CRÓNICAS DE 30 AÑOS EN PERIODISMO
por Roger Rodriguez
Era abril de 1984 y grave la situación que sufrían nueve presos
políticos en situación de rehenes. Las autoridades de los dos partidos
políticos tradicionales emitieron declaraciones públicas para reclamar
mejoras en sus condiciones de reclusión. El tema era motivo de censura,
pero la prensa alternativa, en particular un grupo de semanarios que
iban ganando espacios en favor de la libertad de expresión, comenzaron a
informar de la existencia de estos presos.
En Convicción,
se decidió encarar el tema. El contacto con los familiares de los
rehenes lo hizo Guillermo Chifflet y a mi me encomendaron hacer la
entrevista. Como en otras notas de esa época, se debía ser cuidadoso en
la grabación (la DINARP o la DNII podían pedirla) y, particularmente, en
la edición. El periodista tenía que mantenerse aséptico y limitarse a
relatar datos, para dejar que los adjetivos y denuncias surgieran de
los entrevistados...
"Según se ha declarado por parte de los
familiares, los nueve detenidos han sufrido enfermedades similares por
su condición carcelaria (Avitaminosis, afecciones en las vías
respiratorias, trastornos motores como artrosis y reuma, trastornos en
el control de efínteres, trastornos en la visión, adelgazamiento,
deshidratación, diarreas, trastornos hepáticos), pero también
padecen enfermedades particulares recibiendo, salvo casos extremos,
únicamente la atención médica en las propias unidades", escribimos.
Esta
primera entrevista a los familiares de los "rehenes", incluyó el
testimonio de Alba Sendic (lo suficientemente mayor como para no ser
acusada), Ernesto y Adolfo Wasem y Adrian y Leonora Manera (lo
suficientemente jóvenes como para no tener antecedentes)."Yo no he tenido nunca acceso a él, por ejemplo para darle un beso...”, nos dijo Adolfo Wasem, el hijo de 15 años.
"Las
celdas por ejemplo, son muy pequeñas miden dos metros por uno y medio
generalmente y después hay casos donde se producía una filtración de
aguas servidas en la propia celda, otro donde se debía permanecer
agachado porque solo había 1.60 metros de altura o problemas serios de
humedad, o el propio aljibe, que es un pozo cerrado (...) en
todos los casos siempre han estado con luz artificial, si no se quema
la lámpara y por un tiempo hasta que no traemos nosotros una, quedan a
oscuras. Actualmente, por ejemplo no tienen salida al baño y tienen
que hacer sus necesidades en un balde que teóricamente lo cambian una
vez por día, pero a veces hasta cuatro días están sin cambiarlo", narraba Adrian Manera.
El
artículo se publicó el 12 de abril y tuvo un fuerte impacto, pero de
muy corta duración: dos días más tarde, luego de un operativo represivo
en San Javier, el médico Vladimir Roslik fue asesinado por torturas en
el cuartel de Fray Bentos.
Los rehenes fueron liberados un año
después, el 14 de marzo de 1985, luego de la reinstitucionalización del
país, cuando se aprobó la Ley 15.737 que amnistió a los presos políticos
y permitió excarcelar a quienes estaban acusados de delitos de sangre.
Roger Rodríguez
(1° de abril de 2014)
La primera nota sobre los "rehenes": Convicción, 12 de abril de 1984.
“Hoy buscamos que vuelvan a ser trasladados a Libertad”
HABLAN FAMILIARES DE LOS “REHENES”
El
7 de setiembre de 1973, nueve presos, todos ellos
principales cabecillas del Movimiento de Liberación Nacional (MLN)
“Tupamaros”. Fueron trasladados del Establecimiento Militar de Reclusión
Nº 1 (Penal de Libertad) a unidades militares del interior del país,
donde permanecen hasta la fecha en un régimen de extrema incomunicación y
aislamiento.
Las informaciones y testimonios brindados por
los propios familiares de estos presos indican que también ocho mujeres
habían recibido similar trato desde junio de 1973 hasta 1976, cuando
fueron reintegradas a Punta de Rieles.
Los nueve presos que se encuentran hoy en la referida situación son: Henry Engler Golovchenko (37 años, nacido en Paysandú, estudiante avanzado de medicina, casado con 3 hijos, detenido en 1972); Eleuterio Fernández Huidobro
(44 años, bancario, casado, una hija. Fue uno de los fundadores del
MLN, detenido en 1969, se fugó con otros 105 presos del Penal de Punta
Carretas en setiembre de 1971. Vuelto a apresar en 1972). Jorge Amílcar Manera Lluberas
(55 años, nacido en Salto, casado, tres hijos, Ingeniero, trabajó en
UTE, integrante del Partido Socialista desde 1962, fundador del MLN. Fue
detenido en 1964, cumplió condena por asalto. Nuevamente apresado en el
69, se fuga de Punta Carretas en 1971 y vuelve a ser detenido en 1972);
Julio Marenales Saenz (53 años, casado, un hijo,
Escultor y ex profesor de la Escuela Nacional de Bellas Artes, fue
Secretario General del sindicato Autónomo de la Construcción, fundador
del MLN. Detenido en 1964 y 1968, fugo en el 71 y fue apresado en 1972);
José Alberto Mujica Cordado (51 años, feriante, actuó
en el Partido nacional y la Unión Popular. En 1964 ingresó al MLN.
Detenido dos veces, fugó en 1971 y fue nuevamente capturado en 1972); Mauricio Rosencoff Silbermann (50
años, nacido en Florida, militó en la Juventud Comunista, fue
periodista, escritor, dramaturgo, poeta y director de teatro, casado,
una hija. En 1969 escribió “La rebelión de los Cañeros”. Había iniciado
unos años antes su militancia en el MLN, cuando fue detenido en 1972); Raúl Sendic Antonaccio
(58 años, nació en Flores, casad, 5 hijos, Procurador, fue secretario
de la Juventud del Partido Socialista y miembro del Comité Ejecutivo,
fundador del MLN, detenido en 1970 se fuga de Punta Carretas en 1971 y
vuelve a ser arrestado en 1972); Adolfo Wasem Alaniz (38 años, casado, un hijo, estudiante de derecho, fue detenido dos veces en 1971 y 1972); Jorge Zabalza Waksman
(40 años, casado, una hija, estudiante de Notariado. Detenido en 1969,
fuga en 1971 y es nuevamente apresado en Paysandú en 1972).
De los
nueve, sólo Wasem y Manera han recibido sentencia definitiva. Todos
ellos han sido condenados a 30 años de penitenciarían 15 de medidas de
seguridad. Según sus familiares, Sendic no ha recibido confirmación de
pena, negándose a firmarla y solicitando un juicio político.
Alba Sendic
(66 años): “Mi hermano tiene 58 años. Fue detenido en 1970 y se fugó
del Penal de Punta Carretas en 1971. Lo volvieron a capturar en 1972 y
en 1973 lo sacaron del Penal de Libertad y lo vienen trasladando en
cuarteles del interior. Cuando lo agarraron la última vez, fue en un
enfrentamiento y recibió un balazo que le destrozó la cara. Una bala le
entró por la mandíbula derecha y le salió por la izquierda. Le hicieron
un injerto y una operación en el maxilar, pero quedó deforme porque en
la parte plástica no fue intervenido. A Raúl cuando lo sacaron le toco
ir a Durazno y a los demás a otros cuarteles. Allí estaba el aljibe,
todos, los nueve pasaron por ahí. No sabemos exactamente cuáles son los
cargos actuales de su caso, porque creo que en la segunda detención, le
agregaron cargos, incluso el de asesinato, pero no sé bien cuál son, ni
el abogado d él, que es francés pudo ver el expediente. Pero él
se negó a firmarlo, por eso no tiene sentencia de segunda instancia.
Después pasó a Flores y después a Paso de los toros y también por
Colonia anduvo, en todos esos lados en condiciones muy duras... Ahora
está en Laguna del Sauce y el trato se ha distendido bastante, puede
salir al sol y la última vez que lo vi, hace más o menos un mes estaba
algo quemado. Claro que no nos dejan tener contacto con él ni a mi, ni a
Victoriano, mi otro hermano. Desde que está allí, lo dejan leer incluso
han permitido que reciba libros de inglés. En la visita no se nos
permite hablar de nada que no sea familiar. El tiene que ser operado de
una hernia y tiene el problema de la boca, por lo demás físicamente está
más o menos bien y síquicamente está bien. El no puede hablar con
nadie, pero al parecer en los propios cuarteles alguien ha hablado con
él porque se enteró cuando lo del SI y el No del plebiscito y ahora supo
de que liberaron a Massera y a Seregni. La otra forma que tenemos para
comunicarnos con él es por carta. El tiene cinco hijos en el exterior y
cuando nos vienen cartas de ellos nosotros las llevamos y esas entran.
El puede entregarnos dos cartas por visita, de una carilla cada una. Las
visitas son de menos de una hora, cada quince días. Ahora desde
diciembre cuando cumplió una sanción de dos meses y medio sin recibir
familiares, hemos podido verlo o mi hermano o yo todas las quincenas. El
trato desde que lo trasladaron a Laguna del Sauce no ha sido tan
riguroso como en otros lados. En la última visita se enteró de lo de la
ciudadanía honoraria en Río y que el hijo quiere venir a verlo”.
Los denominados “rehenes”
-según afirman sus familiares- han rotado por diex unidades militares
del interior del país, pertenecientes a las Divisiones del Ejército II,
III y IV. Son ellos: Batallón de Infantería Nº 6 (San José), Regimiento
de Caballería Nº 2 (Durazno), Grupo de Artillería Nº 2 (Trinidad),
Batallón de Infantería Nº 4 (Colonia), Batallón de Ing. de Combate Nº 3
(Paso de los Toros), Batallón de Infantería Nº 10 (Treinta y Tres),
Batallón de Infantería Nº 11 (Minas), Batallón de Infantería Nº 12
(Rocha), Reg. de Caballería Nº 7 (Santa Clara de Olimar), Reg. De
Caballería Nº 8 (Melo).
El régimen de visitas es de
aproximadamente 50 minutos cada quince días, pudiendo sólo sus
familiares directos acceder a las mismas. Durante las mismas sólo se
autorizan temas familiares, prohibiéndose el contacto físico. También se
permite mantener correspondencia quincenal con los familiares directos,
a través de cartas de una carilla previamente controladas.
Los
nueve presos han permanecido en celdas individuales de mínimas
proporciones, sin ventanas ni ventilación, variando las condiciones de
las mismas según las unidades militares. Todas tienen sólo
luz artificial carecen de servicios sanitarios y miden aproximadamente 2
metros por uno y medio.
Según se ha declarado por parte de los
familiares, los nueve detenidos han sufrido enfermedades similares por
su condición carcelaria (Avitaminosis, afecciones en las vías
respiratorias, trastornos motores como artrosis y reuma, trastornos en
el control de efínteres, trastornos en la visión, adelgazamiento,
deshidratación, diarreas, trastornos hepáticos), pero también
padecen enfermedades particulares recibiendo, salvo casos extremos,
únicamente la atención médica en las propias unidades.
Estos presos no han podido recibir la visita de la Cruz Roja Internacional.
Ernesto Wasem (14
años): “Después que lo detuvieron, la primera vez que se vio a mi
hermano, fue en el cuartel de Paso de los Toros, después fue al Penal de
Libertad y en setiembre del 73 con los otros ocho lo trasladaron. A él
le tocó ir con Manera y Engler y seis meses después que lo llevaron,
según me ha dicho mi madre, se intentó suicidar. Eso fue en 1974... Mi
hermano ahora está en Durazno, ahí pasó seis meses en el aljibe, ero
ahora creo que lo clausuraron. La última vez que lo vi fue hace un mes
más o menos...”
Adolfo Wasem (15 años): “Yo
también hace un tiempo similar que no lo veo. Pero a mí siempre me han
permitido verlo porque soy el hijo. Cuando lo detuvieron tenía cuatro
años. De salud está normal con todo... Yo no he tenido nunca acceso a
él, por ejemplo para darle un beso...”
Ernesto Wasem:
“Salvo en el cuartel de Trinidad que nos dejaban sentarnos en la falda y
en paso de los Toros donde me dejaron darle un beso. Pero en Durazno,
por ejemplo, me advirtieron que no podía saludarlo con la mano... La
última vez que lo vi estaba anímicamente bien, además pudo enterarse de
algunas cosas porque lo tuvieron algunos días en el Penal de Libertad,
cuando las elecciones argentinas y cuando el Acto del Obelisco. Después
lo volvieron a internar...”
Adolfo Wasem: “Lo
internaron porque tuvo o tiene cáncer. A él le nació un tumor en la
columna, sobre la nuca, por fines del 80. Tenía dolores y lo trataron
con antinflamatorios. En marzo del 81 lo trasladaron al Hospital, le
hicieron análisis y vieron que era un tumor maligno y se lo extirparon.
Después le hicieron tratamiento con bomba de cobalto. Lo mantenían en el
cuartel y todos los meses lo llevaban al hospital. Después se le hizo
un tratamiento de quimioterapia y lo traían cada dos meses. En setiembre
del 82 a marzo del 83 no recibió tratamiento. En abril, él estaba
haciendo gimnasia y notó que tenía como un bultito del otro lado y pidió
médico; cuando lo terminaron por llevarlo al hospital vieron que era
una metástasis y lo volvieron a operar. Se siguió con la quimioterapia,
pero se llegó a lo que se llama la “dosis techo” y se tuvo que suspender
hasta ahora el tratamiento. Papa tiene 38 años”.
Con
fecha 9 de abril el Partido Colorado y el Partido Nacional dieron a
conocer sendas declaraciones sobre el caso de estos nueve detenidos en
unidades militares del interior.
“El Comité Ejecutivo
Nacional del Partido Colorado ha recibido fundadas denuncias sobre la
situación de nueve presos sujetos a condena por delitos de subversión.
Conforme a ello, estos presos no tienen lugar fijo de reclusión, carecen
de un régimen normal de visitas y su situación no se compadece con las
prácticas tradicionales del país. Ante tal condición e invocando la
obligación constitucional de tratamiento humanitario debido a todo
detenido, cualquiera sea su pena o delito, el Comité Ejecutivo Nacional
del Partido Colorado expresa su viva preocupación al respecto y reclama
una rápida revisión de esta situación que incide sobre las posibilidades
futuras de pacificación nacional”, declararon los colorados.
El Partido Nacional, por su parte, tras detallar la situación de los referidos presos declara en su resolución: “Su
profundo dolor por la situación que motiva esta denuncia que hace
pública, y su exigencia de su cese inmediato; debiendo mantenerse a
todos los detenidos en lugares públicamente reconocidos y especialmente
destinados a la reclusión en condiciones decorosas de trato,
consignándose sus nombres y lugares de detención, en un Registro Central
a disposición de familiares e interesados”.
Adrián Manera
(27 años): “A mi padre ya lo habían detenido en el 64 y cumplió condena
por asalto. Después en el 69 y se fugó en el 71 y lo volvieron a
detener en junio del 72. Lo mantienen en cuarteles y va a Libertad hasta
que lo sacan con los otros y les dicen a ellos que en caso de
resurgimiento del MLN ellos iban a ser pasados por las armas. Esta
condición de rehenes se sabe por otros presos a los que oficiales y
guardias les comunicaron extraoficialmente la situación. Las condiciones
de reclusión para mi padre y los otros han sido muy duras. Las celdas
por ejemplo, son muy pequeñas miden dos metros por uno y medio
generalmente y después ha casos donde s producía una filtración de aguas
servidas en la propia celda, otro donde se debía permanecer agachado
porque solo había 1.60 metros de altura o problemas serios de humedad, o
el propio aljibe, que es un pozo cerrado; que había sido usado como
saladero y que se usó como celda para estos nueve casos. Creo que desde
el 76, ya no es utilizado. Pero en todos los casos siempre han estado
con luz artificial, si no se quema la lámpara y por un tiempo hasta que
no traemos nosotros una, quedan a oscuras. Actualmente, por ejemplo no
tienen salida al baño y tienen que hacer sus necesidades en un balde que
teóricamente lo cambian una vez por día, pero a veces hasta cuatro días
están sin cambiarlo. También hay una incomunicación total. Ellos no
pueden hablar con nadie de la guardia. Hay un servicio especial “S2” que
son los únicos a los que se pueden dirigir y el único que
puede sacarlo de la celda para un recreo, por ejemplo. Pero en ocasiones
los jefes de cuartel hablan con ellos”.
Leonora Manera (24
años): “Uno de los problemas es cuando los trasladan. Se puede pasar
meses sin saber exactamente dónde están. No se avisa, generalmente y
cuando uno viaja hasta el interior para visitarlo, se le comunica
simplemente que ya no está. Ahí empieza una recorrida hasta poder
encontrarlo... No, no hay un Comité de Familiares de los Rehenes. Nos
juntamos una vez para hacer una carta a Hontou y de vez en cuando cuando
hay una invitación a un viaje o algo parecido, como esta nota”.
Adrián Manera:
“Ellos mismos en alguna ocasión nos han pedido que tratemos de movernos
para mejorar las condiciones en que están. Pero acá todo ha sido
hasta ahora muy limitado, porque no había forma de hacer pública la
situación. Recién en la Proclama del 1º de abril y declaraciones de los
partido tradicionales en estos días se habla del tema...”
Leonora Manera:
“Lo que nosotros hoy buscamos es que vuelvan a ser trasladados al Penal
de Libertad en iguales condiciones a las de los otros presos políticos.
Actualmente no saben qué es lo que les puede pasar al día siguiente, si
lo trasladan, si no, no hay una constante y todo depende de cada
cuartel y quién lo comanda.”
Roger Rodríguez
(Convicción, Montevideo, 12 de abril de 1984)
martes, 1 de abril de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario
No ponga reclame, será borrado