar inversiones. Esto derivó a comienzos de 2016 en la remoción del gerente general de ANP, Néstor Fernández, tras avalar que Montecon amplíe las tomas eléctricas, proceso que se frenó y se llamó a licitación.
Katoen sostiene hasta ahora que, más allá de la marcha atrás, su competidora sigue brindando servicios de refrigeración que no tiene permitidos. “Katoen Natie no quiere competencia” y busca impulsar “un monopolio portuario”, manifestó en respuesta en 2016 el gerente general de Montecon, José Olascoaga. Pero desde la empresa belga fueron más allá y uno de sus ejecutivos dijo en esa época al semanario Búsqueda que había “olor a corrupción” en los vínculos entre la ANP y Montecon.
Con los ánimos bastante caldeados en el puerto, en 2017 la empresa belga anunció que abandonaba sus negocios portuarios en Uruguay y realizó un llamado internacional a interesados para vender su parte de TPC. Se entablaron negociaciones entre Katoen y la naviera internacional MSC, de las más importantes del mundo, que finalmente no prosperaron. Pero MSC presentó a finales de 2017 a la ANP un proyecto para instalar una nueva terminal de contenedores en el puerto de Montevideo.
Este último episodio derivó en que Katoen suspenda el proceso de venta ante la incertidumbre sobre si mantendría o no la única terminal especializada. Cerca de un año después y tras un proceso de análisis técnico, la ANP aceptó la propuesta de MSC, aunque con el voto contrario del representante de la oposición en el directorio, Juan Curbelo del Partido Nacional (PN), que desde marzo de 2020 asumió como presidente del organismo.
Todos estos episodios derivaron en una instancia de negociación entre las autoridades portuarias y Katoen, que pasó de pretender salir del país a negociar una extensión de la concesión, al tiempo que el proyecto de MSC de una nueva terminal no prosperó. Pero todo cambió cuando en octubre de 2019 la empresa de origen belga acusó a Uruguay de violar el Tratado de Protección de Inversiones con el país europeo y en febrero de 2020 anunció una demanda internacional por 1.500 millones de dólares.
Estas noticias cayeron en medio de la campaña electoral y con las autoridades de la ANP y el gobierno frenteamplista de salida. Fue así que la negociación para evitar el juicio inició ya con el gobierno de la coalición multicolor, y tras casi un año hubo un acuerdo entre las partes.
Mayor profundidad en el puerto en procura de trasbordos
“El resultado es muy satisfactorio para el desarrollo portuario. El objetivo desde el primer momento fue potenciar al puerto de Montevideo como hub [centro de servicios] en la región, y que Katoen no sólo desista del juicio sino que apruebe una inversión con la que casi va a duplicar los servicios de la terminal es un buen mensaje en esa línea”, dijo el presidente de la ANP a la diaria.
Según publicó El Observador el martes, el acuerdo tiene cuatro puntos centrales: Uruguay se compromete a “garantizar la continuidad del marco jurídico existente” a nivel del puerto, TCP ampliará su infraestructura e invertirá 455 millones de dólares, Katoen retira la demanda internacional, y TCP asegura “una rebaja importante de las principales tarifas a la exportación”.
Una fuente del sector privado al tanto de las negociaciones comentó a la diaria que primero se “solucionó el tema jurídico”, y luego el gobierno insistió para concretar “una inversión inmediata” en infraestructura, planteando “como contrapartida” la extensión del plazo de la concesión. Consideró que para las dos partes lo acordado fue “un ganar-ganar”, aunque al pasar raya para que eso sea así deben cumplirse los plazos de la obra –que empezaría dentro de un año y duraría al menos hasta 2025– en pos de reactivar la economía, y Katoen debe incrementar su nivel de actividad, porque ampliará la infraestructura en momentos en que tiene 30% de capacidad ociosa en la terminal de contenedores.
Los puntos más importantes de la inversión anunciados son la construcción de un nuevo muelle de unos 700 metros, y ampliar el área destinada para contenedores a 22 hectáreas. El futuro muelle tendrá 14 metros de profundidad, en línea con los planes de la ANP de dragar a esa altura el resto del puerto, para mejorar la competitividad respecto al puerto de Buenos Aires –que tiene 12 metros de calado– y procurar la llegada de grandes buques portacontenedores.
“Todo va en la línea de apostar por un puerto eficiente y competitivo. La profundización a 14 metros más las obras como el acceso Norte [que agilizará el ingreso a la terminal], el muelle para UPM 2 y la terminal granelera [tres obras que vienen de la pasada administración] serán una transformación del puerto”, señaló el presidente de la ANP.
“Se espera un mayor flujo de buques, que utilicen a TCP como centro de carga y descarga para la región”, explicó una fuente. Agregó que cuando quede todo operativo, “va a cambiar la dinámica de las cargas en la región y cómo las líneas [navieras] definen los trasbordos”. La apuesta es volver a captar carga desde Paraguay, donde el puerto de Montevideo compite con Buenos Aires, luego de haber aumentado los trasbordos en tiempos de restricciones comerciales del gobierno de Cristina Fernández y perdido por demoras en el despacho en 2018.
Además de esto, en el plano local y con vistas a disminuir los costos para los exportadores, Katoen se comprometió a bajar 20% la tarifa al momento de la firma de la extensión de la concesión, y otro 10% más condiciona a un incremento de la actividad.
Consultado sobre la disputa entre Katoen y Montecon, Curbelo manifestó: “Tenemos que mirar por encima de cualquier conflicto y entender lo que es bueno para el puerto de Montevideo. En la negociación con Katoen apostamos a recomponer el relacionamiento y que vuelvan a confiar en el gobierno”.
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