sábado, 18 de enero de 2014
El diputado "50"
por Hugo Bruschi en el AÑO DE LA DIGNIDAD
Una vez llevados a los tribunales de Nüremberg, montados para juzgar los crímenes de guerra cometidos por los nazis, muchos de ellos argumentaron "haber cumplido órdenes". Si tenemos en cuenta que pertenecían a una organización vertical como lo son todos los ejércitos del mundo, si a ello le agregamos que estos hechos se registraron en plena guerra y si además tomamos en cuenta el peso que dentro de esa organización tenían las SS, policía política del Partido nazi que controlaba la fidelidad a la causa, tal vez esos argumentos jugarían como atenuantes, al momento de dictar sentencia. Los tribunales entendieron, que hay órdenes que no merecen ser cumplidas, si ellas atentan contra la moral y los principios de todo ser humano. Hermosas palabras sin duda, pronunciadas en tiempo de Paz y detrás de un escritorio. No sabemos si estos argumentos pesaron en las decisiones finales, pero siempre y ese fue el caso seguramente, se toman en cuenta los rangos que ocupaban unos y otros, dentro de esas fuerzas al momento de cometerse los delitos. Las responsabilidades del soldado y las del coronel, no son las mismas por más despreciables que sean sus actos.
Cuando el mundo "civilizado" creyó por fin haber dejado atrás estos hechos que avergüenzan la condición humana, la realidad poco a poco fue mostrando, que estábamos equivocados. Las guerras colonialistas, las invasiones de paises, las masacres como las de Vietnam pusieron al descubierto el engaño al que nos convocamos inocentemente. Con un agravante: en la mayoría de los casos no existieron tribunales de conducta, por lo que podríamos afirmar que la historia y las condenas, las escriben los ganadores. Sería interminable la lista de crímenes y criminales sin juzgar, que aún andan sueltos por el mundo, sin haber enfrentado jamás, tribunal alguno. Hollywood se encargó de apuntar en una sola dirección y los crímenes modernos son presentados como "operaciones necesarias para preservar la Paz". Les faltó agregar, de las empresas petroleras......
Y en estas márgenes del Rio de la Plata se repitieron hechos ,que también trataron de ser justificados con la "teoría de los 2 demonios" y la "obediencia debida". Pero lo más novedoso es que en el mundo político, también se registran casos de "obediencia" disfrazados de "disciplina partidaria". Cuál es la diferencia entonces? Los nazis también eran un Partido y qué Partido! Fueron votados por 40 millones de alemanes, que los llevaron al poder en forma bien democrática. Allí en las urnas, como le gusta decir a tanta gente.
Claro está, que no comparamos ni justificamos aquellas aberraciones, con estas inocentes "obediencias". Obediencias que no pasan por torturar, secuestrar, desaparecer personas, cuando nó asesinarlas directamente. TRATAMOS DE COMPARAR CONDUCTAS QUE MUCHAS VECES -QUEREMOS CREER - VAN CONTRA SUS PRINCIPIOS, PERO QUE SE ADAPTAN A LAS NECESIDADES PARTIDARIAS. Un diputado uruguayo a quien llamaremos "el 50" - no por el fantasma de Maracaná - sino porque su voto a favor de la legalización de la marihuana, era el que faltaba. Este hombre nos dijo en una oportunidad, que se trataba de "una bosta", pero no fue impedimento para que la votara. Hoy ha trascendido en algunos medios de prensa uruguayos, que este hombre que además es médico, está iniciando una movida dentro de su coalición Frente Amplio, tendiente a la anulación de la ley que él mismo votó. Ud. ha leido bien amigo o compañero. Y este hombre que votó contra lo que aprendió en la Facultad de Medicina y contra la voluntad del 61% de los uruguayos que se oponen a la legalización de la droga, nos dice también que lo hizo a instancias de Mujica que fue quien lo persuadió. Este diputado no corría peligro de vida, pues dentro del Frente Amplio no existen las temidas SS que controlaban la fidelidad a la causa. Lo que corría peligro en este caso, era su banca, sus 180.000 mensuales más algunos beneficios y su candidatura a la próxima contienda de las urnas.
La senadora Constanza Moreira es otro ejemplo "de obediencia debida" cuando vota todo lo que le encargan, entre otras perlas la Ley de Aratirí. Obsérvese, que hablo de Constanza Moreira y no del resto, pues esta senadora juega el papel del discrepante y se presenta como la esperanza de cambio. De los otros no me ocupo, porque votaron tambien todo lo que había por votar, menos lo que había que votar, pero por lo menos no posan de discrepantes. Ellos son obsecuentes a destajo. Entonces cabe preguntarse, cúal es la diferencia entre esta gente y un soldado uruguayo, que admite haber cometido delitos de lesa humanidad, en cumplimiento de órdenes? La diferencia conciste en que esta gente no torturó ni mató a nadie, pero sus conductas son similares y todo lo justifican orgullosos, como una consecuencia de la "disciplina partidaria", aunque ésta - queremos pensar - vaya en contra de principios y convicciones. Confiaría Ud. amigo que lee estos comentarios, su voto a gente que entre la moral y los sillones, elije por éstos últimos? YO NO!!
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Impecable articulo con impecables reflecciones/comparaciones, gracias!
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