domingo, 7 de agosto de 2022

El galardón de los mezquinos

 

 

 Niños, niñas y adolescentes siguen siendo la población mayormente afectada por la situación de pobreza. A 2020, de cada 1000 niños, niñas y adolescentes, 202 se encuentran bajo la línea de la pobreza (20,2%); un total de 176.375 estimados


 

Sergio Sommaruga

Uruguay figura entre los países del mundo donde la pobreza de los niños y niñas es dos veces mayor a la pobreza de los adultos.
Esto significa que quienes más sufren las carencias en nuestro país son menores de edad.
Vale recordar que estar por debajo de la “línea de la pobreza” implica no tener los recursos necesarios para cubrir mínimamente los gastos de comida y servicios básicos. Por tanto, más que debajo de esa línea, los niños y niñas que abandonamos en esa situación, están dentro de la fábrica de la violencia.
La silenciosa violencia social de la exclusión social y el desamparo de derechos.
Por si esto no fuera poca vergüenza, el gobierno acaba de resolver quitar el pago de las asignaciones familiares a más de 11.000 niños y niñas.
La amplia mayoría de las familias afectadas son de los mismos hogares que están por debajo de la línea de la pobreza. Los mismos que tienen dificultades reales para cubrir sus necesidades nutricionales.
Otras tantas familias pasarán a estar bajo esa maldita línea, en virtud de los efectos de ese nuevo recorte social del gobierno.
El argumento del poder ejecutivo es que las familias dejaron de enviar a sus hijos a los centros educativos y que esa omisión es causal para dejar de cobrar los 500 o 1000 pesos por mes que reciben por hijo por concepto de asignación familiar.
Llama la atención esta decisión luego que la LUC eliminara en su artículo 127 la obligación de los padres de inscribir a sus hijos en la escuela.
Llama la atención esta decisión del gobierno para castigar a las familias más pobres que dejan de enviar a sus hijos a los estudios, ante la ineficacia general de las políticas educativas para evitar el abandono educativo y para reintegrar a quienes ya dejaron de asistir a las aulas.
Llama la atención la falta de iniciativas para también “hacer algo” con las familias que no cobran asignaciones familiares y también dejaron de enviar a sus hijos e hijas a los centros educativos. ¿O pensará que gobierno que esos comportamientos lo tienen sólo los más pobres?
Asimismo, si el tema es el cumplimiento de las contraprestaciones por parte de los beneficiarios de políticas de transferencias y/o exoneración de pagos al Estado.
¿Cuál es la contraprestación a los habitantes del barrio privado La tahona por la exoneración del pago de impuestos para sus pelotitas de golf?
¿Cuál es la contraprestación de los colegios que cobran más de mil dólares por mes de cuota para que no paguen aportes patronales al BPS ni ningún tipo de tributo?
Da la impresión que detrás del retiro de las asignaciones familiares a las familias mas pobres del país hay una nueva versión del ajuste económico para achicar del déficit fiscal y cumplir con el capital financiero internacional.
Así como da la impresión que la preocupación del gobierno por el cumplimiento de las contraprestaciones solo es una forma más de su política de clase, donde exige a los más pobres lo que no reclama a los más ricos.
El galardón de los mezquinos.
Ese es el distintivo que deberían llevar quienes justifican esta política de “doble rasero”.
 
 
 
 
 
 
 
 

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