Montevideo 17 de marzo de 2021
A la opinión pública, a nuestros compañeros:
A un año de la promulgación del Decreto N 93/020 que declara el Estado de Emergencia Nacional Sanitaria como consecuencia de la Pandemia originada por el virus COVID-19 y, a poco más de un año de ejercicio de gobierno de la actual Administración, el devenir de los acontecimientos acaecidos durante este tiempo, nos llevan a realizar algunas reflexiones.
Los trabajadores de la Salud, como toda la población, venimos sufriendo las inclemencias de un virus que, como sabemos, tiene sus particularidades y, por tratarse de un nuevo tipo de infección conlleva más dudas que certezas. Pero más allá del virus en sí mismo, los grandes problemas que vienen dándose en el sector de la salud, son consecuencia de las políticas a aplicarse para paliar una situación que sabemos que es difícil, por las repercusiones económicas que trae aparejadas una pandemia mundial.
En el último año, el personal de Salud ha venido sufriendo todo tipo de dificultades laborales ajenas a los riesgos propios de la actividad, que suman preocupaciones y tedio a una actividad que, por diferentes circunstancias se vió sobrecargada.
Por estos días, Uruguay se encuentra ante una segunda gran ola de contagios que agrava la situación epidemiologica del país. Hace apenas unas horas, el Presidente de la República, en conferencia de prensa anunció un nuevo paquete de medidas. Las mismas sólo reflejan un poco más de lo mismo, apelar a la “libertad responsable” como eufemismo de un Estado ausente. Un Estado que asiste poco y nada, que escucha a medias al Grupo de Científicos que lo asesora y que deja a cargo de la población el manejo de la pandemia. Esta manera de no gobernar, perjudica claramente a los más vulnerables. Suspender la obligatoriedad educativa es un claro ejemplo de ello. Hay que invertir para que haya mejores condiciones materiales y aumento de recursos humanos asignados a la educación.
Por estos días, Uruguay se encuentra ante una segunda gran ola de contagios que agrava la situación epidemiologica del país. Hace apenas unas horas, el Presidente de la República, en conferencia de prensa anunció un nuevo paquete de medidas. Las mismas sólo reflejan un poco más de lo mismo, apelar a la “libertad responsable” como eufemismo de un Estado ausente. Un Estado que asiste poco y nada, que escucha a medias al Grupo de Científicos que lo asesora y que deja a cargo de la población el manejo de la pandemia. Esta manera de no gobernar, perjudica claramente a los más vulnerables. Suspender la obligatoriedad educativa es un claro ejemplo de ello. Hay que invertir para que haya mejores condiciones materiales y aumento de recursos humanos asignados a la educación.
Por estos días, Uruguay se encuentra ante una segunda gran ola de contagios que agrava la situación epidemiologica del país. Hace apenas unas horas, el Presidente de la República, en conferencia de prensa anunció un nuevo paquete de medidas. Las mismas sólo reflejan un poco más de lo mismo, apelar a la “libertad responsable” como eufemismo de un Estado ausente. Un Estado que asiste poco y nada, que escucha a medias al Grupo de Científicos que lo asesora y que deja a cargo de la población el manejo de la pandemia. Esta manera de no gobernar, perjudica claramente a los más vulnerables. Suspender la obligatoriedad educativa es un claro ejemplo de ello. Hay que invertir para que haya mejores condiciones materiales y aumento de recursos humanos asignados a la educación.
Desde AFUSMI queremos manifestar un profundo malestar ante lo que consideramos un manejo errático, en lo referido a la inscripción de los trabajadores que deberían estar habilitados para recibir la primera dosis de la vacuna Pfizer-Biontech, que se llevó a cabo, según lo estipulado por el Ministerio de Salud Publica, entre el viernes 12 y sábado 13 de marzo.
De acuerdo a un comunicado, fechado el 8 de marzo de 2021, el MSP informó que a partir de el día 9 de marzo quedarían abiertas las agendas para Personal de la salud de áreas priorizadas:
• CTI.
• Servicios de apoyo CTI.
• Atención extrahospitalaria.
• Puertas de emergencia y urgencia.
• Internación hospitalaria.
• Block quirúrgico.
• Hisopadores.
La realidad es que, en muchas instituciones, en los listados confeccionados no se contempló a todos los grupos mencionados como prioritarios. Nos encontramos con casos en que en algun CTI, ni siquiera la totalidad del personal de enfermería se encontró habilitado para agendarse, mientras que Auxiliares de Servicio, Licenciadas en nutrición, personal de Tisanería, Licenciados en Fisioterapia, Neumocardiología y otros servicios que cumplen funciones dentro del área no lo estaban, por lo que no pudieron realizar la inscripción para vacunarse. Tuvimos comunicación también de sectores de internación convencional y, en ésta, de funcionarios que estuvieron cumpliendo tareas en áreas aisladas para Cohorte COVID que tampoco estaban habilitados; éstos y otros inconvenientes se replicaron en diversas instituciones en el interior del país.
Por eso debemos expresar que el Ministro de Salud faltó a la verdad cuando expresó, casi enojado, que habían sobrado 50000 vacunas porque el personal de los sectores prioritarios no había concurrido a vacunarse. Si bien seguramente deben haber existido casos en que alguna persona decidiera no vacunarse, muchísimos compañeros con voluntad de hacerlo no estuvieron (y hasta la fecha no lo están) habilitados. Ese, es un manejo miserable de la información.
Estos problemas son apenas un eslabón más en la cadena de lo que, reiteramos, consideramos un manejo errático y poco transparente en cuestiones vinculadas tanto con la vacunación como con el manejo de los recursos humanos para el tratamiento de esta pandemia.
Cuando hablamos de recursos humanos, entendemos que desde el Gobierno no se tuvo en cuenta el cuidado del personal de Salud. Se dice pomposamente que somos “la primera línea de defensa” contra el COVID pero, en la práctica esa es una expresión vacua ya que los trabajadores terminan siendo fichas de cambio y descarte a libre albedrío de los empresarios del Sector. A lo largo de los últimos 12 meses nos hemos enfrentado a diferentes situaciones que dan cuenta de ello:
• Envío masivo de Trabajadores de la Salud a Seguro de Paro en el inicio de la Emergencia Sanitaria.
• Intentos de flexibilización en las condiciones de trabajo con: supension de licencias, cambios de libres, la negativa de otorgar días por estudio etc.
• Certificaciones por “cuarentenas preventivas” en donde de una manera u otra el perjudicado SIEMPRE es el trabajador, generando pérdida de salario, primas por presentísmo y otros beneficios.
• Problemas con los EPP y diferenciación entre trabajadores en el uso de los mismos
• Falta de dotaciones adecuadas para cubrir diferentes tareas, lo que lleva a:
➢ Guardias divididas en dos sectores diferentes no respetando el concepto de “burbuja” que tanto se le exige a la población, resultando esto en mayores posibilidades de contagios.
➢ Enfermeras de área COVID retirando la basura contaminada por no contar con Aux de Servicio.
➢ Aux de enfermería de internación en área convencional trabajando en áreas especializadas con muy poca o nula experiencia en dicha área.
Debemos puntualizar que el personal de salud está compuesto en un 80% por mujeres, muchas veces con menores a cargo; estas compañeras tuvieron muchas dificultades en los meses de suspensión total de clases presenciales y no fueron contempladas.
Podríamos seguir enumerando situaciones como las planteadas, porque existe gran diversidad de problemas como estos en el día a día. El hecho de trabajar con estas condiciones ha redundado en un aumento de la carga psíquico, físico emocional del personal sanitario que se ha traducido en un aumento significativo de las certificaciones médicas, las cuales terminan agravando el problema antedicho de faltas de dotación no contempladas por las patronales. Se dice que ante el aumento de la cantidad de contagios el sistema de salud comenzará a sentir la presión. Es importante que la población sepa que hace ya un año que siente esta presión y que, si se estuvo cerca del colapso no fue solo por aumento en la curva de contagios, también fue por no cuidar al personal; y es un riesgo que continúa latente.
Creemos firmemente en la importancia de la inmunización de toda la población aunque ante esta situación, nos permitimos hacernos algunas preguntas:
1) ¿Porqué es tan difícil de explicar el proceso de compra y costos de las vacunas par un gobierno que lleva adelante la bandera de la transparencia y la austeridad?
2) ¿Porqué no se inició el proceso de vacunación priorizando, además de los maestros al personal de salud y a personas de alto riesgo con co-morbilidades, optando en cambio comenzar con el personal de los ministerios de Defensa e Interior?
3) ¿En que se funda la decisión de hacer la distribución de las vacunas mediante una empresa privada, cuando contamos con el Correo Uruguayo, con la experiencia y logística necesaria para realizar la tarea sin costos adicionales?
4) ¿Porqué motivo las vacunas son custodiadas por un policía armado dentro de las instituciones y fuera del horario de vacunación? ¿Se piensa que puede haber un ataque externo? ¿Es desconfianza para con los trabajadores de los sectores de farmacia? Y si fuera esto último, repetimos, ¿un policía armado? ¿Será que se trata de una política estatal que se pretende naturalizar?
Por todo lo expresado creemos que es hora de hacernos estos cuestionamientos, de encarar críticas y, porqué no, auto críticas; es tiempo de análisis y discusión para planificar y continuar, en esta nueva realidad, con la lucha de todas y todos los trabajadores del sector, y que en nombre de la pandemia no se justifiquen atropellos de carácter Neoliberal, a nuestros derechos y a nuestra libertad (que no parece ser la misma el Gobierno dice defender)
Esperamos fomentar y aportar a una discusión fraterna y constructiva, haciendo énfasis en la UNIDAD en la diversidad,. Y esperamos que así sea entendido por todos los compañeros. Hoy más que nunca VIVA LA UNIDAD DE LA CLASE TRABAJADORA! Esperamos fomentar y aportar a una discusión fraterna y constructiva, haciendo énfasis en la UNIDAD en la diversidad,. Y esperamos que así sea entendido por todos los compañeros. Hoy más que nunca VIVA LA UNIDAD DE LA CLASE TRABAJADORA!
Una perilla por uruguayo
"Ya todo el mundo sabe lo que tiene que hacer. Todo el mundo puede manejar sus propias perillas", dijo Lacalle Pou, y señaló que las medidas del gobierno "ayudan a frenar el crecimiento" de los casos de COVID-19.
"Por donde se están dando los contactos, quizá hay un relajamiento", estimó Lacalle.
"Todas las medidas que estamos impulsando, si no se mantiene la burbuja, si hacemos asados de 20 personas, si se hacen fiestas clandestinas, ya está; no hay medida que resista la falta de cuidado de una persona", expresó el mandatario.
Lacalle aseguró además que esto no es "pasarle la pelota a la gente": "La responsabilidad es nuestra y la asumimos, pero es obvio que tiene que haber concordancia entre la situación del país, la respuesta del gobierno y la conducta de la gente. Todos sabemos lo que está bien y lo que ayuda y lo que no ayuda".
Montevideo Portal
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