Instrucciones estilo yanqui

Por Carlos Pelaez

Ejército y fiscalía investigan denuncia de tortura contra reclutas

 

El batallón de infantería 7 de Salto fue escenario de hechos gravísimos que tendrán consecuencias judiciales.

Una madrugada pasada un grupo de instructores militares levantaron a varios reclutas, los empaparon con agua fría y luego los picanearon.

Un cabo hizo la denuncia ante antes sus jefes y el Comando del Ejército separó del cargo a los oficiales instructores y los envió a su casa "a disponibilidad".

Al mismo tiempo inició una investigación interna urgente por otros graves hechos que fueron denunciados.

Las denuncias llegaron a Fiscalía quien ya adoptó varias medidas, entre ellas citar a los denunciados.

 

 

La denuncia ante Fiscalía la radicó el Ejército a pedido del ministro de Defensa, Javier García. Tres suboficiales están siendo investigados.

 

El caso en cuestión involucra a un sargento que oficiaba como instructor de una tanda que agrupaba a quince reclutas del batallón nº7 de Infantería de Salto y a otros dos suboficiales.

Fue uno de los cabos quien denunció ante sus superiores de la unidad los apremios físicos por parte del militar. Según dijeron familiares de las víctimas a Subrayado, el lunes por la noche el sargento sacó a varios cabos al patio, los mojó con agua fría y les aplicó electricidad con una picana.

Esto no supone una práctica habitual en el entrenamiento de los soldados.

Esa misma noche uno de los cabos logró llamar a su madre desde el batallón y le contó “que no podía más” y la mujer llamó a la policía. Indicaron las fuentes del caso que los efectivos acudieron al batallón y posteriormente se retiraron.

Desde el Ministerio del Interior indicaron que la intervención policial tuvo que ver con “un problema con la campera de un soldado”.

Cinco días después de este episodio en la unidad militar, el sábado por la tarde, el ministro de Defensa Javier García tomó conocimiento de lo sucedido y le ordenó al Comandante en Jefe del Ejército que denunciara el hecho ante Fiscalía. Éste contactó al Jefe del Batallón quien dio cuenta telefónica a la Fiscalía de Salto sobre la denuncia contra el sargento y posteriormente lo hizo de forma escrita.

Además se inició una investigación interna de urgencia que supuso el arresto a rigor del sargento denunciado. La versión oficial indica que se constataron varias actuaciones fuera del programa habitual de instrucción militar por parte del sargento.

Por este episodio hubo contactos políticos entre el ministro de Defensa y el ministro del Interior, Luis Alberto Heber para coordinar acciones.

A nivel penal la investigación le corresponde en primera instancia a la Fiscal de Salto Claudia Natalia Altez.

La tanda de quince cabos que era instruida por el sargento denunciado fue enviada a sus respectivos domicilios, se trata de jóvenes de entre 18 y 25 años, que están en buen estado de salud, según pudo saber Subrayado. Solo dos de los reclutas permanecen en la unidad militar porque tienen coronavirus.

>>> Al estilo West Point

 

 Aquí en Uruguay es largo el historial de abusos hacia aspirantes, cuando hacen la tanda de 3 meses, en el FUSNA y en varios cuarteles hubo casos de gurises del interior que pidieron la baja llorando por las verdugueadas terribles de los oficiales y instructores que se justificaban diciendo que los querían sacar "duros" con apremios físicos y obligándolos a comer cucarachas y excrementos en las jornadas de"supervivencia", a vestirse de mujer, tocar la guitarra con una escoba arriba de una mesa, arrastrarse por el barro y lluvia recién levantados a las 4 de la mañana, les decían que no eran hombres que eran gusanos y entonces por eso tenían que arrastrarse y toda locura para satisfacer a los" clase", además la incidencia de esta disciplina militar en la violencia familiar es mucho más grande en todo barrio donde hay un destacamento militar, porque el resultado de esos apremios es obediencia ciega y embrutecimiento a la potencia de mil. 

Imaginen toda esa porquería en la cabeza de jóvenes venidos del interior, que después de pasar por cuarteles, se va para la policía granaderos, porque les pagan más y los ponen a patrullar en nuestros barrios pobres (PADO) a combatir a los "PICHIS" como nos dicen, como piensan que somos todos delincuentes por vivir aquí y tendrán como resultado toda suerte de abusos que sufrimos día a día. El abogado Juan Fagundez, opinando al otro día del programa en el que tuve una discusión  con la presidenta del sindicato policial sitpcom,  patricia Rodríguez, dijo en esta boca es mía que la policía actuaba como una mafia en los barrios pobres.