domingo, 20 de abril de 2014

Al "Gato" Sosa lo asesinaron

Tania Sosa, su hija: "Mi viejo no se mató":   caso archivado sin resolver

 de Carlos Brunetto
 Hoy se cumple un nuevo aniversario del asesinato del "Gato" Sosa
 
Contra el tejido de "barraca"
Corría el año 1983 hacia unos años "la orden debida del dictador" como dice mi Amigo Jesús había decidido que por indeseable y por andar pregonando ideas raras de unos viejos anarquistas allá en Chicago decían 8 hs. para el trabajo, 8 hs. para el estudio, recreación y 8 hs. para el descanso, tenía que "vivir" en el EMR 1 del tristemente célebre penal de Libertad.
Era el mes de abril el 83, fue un año mas duro que de costumbre muertes dudosas como la de Gerardo, "suicidios misteriosos e inexplicables" como el del "gorila"; en fin, viviamos sancionados, que habló en formacion, que no puso las manos atrás, que no se sacó la gorra, que miró para el costado, y un sinfin de cosas.
Salimos con el Gallego en comisión para jardín de barracas, estabamos ahi contra el tejido de barraca cuando vemos que sacan de "recreo" al Gato Sosa; estaba aislado de los demás presos habia cumplido 10 años de carcel y supuestamente tenia que ser liberado.
¿Hablar con el? imposible el soldado miraba atento solo podía caminar sin detenerse mucho menos hablar, al Gaita se le ocurre una idea teníamos al otro soldado que nos custodiaba respirandonos en la nuca, me llevo al (chabón) trata de hablar con el Gato , con el pretexto de traer agua para las plantas se lo lleva al (chabón) pasa el Gato y diempre mirando las plantas, le pregunto ¿como estas? y me responde "bien" espero que de toda la vuelta (me parecieron siglos) y al pasar otra vez me dice (pero me tienen en la verga) a todo eso miro por el rabillo y veo unos pantalones caqui eran de un teniente me aparecio como de atrás de los cardos , empezó el "interogatorio" de rutina que cuanto hace que esta preso, que porqué etc, etc.
Terminamos la tarea y volvimos al celdario, hora de recreo justo terminaba mi sanción, pero resulta que el cabo tranca la puerta, golpeo y reclamo, entonces canta mi numero y el de mi compañero y dice; los 2 preparen el mono que van a la "isla" miro a mi compañero y me dice esta hablando en serio.
Pasan unos minutos y nos sacan a la planchada y para sorpresa veo al Muerto, Antoñito y Luisito bueno, mono al hombro marchamos para la "isla".
Llagamos y todos los calabozos estaban ocupados la sanción terminaba a las 17 hs. y como decía el cartel del celdario (AQUI SE VIENE A CUMPLIR) volvimos al celdario.
Almorzamos sin desatar el "mono" de repente empezaron a sonar los cierres de las ventanas; algo estaba pasando. miramos y de barraca en una camilla estaban sacando al Gato Edgar Sosa, era él; no habia nadie mas en barraca, llega la ambulancia y lo llevan. sigo observando y la ambulancia demoró una eternidad en salir del penal, supuestamente al hospital.
Luego pasan un burlesco y burdo comunicado comunicando un intento de auto eliminación del recluso numero tanto Edgar Sosa.
Hora 17 vuelta a la isla me tiran en la "leonera" motivo de la sanción: reirse de un oficial cuando daba instruciones, 5 presos riendose a la vez? no imposible, en seguida repasé, se dieron cuenta la que habia "hablado" con el Gato y por lo tanto indirectamente era un testigo potencial de la barbarie que iban a cometer por lo tanto habia que aislarme y por eso hicieron un "paquete" de 5 para que no fuera tan evidente si me llavaban solo a la "isla".
Empecé a pensar y razonar, estos bárbaros "me van a suicidar", y luego dirán que me auto eliminé,  me di duenta que pasaba a ser un preso "muy peligroso", llega la noche me dan el colchón y me acuesto, no podía pegar un ojo pensaba a mil por hora. recuerdo que habia metido el puño dentro del jarro de aluminio y pensaba (que iluso no?) pensaba; cuando entren a darmela a mas de uno le voy a bajar los dientes, (como si me fueran a dar tiempo a defenderme) , solo se escuchaba el silencio la luz prendida permanetemente cuando de repente abren la puerta y me paro enseguida, pronto no de a que y ¿quien aparece? Mauriño el mismísimo sanguinario en persona, me tembló la pajarilla y todo el cuerpo. ninguno de esos "señores" se las andaban con chiquitas; me miró me hizo sacar una toalla de la reja y de fue, el resto de los dias en la isla fueron una pesadilla.
Terminó el "islazo" vuelta a la celda y me entero el Gato había "fallecido" esa noticia me confirmó mis sospechas: al Gato lo asesinaron, porque nadie después de 10 años de cana con  2 maquinazos se suicida; porque lo iban a liberar.
ACLARACION: esto ya lo declare en el juzgado ante el fiscal Diaz un viejo con cara de zorro guasquiado que poco o nada de interés tenia; en su cara de aburrimiento lo decia todo



Oscuro país

El "Gato" Sosa asesinado en el Penal de Libertad
de Oscar López Goldaracena


Por este medio lamento informar que la Suprema Corte de Justicia acaba de declarar la inconstitucionalidad de la ley de imprescriptibilidad, también en el caso de Edgar “Gato” Sosa, denunciado por su hija, la compañera Tania Sosa.
Se estaba indagando a Walter Gulla, Luis Lamas, Daoys Bonilla, Carlos Neves, Gustavo Méndez y Walter Numas De León quienes presentaron el recurso para escapar a la acción de la justicia.
Compañeros, en este momento de impunidad jurídica, tengamos muy presente lo que sucedió, porque los responsables de la muerte del Gato Sosa, gozarán –por ahora- de las prebendas de las bibliotecas apolilladas pero nunca podrán ampararse en la impunidad moral.

EDGAR FRANCISCO SOSA CABRERA, más conocido como el “GATO SOSA”, nació en Uruguay, en el Departamento de Colonia, el 26 de diciembre de 1937. Era de ocupación mecánico, de estado civil casado y al momento de su fallecimiento tenía 44 años de edad y era padre de una niña, la denunciante en la causa, Tania Sosa.
Edgar “Gato” Sosa tuvo desde siempre una activa militancia política y social, habiendo pertenecido al Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T).
Fue detenido por las Fuerzas Armadas el mismo día del golpe de estado y permaneció recluido en primera instancia en la Brigada de Artillería Nº 1, La Paloma, Cerro; fue trasladado al EMR1 (Penal de Libertad) donde estuvo privado de libertad hasta febrero de 1981; luego, entre febrero y agosto de 1981, habría permanecido preso en el Regimiento de Caballería Mecanizada Nº 4. Finalmente, desde agosto de 1981 hasta abril de 1982, fue nuevamente trasladado al EMR1 (Penal de Libertad), celda 3ª A 16 derecha. Su número de preso político en el Penal era el Nº 1268.
Sucedió que, cuando se dispuso “formalmente” su liberación y “firmó libertad” en 1982, Edgar Sosa no fue liberado sino que por el contrario continuó como preso político en el Regimiento de Caballería Mecanizada Nº 4. Luego fue trasladado nuevamente al Penal de Libertad y recluido en la llamada “Barraca 4” que funcionaba como cárcel de seguridad dentro de mismo predio. En ese lugar y en ese momento, en la cárcel de seguridad no había otros presos políticos.

El 20 de abril de 1982 se informó que se “había intentado suicidar por ahorcamiento”. Días más tarde, el 26 de abril de 1982, moriría en el Hospital Militar. Nadie creyó la versión de la dictadura.

El mismo día en que EDGAR SOSA habría sido “colgado”, se hicieron presentes muchos oficiales en el área de la Barraca 4 donde lo tenían detenido. Esa misma mañana, muy temprano, un preso político fue destinado, junto con otro recluso, a “carpir la tierra” entre la Barraca y el celdario. Mientras realizaba “su trabajo forzado” el “Gato Sosa” estaba dando su caminata matinal custodiado por soldados que lo apuntaban. Cuando se cruzaron, el “Gato” Sosa le dijo al pasar, disimuladamente, que lo tenían amenazado y que lo iban a matar. En virtud de que la guardia notó que ambos presos habían “conversado”, quien estaba carpiendo la tierra fue inmediatamente sancionado.

Horas más tarde, los demás presos desde las ventanas del Penal, vieron ingresar una ambulancia en el perímetro de la Barraca, movimiento de soldados, oficiales y a una camilla que se llevaba una persona con un trapo o una tela de color oscuro (como con sangre), en la cabeza. Espontáneamente los presos comenzaron a insultar y a gritar que “habían matado al Gato Sosa”. Se informó luego, por los parlantes del Penal, que el “Gato” Sosa se había ahorcado en la Barraca e intentado suicidar.
Edgar Sosa fue trasladado al Hospital Militar donde falleció a los cinco días. Quienes pudieron verlo, declararon que el “Gato” estaba inconsciente y tenía una visible marca en el cuello.
El mismo “Gato” Sosa había mostrado su preocupación de que “no lo dejarían salir del Penal”, lo cual se confirmó cuando no lo liberaron a pesar de haberse firmado su libertad y luego “apareció ahorcado”. Había repetido varias veces que si decían que él había querido hacerse algo no se lo creyeran.

Sus compañeros coinciden en que era una persona “entera” y que los militares sabían que también era un “referente intelectual.” Por su edad, entereza física, fortaleza espiritual, alto nivel intelectual, conocimientos políticos y compromiso militante, el Gato Sosa era una persona que transmitía fuerza, ganas de vivir, de luchar y es imposible que se hubiese suicidado; por el contrario, implicaba una amenaza para los detentadores del poder.

Al GATO SOSA lo asesinaron y, por ahora, los responsables gozan de impunidad jurídica. Cuando reformemos la Constitución quizás volvamos a subir unos escalones en la búsqueda de justicia.

Impunidad con firma



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