Gabriel "Saracho" Carbajales
No los voy a
aburrir con un relato de lo que fue el triste desembarco de las carabelas “de Colón”
que llegaron a Burdeos y Dellazopa a eso de las 11 de la mañana de hoy, sábado
10 de agosto de 2013, cargadas de magníficos espejitos de colores destellando
fantásticos argumentos “técnicos” -de ensueño, verdaderamente- sobre la conveniencia
“nacional” y “local” de la regasificadora de Puntas de Sayago proyectada para
abastecer de buen gas que permita el funcionamiento de Aratirí y otros megaproyectos
saqueadores agendados en los planes del “Uruguay Productivo” del gobierno.
Tampoco los
voy a cansar con reflexiones sobre cómo y cuánto subestima este gobierno a las
vecinas y los vecinos de a pie, sin títulos académicos o brillantes carreras
universitarias, gente que apenas cuenta con su olfato para poder presentir qué
se traen las “naves medievales” del progreso y el desarrollo…
Pero sí me
voy a detener a transcribir el siguiente breve pero elocuente diálogo entre un
vecino de Santa Catalina y un representante de “Gas Sayago” que trató de convencer
a un grupo de gente que parecía no muy dispuesta a entrar a los “talleres
informativos” de la empresa “regasificadora” inventada por UTE y ANCAP –por el
gobierno-, a que sí lo hicieran, “para dialogar civilizadamente”, como dijo.
“A nosotros
no se nos consultó en absoluto sobre todo esto que ya viene cocinado, masticado
y digerido de hace mucho tiempo y sin que nosotros contáramos para nada…
Nosotros no hemos decidido nada de nada... Y ahora se quiere dialogar…”.
Esa fue la
afirmación del vecino, y el jerarca de “Gas Sayago”, sorprendentemente, contestó:
“Nosotros
tampoco decidimos nada…”.
Cada quien
sacará sus conclusiones, pero ¿no es una macana que haya gente defendiendo cosas
muy serias, que ella no decide, pero que sí las defiende sencillamente porque
cobra un salario (un muy buen salario, sin duda, pero salario al fin)?.
Me dan ganas
de decir, desdramatizando: “¡Triste oficio el de vendedor de regasificadoras para
los megaproyectos que otros deciden sin tener presente la voluntad del pueblo!…”.
“Telaraña,
la vida del hombre”, decía un viejo conductor de una raro programa radial, hace
años, muchos años, pretendiendo filosofar en colectivo con su audiencia…
Gabriel –Saracho- Carbajales, 10 de
agosto de 2013, Montevideo.-
De Paysandú a Santa Catalina
de Hugo Bruschi
Que los bancos nos presten el dinero que nos roban y que el Estado nos otorgue como favor - no sin luchas -, lo que nos corresponde por derecho, ya no asombra a nadie. El día en que en las escuelas se enseñen que la salud, la vivienda, el trabajo y la educación, son derechos del individuo y no actos de gracia, tal vez el ciudadano reaccione cuando le hablen de estos derechos como si se tratara de regalos que deberemos merecer. Una especie de premio por habernos portado bien, por haber hecho bien los mandados y no olvidarnos de nada. Trajimos la harina, los huevos y la manteca, para esa gran torta que una vez puesta en el horno crecería para repartirla entre todos. Pero resulta que una vez crecida, siempre hay ventajeros que se llevan los trozos más grande, a pesar que no aportaron nada para comprar los ingredientes. Si en lugar de una torta fuera una tortilla, algún día podremos decir como la canción: "que la tortilla se vuelva, que los pobres coman pan y los ricos mierda". A estas cosas nos tienen acostumbrados quienes detentan el poder, el verdadero poder que cuenta con empleados en forma de presidentes, ministros y legisladores. Sin olvidarnos de quienes administran la voluntad de esa clase convertida en ley: la llamada "justicia". En tal sentido ya nada nos asombra ni nos toma por sorpresa.
Sin embargo asistimos muchas veces, a hechos que superan todo lo previsto en materia de sumisión y lacayismo cuando se trata de dar satisfacción a otros intereses más poderosos. Y aquí nos referimos naturalmente a cosas que tienen que ver con sentimientos que son de todos quienes habitamos el territorio nacional, principios y valores que hacen a la nacionalidad y a la soberanía.
Tal vez inspirado en los bancos que prestan lo que nos roban, el Comando Sur acaba de donar un edificio que a partir de ahora será un Centro Deportivo, para ayudar a los jóvenes a pensar positivo y alejarse de la droga. Bueno, por lo menos la población de Bronx podrá dormir la siesta tranquila sin niños ni jóvenes jugando a la pelota en la calle. Pensé yo..... hasta que alguien me sacó del error pues esto sucedió en el Uruguay, para ser más exactos en el barrio Santa Catalina. Entonces quiere decir que el Comando nos donó un edificio construido en territorio uruguayo? Como se entiende esto? También me dicen que el Ministro de Defensa encargado de la preservación y defensa de nuestra soberanía estuvo presente y que incluso posó junto a la bandera extranjera. Y por si fuera poco extendió la mano para recibir una pelota de manos de la embajador de dicha fuerza extranjera. O sea que con un edificio y una pelota, el Comando Sur compró el corazón y la voluntad lacaya de nuestro gobierno. Tan poco vale nuestra soberanía?
Qué fácil le hubiera resultado a Leandro Gómez, rodeado de fuerzas extranjeras y algún traidor disfrazado de oriental, haber capitulado. Quien podría haber puesto en duda su dignidad y su amor a la Patria? Sin embargo, con apenas la lealtad de algunos de sus heroicos capitanes, defendió la soberanía del país, hasta el último aliento. Eligió pasar a la gloria sólo reservada a los grandes de espíritu y siempre negada a los traidores. Puso a su Paysandú en la agenda del honor y no en vano hasta el día de hoy, muchos de sus habitantes siguen bautizando a sus hijos con su nombre. Cuando hoy Leandro Gómez veas que aquellos sacrificios son canjeados por un edificio y una pelota, tal vez sientas ganas de empuñar tu espada. Más no desesperes, estos son los mismos que ayer te hicieron un juicio de parodia, para poderte matar tranquilos. Estos no son orientales, estos pertenecen a la estirpe de los Rivera, Goyo Suárez y Venancio Flores. Por eso no te irrites, descansa en Paz junto a Federico Fernández, Azambuya, Lucas Piriz, Raña, Benavídez y tantos otros que no recuerdo. Y junta muchas energías porque talvez en un tiempo no muy lejano, los verdaderos orientales que hoy sienten verguenza ajena, te pedirán que te pongas otra vez al frente de esa dignidad que sigue latente y te mantiene vivo en la memoria del Pueblo
"Tela de arañas es la vida del hombre" era una frase del actor Humberto Nazzari al terminar la nota editorial de Radio El Espectador.
ResponderEliminarSiempre me acuerdo de esa frase de Humberto Nazzari
ResponderEliminarSus editoriales eran muy interesantes y me atrapaban con sus relatos y esa frase final me dejaba pensando